41. ¿Que?.
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Canciones para este capítulo:
Till The Sun Burns Out - Sebell
Next 2 You - Chris Brown ft Justin Bieber
Change Me - Justin Bieber
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Nuestras posiciones habían cambiado, y ahora la cabeza de Leo estaba sobre mi pecho. Más que nada todo el peso de su cuerpo descansaba encima de mí, sin embargo realmente no me preocupé. Unas lágrimas todavía lograban correr de sus ojos, pero él había controlado sus sollozos. Sollozaba de vez en cuando, enterrando su cara más dentro en mi pecho. Los brazos de Leo se quedaron alrededor de mi estómago, y su trasero logró deslizarse encima de mis muslos así que él prácticamente estaba sentado sobre mí.
-Leo- gemí. -Vamos bájate, eres pesado como el infierno.
-No-él lloriqueó, apretando su agarre a mi alrededor.- Solamente porque mis músculos son pesados, no significa que merezco ser castigado.
Suspiré, una risa ligera sobre mi cara. Mi mano descansada en su pelo suave, mis uñas ligeramente rasguñan su cuero cabelludo. Él soltó un gemido contento, una risa substituye lágrimas. Él acarició su cabeza una vez más, su pecho retumbando en otro gemido.
-Tú no tienes ningún músculo-bromeé. Él se rió entre dientes, haciendo un falso puchero.
-Sí los tengo-peleó. Agarró mi mano y la puso debajo de la camisa, permitiendo que mis dedos corrieran a lo largo de su abdomen. Negué con la cabeza, dejando mi mano fría en su cálido estómago. -Tengo un paquete de ocho.
Agarró mi mano de nuevo y lo llevó a sus brazos, flexionándolos.
-Mira estas armas-movió sus cejas burlonamente.
-Mi error-le dije con sarcasmo, lanzando mi brazo sobre su ahora torso cubierto con la camisa.
El teléfono de Leo sonó en el bolsillo, haciendo que saltara ligeramente.
-¿Puedes tomar eso por mí, gatita?- preguntó dulcemente. Asentí con la cabeza, y lo pesqué del bolsillo de su pantalón. Él amablemente lo tomó de mi mano, deslizando su dedo sobre el botón de respuesta.
-Hola?-habló por el altavoz.
-Hey Leo, es Tyler!- Podía oír débilmente la voz del chico que había conocido hace un tiempo atrás a través del altavoz.
-¿Estás en Nueva York?- Preguntó sin siquiera seguir una amable conversacion.
-Sí, acabo de llegar. Lo siento por la respuesta tardía, me vi envuelto en algo de negocios en la Florida con estos perdedores culo blanco que se llaman a sí mismos una pandilla. -Tyler se burló a través del teléfono.
-Voy a llamar a la pandilla y vamos a tener una reunión, hoy está bien para ti? -preguntó, pero me di cuenta que no iba a oír un no por respuesta.
-Por supuesto, el mismo edificio?
-El mismo de siempre, el mismo de siempre
Tyler se rió.
-Bien, nos vemos pronto.
-Adiós- Leo respondió, colgando el teléfono.
Kat volvió su atención a nosotros, sus cejas perfectamente sacadas formando un ceño fruncido.
-Reunión?- Ella reflexionó- Tengo que ir?
-No sé- Leo se pasó una mano por la cara-Yo no quiero dejarte aquí sola, sin embargo, no quiero tener que pasar por todo eso explicando sobre la pandilla.
-Yo realmente no quiero que tu pandilla que me conozca, y Vanina tampoco lo haría...- Kat se apagó, dando a entender que no tenía muchas ganas de ir.
Leo asintió ligeramente aliviado, se levantó de mi regazo.
-Me voy a alistar- caminó por las escaleras, llegando a nuestro dormitorio.
-Así que, no pudo soportar ignorarte, ¿eh?-Kat me sonrió. Fruncí las cejas en confusión, ¿Qué quiso decir?
-Qué?
