CAPÍTULO 5
Disfrútenlo muchas gracias!!
Que Shirohige haya sido herido en la parte baja de su marcado abdomen, por nada más ni nada menos que Poseidón, dejó a todos los humanos boquiabiertos y con el corazón en en la mano. Göll tenía los ojos en blanco, que alguien tan imponente como Shirohige haya retrocedido con ese ataque era casi imposible de creer.
Shirohige llevó su mano derecha a dicha herida provocada por el tirano de los mares, por fortuna no era una herida considerablemente peligrosa —Para un humano normal sería la muerte, pero para Shirohige no representa mayor peligro— después de eso, vió su mano manchada toda de sangre y hizo un puño, apretando con fuerza. Sonrió de oreja a oreja.
Poseidón levantó su tridente, no le gustó que su oponente se haya reído del ataque que hizo.
—Barbablanca fué herido —dijo un humano, el cual vestía con atuendos de hace algunos siglos atrás.
—¿Crees que esté bien?, Ese ataque fué increíble —comentó un humano también observando el combate.
—Claro que padre está bien, no crean que es un humano común y corriente, es un insulto para él —dijo alguien quién salió de la nada. Los humanos que anteriormente estaban hablando, casi que se le salen los ojos cuando vieron quién era el que había dicho esas palabras. Un tipo de cabellos rubios, lentes, una especie de chaqueta celeste y con un tatuaje de color azul en todo su pecho estaba de pie cerca de ellos.
—¡EL COMANDANTE DE LA PRIMERA DIVISIÓN DE BARBABLANCA, "MARCO EL FÉNIX"! —gritaron esos pobres humanos, con sus ojos saltones.
No solo Marco, cada uno de los comandantes de las diferentes divisiones del emperador estaban ahí presentes, Marco, Ace, Jozu, Vista, Blamenco, Haruta, Izou, etc, cada uno de ellos observando ese combate de su querido padre contra el tirano de los mares.
—Es una pena que no podamos intervenir en esta pelea, no me agrada ver cómo papá se confía y es herido —Dijo Jozu, quién, por desgracia, ya no poseía los poderes de su fruta. Es más, ninguno de ellos poseía su fruta del diablo como cuando estuvieron vivos en la mítica era de la piratería.
—No hace falta, papá puede enfrentarse solo contra ese tipo —dijo Ace, sentado en una de las gradas, tampoco poseía su fruta del diablo, cuando murió la perdió para siempre, ahora era un muchacho común y corriente.
En la arena del Valhalla, Shirohige veía a su oponente con una amplia sonrisa, pensando en la forma más idóneo de devolverle el favor a Poseidón.
—Felicidades, mocoso, eres de los pocos seres que han logrado herirme en combate, ¿Por qué no me dejas devolverte el favor? —preguntó Shirohige, ya sabiendo que lo que iba a hacer sería algo que los haría temblar de miedo.
Poseidón, algo confundido, solo observaba lo que Shirohige hacia. Shirohige levantó su puño manchado de sangre, lo llevó unos momentos detrás suyo por encima de su hombro izquierdo...
—Papá va a hacerlo, tengan cuidado... —dijo Marco, alertando a sus demás compañeros.
En las gradas, Göll y Brunhilde seguían viendo el combate.
—¿Qué planea hacer Barbablanca?, ¿Por qué manda su mano por atrás de su hombro izquierdo?, ¿Tiene comenzón o qué? —preguntó Göll, confundida de lo que hacía el emperador de los mares.
Brunhilde al principio tampoco comprendió bien lo que hacía Shirohige; mas sin embargo, abrió sus ojos como dos platos al darse cuenta de lo iba a hacer y de lo que iba a suceder.
—¡Göll sujétate! —gritó Brunhilde, viendo a su hermana menor.
—¿Eh? —murmuró la jovencita Valkiria.
Shirohige con una velocidad y con una fuerza monstruosa, estrelló el aire creando grandes grietas al rededor de su puño, las cuales, todas iban en dirección a Poseidón.
—¿Barbablanca estrelló el aire? —preguntó Heimdall, desde su lugar de narración.
Tanto humanos como dioses quedaron confundidos por lo que pasó, Shirohige estrellando el aire creando grietas de la nada y quedándose ahí quieto sonriendo, pero pronto se dieron cuenta de la realidad y comprendieron por qué se llamaba "El hombre más fuerte del mundo".
Un gran temblor empezó a sentirse en la arena del Valhalla, el suelo comenzó a desgarrarse con tanta ferocidad que se tragaba a todo aquel que estuviera en su trayectoria, en dirección a Poseidón. Las aguas se movían salvajemente de un lado a otro inundando todo a su rededor, los pobres humanos, con pánico, tuvieron que agarrarse de lo que estuviera más cerca suyo para no caer a las aguas y morir ahogados o aplastados por los pilares que se desgarraban poco a poco.
