CAPÍTULO 73
Observó a Ares de pies a cabeza, sin duda alguna el físico del dios de la guerra era impecable. Una altura considerable, una presencia bastante peligrosa, sonreía confiado, pensando en que tal vez, su rival no sería lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo.
¡Jum! En una pelea, la fuerza bruta no lo es todo, y Ares entendería eso dentro de poco.
Minato llevó su mano a un pequeño bolso táctico que tenía en su cintura, del lado izquierdo. Del interior de ese bolso, extrajo un shuriken...
—De acuerdo, es alto, musculoso y su presencia es increíble. No por nada es el dios de la guerra. Primero probaré las habilidades de este sujeto para saber qué tan peligroso puede ser —pensó Minato, sin dejar de mirar a Ares ni por un segundo.
—Oye... —dijo Ares, viendo a su rival.
—¿Mm? —murmuró Minato.
—¿Tú nombre era Minato, cierto? —preguntó Ares, estirando sus brazos, sus piernas, arqueando su espalda hacia adelante sutilmente, haciendo sonar sus huesos, preparándose para pelear—. Escuché que fuiste un ninja muy temido durante la tercera guerra mundial Shinobi. Pero..., siendo sincero, no pareces que fueras alguien increíble, si te comparo conmigo, no eres más que una mosca enfrente de un León.
Minato sonrió con sutileza al escucharle decir eso. Gunner, la Valkiria de Minato se manifestó a su lado, viendo como el dios de la guerra se estaba preparando para el combate.
—Minato ten mucho cuidado, ya te lo avisamos pero de todos modos lo volveré a repetir; puede que se vea como un idiota pero Ares es muy peligroso.
—Descuida, nunca he subestimado a mis rivales, por más inusuales que se vean —dijo Minato.
Al terminar de decir eso, y sin previo aviso, Ares salió disparado a gran velocidad hacia su rival. Minato se colocó en una posición defensiva al verlo acercarse.
—Aquí viene —pensó el rubio.
—¡Ares comenzó a moverse, hermana! —dijo Göll, viendo el combate desde las gradas.
—Quédate tranquila, Göll, Minato puede encargarse de eso —dijo Brunhilde.
El dios de la guerra corrió muy rápido hacia su rival, era aterrador ver semejante masa de músculos y fuerza moverse a esa velocidad. Minato también comenzó con su ataque, como mencioné antes, extrajo una shuriken de su bolso táctico y le lanzó su arma ninja al dios de la guerra.
Ese shuriken voló rápidamente hacia el dios de la guerra.
—¡Minato le lanzó un shuriken al dios de la guerra! ¿Así empezará a atacar el legendario Cuarto Hokage? —preguntó Heimdall, para todo el público presente.
—¡Ja! ¿Y lo llaman el shinobi más temido? —preguntó Artemisa, burlándose de Minato.
—¡Ay por favor! ¿Crees que algo como eso va a lastimarme? ¡No me hagas reír, humano! —dijo Ares, sonando muy confiado.
No obstante, Minato comenzó a realizar sellos de manos a una velocidad increíble, casi tan rápido como lo hizo Itachi en su pelea contra Zeus.
—¡SHURIKEN KAGE BUNSHIN NO JUTSU! (¡Arte Ninja Jutsu clones de shuriken!)
El shuriken que lanzó Minato pronto comenzó a multiplicarse, tal vez decenas de aquellas armas ninjas volaron hacia el dios de la guerra. Ares abrió sus ojos a más no poder al ver lo que su rival hizo. Dió un gran salto en el aire, logrando esquivar con eso el ataque de Minato.
—Que rápido es —dijo Minato.
—¡Increíble, Ares, el dios de la guerra, logró esquivar el ataque de Minato sin sufrir ni un solo rasguño! —dijo Heimdall, asombrado de la increíble velocidad que Ares usó para esquivar ese ataque.
Desde el aire, Ares observó como todos esos shurikens se clavaron en los pilares y paredes de la arena.
—Claro, este sujeto también es un ninja como Itachi, por lo tanto también tiene trucos raros y técnicas poderosas. Muy bien, creo que entonces podré divertirme con este humano —pensó Ares, desde el aire.
Sin perder más el tiempo, Ares descendió rápidamente hacia donde se encontraba Minato, todo con la intención de aplastar al rubio. A Minato no le costó nada poder esquivar ese ataque, lanzándose hacia la izquierda. Ares aterrizó en el suelo, dejando con eso un cráter en el mismo.
—¡Bien hecho, Minato! —dijo Göll.
Sin embargo, el dios de la guerra siguió persiguiendo a Minato, era obvio que no iba a dejarlo escapar...
—¿A dónde crees que vas, humano? ¡La diversión apenas comienza! —dijo el dios de la guerra.
Cerró su puño con fuerza, las venas de su brazo resaltaron notoriamente. Le lanzó a Minato un golpe directo a su rostro; pero el cuarto Hokage volvió a esquivar ese golpe. Extrajo un kunai de su bolso táctico, lo lanzó a su mano derecha, dando una vuelta completa intentó clavar su arma en el ojo de su rival; pero fallando en el acto.
