52- Abandono
Pasó una semana desde que ocurrió aquel enfrentamiento con la marina, pasó una semana desde que (Tn) le quiso confesar sus sentimientos a Law y él no quisiera escucharla.
Desde entonces Law ha querido evitar a toda costa a la chica, en las comidas él llegaba siempre tarde para sentarse en el lugar más alejado posible de ella, a la hora de dividir los grupos para las misiones él siempre iba en el que no estuviese la chica, cada vez que ella intentaba hablar con él Law siempre tenía un motivo para no escuchar e irse.
Todo eso provocaba que la chica se fuese deprimiendo cada vez más.
Durante toda esa semana ella había intentado muchas veces acercarse a Law, había intentado hablar con él o simplemente estar a su lado pero todo aquello le resultaba imposible.
Ahora se encontraba sola en el comedor con una taza de café frente a ella, tenía dos días sin poder dormir y en sus ojos se notaba el cansancio que tenía acomulado.
Miró el café humeante con su mente en blanco, no pensaba en nada, estaba demasiado cansada como para seguir pensando en Law y agobiarse intentando pensar que le podría estar pasando con ella.
Escuchó unas voces acercándose al comedor.
Levantó la mirada y miró a la puerta por la que pasaron Law, Ikkaku y Pinguin hablando animadamente entre ellos. Vió a Law sonreír a Ikkaku lo que provocó que apareciese una presión en el pecho de la chica que le obligó a volver a bajar la mirada con una mueca. Un gesto que Pinguin vió cuando miró al interior del comedor.
Se detuvo separándose de Law e Ikkaku dejando que ellos siguiesen caminando y entró al comedor.
Pinguin- Hola. -dijo sonriendo sentándose enfrente de ella.
(Tn)- Hola. -dijo sin mirarle.
Pinguin- ¿Qué haces aquí sola?
(Tn)- Quería un café.
Pinguin- (Tn), mírame.
La chica levantó la cabeza y lo miró a los ojos viendo en el rostro de Pinguin un gesto preocupado.
Pinguin- ¿No estás durmiendo bien?
(Tn)- ¿Tanto se nota?
Pinguin- Tienes las ojeras rojas y la mirada cansada.
La chica suspiró aparatándose un mechón de pelo y poniéndolo tras su oreja.
(Tn)- Llevo dos días que no duermo nada.
Pinguin- ¿Por qué? -dijo preocupado.
La chica negó.
(Tn)- No es nada...
Pinguin- Es por Law, ¿verdad?
(Tn) bajó la mirada y asintió lentamente.
(Tn)- No se que le pasa conmigo... no me habla ni quiere estar cerca de mi, es como si hubiese vuelto el Law que conocí de pequeña.
Pinguin- Todos nos hemos dado cuenta de esa actitud suya hacía ti, le he preguntado muchas veces pero no quiere hablar de ello.
(Tn)- Intento encontrar el motivo de su enfado pero no se que pude hacer para ganarme ese rechazo por su parte.
Pinguin- Yo tampoco lo se, intentaré hablar con él más tarde.
La chica asintió triste.
(Tn)- La semana que viene es su cumpleaños.
Pinguin- Si, tenemos que reunirnos todos y pensar que le podemos hacer para ese día.
(Tn) sonrió asintiendo y volvió a mirar su taza de café.
(Tn)- Es el primer cumpleaños que pasaré a su lado después de once años, espero que estemos bien para entonces... me gustaría que fuese una fiesta bonita para él.
Pinguin- Te ayudaré. -dijo sonriendo sosteniendo su mano. -Ya verás como todo irá bien.
La chica le sonrió amablemente mirándolo a los ojos.
En ese momento Law entró al comedor y se detuvo al ver a la chica sonreír le a Pinguin mientras este le sostenía su mano.
Law- Te estaba buscando, Pinguin. -dijo serio. - Bepo y Sachi han encontrado una isla a una hora de aquí, iremos a tomar provisiones.
Pinguin- Está bien.
Sonrió a la chica antes de salir del comedor seguido de Law, el cual ni la miró, dejando así nuevamente a la chica sola.
Se terminó el café y salió del comedor rumbo hacía su habitación.
Al llegar se cambió de ropa a unos pantalones cortos negros, un top gris y unas deportivas blancas. Se peinó y maquilló para intentar ocultar sus ojeras y comenzó a preparar la mochila bajo la atenta mirada de Nocturno, el cual estaba intentando meterse dentro.
(Tn)- No puedes venir. -dijo riendo un poco sacándolo del interior de la mochila y poniéndolo a un lado.
El gato maulló volviendo a intentarlo.
(Tn)- Nocturno, tú te tienes que quedar aquí.
Volvió a maullar inocentemente.
Cuando terminó se colgó la mochila a la espalda, acarició la cabeza de Nocturno y salió de la habitación rumbo a la salita que había delante de la puerta de salida.
Cuando llegó ya estaban todos allí reunidos a excepción de Pinguin y Law, los cuales llegaron varios minutos después con rostro enfadado.
