29 - hbd

OK, OTRO CAPITULO. CREO QUE YA SOLO LES SUBIRE EL EPILOGO.

POV KAI

Mi mano seguía sobre la de Kyung Soo mientras subíamos en el elevador, había cambiado mi casa por un departamento justo cuando renuncie a la empresa. El departamento que tenía era más práctico y además estaba cerca del lugar donde trabajaba.

Kyung Soo veía a nuestras manos, apreté un poco mi agarré y el me miro escrutándome. No había dicho nada más desde que salimos del taxi.

Una vez entramos en el departamento, solté a Kyung Soo para dejar mis cosas sobre el sofá, observó el lugar.

-¿Quieres agua?

-No, gracias. Es bonito – asentí y sonreí.

-Creo que es algo más mío – asintió. Camine hasta estar frente a él, me mordí los labios y tome ambas manos. Me miro atento – Podemos hacerlo más tuyo – miro al suelo.

-Te has vuelto tan descarado – rio.

-Solo contigo – su actitud y mi actitud habían cambiado mucho, no nos habíamos comportado así jamás antes. Teníamos tantas cosas que cargar que no era algo natural comportarnos así, justo ahora no podía parar de sonreír.

-Enserio que estás loco – me acerque a él y lo jale de la cintura, su rostro quedo muy cerca del mío.- Kai, dijiste que hablaríamos.

-Solo una vez por favor, no puedes negarme esto después de dos años – me incline un poco y él cerro sus ojos.

Ese aroma, ese era el mismo aroma que tenía antes. Pero ahora se sentía diferente. Mis labios se posaron sobre los suyos, gruesos, grandes y suaves. Kyung Soo abrió un poco los labios. Mis labios se adueñaron del gordo labio inferior y mordí un poco, era la mejor sensación del mundo. Kyung Soo respondió a mi beso, un beso lleno de anhelo, de sueños y de sentimientos. Lo apreté contra mí, lo había extrañado, cada sensación con él, sus ojos, sus pequeñas sonrisas que ahora parecían más genuinas.

Separe mis labios de los suyos pero lo atraje hacia mí, lo abrase con fuerza.

-Quédate, no me dejes. No te vayas de nuevo – susurré en su oído.- No te imaginas lo que me costó dejarte ir hace dos años, lo que me costó no ir a esa boda y secuestrarte para que no volvieras a Japón.

-También creí que te vería ahí.

-Si hubiera ido lo hubiera arruinado – su cabeza estaba sobre mi pecho.

- ¿Así de fácil Kai? Solo acabo de llegar.

-Ya ha sido muy difícil, ya ha pasado tanto.- Nos sentamos en el sofá y lo atraje hacia mí. Nos miramos un momento.

- ¿Vemos una película? – me miro avergonzado y reí. –Jamás lo hicimos.

-Claro que sí.

Una hora después ahí estaba yo, con un Kyung Soo dormido en el sofá a mi lado y yo viendo la película más terrorífica del mundo. Apagué la televisión y me dedique a mirar a Kyung Soo. Su ceño estaba un poco fruncido, no sabía si realmente sus pesadillas se habían ido del todo pero tal parecía que no. Me acerque y bese ahí sobre su ceño. Su rostro se relajó y una sonrisa apareció en sus labios

Mi corazón se calentó, había estado tan cálido desde que había conocido mejor a Kyung Soo. Desde el día que me invito a cenar a su casa por primera vez, y aunque no fueron los mejores términos agradezco al destino que me haya puesto a Kyung Soo frente a mí, que aunque fue doloroso, injusto y peligroso pude encontrar algo bueno de todo eso. Un hombre maravilloso.

-Vas a gastar mi cara de tanto verla – reí y este abrió mis ojos.

-Eres precioso.

-Eres un adulador.

-¿Y soy precioso? – rio.

-Solo un poco guapo- hizo una mueca.

- Pero te gusto – asintió con una sonrisa. – Estabas soñando – dije con una cara seria.

- A veces lo hago, son cosas que no se olvidan – apretó los labios – pero justo ahora, estaba soñando algo feo y alguien me despertó con un beso – se acercó y me planto un beso rápido en los labios, se separó pero volví a tomarlo yo mismo.

