Rita era una mujer de espíritu fuerte y corazón generoso. Había dedicado décadas de su vida al cuidado de su familia, especialmente a sus diez hijas, cada una con sus propias personalidades y sueños. Desde la mayor, Lori, hasta la más pequeña, Lily, cada una había llenado su hogar de risas, alegría y amor incondicional.

Recordaba con cariño cada etapa de la infancia de sus hijas, cada desafío superado juntas, cada logro celebrado. Pero también reflexionaba sobre los sacrificios que había hecho en el camino, los momentos de cansancio y las preocupaciones que venían con la responsabilidad de ser madre.

Sus pensamientos también se dirigían hacia su esposo, Lynn, su compañero de toda la vida. Juntos habían construido un hogar sólido y lleno de amor, pero Rita sabía que el camino no siempre había sido fácil. Habían atravesado momentos difíciles, enfrentado adversidades y superado obstáculos juntos, fortaleciendo su vínculo con cada desafío superado.

Sin saber que había olvidado algo realmente importante.

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Rita caminaba por los pasillos del supermercado con su lista de compras en mano, mientras el bullicio de los clientes y el sonido de los carros llenaban el aire. Era un día soleado, pero en su corazón sentía una ligera sombra de preocupación.

Había planeado hacer las compras en compañía de alguna de sus hijas, disfrutando de ese tiempo juntas mientras recorrían los pasillos y elegían los productos.

Sin embargo, sus ocupaciones y horarios distintos habían hecho imposible que ninguna de ellas pudiera acompañarla. Suspiró resignada, sabiendo que era una parte inevitable de la vida adulta de sus hijas, pero aun así echaba de menos esos momentos compartidos.

Mientras recogía los productos de su lista, un pensamiento la asaltó de repente. Había olvidado algo importante. Revisó mentalmente la lista una y otra vez, pero no lograba recordar qué era. Una sensación de inquietud comenzó a crecer en su pecho mientras intentaba recordar, pero nada venía a su mente.

Tal vez algo importante, algo que tenía tiempo abandonado en su memoria, quizás olvidó a alguno de sus...

Fue entonces cuando, al pasar por uno de los pasillos, un destello de reconocimiento surgió en su mente.

Rita: claro las barritas energéticas de Lynn Jr. si las vuelvo a olvidar alguien no va a estar feliz

Recordó que una de sus hijas, le había pedido específicamente que comprara unas barritas energéticas para su entrenamiento de fútbol. Se sintió aliviada al haber recordado lo que parecía haber olvidado. Dejando de lado ese sentimiento de incomodidad que había sentido antes.

Decidió terminar sus compras, sabiendo que ahora tenía todo lo necesario. Mientras caminaba hacia la caja registradora, se prometió a sí misma hacer un esfuerzo por encontrar tiempo para disfrutar de esos pequeños momentos con su familia, incluso en medio de las ocupaciones y responsabilidades diarias.

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Con múltiples bolsas llenas de productos en sus manos, Rita salió del supermercado y se encaminó hacia el pequeño parque cercano. El sol dorado del atardecer iluminaba el camino mientras se dirigía hacia su destino.

Al llegar al parque, buscó un banco bajo la sombra de un frondoso árbol y se sentó, colocando las bolsas a su lado. Observó a su alrededor, disfrutando del ambiente tranquilo y relajante del parque. Los niños jugaban en el área de juegos, las parejas paseaban tomadas de la mano y algunas personas hacían ejercicio en el sendero.

Rita sacó su teléfono móvil para revisar los mensajes, buscando alguna actualización de Luan. Recordó que Luan había tomado la van familiar para asistir a una reunión importante de su club de artes escénicas de la universidad local y le había pedido que la esperara en el parque para recogerla cuando terminara.

Mientras Rita esperaba pacientemente la llegada de su hija, su atención fue atraída por una pequeña reunión de niños y algunos adultos que se congregaban alrededor de un pequeño escenario en el parque. Se acercó con curiosidad, observando cómo los niños reían y aplaudían emocionados.

Cerca del escenario, vio un pequeño cartel que decía.

"TEATRO DE MAGIA Y MARIONETAS DE DELION".

