CAPÍTULO 26
Los dioses hindús se preocuparon de lo que le pasó a Shiva, de un momento a otro esa masa de músculos desapareció de enfrente del dios hindú y lo próximo que vieron fué golpearlo con mucha fuerza lanzándolo contra los muros de la arena.
Los humanos al principio guardaron silencio, era aterrador, no, eso es decir poco, no había palabra alguna para describir lo que sintieron al ver cómo ese humano logró mandar a volar a Shiva de un solo golpe. Yujiro permaneció de pie, volviendo a colocar su mano dentro del bolsillo de su pantalón, fué un buen golpe aunque no lo golpeó con toda su fuerza.
En ese momento, los cuatro brazos de Shiva salieron de entre las grietas de los muros y después salió él, con un poco de sangre escurriendose de su frente.
—Ah, miserable, ese golpe sí me dolió —comentó Shiva, mientras salía de aquella enorme grieta.
—¿Qué tanto te divirtió mi puño? —preguntó Yujiro, burlándose del dios hindú.
—Jeje, es la primera vez que alguien logra mandarme a volar de esta forma —se limpió la sangre que estaba deslizandose lentamente por su frente—, debo admitir que eso no volverá a suceder, eres el primero y el último en hacerlo.
—¿Eso crees? —preguntó Yujiro, levantando un poco su cabeza viéndole a los ojos.
Sin perder más tiempo Shiva se lanzó con todo hacia el ogro. Cuando estuvo enfrente de él lanzó un puñetazo con toda su fuerza al rostro de Yujiro, pero este lo detuvo con facilidad, así mismo otro golpe que también iba directo a su rostro, lo detuvo con su otro brazo. Shiva sonrió un poco, porque todavía le quedaban dos brazos más. Aprovechó eso y golpeó a Yujiro en su pecho, el ogro retrocedió un poco, pero nada que no pueda soportar, no por nada era la criatura más fuerte del mundo.
Soltó a Shiva, y tan rápido como una bala le devolvió a Shiva los mismos puñetazos. Conectó el primero, Shiva retrocedió, conectó el segundo, el dios hindú arrojó sangre de su boca, uno más y lo obligó a doblar una rodilla cayendo al suelo.
—Un dios se arrodilla ante mí, ¿Debo sentirme honrado por eso? —preguntó el ogro, otra vez sonriendo con esa arrogancia tan característica de él.
—¡No te emociones! —el dios hindú se levantó pero Yujiro volvió a doblegarlo con una sola patada. La potencia fué tanta que creó una grieta en el suelo, pero no logró herir a Shiva como lo tenía planeado.
Shiva utilizó dos brazos para cubrirse de ese golpe. Tomó a Yujiro por la pierna, sus músculos se hincharon, sus venas brotaron y palpitaron ferozmente, con mucha fuerza arrojó al ogro lejos de él, algo tan espectacular e imposible de creer.
Yujiro aterrizó sin mayores inconvenientes. En las gradas, de lado de los humanos, cierto muchacho jóven con un físico más que impecable quedó sorprendido con lo que sus ojos veían.
—Increible, papá es fantástico —pensó este muchacho, pero sería sacado de sus pensamientos al sentir como alguien colocaba una mano encima de su hombro izquierdo. Al mirar a esa persona, sonrió un poco.
—Es bueno verte de nuevo, Baki —dijo el hombre más fuerte de Estados Unidos en su época.
—Señor Oliva, que bueno es volver a verlo después de mucho tiempo —dijo Baki. Biscuit se sentó al lado del muchacho para presenciar ese combate.
—Así que tú padre está participando, jamás imaginé que escogerían a alguien como él para defender a la humanidad —dijo Biscuit, viendo con mucha atención el encuentro—, podremos ver todo el combate desde aquí, es un buen lugar.
—Sí a mí también me sorprendió que hayan escogido a mi padre para esta ronda —dijo Baki, volviendo a mirar el enfrentamiento de su padre.
Yujiro nuevamente se abalanzó contra su oponente. Shiva utilizó dos de sus brazos para frenar los ataques del ogro, ¿Dolían sus golpes? Dolían tanto que no había forma de medirlo, esos golpes eran tan brutales que no parecía ser un humano peleando.
—Señor Oliva, ¿Quién cree que gane este encuentro? —preguntó Baki.
—Me gustaría decir que tú padre pero, no lo sé, solo te diré que esta pelea no es nada a lo que hemos visto antes —respondió Biscuit.
Yujiro sostuvo los dos brazos de Shiva, los sostuvo con mucha fuerza, mientras le miraba a los ojos, le sonrió y lo golpeó con su rodilla o al menos, eso creyó, porque Shiva detuvo su golpe con sus otros dos brazos. El dios hindú sonrió con arrogancia...