-Bueno, supongo que puedo hacerte saber nuestro pequeño secreto ahora-Kat se levantó de su silla y se dejó caer en el sofá a mi lado. -Le dije a Leo que te ignorara todo el día.
-¿Qué? ¿Por qué?-Fruncí el ceño con incredulidad.
-Porque queríamos saber si lo amabas. Acabo de notar lo molesta estabas cuando él no te prestó atención a que ayer, y era sólo una pequeño experimento.-La mano de Kat descansaba sobre mi hombro -Nunca quise hacerte daño, y lo siento si lo hice.
-No, no, no lo hiciste.- Le hice ademán con la mano Así que, aun así tu plan fracasó.
-Sí, tienes a Leo envuelto en tu dedo meñique, Abby -Ella me guiñó un ojo.
Me reí, mordiéndome el labio. Fue muy reconfortante saber que Leo no era capaz de continuar con el plan de Kat.
-Así que estamos todos bien?
-Sí, estamos bien-me confirmó con una sonrisa. Ella se inclinó y me envolvió en un abrazo, apretándome con fuerza.
Kat y yo pasamos los siguientes diez minutos poniéndonos al día en programas de chismes y otras cosas de chicas.
-Así que, ¿cuál es el nombre de tu novio? -Moví mis cejas. Kat se rió, un ligero rubor rosa formándose en sus mejillas.
-Caleb-se sonrojó aún más cuando ella pronunció su nombre. Yo arrullé en tono de broma, abanicándola con la mano.
Pies golpeaban contra las escaleras de madera, y volteamos para ver a Leo ,recién duchado y cambiado, descendiendo por las escaleras. Me envió una amplia sonrisa, que regresé. Extendió su mano a mi, la cual tomé, y me levantó del sofá.
Colgó su brazo alrededor de mi hombro, besando mi frente.
-Estaremos de vuelta a las...-miró hacia abajo a su reloj Rolex -Siete, como tarde.
Me deslicé en mis botas, y Leo se puso sus zapatos. Agarró mi mano una vez más, dirigiéndome al garaje. Me envió otra deslumbrante sonrisa mientras abría la puerta del copiloto para mí. Corrió al otro lado, sentándose en el asiento del conductor y poniéndonos a ambos los cinturones de seguridad. El viaje fue corto, desde que sólo estábamos yendo al usual edifico en el centro de la ciudad. Leo parecía saber el área como la palma de su mano, tomando una vía más rápida cada vez que íbamos.
Nos detuvimos en un lugar de estacionamiento vacante, y saltamos del coche. Cuando estábamos a punto de caminar a través de las puertas dobles de cristal,Leo se detuvo en su lugar y dejó escapar un gemido muy alto.
-Qué estás haciendo?- Me reí, tirando de su mano.
-Realmente no quiero ver a esa perra que tiene el mismo color de pelo como el puto Satanás.- Leo mantuvo una seria, molesta cara, mientras que terminé pero estallando en risas.
-Eso, eso es- Ni siquiera podía formar una oración, mi cara se puso caliente por el momento de risitas en el que estaba. Leo me sonrió, cogiendo mi mano y tirando de mí hacia el edificio.
-Oh ¡Leo! - la repugnantemente dulce voz de Virginia sonó, lastimando mis oídos.
-No me hables, Virginia.- escupió Leo - y ni siquiera pienses en hablar con Abby tampoco. Eres una perra molesta y estoy tan harto de ti.
-Demonios, alguien necesita relajarse- Virginia dijo, antes de que una sonrisa satisfactoria se formara en su cara. -Lo bueno es que yo lo puedo hacer.
-Tu coño está demasiado flojo-Leo respondió, rodando sus ojos. Virginia jadeó, su cara llena de base tornándose rosa.
-Cómo te atreves!-chilló, comiendo en sus tacones rosa brillante dentro de la habitación de logística.
Leo sonrió a su logro, volteándome a ver
-Tu novio es bastante genial, lo soy o lo soy?- movió sus cejas a mí.
Yo en broma rodé mis ojos.
