Relato con violencia breve y descripciones que pueden herir la sensibilidad de algunas personas. Se recomienda su lectura a personas mayores de 15 años.

La chica que miraba a la luna

Ella era hermosa para su edad. Piel canela, ojos aceituna, labios de cereza, cabello de chocolate, sonrisa de media luna.

Ella era hermosa juventud. Resplandeciente luna en el valle de la sombras donde habitaba su alma, hasta que su alma no estuvo más, la abandonó como mucha gente.

Ella hermosa, pero la belleza cuesta y las personas suelen cobrar con más intereses que la vida misma.

Sí, era muy bella, pero solo por fuera. Ella sabía que podía hacer todo lo que quisiera y tener más de lo que deseaba.

Miraba la luna y se comparaban su reluciente ser. Hablaba con la luna, hasta que un día ya no apareció. Ella observaba la luna y eso fue lo último que vio.

Ella hermosa, aún cuando encontraron su cuerpo abandonado en campo abierto. Ropa rota, sangre seca, cabello despeinado y ultrajo seguro. Pero la belleza esta vez le dio la espalda, no pudo ayudarla. Jamás supieron quién lo hizo, ni porqué. Motivos había de sobra. Personas había en montones, pero en este lugar no había tiempo para hablar con todos.

Ella era hermosa, ya no lo es más. Ella hablaba con la luna una fatídica noche de septiembre, hasta que alguien apagó su voz. Esa noche su cuerpo roto tendido en el suelo, su sangre derramada y ojos vacíos mirando a la nada; solo esa noche ella no observó la luna, la luna la vio a ella.