CAPÍTULO 57

"Y descendí a través de la lúgubre oscuridad
Y el monstruo que miré, aún seguía dormido
Esperando paciente y sereno...
A que alguien lo despierte"

Loki entró en las fauces del monstruo, al patear la puerta del Kinderheim 511 habían entrado sin saberlo al más oscuro y aberrante punto en la historia de la humanidad. Corría, muy furioso, a través del corredor principal del edificio, mirando a todas partes, buscando al humano que hizo hervirle la sangre solo con pocas palabras.

A su nariz llegó un olor extraño...

Que olor tan raro —pensó Loki, corriendo y buscando a Johan. El lugar estaba a oscuras, solo algunas velas colocadas en las paredes gracias a pequeñas superficies que sobresalían, otras en una que otra mesa, pero el lugar en general era bastante oscuro.

Al girar el pasillo a la izquierda, por fin había encontrado a su oponente. Johan se encontraba mirando una foto en un pequeño marco en dónde se podía ver a un pequeño niño rubio y un hombre a su lado, ambos sonriendo de forma extraña.

—¡Al fin te encontré! ¡¿Acaso estás huyendo de mí o que?! ¡No juegues conmigo maldito imbécil! —le gritó Loki a todo pulmón.

Johan dejó aquella foto encima de una pequeña mesa y miró al dios Nórdico...

—¿Señor Loki puedo hacerle una pregunta?

—¡Ya basta de preguntas! ¡Estamos aquí para pelear a muerte, no para hablar sentaditos tomando el té y hablando de nuestras vidas! —le respondió agresivamente el dios Nórdico.

—Tranquilo, señor Loki, no se ve bien que un humano, vuelva loco a un dios ¿O sí? —Johan le preguntó eso, con una sutil pero increíble sonrisa y mirada tan burlesca, lo que provocó aún más a Loki.

—Hijo de puta... —murmuró un encolerizado Loki.

—Como sea. Lo que quiero preguntarle señor Loki, es algo que hasta los más pequeños pueden responder. ¿Qué piensa usted de los humanos?

Los dioses que veían y escuchaban la conversación de los dos a través de los monitores empezaron a molestarse con Johan por hacer preguntas extrañas en vez de pelear con Loki.

Loki le miró molesto y después gruñó furioso...

—¿Qué pienso de los humanos? ¡¿Enserio quieres saberlo?! ¡LOS HUMANOS SON LA PEOR BASURA, EL PEOR PARÁSITO QUE EL HERMOSO PLANETA TIERRA PUDO HABER TENIDO EN TODA SU HISTORIA! ¡SON LAS PEORES ESCORIAS QUE HAN PISADO ESTE MUNDO, ASESINAN A DIESTRA Y SINIESTRA, SE ODIAN ENTRE USTEDES MISMOS, ASESINAN, VIOLAN, HUMILLAN A OTROS, SON ARROGANTES Y UNOS MISERABLES! ¡ESOS SON LOS HUMANOS, UNA VERDADERA ESCORIA!

Johan solo escuchó atentamente todas esas palabras que salieron de la boca del dios Nórdico. Volvió a mirar aquella foto que dejó encima de aquella mesa...

—Los humanos son, en efecto, el más grande mal que pudo haber albergado este mundo. Una mancha negra en el lienzo más puro y blanco de la existencia —respondió Johan con toda la serenidad del mundo.

Los humanos, algunos se molestaron por la respuesta del jóven rubio. Tenía que alentar y apoyar la salvación de los humanos, no alentar de forma indirecta a los dioses a destruir por completo la raza humana.

—Sinceramente es el hombre más extraño que eh visto en mí vida —comentó Ares, viendo el combate a través de aquellas pantallas.

—No sé si se está burlando de Loki o realmente quiere que lo mate de forma horrenda —dijo Artemisa, muy concentrada en el combate.

—Nada de eso. Ese humano no es tonto, está jugando con Loki —comentó Hermes, habiendo descifrado ya las intenciones de Johan—, no sé que esté tramando ese sujeto Johan, pero les puedo asegurar que está jugando con Loki, pronto despertará la ira que mantiene adentro.

Göll se sentía tan confundida con las palabras de Johan...

