47. ¡Ella es mia!

Canciones para este capítulo: 

Recovery - Justin Bieber   

Fix You - Vita Chambers
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Me acurruqué contra las mantas, intentando mantenerme calentito. Alcance mi móvil en la mesita de noche, pulsando el contacto de Abby

-¿Hola?- Su voz era tranquila y suave, instantáneamente relajándome.   

-Hey, gatita, ¿cómo te sientes?-Arrullé. 

Dejó salir un suspiro por su nariz.

-Estoy cansada, sola, triste, deprimida y todas esas cosas buenas. 

Reí ligeramente a su broma.

-Desearía estar allí para hacerte compañía.    

-Creo que es mejor como está ahora-Murmuró, haciendo a mi corazón detenerse. 
 

-¿Me echas de menos?-Presioné, estoy seguro como el infierno que yo la echo de menos.    

-Claro que te echo de menos-Contestó sinceramente. -Pero echo de menos al viejo Leo . No echo de menos al Leo que salió, se emborrachó y me engañó.

Mordí mi labio, sigo siendo la misma persona. No he cambiado, fue un error. No era yo ni siquiera esa noche, era un enfadado hombre que quería nada más que beberse su dolor. Pero ahora me doy cuenta, Abby podría fácilmente haberse
llevado ese dolor.

-Te quiero-susurré. Mi corazón se rompió cuando el otro lado de la línea se quedó en silencio.

Finalmente ella habló.

-Quiero que sepas que sí te quiero  . Solo has roto mi confianza. 

-La puedo ganar de vuelta.- Dije con confianza.  

Ella río.

-Quizás.

-Lo haré, no dudes de mí nena- Contesté descaradamente, una sonrisa en mi cara.
Incluso solo hablándole por un barato trozo de metal podía hacerme sonreír. 

-Tengo frío-dijo aleatoriamente.  

-Dile a Dave que encienda el calefactor

No quería que estuviera incómoda.  

-Dave ya se durmió. 

-Estás intentando hacerme ir hacia allí, ¿o qué?.- Reí a nuestra conversación.

Me estaba retando, ella sabía que podría fácilmente calentarla con un chasquido
de los dedos.  

-No- rió silenciosamente. -Te veré mañana por la mañana.    

-¡Espera-. Dije frenéticamente-no cuelgues todavía. 

-No iba a colgar- dijo, sonando confusa.   

-Oh- susurré, mis mejillas calentándose.  

Gracias a Dios que no podía verme.    

-Sabes, cuando estaba entrando en la casa de Dave, este chico... alto, con pelo azabache negro, gritó 'chica de McCann' un par de veces. Estaba silbando y  sonriendo, diciendo que "pillaste a una buena"-. Explicó la historia  tranquilamente, aunque está avergonzada. Me quejé, masajeando mi frente con mi mano libre.

-Probablemente un miembro de la banda, ¿lo has visto en las reuniones? . -Pregunté con esperanza.

-No, era una cara desconocida. Dave no vió su cara- Abby dijo.  

-¿Dijo algo más?-. Pregunté.   

-No, solo eso  

Suspiré en alivio.

-Solo déjalo. Probablemente es un viejo amigo  

-Vale, solo pensé que debería dejártelo saber.- Carraspeó. Su voz sonando cansada y tirante.   

-¿Estás cansada princesa?- Pregunté, sonriendo, imaginando su boca abriéndose en un lindo bostezo.

Tarareó en respuesta, su respiración volviéndose más ligera.    

-Buenas noches, Leo. Te veré mañana por la mañana. 

-Buenas noches gatita. Te quiero mucho. Seré lo primero que veas cuando te levantes mañana por la mañana. -Golpeé mis labios en un sonido de beso contra el  altavoz haciendola reír. Ambos colgamos, y caí contra la almohada con satisfacción. Mariposas revolotearon en mi estómago mientras cerraba mis ojos, una brillante sonrisa en mi cara.

Es como si me estuviera enamorando de ella otra vez.   

(...) 

Colgué la llamada, suspirando silenciosamente mientras lo colocaba bajo mi almohada. Es duro no tener a Leo en la cama cuando estás tan acostumbrada a ver su cara cada vez que abres tus ojos. Pero, estoy muy enfadada con él.   

