33. Jamie y Brandon
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Canciones para este capítulo:
The Reason – Hoobastank
Still the one – One Direction
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-Yo tampoco, y tú puedes sentarte y relajarte mientras yo manejo el problema de Brandon- Leo masculló en mi cabello. Yo asentí lentamente en su pecho, relajando mi cuerpo completamente ante su toque.
No terminaba de perdonar del todo, por lo que sé, él podría estar mintiéndome. No me confío de él, y estoy segura que él no tiene ni una pizca de confianza en mí tampoco. Nos sentamos de nuevo en los asientos, Virginia notando completamente nuestra presencia.
-¿A dónde fueron ustedes dos? preguntó sospechosamente. -Yo me encogí de hombros, sin mirarla. Dios, la odio. ¿Por qué ella siempre se tiene que meter en nuestros asuntos?
-No es de tu maldita incumbencia- Leo soltó. Virginia hizo una rabieta, volteándose lejos de él. ''Perra estúpida'' masculló para sí mismo.
Yo suspiré, cerrando mis ojos. Simplemente quería bajarme de ese avión lo más rápido posible. Leo estaba agitado, Virginia era molesta y yo estaba de mal humor.
Éramos como ''El equipo soñado''.
-Atención pasajeros, el avión estará aterrizando en poco tiempo. Por favor, asegúrense los cinturones de seguridad- Antes de yo poder si quiera agarrar el material del cinturón, Leo ya estaba inclinándose sobre mí y haciéndolo.
-Sabes, soy capaz de hacerlo yo misma- alcé mis cejas a él.
-Sólo estoy tomando precauciones-me guiñó. Mis oídos empezaron a doler por la
presión del aire, así que tragué varias veces para destaparlos.
-¡Oh, Dios mío! ¡Me duelen los oídos!- Virginia gimió.
-Sí, pues, a mi me duelen los ojos de verte pero no me ves quejando, o sí?
Leo le soltó. Me mordí el labio, aguantando la risa.
El avión tranquilamente tocó el suelo, y un par de susurros impresionados llenaron el avión. Leo se levantó rápidamente, presionando la palma de su mano contra mi espalda, dirigiéndome hacia adelante. Nos paramos en el pasillo, esperando para bajarnos del avión.
Un hombre al lado nuestro trató de alcanzar una maleta del estante superior. La bajó y accidentalmente me golpeó la cabeza.
-Ouch!- mascullé, frotándome la parte posterior de mi cabeza.
-Oh, Dios mío, lo siento mucho!- Los ojos del hombre muy abiertos.
'-Entonces, ten cuidado!- Leo le gritó. Un montón de cabezas voltearon a nosotros. Leo apretando la mandíbula.
-Lo- lo siento. Yo n- no quería...- él tartamudeó.
-¿Estás bien, cariño?- Leo me preguntó.
-Estoy bien-susurré. Me volví hacia el hombre-No tienes que disculparte, fue sólo un accidente- Él asintió febrilmente, corriendo fuera del avión.
-De verdad que necesitas calmarte-le dije a Leo. Él rodó sus ojos, cruzando sus brazos sobre su duro pecho.
-Él fue un torpe de mierda y se lo merecía- se quejó inmaduramente.
-Se disculpó, y tu hiciste un escena, lo que no era necesario- regañé. Su boca se torció a un lado, y de repente, el me empujó enfurecido pasando sobre mí y
saliendo del avión.
Wow, increíble. Torcí mis ojos, poniendo mi bolso gris sobre mis hombros.
¿Podría ser más infantil?
Cuando me bajé del avión, y seré honesta, la vista frente a mí me sorprendió mucho.
-Déjame en paz!- grité fuertemente. Shaun suspiró, soltando palabras incoherentes bajo su respiración.
-No puedes seguir huyendo de mí- peleó.
-Mírame hacerlo-lloré. Luché en su apretado agarre, las húmedas lágrimas precipitándose por mi rostro. Shaun agarró mi cintura, tirándome duramente sobre
su hombro.
-Bájame!
Entró a su casa gigante, lentamente subiendo las escaleras de madera dura. Lloré
otra vez, estampando la palma de mi mano en su espalda. Mis uñas largas clavándose en su piel, él siseó adolorido.
-Detente!-regañó. Me quedé quieta mientras él me tiraba en su cama en el centro de la habitación.
-Quiero ir a casa -le grité. Él tomó una respiración profunda, su mano acariciando mi mejilla aún húmeda. La aparté bruscamente, temblando mientras otro violento sollozo salía de mi cuerpo.
-Bueno, en este momento, esa no es una opción- Shaun declaró.
-Quiero hablar con Abby- demandé. Shaun pasó un mano por su cabello castaño, moviendo las puntas.
-Ya traté de llamar a McCann, están ocupados
Quiero tanto que Abby esté aquí. De verdad necesitaba que estuviera aquí conmigo. De alguna manera, sobrevive cada día con Leo, aun así, no puedo
soportar ni un segundo con Shaun.