—¿Qué le pasa a Johan? No entiendo para nada su comportamiento, no parece que en realidad él deseé querer salvar a la humanidad, creo que hasta apoya la extinción que los dioses quieren hacer —comentó Göll, viendo claramente por esa pantalla enfrente de ella y de su hermana que Johan, el monstruo sin nombre, hablaba y se expresaba de la humanidad.

—Johan jamás sintió ningún respeto por los de su raza, para él, todas son almas vacías y sin rumbo en un mundo malvado y cruel. Jamás cambió, ni siquiera cuando le salvaron la vida por segunda vez, y jamás cambiará, nunca lo hará ni aún teniendo a la muerte enfrente suyo —respondió Brunhilde.

—¿Entonces mandar a alguien que no desea salvar a la humanidad fué una buena idea?

—Solo observa, Göll —respondió Brunhilde, viendo aquella pantalla, mientras una sonrisa extraña empezaba a asomarse en su rostro.

Dentro del Kinderheim 511, Loki ya se estaba cansando de las estúpidas e innecesarias preguntas del jóven rubio...

—¡Muy bien! ¡Si ya no tienes más preguntas que hacer entonces podemos empezar el combate!

—Está desesperado por matarme, y yo, ansioso por ver cómo usted desciende lentamente por el abismo de la locura, hasta los más oscuros y densos círculos del infierno —mencionó Johan. De nuevo volvió a llevar su dedo a su frente mirando a Loki con una expresión perturbadora—. Adelante, vamos, quiero verlo asesinarme, señor Loki.

El dios Nórdico no invocó una daga o alguna arma blanca de tamaño pequeño, no, invocó una larga y pesada lanza de metal con la que, por unos momentos, pensó en usarla para empalar a su enemigo...

—Perfecto, me estás entregando tú vida entonces, ¡Esta vez no voy a fallar ni a detenerme! ¡Voy a destrozar tú cabeza usándola como un blanco, así que quédate quieto!

Loki dió un fuerte pisotón en el suelo, y cuando estuvo cerca de arrojar aquella lanza y de seguro, asesinar a su enemigo dándole fin así a ese peculiar combate, observó que Johan lo veía y le sonreía de una manera que ponía los pelos de punta.

Loki no pudo apartar los ojos de ese rostro sonriente, de ese monstruo burlándose de él y esperando a que lo mate. Cuando lanzó su arma, lo hizo con tanta fuerza que creó una fuerte ráfaga de viento que fué desgarrando parcialmente el suelo.

No obstante, y para sorpresa de todos, aquella lanza pasó a un costado de Johan sin llegar a causarle ni un solo rasguño siquiera en su rostro. El viento movió los cabellos de Johan con violencia, pero nada, ninguna herida. La lanza pasó de largo y traspasó la pared del fondo haciéndole muchas grietas, causando un gran alboroto.

—¡Es increíble! ¡El ataque de Loki no acertó en su oponente! ¿Será acaso que el dios Nórdico falló o Johan pudo esquivarla? —comentó Heimdall para todo el público, narrando el combate desde afuera, pero teniendo una pequeña pantalla sobre su brazo derecho que transmitía con claridad todo lo que ocurría.

En la zona VIP, los dioses estaban asombrados por lo que pasó...

—¡Asombroso, Johan esquivó un ataque directo a su rostro! No parece ser tan debilucho como creíamos —mencionó Ares, asombrado por lo que sus ojos vieron.

—Te equivocas, Johan no esquivó ningún ataque, Loki falló al lanzarse su arma, pero a esa distancia era prácticamente imposible fallar. No me cabe duda que Johan está jugando con Loki.

Göll igual quedó bastante sorprendida por lo ocurrido...

—No sé que está haciendo pero, Johan se va salvando dos veces de morir a manos del señor Loki —dijo Göll.

Brunhilde sonrió de forma retorcida...

Johan, podrás ser un verdadero bastardo malnacido, pero eres el único que es capaz de volver locos a los dioses.

En las gradas, cierto hombre de cabellos negros observó atónito lo que había ocurrido.

—Johan... ¿Por qué alguien como tú está representando a los humanos? —murmuró sorprendido este hombre, quien después de eso, sintió que alguien le había tocado el hombro izquierdo. Cuando él se volteó se llevó una gran sorpresa al ver a una mujer bastante conocida por él.

