46. Deberias irte.
Canciones para este capítulo:
Love Ain't Enough - JRDN
High For This - The Weeknd
Without You - Usher
________________________________
Mi cabeza estaba latiendo contra mi cráneo desde el minuto en el que mis sentidos despertaron. Gemí fuertemente, tomándome mi frente con dolor.
Debí haber bebido demasiado cuando salí anoche. Claro que me arrepiento de eso, Abby está probablemente extremadamente enfadada conmigo. Hablando de mi Abby , llevé mi brazo al otro lado de la cama, solo para que mi brazo se golpeara contra la fría cama. Mis ojos se abrieron de repente, pero pronto me relajé, estará probablemente dormida en el sofá, ya que está enfadada.
Me incorporé, el dolor en mi cabeza decreciendo un poco por el cambio de ángulo.
Todavía estoy en mis ropas de anoche y no me molesté en cambiarme cuando bajé las escaleras. Me arrastré silenciosamente, solo en el caso de que todavía estuviera dormida. Eché un vistazo al salón, solo para ver el gran sofá de cuero negro, completamente vacío. Mi corazón corría cuando rápidamente salí del salón corriendo de vuelta escaleras arriba. Comprobé cada una de las habitaciones de la casa, la alegre presencia de Abby en ninguna de ellas.
-Mierda, mierda, mierda, mierda- murmuré, corriendo de vuelta escaleras abajo.
Giré a la cocina, viendo una arrugada, blanca hoja de papel sobre la mesa. La tomé en mis temblorosas manos, mis ojos volando sobre la nítida caligrafía.
* Leo
Mierda eres estúpido. Espero que te hayas divertido emborrachándote anoche. Sé que eres mi líder y todo, pero realmente la jodiste. Abby está a salvo, pero tú mi amigo estás de mierda hasta el cuello. No la recordabas anoche y la asustaste mucho, llámame cuando te despiertes.
-Dave. *
Tragué duro y permití a la nota ondear hasta el suelo.
¿No la recordaba?
¿La asusté?
Mi mente corrió por todas las posibilidades de cosas estúpidas que podría haber hecho. Corrí de vuelta escaleras arriba, de tres en tres. Cuando alcancé el final mis piernas estaban ardiendo pero no me podría importar menos. Pulsé al contacto de Dave en mi móvil y lo llevé a mi oreja rápidamente. Mientras esperaba a que lo cogiese, encendí mi portátil y pulsé al programa vinculado con el rastreador de Abby. Metí la contraseña e inmediatamente el punto rojo apareció. Estaba localizada en la casa de Dave.
-Hola?
-Dave? ¿Cómo está? ¿Qué pasó.- Dije rápidamente por el móvil. Me metí en mis zapatos, casi cayéndome en mi camino por las duras y resbalosas escaleras demadera.
-Ella está... uh...- Dave se calló, luchando para encontrar la palabra correcta, -Rota.
-¿Rota?-Repetí, cerrando y bloqueando la puerta principal.
-Está realmente triste, pero enfadada contigo también.- Explicó.-¿Estás viniendo?.
Me burlé.
-Claro que estoy yendo.
-No sé si querrá hablar contigo...- Dave dijo incómodamente.
-Es mi reclamo, también conocida como el amor de mi vida. ¿Crees que me voy a quedar sentado en casa y dejarla sentada y llorando por algo estúpido que hice?- Gruñí, sin molestarme en ponerme el cinturón de seguridad. No es como que a alguien le importase una mierda si muriese de cualquier modo. Dudo que incluso a Abby le importase ahora mismo, pero no la culpo.
-Vale, te veré pronto.- Murmuró, colgando la llamada. Mis labios se curvaron en una mueca mientras pisé más fuerte contra el pedal. ¿Cómo pude hacer algo tan estúpido?
Aparqué en la entrada de Dave, corriendo mi mano por mi pelo unas pocas veces para para alisar el esponjoso desastre. Pisé fuerte hasta el porche, golpeando mi puño contra la puerta de madera, Dave abrió la puerta, vestido en vaqueros claros y una camiseta negra. -
Antes de que entres, cálmate, y que sepas que tú eres el que está pidiendo perdón, no Abby- Dave me recordó, moviéndose así que podía entrar a su casa.-La habitación de arriba, la primera en tu derecha.
-Gracias por cuidarla tío- Le dije.
Me sacudió la mano despreocupadamente.
-Me llamó, no iba a dejarla allí. Pero no te preocupes, no estoy intentando robártela ni nada.
Mi mente retrocede a Daniel, y su determinada cara. ¿Y si ella era el reclamo de Dave también? Probablemente nos mudaría a ambos a Perú o algo o a un país de solo chicas, si esos existen.