—Es una desventaja no tener más de dos brazos ¿No lo crees? —respondió Shiva, quién comenzó a ejercer presión sobre los músculos de la pierna de Yujiro.
—Con estos dos brazos es más que suficiente —le respondió. Soltó a Shiva, Shiva lo soltó y ambos se separaron quedando a varios metros el uno del otro.
En las gradas, Brunhilde se cruzó de brazos, ninguno había causado un daño considerable al otro, salvo ese puñetazo tan increíble que Yujiro le propinó al dios hindú al principio del combate. Göll estaba inquieta, por más que Yujiro se mostraba confiado y muy arrogante, en el fondo sabía que esa arrogancia podría costarle caro.
—Hermana... —le vió a los ojos, una mirada nerviosa y preocupada, no quería perder otra de sus queridas hermanas.
—Tranquila, Göll, Yujiro no perderá este combate ya lo verás —dijo Brunhilde, mientras le colocaba su mano encima de los cabellos de su hermana menor.
En las gradas, de lado de los dioses, Odin estaba observando todo, como siempre en completo silencio, pero a diferencia de él, Loki estaba hablando y hablando sin poder callarse unos cinco minutos por lo menos.
—La criatura más fuerte del mundo le está dando problemas a nuestro amigo, Shiva estará en problemas sino se toma esta pelea en serio —dijo el dios de las mentiras y las travesuras.
—¿Crees que Shiva perderá? —preguntó el cuervo blanco.
—No lo creo, aún no ha peleado con toda su fuerza —respondió el cuervo negro.
—Y Yujiro tampoco —interrumpió Loki.
En la arena, Shiva y Yujiro seguían viéndose a los ojos, sin hacer ningún movimiento, se estaban estudiando el uno al otro. Luego de unos segundos, Shiva respiró profundamente y le comentó a Yujiro lo siguiente...
—Hacía tanto tiempo que no me divertía de esta forma, debería felicitarte por divertirme tanto —dijo con suma arrogancia el dios hindú.
—Te robaste mi línea, Shiva —dijo Yujiro.
El dios hindú se molestó por esas palabras, y tan rápido como un parpadeo pasó de estar a varios metros de Yujiro a estar prácticamente enfrente de él. Arrojó un golpe, el ogro lo detuvo con un brazo, arrojó otro golpe, Yujiro lo detuvo también, pero no pudo hacer nada contra los otros dos brazos de Shiva.
Uno tras otro y tras otro, Shiva golpeó el pecho del ogro con tanta fuerza lo hizo retroceder, y se preocupó un poco al ver cómo uno de sus golpes fué directo a su corazón. El ogro retrocedió, y cuando levantó la mirada Shiva le propinó un puñetazo tan fuerte que lo arrojó hacía atrás.
Shiva sonrió y luego de eso una lluvia de puñetazos fueron directos hacia el ogro. Yujiro se cubrió de los golpes de Shiva, eran muy veloces, eran más rápidos que un parpadeo, ningún rival con los que se enfrentó en el pasado se le comparaba, ni de lejos.
—¡Vamos Yujiro, pelea! ¡Anda anda anda anda anda anda! —repetía sin parar el dios hindú.
—¡Papá! —gritó Baki.
—Está doblegando al ogro, jamás imaginé que vería algo así, el ogro tan indefenso de unos ataques como esos —dijo Biscuit.
—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Ataca! —volvió a gritar Baki.
Shiva golpeó en repetidas ocasiones a Yujiro, mientras la furia del ogro no hacía más que crecer. Aprovechó un descuido del dios hindú para darle una patada en toda la cara, Shiva retrocedió, escupió sangre pero no le importó, volvió a sonreír y siguió atacando con una ráfaga de puñetazos, mientras se reía y se mofaba de Yujiro.
—¿La criatura más fuerte del mundo? ¡Más bien la criatura más indefensa del mundo! Jajaja —seguía burlándose el dios hindú. Yujiro, cansado de eso, agarró uno de los brazos de Shiva, lo tiró con fuerza hacia adelante y le dió un puñetazo en la cara, mandándole a volar metros hacia atrás.
Yujiro llevó su mano a su pecho, los puñetazos de Shiva en su corazón fueron algo muy peligroso para él, no sería algo conveniente que de un golpe le pare el corazón como una vez él lo hizo en el pasado con el asesino de tigres, Orochi Doppo. Shiva vió lo que Yujiro hizo y se mofó de eso.
—¿Duele, cierto? Ese es el resultado de recibir los golpes de estos brazos —hizo crecer más sus músculos, viéndose imponente—, estoy orgulloso de ellos, con estos brazos puedo destrozar a mis rivales sin ningún problema.
—Jaja, hablas mucho y haces poco, no te creas la gran cosa solo porque me diste uno o dos golpes, la pelea apenas comienza.