—Doctor Tenma, me da mucho gusto volver a verlo, ha pasado mucho tiempo —dijo con una agradable sonrisa esta mujer.

—Nina. Sí, ah pasado mucho tiempo —respondió el doctor Tenma, invitando a aquella mujer a sentarse a un lado de él.

—También me resulta irreal que alguien como Johan esté peleando por los humanos. Aún no puedo creerlo —dijo Nina, viendo las pantallas que se encontraban enfrente de las gradas.

—Ni yo tampoco, creí que Johan había cambiado su forma de ver el mundo, pero ni siquiera después de la muerte lo hizo. Sigue siendo un monstruo que solo juega con sus víctimas.

Loki apartó su mirada del rostro tan extraño de Johan, del monstruo sin nombre, del hombre que en su mente, se estaba burlando de él. Algunas venas resaltaron en su rostro y otras en sus brazos y manos, verle sonreír de esa forma se sentía tan... raro, humillante. Estaba colérico.

—¡¿POR QUÉ SONRÍES DE ESA FORMA MALDITO IMBÉCIL?! ¡¿TE ESTÁS BURLANDO DE MÍ INMUNDA BASURA?! ¡¿O ACASO NO LE TIENES MIEDO A LA MUERTE?! ¡¿A DESAPARECER POR SIEMPRE?! —gritó Loki, cayendo poco a poco en el abismo que Johan tanto anhelaba verlo caer, aún más profundo.

Johan dejo de verle de esa forma y le respondió, algo que dejaría a la mayoría de humanos consternados.

—La muerte solo será un tormento, para los que no han pensado en ella toda su vida —dijo el monstruo sin nombre con una serenidad tan inmensa como el océano después de la tormenta.

Johan comenzó a acercarse a Loki con toda la calma del mundo, volviendo a sonreír de la misma forma cuando Loki le lanzó aquella lanza. Una gota de sudor frío cayó por la mejilla del dios Nórdico.

En las gradas, un hombre comenzó a entrar en pánico al ver la expresión malvada de Johan. Estaba pálido, sus ojos temblaban y un sudor frío caía por su mejilla.

—E-Ese hombre, esos ojos... Esos ojos...

—¿Oye qué te sucede? ¡Estás pálido! —comentó un tipo a su lado, viendo como empezaba a entrar en pánico ese hombre. Detrás suyo, en la grada superior, alguien también comenzó a actuar como si estuviera viendo al diablo en persona.

—Esa sonrisa. ¡¿ESE HOMBRE NOS ESTÁ REPRESENTANDO?!

—¡Lo recuerdo! ¡Recuerdo esa sonrisa! ¡ESE DIOS TIENE ENFRENTE AL MISMO REY DE LAS TINIEBLAS EN PERSONA Y NI SIQUIERA LO SABE! —dijo alguien más, viendo el rostro malvado de Johan y viendo como se estaba acercando a Loki.

—¡¿Pero quién es ese hombre?! —preguntó un hombre empezando a asustarse por las reacciones de los demás.

—Ese hombre es... —murmuró un mujer, pálida del miedo.

¡EL MONSTRUO SIN NOMBRE DE ALEMANIA!

Johan se acercó bastante a Loki, al punto de que el dios Nórdico, sintiendo algo subir por su espalda, retrocedió. Un dios retrocedió ante un humano, no, me equivoqué, ¡Un dios retrocedió ante un monstruo!

—¡Mire, mire señor Loki! ¡Enfrente suyo tiene a un hombre que no ah podido asesinar en dos ocasiones!.. ¿Por qué? ¿No puede hacerlo?

Loki retrocedió, y se colocó justo en dónde Johan quería que estuviera.

—En vista de que usted no ah podido arrebatarle la vida a un hombre desarmado, no me deja más alternativas que presentarle mi Volundr —dijo el monstruo sin nombre, metiendo la mano en el interior de su saco y extrayendo el arma con la fué a combatir al dios Nórdico.

Loki abrió sus ojos a más no poder al ver el arma, el divino tesoro de Johan, algo bastante... particular a decir.

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