[Consejo #3]: 11 consejos que nadie te dará para escribir una novela
(1) El primer maestro de un escritor tiene que ser la lectura.
Mi primer consejo para quien quiere escribir una novela es sencillo: combinar intuición y método. Y ocurre para las novelas más leídas, y también en el resto. Escribir es un oficio artístico, por tanto necesita de lo que podríamos decir musas, pero también del trabajo continuo.
Trabajar primero en la estructura, creando desde una primera idea hasta la escaleta, escena por escena. Pasando, claro está, por una sinopsis breve y otra más amplia. Es cierto que es más tedioso dedicarte durante varias semanas a crear una sinopsis y una escaleta pero, créeme, luego lo agradecerás.
(2) Los conflictos.
Día a día tratamos, en la vida real, de evitar los problemas, los obstáculos, los conflictos. O, al menos, de traspasarlos lo más rápidamente posible. Sería angustiosa una vida llena de dificultades.
En la ficción, sin embargo, sin conflicto, sin obstáculos, sin problemas, no existe novela.
¿Cómo escribir una novela, un libro, en el que no pasa nada?
Por tanto, a la hora de sentarnos a crear una novela, lo primero que debemos tener en cuenta es qué le ocurrirá a nuestro protagonista, qué problemas enfrentará y cómo los irá resolviendo uno tras otro, o al menos cómo se enfrentará a ellos.
Es muy importante que el conflicto nazca pronto, lo antes posible, para que el lector se involucre y quiera saber.
(3) Detenerse en la creación del personaje.
Conviene saber qué le ocurrió antes de su llegada a la novela, por qué piensa como piensa, cómo era su infancia... Hacer una ficha es fundamental para evitar incoherencias.
El lector no es tonto, así que no nos extrañe si alguien nos dice que el personaje hace algo que no haría, es decir, que no es acorde con la construcción que hemos hecho de él.
Y a la hora de presentarlos, queda mucho mejor que vayamos mostrándolo más que diciendo cómo es.
(4) Toda novela comienza con una idea: un personaje que se enfrenta a un obstáculo.
¿Pero a partir de ahí qué? Tienes que construir una historia, crear una sinopsis con un orden temporal, que no quiere decir que luego sea ese orden el que usemos.
Una novela debe ordenarse de manera que genere tensión e interés, que no necesariamente es el orden cronológico.
(5) Un cuento, es decir, un relato, es la historia de un personaje.
Sin embargo, una novela necesita más cuerpo: una trama principal y varias subtramas que sostengan a la primera, pero que estén relacionadas con ella. Podríamos decir que se trata de una idea principal, con varias ideas vinculadas.
Y para tenerlo claro, al principio del trabajo, en la estructura, debemos escribirlas por separado, y desarrollarlas con la amplitud que queramos. Tiene que estar muy claro cuáles serán y qué aportan a la historia principal.
(6) ¿Cómo escribir una novela? La escaleta es la respuesta.
Sí, ya sé, soy una pesada.
No es otra cosa que detallar, escena por escena, lo que luego iremos escribiendo. Eso nos permite ir detallando qué incluiremos en cada escena, por qué, para qué, qué personajes se incluirán, etcétera.
Puedes no usar estructura alguna, por lo tanto, tampoco escaleta. ¿Qué sucederá? Que tardarás mucho más y tendrás que estar reescribiendo la novela constantemente para que todo sea coherente.
(Yo soy culpable de los cargos).
Una escaleta nos permitirá una mejor previsión a la hora de incluir las subtramas. Es importante conocer dónde las vamos a incluir para mantener la relación adecuada con la trama principal. Y también nos permite planificar nuestra novela.
(7) Pensar también en cuales son las escenas que vamos a mostrar.
Uno de los errores más típicos es poner demasiadas escenas para engordar la novela. La escena sirve para aportar nueva información, mostrar uno de los conflictos, servir de paso decisivo para otra parte de la trama, crear tensión, etcétera.
Es decir, debe tener un objetivo.
(8) El comienzo es lo más importante.
Del principio de la novela depende que el lector continúe leyendo o no. Es fundamental contar con una buena primera frase, pero no únicamente de una buena primera frase. También es importante que el lector se sienta cómodo cuanto antes, que sepa a qué historia se enfrenta, y que se familiarice con los personajes lo antes posible.
Sitúa al lector en el contexto y, lo más importante, al mismo tiempo, genera preguntas.
(9) La parte central.
El lector ya conoce a los personajes, conoce el conflicto y llega un momento muy importante: ¿qué pasará?
Es un momento difícil, diría yo que el más difícil. Debemos mantener la tensión en el lector para que no se aburra. ¿Y cómo se hace? Creando nuevos obstáculos que hacen que el protagonista se tenga que mover para resolverlos.
Pero existen muchos trucos.
Por ejemplo, dejar los capítulos en alto, es decir, mantener un final efectista en cada capítulo que genere nuevas preguntas en el lector, lo que le motivará para seguir leyendo. Yo soy partidaria de una curva ascendente, con un comienzo de capítulo poco tenso que vaya aumentando de tensión hasta el final, donde siempre procuro colocar una novedad, un nuevo obstáculo o una sorpresa.
También se pueden plantear nuevos misterios o adelantar brevemente algún acontecimiento que pasará en las siguientes páginas. Una novela entretiene, enseña, forma... pero sobretodo genera curiosidad, plantea interrogantes. Y no hay nada que puede enganchar más en una novela que una pregunta sin contestar, una situación a medias. ¿Qué pasará?, ¿se resolverá?, ¿de qué manera?
Además de jugar con la ubicación de los episodios, en esta parte central debemos incrementar la acción, aumentar el número de problemas y sobre todo intensificar la tensión de los obstáculos que habíamos planteado. Todo ello es lo que mantiene al lector pegado a las páginas del libro.
(10) ¿Cómo terminarla?
Las novelas más leídas, y en el resto, a veces pecan de finales que dejan al lector con mal sabor. Llega el final y el autor lo resuelve de un plumazo en una página o, lo que es peor, deja cabos sueltos.
El final debe ser inevitable.
Seguramente podría haber muchos finales para una misma obra, pero al lector le debe dar la sensación de que la novela no podría haber acabado de otra manera que así. Y para que sea así, y no de otra manera, hemos debido ir dejando pistas durante el camino para acercarnos a ese final.
Un final gratuito podría ser el de la serie de televisión Los Soprano. No ocurre nada, están todos cenando y ya está. Dejamos a los personajes protagonistas como en mitad de la historia, sin un final épico que haga recordarla.
En cualquier caso, lo que necesitamos es conocer el final antes de escribir la novela. Al menos sí algunas cosas debes tener claro antes de empezar a escribir, y el final es una de ellas.
(11) Los diálogos de los personajes tienen personalidad propia.
Es la voz que le imprimimos a nuestros personajes y de esos diálogo depende que nos creamos la historia o no. La voz tiene que ser acorde con el personaje, pero además aportar.
Si queremos proporcionar información, deberemos ir con cuidado.
Tiene que ser algo natural.
El diálogo aporta información de forma natural. Hacemos avanzar la acción de forma simple y, lo que es más importante, hace la lectura más fácil.
Muchas gracias por leer.
Me encantaría leer lo que tengáis que decir: dudas, sugerencias, ideas, ejemplos, anécdotas... que tengan que ver con el tema y puedan enriquecernos a todos. Compartir.
¿Algún tema que quieran que sea el próximo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top