Las grietas en el suelo casi se tragaban vivo a Poseidón, quién para evitar eso y morir aplastado de forma horrorosa, tuvo que saltar sobre encima de las rocas que emergían del suelo cuando se abría paso, casi que dejaba caer su tridente en el suelo.
Los dioses también tuvieron que sujetarse también, los golems de Afrodita casi se desmoronan ante el temblor dejando caer ese buen par de razones para seguir viendo la historia, Hermes casi deja caer una copa de vino, y eso hubiera significado un castigo severo, nadie, absolutamente nadie se esperaba que un humano fuera capaz de hacer semejante destrucción, misma que seguramente no fué provocada con su máxima fuerza.
Poco a poco todo dejó de temblar, pero los estragos causados por ese increíble poder se vieron reflejados en cómo quedó la arena del Valhalla.
—¡¿Q-Qué rayos fué eso?! —preguntó Göll entre lagrimas, desde el suelo, ese gran temblor la obligó a tirarse al suelo.
—El poder de la fruta del diablo.
—¿Fruta del diablo?, Pensé que esas cosas eran una leyenda.
—Ves a Barbablanca peleando en la arena, todo lo que sabes de la época de la piratería es real, incluso el legendario poder de su fruta Gura Gura —le respondió Brunhilde, aún tenía la ligera sensación de que seguía temblando.
—La fruta temblor... —Göll se puso de pie y observó a Barbablanca, quién estaba parado en la arena como si nada—, es un monstruo, tal vez le pueda ganar a Poseidón sin mucho esfuerzo.
Desde su puesto, Heimdall narraba, con voz algo temblorosa lo que sucedió, y les explicó que ese era el legendario poder de la fruta del diablo, gracias a eso, se conocía a Shirohige como el hombre más fuerte del mundo.
En la arena del Valhalla, Shirohige veía como Poseidón estaba saltando entre las rocas que estaban levantadas para poder llegar al suelo sin mayores inconvenientes. Cuando aterrizó, observó a Shirohige directo a los ojos, molesto e incrédulo de lo que había visto.
—Creo que no puedo tomarme este combate a la ligera —dijo Poseídon, viéndole a Shirohige—. Oye tú, recuérdame tú nombre.
—Grábate muy bien mi nombre porque será la última vez que lo escuches, soy Barbablanca, el emperador de los mares —respondió Shirohige, sujetando su Naginata gigante de siete metros.
Poseidón empezó a acercarse a Shirohige, pero esta vez ese ataque que hizo anteriormente no resultaría.
En efecto, Poseidón utilizó Amphitrita para atacar a Shirohige, pero Shirohige logró esquivar cada una de las estocadas del tirano de los mares tomando en cuenta la gran agilidad que poseía. A pesar de su enorme tamaño, Shirohige logró saltar a una gran altura alejándose de las estocadas del tridente de Poseídon, mismas que lograron perforar una gran roca y hacerla pedazos en poquísimos segundos sorprendiendo a todos de su increíble poder y de su rapidez. El tridente de Poseídon dió un sutil brillo cuando terminó su ataque, indicado que seguía tan afiliado y listo para perforar a su oponente.
Poseídon se volteó a ver a Shirohige en el aire, y procedió a seguirlo dando un salto también, porque en el aire no iba a poder esquivar a Amphitrita y menos con su colosal tamaño, sin embargo, Shirohige se las arregló y desde el aire agarró su Naginata con ambos brazos y una mancha ligeramente sombría cubrió gran parte de su arma, protegiendo la misma con su Haki de armamento, en pocas palabras, incluso Hrist estaba protegida en cierta forma.
Descendió con rapidez e intentó partir a la mitad a Poseidón quién estaba en el aire, de un solo ataque y terminar con esto, pero el pequeño rubio se movió a la derecha esquivando el corte a gran velocidad, pudo sentir la helada hoja de la Naginata rozando su mejilla, solo unos pocos mechones de su cabello dorado fueron cortados.
La Naginata aterrizó en el suelo junto con Shirohige creando un gran cráter, fué un golpe poderoso, si alguien común y corriente hubiera recibido eso, quedaría hecho mierda. Poseidón iba a aterrizar después y aprovechar la distracción para atacarlo por la espalda.
Shirohige levantó nuevamente su pesada arma, se volteó y observó a Poseidón apuntó de aterrizar en el suelo, e intentó cortar al tirano por la mitad desde su cintura; pero el tirano nuevamente logró escapar del ataque girando su cuerpo y aterrizando casi que arrodillado.