¿Cómo pudo hacerme eso?   

Sinceramente, y probablemente habría ido a casa con él hoy si no hubiera descubierto que durmió con otra chica. Siempre me sentía segura con él, así que probablemente habría cedido. De todos modos, ahora que he descubierto que me engañó, me siento tan traicionada.    

¿Cómo puedes siquiera seguir hasta el final con algo como eso? Entiendo que estaba borracho, pero sigues teniendo algo de sentido común cuando estás intoxicado. Si realmente me quiere tanto como dice que hace, no habría abandonado la casa en primer lugar.  

Duele, y duele mucho.   

Me acurruqué en las mantas, tirándola para cubrir mi barbilla. Mis brazos tenían piel de gallina por todos ellos, el aire acondicionado congelando mi cuerpo entero.   

Tras aproximadamente veinte minutos de castañeo de mis dientes y mis piernas temblando bajo las sábanas, finalmente fui rápidamente a la habitación de Dave.
 

Me incliné sobre él, suavemente sacudiendo su hombro.

-Dave- murmuré.    

Se quejó, girándose y abriendo un ojo.

-¿Qué está mal?-, se incorporó, restregando sus ojos con sus puños cerrados.   

-Hace mu mucho frío- Temblé, pasando mis manos por mis brazos ,lo cuál no ayudó  en absoluto, por cierto. Sus ojos se suavizaron y estiró sus brazos sobre su cabeza.   

-Lo sé, mi calefactor se ha roto hace mucho. No tengo ni idea de a quién llamar- Dave rodó sus ojos al inconveniente. -No soy Leo , pero estoy seguro que mi calor corporal te mantendrá cálida.

Sonreí.

-Gracias-. Salté bajo las sábanas de Dave, afortunadamente con ambas de nuestras temperaturas naturales juntas, era más cálido. 

-Buenas noches, Abby. Te veré por la mañana-Dave murmuró, girándose así que su espalda me enfrentaba, y finalmente dejé al sueño tomar mis sentidos. 

***+   

-¿¡Qué cojones es esto!?-Una alta resonante voz me despertó, haciendo a mis ojos abrirse de repente. Leo estaba colgado sobre la cama, donde Dave y yo dormíamos lado a lado. No estábamos tocándonos, pero estábamos cerca.   

-Anoche...-fue cortado por Leo cogiéndolo por el cuello, golpeándolo contra la pared.   

-¿¡Cuántas jodidas veces tengo que decirlo a todos vosotros!? ¡Ella es mía! ¡No quiero a ningún jodido gilipollas ningún lugar cerca de ella! Felizmente te destriparía con mis desnudas manos si realmente quieres tocarla-. Leo golpeó su cara, sujetando a Dave sobre su cabeza. Las manos de Dave encaramadas en la grande de Leo, su cara volviéndose roja.    

-¡Leonardo para!.- Grité, enrollando mi puño en su camiseta e intentando tirarlo.
 
El apenas me reconoció, apretando su agarre en la garganta de Dave.   

-Leo para. No-no me gusta, ni siquiera la he-he to-tocado- Dave se ahogaba, apenas tomando un respiro.  

-¡No hay calefactor en su maldita casa y tenía frío!- Mi puño apretado en la camiseta de Leo, tirándolo más fuerte. - ¡No puedes ser tan posesivo todo el tiempo! ¿Qué preferirías que muriese de frío, o que compartiese una cama con Dave?  y ni siquiera hemos rozado los brazos.

La respiración de Leo  se volvió más pesada cuando finalmente liberó a Dave.  Cayó al suelo con impotencia jadeando por cualquier aire que pudiera tomar.

Corrí hacia él, colocando mi mano en su espalda intentando regular de respiración. 

-Oh Dios, ¿estás bien?-Dije rápidamente viéndole toser y respirar con dificultad, estaba asustando el inferno fuera de mí.

Finalmente se relajó, tirando su cansado cuerpo al suelo.

-Sí, estoy bien   

-Dave, realmente lo siento. No sé que me vino-. Leonardi se disculpó, incómodamente jugando con sus dedos.   