Sus labios eran adicción para mí, me acerque completamente a él. El beso se hizo más intenso, de un momento a otro tenía la necesidad de poner mis manos por todos lados, mordí y succione a mi antojo, su lengua y mi lengua después de unos minutos se conocían perfectamente. Besos humedos y llenos de calidez, sus manos viajaron hasta mi camisa, trato de quitarla. Entonces me detuve.

-Paremos aquí ¿Si?

-Kai, yo.. Lo superé – sonreí.

-Eso es maravilloso, pero ahora solo quiero abrazarte y dormir toda la noche. Acallar tus pesadillas y observarte dormir. Adorarte. Te deseo mucho, pero durmamos abrazador por ahora – asintió - ¿Mañana tienes que ir a trabajar? – negó., entonces tampoco yo tenía que hacerlo.

Esa noche dormimos como lo dicho, abrazados. Kyung Soo no tuvo pesadillas en la noche y yo, dormí mejor que lo que lo había hecho en casi 4 años.

Los primeros días después de que Soo llegara de Japón pasaron rápido, no fui a trabajar dos días, mis amigos estaban algo extrañados porque nunca faltaba al trabajo. Jongdae fue el encargado de contarles que Kyung Soo había regresado.

Me había enterado de todo lo demás que había hecho Soo en Japón. Sabía que ahora seguía estudiando y que además trabajaba para quien alguna vez fue su novio. Lo único que ayudaba era que ese hombre parecía muy enamorado de su novia, sino no podría aguantar toda la palabrería que usaba con Kyung Soo.

Una pareja, Kyung Soo y yo nos habíamos convertido en una pareja nuevamente. El domingo en la mañana visitamos a Jennie y a su padre. Pedimos su bendición para nuestra relación y salimos a comer con la madre de Jennie.

Kyung Soo se había ido a vivir a la casa de su padre, Jongdae ya no estaba ahí así que de vez en cuando también iba y le hacía compañía. No me gustaba que estuviera solo. Kento dejo el hotel enseguida y se fue a vivir con Kyung Soo. Nadie pudo sacarme de ahí después.

Hoy era el cumpleaños número 28 de Kyung Soo y además hacia exactamente un mes que había llegado a Corea. Prepare algo de comida para la cena, compre un pastel y unas flores. Kyung Soo me miraba desde el otro lado de la mesa, sus ojos me inspeccionaban a través de sus grandes pestañas, me sonreía con ganas mientras veía a las flores que le había regalado.

En estos momentos puedo jurar que jamás había visto a una persona brillar tanto, mis manos picaban por tocarlo, por besarlo y hacerlo mío ahí mismo.

Sus labios se movían seductoramente, había puesto algo de gloss sobre ellos y se veían exquisitos.

-¿Pasa algo? – negué poniéndome de pie, me agache un poco sobre la mesa y plante un beso sobre sus delicados labios.

-Te vez exquisito – susurré y se avergonzó.

-Pues esto sí que esta exquisito – reímos y seguimos comiendo.

Comernos un pastel entre los dos no iba a ser asunto fácil, estaba súper lleno. Kyung Soo también lo parecía. Cuando llego la hora de cantar el feliz cumpleaños y soplar a la vela sus ojos se llenaron de lágrimas.

-No llores – besé su coronilla.

-No recuerdo un cumpleaños en el que haya sido tan feliz – lo apreté contra mis brazos y susurré.

-Y no será el primero, te haré muy feliz – limpie su mejilla la cual se había mojado por la lagrima silenciosa.

Una guerra de crema de pastel se había desatado, la nariz de Kyung Soo estaba llena. Enseguida mi mejilla fue atacada, terminamos con el rostro pegajoso y las manos sucias. Me acerque y le di a Kyung Soo un dulce beso en los labios llenos de pastel, un beso que me correspondió con ganas.

Mis manos fueron hasta su cuerpo, sentía que mis sentimientos se desbordaban cuando lo tenía entre mis brazos, su cuerpo era ligero. Lo comprobé cuando coloco sus piernas alrededor de mi cintura.