-Kiera, sabes que te quiero, no estoy aquí para lastimarte- Shaun frunció el ceño.
-Lo que sea-susurré. Shaun parecía herido, y sumamente derrotado, así que me levanté y salí de la habitación, dando un portazo fuertemente.
Abby dónde estás cuando te necesito? Incluso podría usar el consejo de Leonardo,y eso definitivamente decía algo.
...
Leo estaba de pie a unos metros míos con el hombre del avión. Mi primera reacción fue correr y detener a Leo de decir o hacer algo estúpido, sin embargo, cuando los vi darse la mano y sonreír, fruncí mi ceño profundamente.
El hombre me saludó con la mano, marchándose con esa estúpida maleta café en su
mano. Leo volteó, y sus ojos inmediatamente encontraron los míos. Sonrió, llamándome con su dedo índice.
-¿A qué iba eso?-pregunté cuando lo alcancé.
-Pues, me hiciste pensar sobre aquello, así que vine a encontrar al tipo y disculparme'- Leo se encogió de hombros, como si no fuera nada importante.
-¿Que hiciste qué?- me atraganté. -Tú, o sea, tú. Leonardo McCann, Disculparse?
-No es nada- sus mejillas tornándose en un rosa oscuro, su vista sin encontrar la mía. Di un paso adelante, envolviendo mis brazos fuertemente en su cuello. Se detuvo, sorprendido, por un momento, antes de corresponder y deslizar ambos brazos alrededor de mi cintura.
-Gracias, eso significa mucho- susurré en su oído. Descansé mi mejilla sobre él, y sentí el calor que irradiaba causado por su sonrojo.
-Te amo- murmuró. Plantó un beso en mi mejilla, tocando juguetonamente su lengua en mi piel. Reí, juguetonamente empujándolo.
Virginia vino tartamudeando hacia nosotros, sus altos tacones resonando en el suelo de mármol. Incluso la manera en que caminaba parecía enfurecer a Leo.
Rodó sus ojos cuando estuvo frente a nosotros.
-Te veré pronto, Leo -guiñó. -Abigail - soltó mi nombre, mirándome de arriba abajo.
-Adiós-mascullé.
-Adiós, perra- Leo dijo cuando se fue, ganándose unas cuantas miradas de las madres alrededor de nosotros. El teléfono de Leo empezó a sonar, así que lo sacó, rápidamente deslizando su largo dedo sobre el botón.
-Hola? Oh, hey Shaun. En serio? Qué perra. Sí... ok, nos vemos- Leo presionó el botón de colgar, empujándolo dentro de su largo bolsillo.
-¿Quién era?-pregunté, Leo agarró mi mano y empezamos a caminar hacia la salida.
-Shaun, Kiera está pasando un rato muy difícil y quiere verte. Pasaremos por allá mañana'
-Ella es muy frágil, sólo espero que él la tome con calma respecto a ella -murmuré. Leo estuvo de acuerdo tranquilamente, presionando sus humectados labios sobre mi frente.
Ambos trepamos al Lexus negro de Leo, su tercer auto favorito.
-¿Cuál es el punto de tener más de un carro, de todos modos?- rodeé mis ojos.
-Para lucir swaggy-deslizó sus Ray- Bans negras sobre sus ojos, blindándolos del cegador atardecer.
-Swaggy? Es en serio?-
'-De acuerdo, para lucir cool
-Tú no eres cool
-Es cierto, soy swaggy
A la cara seria de Leo finalmente se le escurrió una sonrisa, y no lo pude evitar, pero reí con él. Sus ojos quedaron en mí, pero por el rabillo de ellos seguía mirando la carretera.
Sus ojos hambrientos detallaban cada parte de mi cuerpo, su lengua tocando sus húmedos labios.
-¿Alguna vez te dije lo absolutamente hermosa que eres?-susurró. Me sonrojé,
bajando mi cabeza. Tímidamente metí un mechón de cabello detrás de la oreja, cautelosamente mirándolo.
-Gracias, Tampoco eres tan feo
Él rió, moviendo su cabeza. Traté de actuar como si nada porque qué se suponía que debía decir.
'Wow, gracias, pero tú sabes que luces como un dios del sexo con tus labios perfectos y cabello perfecto y rostro perfecto y por qué no eres un modelo de
Gucci, es decir, wow, eres divino
El teléfono de Leo cantó con un tono fastidioso, y él lentamente atendió.
-Hola?- lo puso en altavoz.
-Hola, hombre, vas a venir?-La voz estresada de Brandon se coló por los parlantes del carro.
-Por supuesto, nos quieres ahora?
Eso estaría genial - él suspiró en alivio.
-De acuerdo, nos vemos, Brandon
-Adiós, Leo
Leo rodó sus ojos, apretando su mano fuertemente en el volante. Apretaba su mandíbula varias veces, y murmuraba cortas oraciones bajo su aliento.
-Estás bien?- dije tranquilamente.
-Estoy bien- gruñó. Decidí mantener mi boca callada, sin querer llevar el asunto más lejos.