-Eres solo protector. Quizás un poco demasiado protector, pero estoy bien- Dave sacudió su mano. ¿Cómo podría posiblemente estar tan relajado? Uno de sus llamados amigos acaba de casi ahogarlo hasta la muerte, ¿y está diciendo que está bien?   

-Deberías tumbarte y relajarte. Eso probablemente puso mucho estrés a tu cuerpo.-Le aconsejé, señalando a la cama. Dave temblorosamente se levantó, cojeando en su camino a la cama.  

Una vez que Dave estaba acomodado, ambos  dejamos la habitación, haciendo nuestro camino al salón. Ambos nos sentamos en el sofá, un incómodo silencio llenando el aire. La habitación está fría, haciendo a los ligeros vellos en mis brazos levantarse. Supongo que Leo lo notó, porque instantáneamente me tiró más cerca a él.    

-Lo siento- murmuró, sus labios moldeándose contra mi mejilla mientras hablaba.
   

-¿Por qué lo sientes? Porque puedo pensar en un millón de cosas por las que deberías sentirlo ahora mismo-. Murmuré cansadamente.   

-Por todo.   

-¿Todo?  

Tarareó

-Claro. Me arrepiento de muchas cosas que he hecho. ¿Tú no?   

Asentí mi cabeza,

-Sí. Lo siento por ser tan dura, solo estoy cansada de todo esto.   

El tragó visiblemente,

-¿Qué quieres decir con todo esto?   

-Estoy cansada de sentirme como una mascota, Leo. Hago cosas porque tú quieres o tengo que hacerlas. Raramente tomo mis propias decisiones, todo lo que hago es basado en ti.   

-Lo sé-Leo colocó mi cabeza en su pecho. -Lo hago para protegerte. Pero, estoy intentando darte más libertad.

Sí pienso que Leo ha hecho progreso en muchas cosas. Estoy orgullosa de él ,siempre lo he estado, pero solo desearía que no tuviera que ser así. Desearía que no hubiera nada de lo que me tuviera que proteger. Desearía que fuéramos una pareja normal y hacer cosas divertidas de pareja. Nunca tendremos la oportunidad de tener una linda primera cita, donde ambos estamos nerviosos y decimos cosas estúpidas. Nunca tendremos la oportunidad de conocer a los padres del otro, y tener a mi padre gruñendo al hecho de que estoy saliendo con un chico más fuerte que él.   

-Espero que sepas que realmente te quiero - Suspiré, colocando mi mano en la suya. -Solo desearía que pudiéramos ser normales, y que no tuviéramos todos estos obstáculos en el camino.

-Sabes, solía pensar eso también- Leo inclinó su cabeza sobre la mía. -Pero ahora, me doy cuenta de lo estúpido que fui por pensar eso

-¿Por qué?

-Si no estuviera envuelto en esta vida, si fuera un perfecto chico adolescente con un historial limpio y toda esa mierda, nunca te habría conocido. Y si nunca te hubiera conocido, no sabría cómo se siente el amor-Clavó su nariz en mi cabeza. -Claramente, estoy jodido, pero podemos arreglar eso.

Cerré mis ojos, relajando cada músculo en mi cuerpo. Estos son los momentos que me encantan. 

-Solo hazme un favor- Susurré. 

-Cualquier cosa por ti mi princesa.

-Asegúrate de mandarle un mensaje a esa chica y decirle que estabas tomado.

Leo exhaló una risa, apretando mi cintura. 

-Oh, confía en mí, ya lo he hecho y ciertamente no lo dije tan amablemente como tú lo hiciste

Reí.

-Bien

Sobre cinco minutos más tarde, Dave bajó las escaleras, una cansada sonrisa en su cara. 

-¿Cómo te sientes?- pregunté. 

-Mucho mejor, creo que solo necesitaba un pequeño descanso-Acarició su frente.

Me sentí tan mal por Dave, fue mi culpa que esto le pasara. 

-¿Irás a casa con Leo?

Sentí el agarre de Leo apretarse en mí. Mordí mi labio inferior, ¿estaba preparada para irme a casa con El? Aún no confío completamente en él, pero sí le quiero y merece otra oportunidad para ganarlo. 