Shiva volvió a hacer lo mismo, pero ahora Yujiro estaba más confiado en lo que haría. Shiva reunió algo de energía en su brazo izquierdo superior, mientras se acercaba a Yujiro.
—¡Lo siento mucho, pero voy a matarte justo aquí y ahora mismo! —dijo el dios hindú a toda velocidad.
Efectivamente, golpeó a Yujiro con toda su fuerza, el ogro retrocedió varios metros hacia atrás mientras los demás dioses hindús glorificaban y alababan a Shiva y su grandioso poder. Pero la enorme sonrisa de Shiva se haría humo al ver cómo Yujiro simplemente aterrizó sin mayores inconvenientes.
Los humanos quedaron confundidos, los mismos dioses quedaron confundidos, ¿Qué había sido eso? Recibió de lleno un poderoso golpe de un dios pero no le pasó nada. Shiva volvió a reunir energía en uno de sus puños y volvió a golpear a Yujiro, el ogro recibió ese golpe, y no le pasó nada, solo escupió sangre.
Shiva abrió sus ojos, ¿Qué estaba pasando? Volvió a atacar a Yujiro, uno y otro y otro más, algunos puñetazos en el rostro pero ninguno le hacía un daño significativo al ogro.
—¡¿Qué rayos está pasando?! —preguntó Shiva, molesto.
En las gradas de lado de los dioses, Ares estaba sorprendido, antes los golpes de Shiva estaban doblegando a Yujiro, pero ahora, parecía que no le hacían nada.
—¿Los ataques de Shiva no le afectan en nada? —preguntó Ares, boquiabierto.
—Esto es raro, no está utilizando una armadura como Seiya para resistir esos golpes, o esté esquivando los golpes de Shiva gracias a algún poder ocular como Itachi, está recibiendo a propósito los golpes de Shiva y no parece ser herido —comentó Hermes, llevándose una mano a su mentón.
Yujiro llevó sus manos a los bolsillos de su pantalón mientras sonreía, y Shiva seguía golpeandolo sin hacer ningún daño al ogro. Baki también estaba sorprendido, pero pronto se daría cuenta de la realidad y el por qué su padre estaba tan tranquilo.
Shiva lanzó un golpe por debajo del mentón de Yujiro y lo elevó por los aires. El ogro dió un vuelta en el aire y aterrizó en el suelo con un solo pie, cuando se paró firme de nuevo, movió sus brazos de una forma extraña.
—Está utilizando la técnica de Shaorii —dijo Baki, sorprendido.
—¿Shaorii? ¿No es la misma técnica que utilizó el emperador Kaku Kaioh contra tú padre? —preguntó Biscuit, viendo a Baki unos segundos y después viendo el combate.
—Así es, papá dijo que jamás volvería a utilizar una técnica como esa porque no es su estilo, pero lo está haciendo de nuevo, seguramente, por la sonrisa que tiene, para burlarse de Shiva lo conozco muy bien —dijo Baki.
Shiva continuaba atacando a Yujiro con una ráfaga de puñetazos pero ninguno servía. Al darse cuenta de que no podía hacerle daño así nomás, retrocedió a paso lento.
—Esto no puede estar sucediendo... —dijo Shiva, desesperado.
En las gradas, Hermes veía directamente a Yujiro y tras analizarlo un poco, también se dió cuenta de la realidad.
—Está completamente relajado —dijo Hermes, aún con su mano en su mentón.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Ares, viéndole a los ojos.
—Yujiro está completamente relajado, tiene los músculos tan relajados que gracias a eso no le afectan los golpes de Shiva.
—¿Qué? —preguntó Ares.
—Cuando los humanos sienten peligro o están en una situación peligrosa lo normal para ellos es ponerse rígidos o congelarse del miedo, pero Yujiro no tiene el cuerpo rígido, al tener los músculos tan relajados como ahora puede absorber sin ningún problema los golpes de Shiva y es por ese motivo que sus ataques no provocan daño alguno, también lo ayuda la enorme agilidad y flexibilidad que tiene, no sé cómo lo hizo o cómo se llame esa técnica, pero es increíble que un hombre no sienta miedo al pelear contra un dios.
—¿En serio? —preguntó Ares, incrédulo.
—Eres el dios de la guerra, se supone que mientras más relajado esté el individuo mejor podrá desenvolverse en un combate, deberías saber estos conceptos ¿No es así, hermano? —preguntó Hermes, con cierto tono burlón.
—¡C-Claro que sí, ya lo sabía, solo quería que tú también te dieras cuenta de eso! —dijo Ares, un poco avergonzado—, si un guerrero pierde la calma en un combate está perdido, no hay segunda oportunidad, ni misericordia.
En la arena Shiva lo veía directo a los ojos, su rival se estaba riendo de él y sin poder hacer nada. Yujiro sonrió con arrogancia y preguntó...
