I
-¡Hey , Brokk! ¿Te importaría cerrar esta noche?
Me grito mi jefe, sin preguntarme realmente, más bien diciéndome que yo cerraba.
-No hay problema, Jefe
El me lanzo las llaves a la vez que el hacia su camino hacia su coche, sin siquiera decir adiós.
Siempre tan simpático.
Eran las 20:15 , solo 45 minutos y debía cerrar , aunque pensandolo bien mi jefe ya se había marchado y nadie viene nunca a una tienda de musica a las 21:00 de la noche. Él no se dara cuenta si cierro un poquitito antes, ¿Cierto?
Me agache por mi vieja y desgastada mochila de cuero, negra y la lance sobre mi hombro. Despues de asegurarme que todo estuviese bien cerrado comence mi camino por las frias y oscuras calles de Nueva York.
Mis viejas zapatillas se arrastraron por la acera a la vez que doblada en la esquina del parque.
Decidi cortar por alli ya que era mucho más rápido y hacía un frio que congelaba mi lindo trasero.
Cruji las hojas caidas y pare para sacar mi telefono, de todos modos el crujir de las hojas y ramas secas, no cesaron.
Mierda.
Esta área de nueva York era conocida porque los hombres "Reclamaban " chicas.
Seguro estaras diciendo ¿Reclamar chicas?¿Como es eso posible?
Pues te cuento, no son chicos normales.
Son criminales.
Empuje mi telefono de nuevo en mi Jeans y eche a correr, ni siquiera vi hacía dónde, sólo corri.
Una alta risa me hizo estremecer y eche un vistazo hacia atras.
No había nadie.
Empece a correr mas despacio , hasta parar para recuperar el aliento.
Bien, ahora estoy perdida.
Saque de nuevo mi celular y escribi rapidamente la direccion de mi casa en el GPS.
-¿Y que haces aquí a éstas horas de la noche?
Una voz baja detras de mi , me hizo gritar y deje caer mi celular. Empece a correr en dirección contraria pero sus fuertes brazos se enrollaron alrededor de mi cintura, acercandome de nuevo.
-Te he hecho una pregunta, amor.
Exigió una respuesta, hablando oscuramente en mi oreja, sus dientes fastasmeando por mi lobulo.
-Yo,yo iba a casa desde el trabajó.
Respondí temblando, a la vez que él apretaba su agarre en mi cintura.
Maldita sea Abigail, debías tomar un estúpido atajó ¿No?
-Uhm, yo creo que estarás mejor en mi casa.
Hablo en un susurro, dejando unos asquerosos y mojados besos en mi cuello.
-No no, por favor
Gemi a la vez que intentaba liberarme euforicamente .
-¡Déjame en paz!
-No me hables de esa forma.
Me advirtio.
¿Cómo demonios debía hablarle?
Él comenzó a morder y chupar,maldita sea.
-¡Para!
Comencé a gritar.
- ¡Que alguien me ayude!
Grité más fuerte, era inútil, a pesar de que era temprano en la noche,no había nadie cerca.
Y aunque lo hubiera, dudo que alguien se acerque a ayudarme.
-¡Callate!
Habló firme y me giró, tomandome con más fuerza.
-Ni se te ocurra gritar de nuevo o lo lamentaras.
Amenazó , a lo que simplemente asenti lentamente con mi cabeza. De todas formas no tenía muchas opciones.
-¿Cual es tu nombre, preciosa?
- A a bi
Tartamudee, maldiciendo mentalmente.
- Abigail.
Logre formular mi nombre, suspirando internamente e intentando crear espacio entre nosotros.
-Abigail ...
Él alzó sus cejas esperando a que continuase.
Maldita sea, ¿También querrá mi D.N.I?
-Brokk. Sólo dejame en paz , por favor
-¿Y por que yo iba a hacer eso?
Se pauso, inclinándose de forma que su aliento abanicaba mis labios.
Sólo me causa asco.
- ¿Cuándo eres mía?
Terminó su frase.
Mi respiración se corto al igual qué lucha por zafarme. No tenía salida de esto.
- ¡Llamare a la policía!¡Te juro que lo haré!
-¿Y Que van a hacer, cariño?
Él simplemente sonrio y levanto sus manos a las tiras de mis pantalones.
Me tiró contra su pecho antes de tomar mi brazo firmemente con su gran mano, arrastrandome fuera del parque.
Por más que pataleara o gritará era inútil.
Cuando volteó hacía mí finalmente pude ver bien su cara.
Su cabello era corto y castaño claro, era alto y sus ojos, esos enigmaticos ojos eran verdes oscuros , sin mencionar que tenía tatuajes por donde le mirase.
Despues de dos minutos finalmente alcanzamos un coche qur asumí quw era suya cuando me empujo contra uno de los lados.
Estaba perdida.
-Eres preciosa.
Murmuró, lamiendo sus labios irritablemente lento
-Que bueno que seas mia ahora.
Hablo cómo si estuviese fantaseando.
Cerre mis ojos cuando presiono su cuerpo contra el mio.
Quisiera que esto fuera una maldita pesadilla.
-¿A quien le perteneces,preciosa? -
Me pregunto , presionando sus caderas contra las mias.
-No le pertenezco a nadie.
Escupí, mi paciencia había huido hace tiempo y el valor había tomado su lugar, empujandolo por el pecho intenté nuevamente alejarme.
-No me enfades, cariño-.
Susurró, con gran calma, negando con su cabeza .
Era irritable.
-Ahora, te lo voy a preguntar por última vez ¿A quien le perteneces?
-No se tu nombre.
Remarque , golpeándome en la cara interiormente por ser tan maleducada.
- Leonardo, Leonardo McCann
Mantuve la respiracion, éste chico ha estado por todas las noticias acusado de asesinatos, de incendios a edificios, peleas de bandas y más. No era alguien con quien bromear.
Trague saliva.
- Tuya McCann, soy tuya
Murmuré por lo bajo,definitivamente estaba perdida.
-Joder, claro que si lo eres.
Él estuvo de acuerdo antes de meterme dentro del auto.
. . .
El camino hacía su casa fue silencioso , inquietantemente silencioso.
De repente hizo un giro a la izquierda y se metio por un sucio camino por baches.
-¿Hacía donde vamos?
Se me escapó preguntar, provocando que me mirara.
-A mi casa, cielo.
Es un hecho, va a matarme.
Abrí mi boca para decir algo pero me interrumpió.
-Quizas debería decir nuestra casa. Por que tu , cariño ...
Se pauso mirándome con una sonrisa.
-Nunca, nunca me vas a dejar.
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