La curiosidad de Rita creció aún más al leer el nombre del espectáculo.

Sin embargo, notó que estaba vacío, señal de que el espectáculo aún no había comenzado. Se acercó con curiosidad, preguntándose qué tipo de entretenimiento se preparaba.

De un momento a otro, una pequeña explosión de humo surgió desde el centro del escenario, capturando la atención de todos los presentes, incluida Rita.

La nube de humo se disipó lentamente, revelando la figura de un hombre más o menos alto, envuelto en una capa o gabardina negra, con el interior anaranjado. Su cuello alto realzaba la misteriosa aura que lo rodeaba. Sobre su rostro, portaba una máscara de rostro completo, con una gran sonrisa feliz y con un ojo cerrado como si estuviera guiñando, mientras sus manos estaban cubiertas por guantes negros.

Delion: hola, hola pequeños como les va...

El artista callejero se preparaba para comenzar su presentación, pero algo llamó su atención de inmediato. Notó que había muchos más niños en la audiencia de lo habitual, y la mayoría de ellos parecían estar acompañados por un solo adulto.

Con la personalidad juguetona y traviesa, Delion decidió abordar la situación de una manera peculiar. Se acercó al hombre que parecía ser el encargado de los niños y comenzó a molestarlo de forma amistosa, haciendo gestos exagerados y burlándose juguetonamente.

Delion: ¡Vaya, vaya! ¿Qué tenemos aquí? Parece que eres el padre de todos estos niños.

Dijo Delion con una sonrisa traviesa, mientras señalaba al hombre con un gesto teatral.

Delion: ¿Estás empezando tu propia pandilla o algo así?

El hombre intentó explicarle a Delion que los niños eran del orfanato cercano y que él estaba simplemente allí como voluntario para acompañarlos al parque. Pero Delion, en su característica forma de ser, parecía estar más interesado en seguir bromeando que en escuchar las explicaciones del hombre.

Delion: ok, ok, señor padre irresponsable, jajaja

Ignorando los murmullos molestos del encargado, continuo con su pequeño espectáculo.

?: muy bien niños me presento, yo soy el gran e impresionante DELION.

En una pose un tanto ridícula mientras confeti caía alrededor de él, que nadie sabía en qué momento lo había lanzado. Pero lo único que recibió fue silencio de su pequeño y joven público.

Delion: muchos niños serios, umm, señor "encargado" sus hijos no heredaron sentido del humor, será que usted es un A-MAR-GA-DO.

Sin pasar por alto ninguna de las burlas del mago callejero, el encargado solo murmuró molesto mientras intentaba ignorarlo.

Delion: bueno, bueno, es de familia, ja, ja, ja,

Mientras tanto, Rita observaba la interacción desde su lugar, sorprendida por la actitud juguetona y traviesa de Delion. Aunque no podía evitar sentir un poco de incomodidad por la forma en que se burlaba del encargado de los niños, también entendía que era parte de su peculiar personalidad y estilo de actuación.

Con un gesto teatral, Delion anunció el comienzo del espectáculo, y de repente, desde el interior de su gabardina negra, surgieron diez marionetas diferentes, cada una más colorida y animada que la anterior. Las marionetas se movían al unísono, como si tuvieran vida propia, realizando una danza hipnotizante que dejó a todos los presentes boquiabiertos.

Rita, completamente fascinada por el espectáculo, se sumergió por completo en la magia de las marionetas. Los movimientos gráciles y las voces cautivadoras de los títeres la transportaron a un mundo de fantasía y asombro, donde el tiempo parecía detenerse por completo.

Absorta en la actuación, Rita no se dio cuenta del paso del tiempo. El sol seguía descendiendo lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos y dorados, pero para ella, el mundo exterior había desaparecido por completo.

En medio del espectáculo, cuando las marionetas cobraban vida en el escenario, una voz familiar llamó su atención.

¿?: ¡Mamá!

Exclamó una voz emocionada. Rita se giró para encontrarse con su hija Luan, quien había llegado para llevarla a casa.

Rita se sintió sorprendida y feliz al ver a Luan allí. Con una sonrisa en el rostro, y abrazó a su hija con cariño.

Rita: ¿Qué haces aquí, cariño?