Corrí escaleras arriba intentando formar unas pocas frases que suenen como una buena disculpa.
No debí emborracharme.
Debí haberme quedado en casa contigo.
Sé que siempre estás allí para mí.
Fue en el calor del momento y me arrepiento profundamente.
Sí, eso suena bastante bien, ¿no?
Lentamente abrí la puerta, ligeramente golpeando mis nudillos en la madera.
-Dave ya te lo he dicho, estoy bien no tienes que seguir comprobándolo- Abby lloriqueaba , su espalda enfrentando la puerta.
-Bueno, ahora estoy aquí para comprobar cómo estás, gatita-Susurré, apoyado contra el marco de la puerta. Su cuerpo se tensó a mi voz, y su cabeza se giró para mirarme.
-Mira quién decidió recordarme- Abby soltó impertinentemente, girándose de nuevo. -Si viniste aquí para llevarme a casa, no vas a tener suerte.
-Nena por favor, estaba borracho, sé que no debí pero estaba tan enfadado-Caminé hacia la cama, tomando un asiento al lado de ella, se alejó, sin querer estar cerca de mí.
-Las palabras de un borracho son los pensamientos de un sobrio-Susurró, lágrimas se acumularon en sus ojos. Nunca puedo manejar a una chica llorando,especialmente cuando es Abby. Me estiré hacia delante y la alzé en mis brazos, acunándola en mi pecho.
-Esa es la mayor cantidad de tonterías que alguna vez he escuchado. Las palabras de un borracho son como los pensamientos de muchas otras personas. No recuerdo una mierda cuando estoy borracho, así que, ¿Cómo puede ser lo que sale de mi boca verdad?-. Se retorció salvajemente en mi agarre, pero no la dejaría ir.
-Leo, por favor déjame ir-Suplicó, lágrimas libremente cayendo por su cara. - Lo hiciste mal, y estoy muy molesta con ello.
La deje ir de mi regazo, pero mantuve mi brazo alrededor de sus hombros. Nos sentamos en silencio por un momento antes de que abriese mi boca para hablar otra vez.
-Realmente lo siento nena.
Mi móvil vibra en mi bolsillo y no me molesté en mirarlo, pero Abby parecía intrigada.
-Dame tu móvil.
-¿Qué?-Pregunté confuso. -¿Por qué?.
-Solo quiero ver quién te ha enviado un mensaje.- Se encogió de hombros, colocando su mano delante de mí. Mi corazón estaba latiendo, no recuerdo darle mi número a ninguna chica anoche... pero entonces otra vez ni siquiera pude jodidamente recordar a Abby.
Miró a mi móvil, soltando un jadeo. Vi más lágrimas formarse en sus ojos, y me devolvió el móvil.
-Creo que es hora de que te vayas-
-No, no, princesa por favor- Rogué, poniéndome de rodillas delante de ella.
-Revisa tu móvil, capullo-Me abofeteó en la cara, levantándose y corriendo fuera de la habitación. Tomé mi móvil de la cama, mirando mis mensajes más nuevos.
* Hey, bombón ;) anoche fue divertido. Espero que podamos repetir ;) mándame un mensajeeee :**
Mi corazón dejó de latir en mi pecho, ¿cómo cojones pude? Me miré, disgustado con mi apariencia.
Me levanté del suelo, siguiendo los sonidos del llanto de Abby . Ella y Dave estaban en la cocina,Abby rodeada por los brazos de Dave. Intentaba tranquilizarla pero no calmaría sus sollozos.
-Gatita por favor no sabía lo que estaba haciendo-Le susurré, acercándome a su temblorosa figura.
-Haz que se vaya, por favor, por favor, haz que se vaya- lloró, su cuerpo entero temblando. Dave me miró, pena y lástima en sus ojos. Por Abby claro, no por mí. Estaba probablemente disgustado conmigo, demonios, yo estaba disgustado conmigo.
-¿Has hablado con él?- Dave murmuró.
-No quiero - Lloriquea, enterrando su cara más profundo en su pecho.
-Vale, cariño. ¿Por que no vuelves arriba a tu cuarto? Hablaré con él-Dave acarició la parte trasera de la cabeza de Abby, antes de empujarla suavemente hacia las escaleras. Rápidamente se fue corriendo, sin molestarse en darme una mirada.
-Me siento como mierda- Me quejé, colocando mi cabeza entre mis manos. Me sentí tan... vacío. Nadie me quiere ahora mismo. Nadie me ama ahora mismo.
-Ve a decirle adiós, y vuelve mañana- Dave sugirió. -Solo ha pasado un día, dale un poco de tiempo.
Asentí de acuerdo.
-Gracias, Dave.