-Sí, sí, es genial.
-Awww- Leo arrulló, plantando un beso descuidado en mi mejilla. Me reí, limpiando el exceso de saliva que se derramó sobre mi mejilla y frotándolo en su manga. Los dos entramos en el ascensor, presionando piso diez y esperando que nos llevara allí. El ascensor sonó y ambos salimos.
-Las mismas reglas de antes, no te asocias con personas que no sean Jessica y Dave- Leo dijo mientras nos detuvimos fuera de la puerta de la reunión.
-¿Qué pasa con Daniel?- pregunté, un ceño fruncido en la cara. Daniel era probablemente mi mejor amigo allí, rara vez hablaba con Dave.
-No Daniel.- negó con la cabeza.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Sólo ... porque no ¿De acuerdo? No quiero hablar de ello.- La mano de Leo se apretó alrededor de la mía, acercándome más. Envolví mis brazos alrededor de él, tratando de calmarlo. Parecía molesto, y no quería que volviera loco hoy.
-Está bien- obedecí. El suspiró en alivio, abriendo la puerta.
- ¡Leo! - Tyler gritó, acercándose a nosotros y dándole palmaditas en el hombro. Hicieron su apretón de manos/abrazo, dejándome a mí de pie torpemente. -¡Abby! - Tyler me reconoció, me envió una cálida sonrisa. La devolví, mirando alrededor por Jessica.
Finalmente vi su largo cabello oscuro, de pie junto a Blake. Rápidamente me hice mi camino hacia ellos, abrazando a Jessica desde atrás. Ella gritó, rápidamente girando en mis brazos.
-Abby!- Ella gritó, devolviendo el abrazo. -No te he visto en mucho tiempo! Cómo has estado ?!
Me reí.
-Genial, ¿Tú?
-Muy, muy bien-me guiñó un ojo, haciendo alusión a Blake. Él le devolvió la sonrisa, plantando un beso en la frente. Mis ojos se abrieron con sorpresa.
-Oh ...- mi voz se apagó.
-Abby, sólo quiero disculparme de nuevo. Lo que hice que una noche fue completamente mal de mi parte, y a pesar de que probablemente va a quedar en tu mente para siempre, espero que puedas perdonarme - Blake me dijo: Mi mente volvió a la noche en el bar. Lo que Blake me hizo fue muy. . . traumatizante.
-Gracias, por la disculpa.- No confiaba en Blake, podría estar montando una actuación, pero yo no iba a decir nada. Yo no quiero empezar una pelea, especialmente cuando Leo no estaba a mí alrededor para que me proteja.
-En cualquier momento- sonrió. Él y Jessica fueron a sentarse a la mesa, dejándome de pie sola. Me di cuenta del cabello marrón e inocentes ojos color avellana de Daniel. Me tomó un montón de autocontrol para no caminar hacia él, yo quería seguir las reglas de Leonardo.
Vi el pelo rubio de Dave, y decidí iniciar una conversación.
-Uh, hey, Dave.- le dije. Se volvió hacia mí, sus labios curvándose hacia atrás en una amplia sonrisa.
-¡Hey! Abby, ¿verdad?- Asentí con la cabeza. -Ha pasado un tiempo.
-Sí-me reí nerviosamente. -Lo siento, en este momento eres una de las personas con las que segun Leo está bien que hable.
-Qué?- Dave largo una risa. -Eso es una locura!- Él colgó su brazo alrededor de mis hombros, caminando por la habitación.
-Te presentaré a los buenos- guiñó. Me condujo a un grupo de dos chicos y una chica.
-Oigan, chicos-Dave llamó, levantando su mano en un saludo. Todos los devolvieron, sus ojos enfocándose en mí.
-Oye, no eres el reclamo de McCann?- La chica preguntó, tomando un sorbo de su botella de agua. Asentí otra vez. -Mmm, eres linda, veo por qué está enamorado.
-Gracias- respondí tímidamente. -Eres bastante bonita también.
-Y eres dulce también? - ella rió. - Acaso eres real?