-Sí, iré.- Inmediatamente los labios de Leo se presionan en mi mejilla y frente múltiples veces. 

-Gracias, gracias, gracias.- Murmuró entre sus besos. Me sentí reacia a ir a casa con él. No quiero que piense que puede controlarme. Quiero ser fuerte.

Espero que sepa que no haré lo que sea que diga solo porque lo quiero. Lo que hizo no fue aceptable, voy a asegurarme que sepa eso. 

Me levanté del sofá y caminé hacia Dave, rodeando mis brazos alrededor de su cuello. 

-Gracias por cuidarme-Susurré, le escuché murmurar un rápido 'cuando sea' antes de que ambos fuéramos alejados. Fui mediatamente tirada de vuelta en las posesivas manos de Leo, mi espalda firmemente presionada contra su pecho. 

-Vamos a casa, gatita- dijo, guiándome a la puerta. Me dejó ir, volviendo hacia Dave. Lo abrazó ligeramente, hablando silenciosamente. Dave asintió y dijo algo de vuelta. Mis cejas se juntaron, odio como pueden ser tan secretivos todo el tiempo. 

Leo tomó mi mano y caminamos hacia su coche. Entré, sin decir una palabra.

Salió de la entrada, y empezó a conducir hacia nuestra casa. +

-Así que, um, ¿qué quieres hacer esta noche?-preguntó, acariciando su brazo.

Me encogí de hombros, entrelazando mis manos que todavía estaban sobre mi regazo. 

Bajé la ventana, dejando el fresco aire de Noviembre entrar al coche. Era casi invierno, y no estaba deseando el tiempo frío. El aire sopló por mi pelo, causando un susurro del sonido del viento en mi oído de vez en cuando. 

Leo suspiró

-Quizás podemos solo ver una película o algo. ¿Suena eso bien?

-Supongo.- Mantuve mi mirada en los borrosos árboles pasando demasiado rápido para capturar completamente su silueta en mi visión. De repente, Leo tomó mi mano, y la colocó en su rodilla cuidadosamente. Me miró, dolor en sus ojos. 

-Por favor no seas tan distante. Me duele físicamente estar en el mismo espacio que tú, y que ni siquiera quieras mirarme a los ojos.- Se quejó. Miré hacia abajo a mi mano en su rodilla, y solamente la apreté. 

-Estoy aquí para ti- Susurré, -pero tienes que saber que todavía estoy decepcionada. No estoy intentando ser una persona grosera, pero este fue un día tremendamente doloroso. ¿Cómo te sentirías si yo no te recordará,  saliese y durmiese con otro chico?   

Leo inmediatamente se tensó a mis palabras.

-Encontraría al bastardo y arrancaría sus jodidos miembros justo fuera de su cuerpo. Nadie jodidamente te toca excepto yo. -Sus ojos se volvieron oscuros y su mandíbula apretada.   

-Pero, ¿cómo te sentirías?- Enfatizé la pregunta    

-Es-estaría tan enfadado

-Y...   

-Decepcionado- Suspiró otra vez- Entiendo a dónde vas, nena, lo hago. Pero también sabes el tipo de persona que soy. Soy sobreprotector, y me enfado fácilmente. Si me ignoras, me hace sentir como que no estoy haciendo mi trabajo, y mi trabajo es ser tu ancla

-Quiero que te ganes mi confianza otra vez. -Aparcamos en la entrada, y levanté
mi mano para lentamente pasarla por su pelo. -Sé que puedes 

-Te quiero- ronroneó, inclinando su cabeza contra mi mano. Una bonita sonrisa estaba plasmada en su cara, instantáneamente haciéndome sonreír.   

-Vamos, entremos.- Besé su frente, saliendo del coche. Leo salió detrás de mí, corriendo hacia detrás mio y capturando mi cintura en sus manos. Lanzó mi cuerpo sobre su hombro, agarrando mis tobillos para seguridad.

-¡Bájame!. -Reí, juguetonamente golpeando su trasero.

-¿Acabas de golpear mi culo?- Jadeó juguetonamente.   

Apreté su culo

-Nope  

Río fuertemente

-Acabas de jodidamente apretar mi culo?   