Shirohige al verlo ahí, casi de rodillas, inmediatamente concentró su poder en una burbuja temblor en su puño derecho e intentó darle en la cara, hacerla pedazos, pero Poseidón al ver el puño ir a su rostro nuevamente usó su tridente para bloquear y defenderse. Gracias al poder de la fruta Gura Gura, ese tridente recibió toda el impacto y las vibraciones del ataque, y casi estalla, mandando a volar a Poseidón por los aires.
Poseídon aterrizó en el suelo, su tridente y sus brazos recibieron esas vibraciones, de hacerlo recibido el la cara, tal vez hubiera sido un ataque mortal, entendió que no debía usar su arma para defenderse así nomás. Respiraba agitado, y era impensable para él que una cucaracha le esté dando problemas.
Se logró acercar a Shirohige para realizar un ataque diferente, a gran velocidad empuñó su tridente, y a punto de realizar un enorme salto para efectuar su ataque.
—Quíone... —murmuró Poseidón a punto de saltar lo más alto.
No obstante, el emperador de los mares aprovechó esa gran ventaja de tenerlo tan cerca para realizar de nuevo su ataque. Llevó su puño ahora por detrás de su hombro derecho y procedió a estrellar de nuevo el aire con gran fuerza.
Poseidón frenó en seco con ambas piernas, pero era tarde, porque el suelo de nuevo comenzó a retumbar con gran poder creando aún más grietas. Otro gran temblor apareció. De nuevo los humanos tuvieron que sujetarse de lo que mejor podían, incluso uno de ellos casi caía a las feroces aguas de no ser porque fué socorrido por los que estaban más cerca.
Al igual los dioses, si esto seguía así, la arena del Valhalla no iba a soportar los ataques constantes de Shirohige. En las gradas, con nuestras queridas Valkirias, también tuvieron que soportar el ataque de Shirohige.
—¡¡No otra vez, por favor!!—gritó Göll muerta del miedo y entre llantos, aferrada a una columna de las gradas más altas, parecía que todo el coliseo iba a derrumbarse.
—La fruta temblor, de gran poder, capaz de destruir todo a su paso, pero no puede reconocer a los aliados de los enemigos.
Poseídon tuvo que cuidarse de no morir aplastado por las grandes rocas que se venían encima. El gran temblor provocó que una parte de la plataforma donde estaban se parta en varios pedazos y se hundieran en el océano que había alrededor. Shirohige aprovechó que Poseidón estaba con la guarda baja y se acercó a él corriendo, haciendo sonar sus botas y el suelo con su pesado tamaño, levantó su Naginata y de nuevo atacó a Poseidón.
El tirano se echó para atrás dando una vuelta completa y escapando de la hoja afilada, un poco más y le rebana la pierna izquierda.
La Naginata al chocar contra el suelo cortó una pequeña roca y posteriormente contra el suelo, gracias a eso, creó una cortina de polvo, bloqueando la visión de ambos. Poseidón aprovechó esto y realizó un ataque similar a Amphitrita pero tirando estocadas sin ver a dónde iban. Por desgracia, el tridente logró perforar el antebrazo de Shirohige haciéndole un daño considerable.
—¡Papá! —gritó uno de los comandantes de Shirohige.
Shirohige utilizó su mano para cubrir su herida, ya que el tridente literalmente perforó su antebrazo como si de una hoja de papel se tratase.
El tirano vió su defensa baja y aprovechó ese descuido.
Poseidón procedió a dar un largo salto en el aire donde sujetó firmemente su tridente con una sola mano, posteriormente comenzó a lanzar una ráfaga de ataques devastadores sobre Shirohige.
—¡Quíone Tiro Deméter!
—¡BARBABLANCA! —gritó Göll desde las gradas.
Debido a su gran potencia y velocidad, esta técnica hizo que los movimientos producidos por las estocadas del tridente de Poseidón se vean similares a la lluvia y relámpagos presentes en una tormenta.
Shirohige se vió envuelto en una lluvia de estocadas que le provocaron heridas en la espalda, hombros, brazos, cara, e incluso hasta sus fornidas piernas se vieron afectadas por ese ataque. Recibió cada una de esas estocadas sin poder hacer mucho, y si levantaba la cabeza aunque sea unos momentos, ese tridente posiblemente se clave en alguno de sus ojos complicando la pelea para el emperador.
Toda la plataforma tembló ante este ataque devastador, cabría esperar si Shirohige seguía en pie o si las cosas se ponían difíciles para él.
Continuará...
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