-Hey, hey, tranquila- Uno de los chicos con cabello negro rió, dando palmaditas en el hombro de la chica.
-Así que, Abby, esta es Ella, Michael de cabello negro y Peter con el raro cabello quemado-Dave los presentó.
-Hey! No es raro, es único-Peter frunció el ceño, palpando su cabello. Ella rió, golpeando su brazo.
-Único? Más bien feo como mierda- Ella rió.
-Ellos son muy relajados. Creo que la única razón por la que Leo no te los ha presentado es porque se sientan atrás. No se meten en muchos problemas, bueno, Ella a veces- él guiñó a la morena.
-Una vez, prendió unos petardos e incendió dos casa- Michael rió, codeando a Ella. Ella rió ante la memoria, escondiendo su cara en vergüenza.
-Abby- la voz frenética de Leo llamó. Me volteé, encontrando sus ojos. -Puta mierda! Ahí estás! He estado buscando por ti en todos lados!- regañó, empujándome hacia su pecho.
-Estaba con Dave- le dije. Leo frunció el ceño, mirando a Dave quien saludó y sonrió.
-Oh- se relajó sólo un poco, pero cuando notó a Ella, Peter y Michael, se tensó otra vez.
-Creí haberte dicho que hablaras sólo con Jessica y Dave- él susurró duramente en mi oído.
-Dave me los presentó- dije tranquilamente. No era como si fueran peligrosos o algo.
Leo suspiró, manteniendo mi cuerpo cerca al suyo.
-Ella- la notó, y ella alzó sus cejas una vez como un saludo. Él saludó a Peter y Michael también antes de marcharnos.
-Te dijeron algo?- Preguntó, una mirada preocupada en tu cara.
-No-crucé los brazos sobre mi pecho. -Debieron haberlo hecho?
-No- Sacudió su cabeza. Ambos caminamos a la cabeza de la mesa, donde Leo puso dos dedos en su boca y soltó un silbido.
-Júntense! Tomen asiento!- gritó por encima de todo el ruido, su voz ronca y rasposa. Todos los miembros tomaron asiento, con sus reclamos tomando asiento a su lado. Me senté al lado de Leo, y él corrió la silla más cerca de él.
-De acuerdo, como la mayoría sabrá, Brandon no volverá a la pandilla por un tiempo. Aparentemente no prestó atención en asuntos de salud, ganándose una novia embarazada- Leo rió ante su propia broma. -Así que, tengo que asignar un reemplazo por ese tiempo.
Un montón de miembros animaron, probablemente esperando que Leo los escogiese a ellos como reemplazo. Sin embargo, cuando Tyler se levantó de su puesto al lado de Leonardo, sus hombros se desplomaron.
-Este es Tyler, algunos de los viejos miembros los recordarán como Reckless- Leo lo presentó. Varios gritos llegaron de la mesa, saludando a Tyler.
-Hola chicos, estoy feliz de estar trabajando con el Lado Oeste de nuevo.-Él sonrió, levantándose de su silla.
-Así que, de ahora en adelante, cuando se manejen problemas con el Lado Este o cualquier otro grupo, Tyler será al que tengan que llegar; si no estoy disponible- Leo les dijo. -Y en cuando a tráfico de drogas- Leo fue interrumpido por su teléfono sonando su tono de llamada de su bolsillo. Él gruñó, molesto, tirando de él de su bolsillo.
Hola?-Él suspiró en el teléfono. Se quedó en silencio durante un rato, antes de retirarlo de su oído. -Es Kiera, sal afuera en el pasillo para hablar con ella. Vuelve inmediatamente después de que hayas terminado de hablar con ella.-Él susurró. Asentí entusiasmada, con ganas de hablar con Kiera. No he hablado con ella en un tiempo, y estoy emocionada de hablar con ella. Leo me pasó el teléfono, y yo rápidamente me apresuré al exterior.
-Hola?- pregunté.
-Abby!- Kiera chilló. Una sonrisa inmediatamente estalló en mi cara con tan sólo oír su voz emocionada.