Ares esquivó el ataque del rubio, por poco pero lo hizo. Con su brazo libre le arrojó otro golpe a Minato al rostro, pero el rubio se cubrió a tiempo usando sus dos brazos, siendo golpeado, sí, pero sin recibir gran daño que digamos. Ares lo arrojó algunos metros con solo ese golpe.
Minato aterrizó en el suelo, sin mayores inconvenientes.
—Increíble, a pesar de tener semejante tamaño es alguien muy ágil y fuerte, y su velocidad no es para ser subestimada —pensó Minato, viendo a su rival con una pequeña sonrisa—. ¿Qué debo hacer ahora? Debo eliminarlo rápido antes de que las cosas empeoren.
—Ese hombre no lo está haciendo nada mal, me parece asombro que esté aguantando un combate directo contra Ares él solito —dijo Afrodita, ladeando su cabeza, mostrándose bastante interesada en el rubio y en el combate.
—¿Y ya lo quieres tener como sirviente? Me parece algo estúpido que todo hombre que te llama la atención lo quieres de sirviente —dijo Artemisa, celosa y fastidiada, pero más celosa al ver los ¡Grandes! Atributos que su hermana tenía, mismos que se movieron cuando la diosa de la belleza se giró para mirarla.
—No es mi culpa que los humanos me prefieran a mí, Artemisa —sonrió Afrodita, una sonrisa jodidamente arrogante. Le hizo hervir la sangre a Artemisa, algo que a Hermes le provocó una pequeña risa.
Gunner se manifestó al lado de Minato...
—¿Te encuentras bien, Minato? —preguntó Gunner, mostrándose preocupada por su humano.
—Sí, estoy bien. Tenían razón ustedes, este tipo es peligroso —respondió Minato.
—Y lo será cada vez más si esta pelea se prolonga, deberás buscar la manera de atacarlo y acabar con él de manera efectiva y rápido. ¿Tienes algún jutsu que podrías usar para atacarlo a distancia?
—Puede ser —dijo Minato—. Tengo ciertos jutsus que puedo usar con él.
—¡PAPÁ!
Minato abrió bien sus ojos al escuchar como alguien lo estaba llamando. Giró su rostro, y en efecto, desde las gradas aquel muchacho rubio, su hijo, lo estaba observando, sintiéndose orgulloso de que su padre, el gran Minato Namikaze, esté peleando contra un dios.
—¡TÚ PUEDES HACERLO, PAPÁ, PUEDES DERROTAR A ESE TIPO SIN NINGÚN PROBLEMA! ¡ERES INCREÍBLE! —dijo Naruto, gritando a todo pulmón, apoyando a su padre desde las gradas.
Minato sonrió al ver a su hijo apoyarlo con tanto esmero...
—Naruto, cuando gane este combate, te aseguro que celebraremos comiendo ramen, ya lo verás, hijo —pensó Minato.
No obstante, al pobre de su hijo lo callaron de un golpe en la cabeza...
—¿Tú aún no comprendes que no es sencillo pelear contra un dios, cabeza hueca? —preguntó Sakura, y como siempre, viéndose fastidiosa. De su puño salía humo, indicando que el golpe fué bastante fuerte.
—Pero él puede hacerlo... —en los ojos de Naruto se vieron un brillo de esperanza, de orgullo—. Confío en él, mi papá no va a perder.
—Es verdad, él no va perder —dijo alguien detrás de Naruto y Sakura. Cuando ambos se voltearon, abrieron sus ojos a más no poder, porque literalmente se alegraron de ver a su antiguo Sensei.
—¡KAKASHI-SENSEI! —dijeron los dos al mismo tiempo, con brillos en sus ojos.
—Hola, chicos, cuánto tiempo sin verlos —dijo Kakashi, no obstante, sus dos antiguos alumnos le abrazaron, en verdad estaban felices de volver a ver a su maestro.
En la arena, Minato guardó silencio cuando observó a su rival colocar sus dos puños en la arena, flexionando una rodilla, asimilando la postura de un corredor profesional.
—Excelente, humano, has logrado sobrevivir a mi primer ataque, pero me gustaría saber si vuelves a hacerlo de nuevo —sonrió muy confiado el dios de la guerra. Una sonrisa aterradora, en realidad a este tipo le encantaba pelear.
Sin perder más el tiempo, Ares se lanzó hacia Minato nuevamente para proseguir con su combate. Dejaba una estela de polvo en su carrera hacia el cuarto Hokage. El suelo parecía que temblaba, la sonrisa de Ares solo indicaba una cosa, y eso era atacar, atacar y atacar, no llegando a formular muy bien una estrategia.