Preguntó Rita, todavía maravillada por el espectáculo que acababa de presenciar.

Luan explicó que había terminado antes de lo esperado y decidió sorprender a su madre al encontrarse con ella en el parque. Juntas, madre e hija se despidieron del espectáculo.

Mientras Rita y Luan conversaban animadamente sobre el espectáculo de Delion, el mago y titiritero continuaba su actuación con maestría en el escenario del parque. De repente, en medio de uno de sus trucos de magia más impresionantes, Delion fijó su mirada en Rita y Luan, quienes estaban caminando hacia la salida.

Durante un breve momento, los ojos detrás de la máscara de Delion se posaron en madre e hija con una intensidad inexplicable. Sin embargo, ni Rita ni Luan notaron la mirada del mago sobre ellas, absortas como estaban en su conversación sobre el espectáculo.

Delion, por su parte, siguió con su actuación como si nada hubiera pasado, pero en el fondo de su mente, algo había cambiado.

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Rita y Luan caminaban juntas por el camino de regreso a la van, la emoción del espectáculo de Delion aún palpable en el aire.

La madre miró a su hija con una sonrisa curiosa.

Rita: ¿Conocías a Delion antes de esta tarde?

La castaña asintió con entusiasmo.

Luan: sí, mamá, es muy conocido en varios parques de Royal Woods por sus títeres o sus actos de magia.

Rita: interesante.

Dijo la madre de diez

Rita: tiene un estilo único, ¿verdad?

Luan: definitivamente, es un maestro en su oficio. Pero sabes, mamá, tú también tienes tu propio estilo único. ¿No te parece?

Sonrió ante el cumplido de su hija.

Rita: Gracias, cariño. Y hablando de estilos, ¿alguna vez has hecho algún espectáculo junto a Delion?

La chica negó con la cabeza.

Luna: no para nada, él no quiso colaborar conmigo, según porque no le gusta mi comedia, puedes creerlo, no le gustan mis increíbles chistes que asen reír a todos.

Rita, algo dudosa, solo pudo asentir a su hija para no lastimar su orgullo de comediante.

Rita: ejem... bien hija regresemos a casa, tus hermanas deben preguntarse donde estamos. Tú manejas, yo estoy algo cansada.

Luan: está bien mamá, ya que todo en la vida es pasajero. Menos el chófer, ¿Entiendes?

La señora Rita solo pudo poner los ojos en blanco por el mal chiste de su hija.

Rita: bien hija, ayúdame a llevar las compras a la van.

Ya con todo en mano, madre e hija se disponían a regresar a su vehículo familiar,

Las dos mujeres continuaron caminando, compartiendo reflexiones sobre el arte del entretenimiento y disfrutando de la conexión madre-hija.

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Mientras Rita y Luan bajaban las compras de la van familiar, un pensamiento repentino cruzó la mente de Rita, como un recuerdo tardío que emergió de las profundidades de su memoria.

El pelo blanco de Delion.

Esa característica le llamó fuertemente la atención en el momento, pero ahora, horas después del espectáculo, se le hacía muy extraño. ¿Por qué había captado tanto su atención? ¿Qué significado podría tener?

Luan: ¿Pasa algo, mamá?

Preguntó, notando la expresión pensativa en el rostro de su madre.

Rita sacudió la cabeza ligeramente, tratando de apartar el pensamiento de su mente.

Rita:No, nada importante.

Respondió con una sonrisa forzada.

Rita: Solo estaba recordando algo del espectáculo de Delion. Un detalle insignificante en ese momento.

La castaña asintió, aceptando la explicación de su madre.

Luan: bueno, estoy feliz de que hayas podido disfrutar del espectáculo. Fue realmente sorprendente, ¿verdad?

Rita: definitivamente.

Respondió la mujer, tratando de despejar su mente de la extraña sensación que la había invadido.

Rita: fue una tarde inolvidable.

Después de despedirse de Luan, Rita se adentró en la tranquilidad de su habitación, pero el pensamiento persistente sobre el cabello blanco de Delion seguía rondando en su mente. Sabía que debía de haber algo más detrás de esa peculiar característica, pero por el momento, el misterio permanecía sin resolver.

Continuará...