Sachi- Bien, ya estamos todos reunidos, ahora pasaré a decir los grupos y todo lo que tienen que hacer, Bepo irá con Law a comprar arroz y pescado, Pinguin, Jean y yo iremos a por frutas y verduras, Ikkaku, Clione y Uni irán a comprar pan, lácteos y especias.
La chica lo miró confusa.
(Tn)- ¿Y yo?
Sachi revisó la lista y miró a su capitán.
Sachi- ¿Por qué (Tn) no sale en la lista?
Law- Ella no va, se quedará aquí.
(Tn)- ¿Qué...?
Pinguin- ¿De qué estás hablando, capitán? -dijo mirándolo serio.
Law- Ella se quedará vigilando el submarino mientras nosotros estamos fuera.
(Tn)- Nunca se ha hecho eso, ¿por qué ahora?
Law no respondió.
La chica miró a Pinguin buscando ayuda.
Pinguin- No puede quedarse encerrada aquí dentro, Law.
Law- Vámonos antes de que se haga más tarde.
Sachi lo miró confuso y abrió la puerta dejando entrar la luz del día.
(Tn)- No pienso quedarme aquí.
Law- Lo harás. -dijo sin mirarla. -Vamos chicos.
(Tn)- Yo también tengo cosas que hacer.
Law- Apúntalas y Pinguin te las consigue.
(Tn)- ¡No quiero quedarme aquí sola! -dijo sintiendo un nudo en la garganta mirándolo pero él ni le dirigía contacto visual.
Law- Os quiero a todos aquí a las siete, ¿entendido? tenéis dos horas para hacer las compras.
(Tn)- ¡Law! ¿Por qué haces esto? -dijo siendo su voz romperse.
Pinguin- Capitán. -susurró mirándolo frunciendo el ceño.
Law lo miró por unos segundos y apartó la mirada saliendo del submarino.
Todos comenzaron a seguirlo excepto Pinguin, y Sachi, los cuales se quedaron allí mirando preocupados a la chica.
Sachi- (Tn)...
La chica apretó sus labios sintiendo como sus ojos comenzaban a empañarse, se dió la media vuelta y caminó nuevamente hasta su habitación.
Cerró la puerta de un portazo provocando que el gato saltase de la cama y la mirase alarmado.
Se quitó la mochila y se apoyó en la puerta dejándose caer al suelo y, sin poder aguantar más, empezó a llorar.
Mientras tanto Law caminaba junto a Bepo con rostro serio y una mano en el bolsillo mientras que con la otra sujetaba su katana apoyada en su hombro.
Bepo jugaba con sus zarpas nervioso pensando que decir.
Bepo- Capitán...
Law- Dime.
Bepo- ¿Por qué has dejado a (Tn) allí sola?
Law no respondió.
Bepo- Capitán... se está portando muy mal con (Tn) últimamente.
Law lo miró frunciendo el ceño.
Bepo- Lo siento...
El chico suspiró mirando nuevamente el frente ignorando la pregunta de Bepo.
Después de una hora la chica salió de su habitación con gesto enfadado y se dirigió al comedor donde dejó una nota y se fue a la puerta de salida. La abrió y salió de allí colocándose bien la mochila en su espalda.
Se bajó del submarino y caminó por la isla buscando alguna tienda que le convenciera y lo que a ella le parecieron minutos acabaron siendo horas.
Llegó a una tienda y comenzó a ojear en busca de algo que realmente le gustase. Fue en esas cuando, en uno de los estantes, vio un peluche de un oso blanco vestido de médico.
La chica no pudo evitar sonreir y tomarlo en brazos y disfrutar del suave tacto de aquel peluche.
Dependienta- ¿Te gusta? -dijo sonriendo acercándose a ella.
La chica sonrió asintiendo.
(Tn)- Me recuerda mucho a alguien.
Dependienta- Y por tu cara parece ser alguien muy especial.
La chica asintió mordiéndose el labio.
(Tn)- Me lo llevo. -susurró.
Dependienta- Acompañeme.
Llegaron a un mostrado y la chica tomó el peluche para pasarlo por la caja registradora.
(Tn)- ¿Me lo puede poner para regalo?
Dependienta- Por supuesto.
Segundos más tarde la dependienta le dio el oso de peluche guardado en una bolsa de regalo amarilla con un lazo rojo.
(Tn)- Muchas gracias. -dijo sonriendo tomando la bolsa.
Dependienta- A ti, que tenga una buena noche. -sonrió amablemente.
La sonrisa de la chica se congeló.
(Tn)- ¿Noche...?
Dependienta- Sí, son las nueve de la noche, de hecho tú has sido mi última clienta del día... ¿estás bien? Te has puesto pálida.
(Tn)- Sí... que tenga buena noche. -dijo antes de salir corriendo de la tienda hacia el punto donde dejaron el submarino.
A medida que se iba acercando su pecho iba doliendo más y cada vez sentía más ganas de llorar.
¿Cómo es posible que no se haya dado cuenta de la hora?
Llegó al lugar donde estaba el submarino jadeando y vio algo que provocó que su alma cayese al suelo.
El submarino ya no estaba allí.
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