-No, esa fue Virginia  

Se giró de broma.

-Aleja a esa perra de mi precioso culo.   

Reí cavando mi cara en su espalda. Mi cara estaba roja brillante de la sangre y
de reírme.   

Entramos en la casa, y Leo me colocó cuidadosamente en el sofá.

-¿Película y acurrucarnos?- preguntó con una cara de cachorro.   

-Quizás solo la película- Me apoyé en el sofá. No quería hacer a Leo sentirse mal , no era mi intención en absoluto ,solo quería un poco de espacio.

No voy a privarle de cualquier forma de afecto pero no me quiero acercar demasiado a él.   

-Claro, lo entiendo.- Sus mejillas se pusieron rosadas. No creo que ningún otro excepto yo vaya a alguna vez conseguir ver el lado blando de Leo. Es tan blandengue y es sorprendentemente romántico. Cuando lo conoces, es genuinamente una persona amable.  

Caminó a la cocina, así que me tomé el tiempo para buscar una buena película. No quería una película de terror, considerando que no soy una gran fan, y probablemente acabaría saltando en los brazos de Leo el minuto en el que empezase. Películas románticas también me harían querer estar cerca de él.

Comedias parecen demasiadas felices para un momento como éste. Acción... sí, eso suena bien. Giré a la sección de 'Acción y Aventura', buscando una buena película.   

-¿Has elegido una película?- Leo me preguntó cuando vino hacia mí con un bol
de palomitas.   

-No, no puedo encontrar ninguna que parezca interesante- Me encogí de hombros despreocupadamente.   

-Las películas de acción son mierda, es el por qué no puedes encontrar ninguna buena. Chica tonta- Sacudió su cabeza, girando a la sección de terror.   

-No Leo, no soy buena con las películas de terror- Nerviosamente mordí mi  labio. Su cuello se inclinó hacia delante y me enfrentó, una brillante, orgullosa sonrisa en su cara.    

-Ese es el por qué estoy aquí nena.-Rió, como si fuera la cosa más obvia del mundo. Mordí mi labio, mirando a mi regazo. Sabe exactamente lo que está haciendo. Eligió película, no me molesté en mirar el título, y él tomó un sitio en el sofá.    

Abrió sus fuertes brazos

-Vale, venga. Sé que quieres.- Contoneo sus cejas, haciendo manos acaparadoras.   

-No sé, no puede ser que dé tanto miedo- Tragué el pesado bulto en mi garganta, girándome para enfrentar la televisión.    

-Vale, si tú lo dices.-Se burló, cerrando sus brazos.

-Puedes venir a mí en cualquier momento que quieras, querida   

La pantalla se volvió negra y entonces el título lentamente se deslizó en la pantalla. The Purge. 

Oh dios.   

Me enrollé en la manta, mordiendo mi labio duramente. Subí mis rodillas a mi pecho y arrepentidamente esperé a que la película empezase.    

-Le...leo. - Tartamudeé. - Esta película era ridícula.    

-Vamos-abrió sus brazos otra vez con una sonrisa- Sé que quiereeeeeeees   

Finalmente cedí, gateando con mis manos y rodillas. Sonrío brillantemente, tirándome cuando me acerqué a el. Me colocó en su regazo, acunándome más cerca.

-Por fin- exhaló, besando mi cuello. Me acurruqué en su pecho, colocando mi cabeza cerca de su clavícula.   

-Esta es la peor película que haya existido-. Me quejé, girando mi cara así que mi nariz descansaba contra su cálida piel.   

-Nah, solo eres una pequeña bebé asustada- Arrulló, cavando su nariz en mi pelo. Sus brazos rodeando mi cuerpo perfectamente, y la mayor parte de su cuerpo colgando sobre el mío. Me hacía sentir segura, y sabía que necesitaba saber eso.
   
-Sí, es el por qué estás aquí, protegiéndome-. Besé la base de su cuello, enrollando una de mis brazos alrededor de su espalda baja. Sus ojos se volvieron amplios y se llenaron con orgullo y determinación.    

-Me ganaré de vuelta esa confianza en un abrir y cerrar de ojos.   

-Eso espero

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