-Cómo estás?- Yo arrullé, haciendo reír a Kiera.
-Genial, Shaun me ha estado dando un poco más de libertad. Justo ayer fui a dar un paseo por el barrio, sola- exclamó. Mis ojos se abrieron con sorpresa, no creo que Leo jamás me deje hacer eso.
-Wow, eso es, impresionante-Yo dije honestamente. Y lo que es también sorprendente, es que no escaparas.
-Él inyectó el rastreador en mí, así que no es como si voy a ir muy lejos. -Ella rió. Me sorprende que ella esté tan tranquila sobre eso, cuando Leo puso el rastreador en mí, yo estaba absolutamente horrorizada.
-Oh-murmuré. Nos sentamos en silencio por un tiempo, sólo se escucha el sonido de la respiración del otro.
-Así que- Kiera finalmente rompió el silencio - ¿Cómo es Leo?
Sonreí, finalmente sacaría toda la situación fuera de mi pecho.
-En realidad, muy, muy bien.
-¿En serio?-Kiera tarareó.
-Sí, tuvimos una pequeña pelea, pero lo resolvimos. Creo que realmente está calmándose.
-Sabes, Shaun está atendiendo a clases de control de ira, quizá Leo debería unirse-Kiera sugirió. Shaun estaba atendiendo a clases de control de ira?
-Sí, se lo mencionaré- No sabía cuál sería la reacción si le digo, pero me mantuve optimista sobre toda la cuestión.
-Bueno, tengo tengo que correr, asegúrate de que Leo te lleve a visitarme pronto!- Kiera regañó y me reí, prometiéndole que visitaríamos pronto. Los dos nos despedimos y colgué, permaneciendo sentada en el piso alfombrado.
Esperaba que Leo considerara las clases de manejo de la ira, tal vez entonces su paciencia duraría más. Odiaba cuando se metía en peleas, me asusta como nada.
Finalmente me levanté del suelo, crujiendo lentamente la puerta. Todas las cabezas se volvieron a mí, incluyendo Leo. Sonrió. Yo volví a sentarse en el sillón de cuero negro, colocando el teléfono de Leo en la mesa.
-Frank, ha Spencer duplicado sus órdenes habituales?- Leo le preguntó al hombre sentado en el borde de la mesa.
-Sí, ha sido realmente un cliente valioso.-Frank respondió, quitándose el áspero pelo rubio de su frente.
-Muy bien, eso es perfecto.- Asintió, satisfecho. -Reunión terminada!
Leo fue a hablar con algunos otros miembros de la banda, así que me alejé, tratando de encontrar a Dave.
Finalmente lo encontré con Ella, Peter y Michael, causando que sonriera. Estaba contenta de poder hacer otros amigos, especialmente unos tan bueno como ellos.
-¡Abby!- Ella llamó, enviándome una amplia sonrisa. Lo devolví, caminando hacia ellos. Dave de repente tiró de mi brazo, trayéndonos a la esquina, solos.
-Qué?- Me reí, retorciendo mi brazo abajo su agarre.
-Así que, lléname de los detalles con Leo. Parece mucho más relajado y esta realmente relajado-Dave movió sus cejas, enviándome un guiño.
Me sonrojé.
-Oh, uhh, ¿Qué quieres saber?
-¿Están enamoraaaados?-Arrastró la 'a' causando que mis mejillas se sintieran aún más caliente.
-Él me ama ...- mi voz se apagó.
-¿Y?- David hizo un gesto con la mano, un gesto para que yo continúe.
-Y yo lo amo-murmuré.
-¿Qué? ¿Qué es eso? Lo siento, no pude oírte?- Dave bromeó, ahuecando un mano alrededor de su oreja.
-Amo a Leo- le dije un poco más fuerte. Dave me miró satisfecho, una sonrisa burlona en su rostro.
-Qué?-Una voz sorprendida venía de detrás de nosotros, y en ese momento, mi corazón se detuvo.
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