—¿Ya terminaste? ¿Qué no ibas a matarme aquí y ahora? ¿No dijiste que tus brazos son tú mayor orgullo? Qué patético eres... —el ogro caminó lentamente hacia su oponente, en lo que Shiva retrocedía mientras el ogro avanzaba.
Ganesha seguía alentando a su padre, porque fué decepcionante verlo retroceder ante un humano. Al escuchar a su hijo Shiva volvió a calmarse, estaba en lo correcto, cometía un gravísimo error al retroceder ante un humano.
—No sé qué rayos hiciste, o qué técnica habrás usado, pero no perderé este combate solo porque mis golpes normales no te causan daño.
—¿Entonces ya terminó el calentamiento?, porque ya me estoy aburriendo, Shiva, el público desea que este combate sea más interesante —dijo Yujiro, burlándose del dios hindú.
—Antes de pelear en serio, ¿Puedo hacerte una pregunta, Yujiro? —preguntó Shiva.
—Adelante —contestó el ogro.
—¿Puedo saber por qué un hombre cómo tú está peleando en el Ragnarok? No creo que hayas decidido participar para defender a la humanidad, ¿Verdad?, En esa sonrisa tan arrogante que tienes puedo ver otra cosa, y no es el sentimiento de querer salvar a los humanos.
Yujiro se rió un poco ante la pregunta de Shiva, eso molestó un poco al dios hindú pero se contuvo, quería escuchar la respuesta.
—¿Por qué estoy participando en el Ragnarok? La respuesta es tan obvia que no necesito explicartela —dijo el ogro, sonriendo.
En las gradas, Baki sonrió sutilmente.
—Vaya pregunta la de ese sujeto, es obvio que papá está peleando aquí en el Ragnarok para defender a la humanidad, muy en el fondo, no es tan mal tipo como aparenta serlo.
Biscuit observó a Baki unos momentos y le preguntó...
—¿Estás seguro de eso, Baki? Estás hablando del ogro, no de otra persona.
—Estoy muy seguro de eso, papá no es tan malvado como aparenta serlo, al menos eso quiero creer.
En la arena, Yujiro retiró las manos de sus bolsillos y le contestó a Shiva su pregunta...
—Estoy participando aquí en el Ragnarok, por una sencilla razón y es porque... —dijo el ogro, y su respuesta dejaría perplejo a Shiva y a todo el mundo ya que es algo que no es esperaban—, estaba aburrido.
"ESTABA ABURRIDO"
Esa fué la respuesta, así de fácil. Todo el mundo quedó en silencio, Göll quedó con cara de ¡¿Qué mierda?! Brunhilde se llevó su mano a su rostro mientras movía su cabeza negativamente. Ares quedó boquiabierto en una escena bastante graciosa ya que Hermes tuvo que cerrarle la boca a su hermano.
Hasta Loki quedó confundido con la respuesta del ogro y eso, es decir mucho.
Heimdall sin saber que decir al respecto solo presenció lo que hacía el ogro...
—¿Porque estabas aburrido? —preguntó Shiva.
—Castigo, extinción, muerte a toda la raza humana, a mí no me interesa en lo más mínimo lo que pase a la humanidad o lo que los dioses quieran hacer con ellos —Yujiro observó a Shiva directo a los ojos—, por mi pueden irse al diablo todos ellos, solo quería volver a vivir el regocijo de una pelea, eso es todo, pueden extinguirlos si así desean, no me importa en lo más mínimo.
Toda la humanidad le reprochó al ogro esa respuesta tan absurda que dió, participando en un evento tan importante simplemente porque estaba aburrido, eso era todo.
Baki quedó con los ojos en blanco, Biscuit suspiró mientras una gota de sudor caía lentamente por su mejilla izquierda.
—¿Por qué eso no me sorprende viniendo del ogro?
—¡¿IDIOTA CÓMO SE TE OCURRE DECIR ALGO COMO ESO?! —gritó Baki a todo pulmón.
Shiva apretó sus puños con todas sus fuerzas mientras sus músculos se movían y sus venas palpitaban con fuerza.
—Pero qué insolencia, ¡¿Cómo se te ocurre responder de esa forma?! ¡Eres tan arrogante que me haces hervir la sangre, Yujiro!
—¡¿Ahora sí vas a pelear en serio?! ¡Qué bien ya lo estaba esperando!
—¡Tú no tienes a nadie por quién pelear, pero yo si, mis puños están llenos de los pensamientos de los mil ciento dieciséis dioses hindús, no puedo perder contra alguien tan nefasto como tú!
En ese momento Yujiro se puso en posición defensiva.
—Tus puños están cargados con esos pensamientos de tantos seres, el mío... solo de uno... —pensó Yujiro—, ¡Vamos Shiva, es hora de que la verdadera pelea comience!
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