Mis labios quería saborear todo de él, sus labios y mis labios hacían todo tipo de sonidos con los besos que nos dábamos. Camine hasta mi habitación. Deseaba a Kyung Soo como hacia mucho no había deseado a alguien.

-Esta noche te voy a adorar – dije besando su mejilla con suavidad y depositándolo sobre la cama.

Mis labios viajaron por todo su rostro, despacio y tomándome el tiempo de hacer que sienta todas las sensaciones posible.

-Te voy a adorar y te hare olvidar todo lo malo – Mis manos estaban sobre su torso, su piel suave y tersa era perfecta para mis manos.

Mis labios volvieron a viajar a sus labios, besé ahí y enseguida fui bajando por su cuello, su clavícula, pecho y abdomen. La ropa sobro de inmediato, me deshice de su camisa y de la mía. Sus labios soltaban pequeños suspiros de placer, mis manos tocaban y acariciaban su piel desnuda.

-Te amo Kyung Soo – sentí la piel de su nuca erizarse. Tome entre mis dientes su oreja son suavidad y este gimió – Y te voy a amar esta noche – otro beso más en los labios.

Sonido de placer por toda la recamara, caricias y besos húmedos. La última vez Kyung Soo no había podido pasar de besos porque le recordaba malas experiencias, ahora, el parecía dispuesto a entregarse. Mis ojos se llenaron de lágrimas, lagrimas que cayeron como cascada mientras besaba sus brazos, su abdomen y su rostro. Yo iba a quitar todos esos malos recuerdos por completo, le iba a demostrar que valía el mundo entero y que se merecía todo lo bueno que le estaba pasando.

-Kai!! – hablo cuando mis manos comenzaron a bajar su pantalón y junto con el su bóxer.

-Tranquilo bebé – deje besando sus muslos, sus caderas, su ombligo y su pancita – Eres perfecto Kyung Soo – Soo se removía bajo mis toques pero dejaba salir pequeños gemidos que me daban un placer incomparable.

Cuando también termine desnudo sobre Kyung Soo, comencé a hacer mi tarea tranquila para él. Me dedique a besar cada parte de piel de Kyung Soo. Chupar y lamer fue el mayor placer que pudo darme al hacérselo.

En el momento en que sus lágrimas comenzaron a caer mientras yo entraba en su cuerpo, me dedique a besar sus ojos. A acariciar sus mejillas y decirle cosas dulces porque sí, porque lo amaba y quería que fuera libre de todo el sufrimiento, que la persona que le quisiera hacer daño primero pasara sobre mí.

-Kai – Kyung Soo me envolvió con sus piernas, las estocadas que le daba era lentas pero no menos placenteras, podía sentir el placer que me daba y quería estar seguro que él también lo sentía, sus labios estaban hinchados por todos los besos que nos habíamos dado. Sus uñas habían dejado marcas en mi piel.

-Kai... ahh... voy ..a.. – La cara de placer de Kyung Soo fue el detonante para que yo llegara a mi clímax también.

Ambos nos quedamos recostados en la cama, yo sobre Kyung Soo. Me incorpore un poco y bese sus mejillas, sus ojos estaban llorosos por el placer experimentado. Sus mejillas estaban rojas y sus labios hinchados. Bese por último la cicatriz que atravesaba su abdomen.

-Múdate a vivir aquí conmigo – lo atraje hasta mis brazos, su piel estaba sudad y olía tan bien.

-Tengo una casa.

-Pero quiero que vivamos juntos – me miro con los ojos adormilaos.

- Dejare que Kento se encargue de la casa – sonreí.

-Mañana mismo iremos por tus cosas.

- Eres un desesperado.

QUISE PONER UN POCO DE IMAGENES Y GIFS JAJAJ HABER QUE ONDA. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO. CROE QUE YA SOLO ESCRIBIRE EL EPILOGO- ¿QUIEREN QUE TOQUE ALGUN TEMA EN EL? POR EJEMPLO LO QUE PASA CON CIERTO PERSONAJE O ¿ME DEJAN TODKO A MI? XD

ESPERO QUE LO DISFRUTEN Y GRACIAS POR TODO FDU APOYO. ESTO SE NOS ESTA TERMINANDO.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top