Subí de vuelta las escaleras de espirales, dirigiéndome a la improvisada habitación de Abby.
-Lo siento mucho gatita, sé que no mereces esto.- Murmuré. Estaba acostada en la cama, hecha un ovillo en las sábanas. Lentamente miré mi reloj, sorprendido de ver que ya eran las cinco. Bueno, normalmente me quedo dormido cuando tengo resacas.
No me contestó, así que lentamente me deslicé en la cama. No se movió ni me dijo que me fuera, así que seguí acercándome. Me deslicé bajo las mantas presionando mi pecho contra su espalda y envolviéndola en mis brazos.
-No puedo creer que me harías eso, me has engañado -Su voz envió escalofríos a mi columna, era tranquila y fría.
-Fue un error, nunca te haría eso a propósito- Le dije, clavando mi nariz en su cuello. Se movió de mi lado, alejándose y quitando mis brazos de su alrededor.
-Leo, sé que no lo harías a propósito. Ese no es el punto. El punto es, no puedo confiar en ti. En primer lugar, no debiste emborracharte. Después, tuviste sexo con otra chica. Entonces, viniste a casa y ni siquiera recordabas a la llamada 'amor de tu vida" - Usó comillas, sus ojos mostrando daño y molestia. - Estoy desilusionada, dañada y me siento traicionada.
-Gatita...- Murmuré, tomando su mano en la mía. Sacudió su cabeza, quitando mis dedos de encima.
-Creo que deberías irte
Mi corazón se hundió, y me sentí tan derrotado. La cagué, y la cagué a lo grande. Esta vez, una disculpa y un beso no podría arreglar esto.
Probablemente habría sido más fácil si no hubiese descubierto que dormí con alguien. ¿Cómo pude? Es tan jodidamente asqueroso de mí, ahora que tengo un reclamo, y una jodidamente increíble en eso. Me odio a mí mismo.
-Nena por favor, solo ven a casa conmigo. No tienes que tocarme, mirarme ni incluso hablarme. Solo te necesito conmigo, así que sé que estás a salvo- No sé si podría manejar que ella se quedase durante la noche sin mí. No me di cuenta de ello anoche porque estaba demasiado borracho, pero ahora estando sobrio, sería un infierno.
-Quiero estar con alguien con el que pueda hablar esta noche- discutió, sin atreverse a mirarme a los ojos.
Estaba tan molesta, y me duele, tanto, tanto. Sinceramente, mi vida entera es una gran cagada. Piénsalo, has estado enamorado de alguien por mucho tiempo, y finalmente, te quiere también. Entonces unos pocos días después, lo cagas todo, y ahora no quiere ni siquiera mirarte a los ojos.
¿Cómo sienta eso?
Como maldita mierda.
-Por favor- Me ahogué, mi respiración atragantándose con ese estúpido bulto en mi garganta. Mi garganta estaba ahora toda que picaba, y solo quería estallar en llanto.
-No, Leonardo. Entiendo que todo esto es nuevo para ti, pero esta es tu vez para aprender- Sus palabras cortaron profundo, ella es tan inteligente, y tan astuta. Solo la quiero tanto.
-Te quiero-hipé, lágrimas cayendo por mi cara libremente. Se sintió como que estaba perdiéndola, y lo jodidamente odié.
-No tengo nada más que darte, Leonardo. Y todavía sigues sentado aquí, suplicando por mi perdón. Supongo que mi amor no fue suficiente para ti, porque elegiste tirarlo a la basura.
-No, te aprecio a ti y a tu amor más de lo que alguna vez sabrás.- Le dije severamente.
-Sí, claro que lo haces.
-¿Perdona?.- Estoy sorprendido, ¿de verdad piensa que no me importa que ella me quiera? Ese fue el mejor momento de mi vida cuando esas dos palabras salieron de su boca. ¿Y que me lo diga cada día? Absolutamente increíble.
Abby nunca contestó, su mirada quedándose en las blancas sábanas.
Me levanté de la cama, mis ojos nunca dejando su frágil figura.
-Voy a irme, pero solo porque sé que eso es lo que quieres. Estaré de vuelta mañana por la mañana temprano, así que espérame- Me incliné y presioné mis labios en su mejilla. -Te quiero, mucho. Que sepas que te quiero y solo a ti-Besé su frente, y su mejilla una vez más, antes de dejar la habitación.
Sentí como que estaba cometiendo un error, dejándola en la habitación. Se sintió casi extraño. Se sintió como si fuera tirado de vuelta hacia su habitación. Me paré justo sobre las escaleras, tomando un profundo respiro.
Me giré, entrando en su habitación. Abby miró hacia arriba, sorprendida.