En un abrir y cerrar de ojos llegó hasta donde estaba Minato, levantó sus dos brazos fornidos e intentó aplastar al hombre rubio. Minato esquivó ese ataque dando un salto hacia arriba, dejando que los puños de su enemigo sigan con su trayectoria. La fuerza de Ares era aterradora, literalmente había destrozado el suelo con ese golpe levantando una gran cantidad de polvo y escombros volando por doquier.
—La fuerza de este tipo no tiene igual, no hubiera sobrevivido a ese golpe —pensó Minato, asombrado de lo increíblemente fuerte que era su rival.
—Asombroso, la velocidad de Minato-sensei no a disminuido en lo más mínimo —dijo Kakashi, asombrado.
—Jejeje mi papá es asombroso —dijo Naruto.
No obstante, Ares sonrió al ver su rival en el aire, finalmente había llegado la hora de usar una de sus técnicas. Su brazo derecho, es decir, las venas de su brazo derecho se hincharon, sus músculos parecieron crecer de un momento a otro, tensó su dedo índice derecho, tan duro como una roca.
—¡Minato ten cuidado! —gritó Göll desde las gradas.
—Está muy cerca de Ares ¿Podrá esquivarlo? —se preguntó Brunhilde a sí misma.
¡ISCHYRÓ DÓRY!
(!LANZA PODEROSA!)
Ares lanzó su técnica, misma que consistía en una especie de lanza creada con su dedo índice. La velocidad y fuerza de ese ataque, más la corta distancia que había entre él y el rubio, más la ventaja que tenía de que su rival estaba en el aire y no podría esquivar algo como eso, hicieron creer a los dioses que la victoria era para ellos.
El dedo de Ares, tenso como una roca y veloz como un parpadeo, se acercó rápidamente hacia el rostro de Minato, a solo milímetros de golpearlo y destrozarle el cráneo. Parecía que su técnica había conectado, el suelo tembló, se desgarró, y el polvo de nuevo se levantó.
La ráfaga de aire y el poder su técnica pasaron de largo, el poder de su técnica fué tal que literalmente llegó hasta las gradas de la arena, de lado de los dioses, mismos que tuvieron que cubrirse como mejor pudieron porque la fuerza era increíble.
Literalmente provocó grietas en las gradas.
Artemisa quedó sorprendida de lo que sus ojos observaron, fué tan increíble ver al dios de la guerra realizar su técnica en un abrir y cerrar de ojos.
—Asombroso, creí que ese idiota sería un payaso en la pelea, pero su fuerza es incomparable, que lastima por ese humano —dijo la diosa de la luna, sin pestañear para nada.
—Aún así, eso no será suficiente —dijo Hermes, estando detrás de ella.
—¿De qué estás hablando? ¿Acaso no ves que literalmente pulverizó a ese humano? No lo veo por ningún lado —sonrió confiada Artemisa—, la victoria es de nosotros.
—Observa bien, Artemisa... —dijo Apollo, tan sereno e imponente como siempre.
Cuando el polvo comenzó a disiparse, la diosa de la luna se percató de la realidad, Minato había logrado sobrevivir al ataque de Ares, sin tener el más mínimo rasguño o herida en su cuerpo. Se encontraba a muchos metros de dónde el dios de la guerra había lanzado su ataque, era irrisorio pensar que pudo haber escapado lejos de Ares en menos de un segundo...
—¡¿Pero qué rayos?! ¡¿Cómo pudo esquivar semejante ataque a esa distancia y a esa velocidad?! —preguntó Artemisa, sorprendida pero algo fastidiada también—. ¿En serio es un humano?
—Para ser sincero lo hizo muy bien. A solo pocos milímetros de conectar su golpe, Minato arrojó su Kunai lejos y logró teletransportarse hacia allá, así fué como sobrevivió al ataque de Ares. No sé cómo se llamará su técnica, pero sin duda alguna lo salvó de una muerte segura —explicó la situación Hermes, siendo con Apollo, los que lograron ver lo que había pasado en realidad.
—Hiraishin no Jutsu —pensó Apollo. Sonrió con sutileza—, ese tipo dará un gran espectáculo.
—Pero si Ares logra descubrir como contrarrestar eso, ese humano está perdido —dijo Afrodita.
Los dioses que se encontraban en las gradas comenzaron a emocionarse al ver lo que Ares fué capaz de hacer solamente usando una técnica sencilla.
—¡Increíble! ¡La fuerza de Ares sin duda alguna es de temer!
—¡Su representante solo tuvo suerte, humanos, el segundo ataque no podrá siquiera esquivarlo!
Brunhilde llevó su dedo índice a su boca, mirando con enojo a Ares, movía su pie constantemente, pensando que, a pesar de la enorme velocidad que Minato tenía gracias a su Hiraishin, no la tenía fácil contra Ares.
—¿Minato como vas a manejar esta situación? Si Ares activa su modo berserker, tendrás que prepararte para poder hacerle frente —pensó Brunhilde, y para ser sinceros, aunque tenían un plan, no era tan sencillo como parecía.
Minato no la tenía nada fácil...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top