El auto se adentró en la calle de Brandon, Lei sacando la llave del encendido de este. Él nos condujo dentro, Lei acomodándose en el negro sofá de cuero.
-Abby, Jamie está arriba, si quieres hablar con ella-Brandon me dijo. Yo asentí, lista para subir pero Leo atrapó mi muñeca, y dio golpes en su mejilla con dos dedos. Yo rodeé mis ojos, pero cumplí, suavemente presionando mis labios contra su mejilla.
-Te llamaré pronto-susurró antes de irme. Asentí, y me escurrí escaleras arriba.
Yo ligeramente di golpes con mi mano contra la puerta, esperando oír la voz de Jamie.
-Brandon, ya te lo dije, no quiero hablar contigo ahora mismo-su voz era débil, y extremadamente frágil. Sonaba como si se fuese a romper a llorar en cualquier segundo.
-Jamie, soy Abby - dije tranquilamente a través de la puerta. -Puedo entrar?
Oí un jadeo,
-¿Abby? Sí, sí, pasa
Lentamente abrí la puerta con una sonrisa en mi cara. Me volteé, cerrando de nueva la puerta.
-Hey- susurré.
-Abby, me alegra tanto que estás aquí! -Ella lloró, dándome un cálido abrazo. Sus brazos se sentían cansados y débiles mientras hacían paso alrededor
de mi cuerpo. Su piel usualmente bronceada lucía más pálida, y sus hermosos ojos azules se veían pálidos y sombríos.
-Cómo has estado?-pregunté, ya sabiendo la respuesta.
-Esto es tan terrible, Abby- masculló.
-Por qué no usaron protección?- pregunté, frunciendo mis cejas. Ni Jamie ni
Brandon eran estúpidos, así que no entendí como esto pudo haber pasado.
-Esa es la cuestión, estábamos tan borrachos que no recuerdo nada- Ella bajó su cabeza, negando con esta por sus propias acciones insensatas. - Luego de una semana comencé a sentirme horrible y mi periodo no vino y aquí me tienes, embarazada de tres semanas
-Cómo lo tomó Brandon?
-Absolutamente terrible- sacudió su cabeza otra vez. -Él quiere un aborto, y al principio, yo también lo quería, pero eso me haría sentir horrible
-Eso tensionó su relación?- Brandon y Jamie parecían tan enamorados cuando los conocí. Espero que nada les haya pasado, sería muy perturbador. En realidad parecían hechos uno al otro, diferente a Leo y yo.
-No hemos hablado en un tiempo. Estoy gruñona y de mal humor, mientras él está
estresado y agitado. No es una buena combinación-Ella rió un poco, pero era una risa patética. No una de corazón.
-Estoy segura que Leo le ayudará a despejarse. Estoy segura que él encontró un reemplazo a Brandon por un largo tiempo. Brandon tiene muchas cosas en que pensar, no te preocupes- Le sonreí, palmeando su hombro. Cuando mi mano lo tocó, noté lo huesudo que su cuerpo estaba en realidad.
-Has estado comiendo?- pregunté sospechosamente.
-No, me he encerrado aquí por días-murmuró, mirando hacia abajo. Mis ojos se abrieron y solté un jadeo.
-Eso es terrible! Es muy malo para el bebé, Dios mío!-entré en pánico, saliendo de la habitación. Corrí abajo por las escaleras, pasando a Brandon y Leo en el camino.
-Gatita? Qué estás haciendo?- Leo frunció su ceño hacia mí.
-Jamie no ha estado comiendo!- Di un paso por delante de Leo.- Tú!-apunté a Brandon-Cómo puedes ser tan descuidado? Está embarazada y no está comiendo, bebiendo, ni siquiera durmiendo! Ella puede morir, Brandon, no entiendes eso?
-Y- yo no sabía...- él se detuvo en su lugar, sus ojos salvajes mirando hacia la cocina
Sacudí mi cabeza a él.
-Leo puedes ayudarme a prepararle algo?
-Por supuesto, cariño-él le dio una mirada incrédula a Brandon, antes de conducirme a la concina.
-Puedes hacer pasta con pollo? Ella necesita los carbohidratos de la pasta y la proteína del pollo- Leo asintió, hirviendo algo de agua.
Cuando miré hacia arriba, Brandon estaba fuera de vista. Tosí, meneando mi cabeza. Si esto nos pasaba a Leo y a mí, se olvidaría él de mí también? Me
dejaría morir, tratando de sostener a un bebé?
Leo terminó de hacer la pasta, y rápidamente se la llevamos a la habitación de Jamie. Cuando nos detuvimos en la puerta, el panorama frente a mí me derritió el corazón.
Jamie y Brandon estaban acostados en la cama, la mano de él descansaba en el aún plano estómago de ella, y le susurraba al oído.
-Jamie, te hemos traído comida- Leo dijo severamente. Brandon saltó en la cama, asustado por la aparición de Leonardo.
-Gracias- susurró, pero sabía que no sólo se refería a la comida.
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