Caminé hacia ella, tomando su barbilla entre mis dedos golpeando mis labios contra los suyos. Jadeó en sorpresa, intentando liberarse. Sujeté su cara fuertemente, sin dejarle alejarse del necesitado beso.
-Te quiero, y no quiero dejarte aquí esta noche- Murmuré contra sus húmedos y ligeramente hinchados labios.
-Te veré mañana.- Dijo tranquilamente, mordiéndose el labio. Tímidamente miró a mis ojos, el precioso color azul brillando con inocencia.
-¿Puedo llamarte antes de irme a dormir?.- Le pregunté tranquilamente. Asintió lentamente, lo cuál calentó mi corazón. Me incliné y le di un besito en su mejilla otra vez.
-Te quiero, gatita. No olvides eso.- Juguetonamente toqué su nariz, antes de dejar la habitación, esta vez, no volveré.
Le daré tiempo, eso es todo lo que necesita.
¿Este es el primer strike, no?
¿O es el segundo strike?
¿O el tercero?
Tragué mientras caminaba hacia abajo por las escaleras de Dave, pensando en todos los errores que he cometido.
Golpearla claramente fue el primer strike.
Ignorarla con Kat fue probablemente el segundo strike.
Así que, ¿este sería el tercer strike? ¿Eso significa que ya estoy fuera o significa que tengo una oportunidad más?
-Hey, ¿te vas a casa?.- Dave me sacó de mis pensamientos, mi cabeza girando hacia la voz.
-Oh-, aclaré mi garganta. -Sí. Estaré de vuelta mañana por la mañana.
-¿Quieres que le hable de algo?-Dave preguntó. Estaba extremadamente agradecido con Dave, sabía que siempre estaba allí para Abby, pero también me apoyaba.
-Solo asegúrate que esté dispuesta a perdonarme, y que sabe que la quiero-
Palmeé la espalda de Dave, y él me sonrió. Éramos aproximadamente de la misma altura, ambos de pie medíamos 180 centímetros. Abby era bastante alta, de pie medía 160 centímetros, además, las chicas altas son sexys. Pero no demasiadas altas, es vergonzoso tener una novia más alta que tú. ¿Ves a lo que me refiero?
Todo de ella es solamente prefecto. Desde su altura, hasta su personalidad.
-Vale hermano, hasta mañana.- Hicimos un pequeño saludo de manos antes de abandonar la casa.
Me sentí tan vacío, yéndome solo. Esperé poder llevarla de vuelta a casa, pero supongo que no siempre conseguimos lo que queremos, ¿no?
Llegué de vuelta a casa a las siete, mi cuerpo ya adormilado y cansado. Mi primer pensamiento fue tomar una botella de whisky y tomármela a tragos pero eso fue lo que me metió en todo este jodido desastre en primer lugar, así que probablemente no debería.
Me arrastré hacia arriba de las escaleras de dura madera, empujando la puerta de la habitación abierta. Todavía olía ligeramente a canela y cerezas, de las velas y sales de baño que Abby montó para mí. Como desearía todavía que estuviéramos disfrutando nuestro día de spa.
Mi móvil tenía un nuevo mensaje, así que vagamente lo desbloqueé y comprobé mis mensajes.
*
De: la mierda McCann.
Hola, hijo. Solo te estoy mandando un mensaje para dejarte saber que todo lo que pasó está ahora detrás de mí. Sé que probablemente no lo sientas de la misma manera, pero la oferta de unirte a mi banda todavía está en la mesa. Espero que te divertieras conociendo a Kat. ¡Tu madre seguro que es buena manteniendo secretos! De todos modos, llámame cuando puedas.
*
Me burlé, arrojando mi móvil en la mesa de al lado de la gran cama. Se va a sentir incluso más jodidamente grande sin Abby acurrucada a mi lado. No he dormido sin ella en mi cama por un largo, largo tiempo, y no sé cómo esta noche va a salir.
Probablemente como el infierno, como siempre.
Pero me lo merezco, ¿no? La cagué, y esto es lo que me merezco. Es todo mi culpa
La quiero, pero ahora mismo mi amor no es suficiente para traerla de vuelta.
Necesito pensar en algo grande, y necesito hacerlo rápido.
Me quité todas mis ropas, solo quedándome en mis boxers, y me metí en la cama.
Las sábanas estaban frías, y tan jodidamente solitarias. Quería a Abby, la quería enrollada en mi regazo, y su cabeza en mi pecho. Quería escuchar su suave respiración mientras caía dormida. Quería sentir su suave, liso pelo rubio entre mis dedos. Quería hacerla reír antes de que cayera dormida. La quería tan cerca a mí como fuera posible.
Pero como dije antes, no consiguemos siempre lo que queremos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top