28. 99 tatuajes
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Canciones para este capítulo:
Born to Be Somebody - Justin Bieber
Finally Found You - Enrique Iglesias
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-Nena, ¿por qué corres?-gritó Leo. Miré hacia atrás, con la visión borrosa. Mis pies corrían a un ritmo rápido contra el pavimento.
-¡Yo, yo no puedo parar!-Le grité. Él empezó a correr desesperadamente hacia a mí.
-¡Gatita, para!
-¡No puedo!-Argumenté. Las lágrimas corrían por mis mejillas. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué no puedo dejar de correr?
De repente, me tropecé con mis propios pies, mi cuerpo cayó contra el suelo. No sentía dolor, pero por alguna razón yo gritaba como si lo tuviera.
Leo me alcanzó, arrodillándose a mi lado.
-¡¿En qué mierda estabas pensando?! ¡Tú castigo va a ser tan terrible que te arrepentirás de haber hecho esto!- ladró.
-Yo, yo ni siquiera sé lo que está pasando.- Murmuré, con la cabeza apoyada en el suelo. Perdí mi audición y cerré los ojos. Débilmente pude escuchar los gritos de terror de Leo antes de desmayarme completamente.
Di un grito ahogado, levantándome rápidamente de la cama. Mi corazón latía milagrosamente y mi pecho subía y bajaba más rápido de lo que nunca lo había visto.Leo se movió a mi lado, entreabriendo un ojo.
-¿Gatita? ¿Qué pasa?-Se incorporó, frotándose los ojos. Su voz era ronca, y estoy bastante segura de que todavía no me podía ver bien.
-Una pesadilla- Susurré. Las imágenes de mi corriendo y Leo con cara terrorífica ,aun enfadado, atravesaron mi cabeza.
-¿Quieres hablar de ello?- Me preguntó. Él apoyó la espalda contra la cabecera y me atrajo hacia su regazo. Mi cabeza inmediatamente descansó contra su cuerpo caliente, y mis piernas se acurrucaron de lado.
-Yo-yo estaba huyendo.-El se puso tenso al oír mis palabras. -Pero no lo estaba haciendo por mi cuenta. Simplemente no podía dejar de correr. Estabas gritando que parara pero no pude.- Hipé un poco, tenía mis ojos llorosos. Me besó en la mejilla, tratando de consolarme. - Y luego me caí, y tú empezaste a gritar acerca de cómo de terrible iba a ser mi castigo. Pero luego perdí la conciencia y tú empezaste a gritar mi nombre entonces me desperté.-Terminé. Cerró los ojos por un momento, antes de abrirlos de nuevo. Pude ver un ligero brillo en ellos, que al instante me hizo sentir mejor.
-¿Por qué no podías parar?- Me preguntó.
-No lo sé. Yo intenté parar porque venías hacia mí, pero mis pies seguían moviéndose.- Él frunció el ceño por un momento, pero luego una hermosa sonrisa se hizo camino en sus labios.
-No te preocupes gatita, soy mucho más rápido de lo que tú nunca serás en la vida real.-Él trató de no romper a reír con su propia broma ,pero fracasó miserablemente.
-Uh odio decírtelo, pero soy bastante rápida.-Le dije descaradamente. Él arqueó las cejas.
-¿Si?- Puso en duda. Yo asentí con entusiasmo, frunciendo los labios.
-Algún día vamos a competir, nena. Pero por ahora, vamos a dormir un poco, ¿no?-Él sugirió, arrastrando sus pies un poco, quedando en una posición acostada.
Sonreí, acurrucándose en su extremadamente pecho cálido y desnudo. Fue perfecto el cómo Leo podría animarme en tan poco tiempo.
-Buenas noches gatita. Te quiero.-Él dijo, besando mis labios suavemente.
(...)
Poco a poco me desperté, manteniendo mis cansados ojos cerrados. Realmente no quería despertarme, pero lamentablemente era una de esas personas que una vez que está despierta no podía volver a dormir.
Parpadeé abriendo uno de mis ojos, encontrándome con la tinta negra que cubría el pecho de Leo. Lo estudié más de cerca, intentando leer las palabras que estaban escritas.
-"Una vez asesino, siempre un asesino."
Estaba en negrita justo debajo de la clavícula. Tragué saliva, ¿por qué podría esto en su cuerpo?
Mis ojos se posaron en el tatuaje debajo de este. Una gran águila con sus hermosas alas separadas en una gran parte de su torso superior. Debajo de él, ponía:
"No se puede volar a menos que te dejes caer. '
Me encontré repasando las palabras con mi dedo.
"Yo nací para ser alguien."
"No sé cómo llegué aquí. "
"Me puse mi impermeable, mi impermeable amarillo."
-¿Qué estás haciendo?- Rápidamente me alejé del pecho de Leo al verlo fruncir el ceño.
-Oh uhm ,estaba esperando a que te despertaras.- Mentí. Su boca se torció por un minuto, antes de que cerrara los ojos. Parecía estar luchando una batalla mental, antes de que su mirada se enfrentara con la mía, de nuevo.
-¿Los has leído?- Me preguntó.
Lentamente asentí.
Cerró los ojos y envolvió sus brazos alrededor de mí, tirándome de nuevo hacia su cuerpo.
-Todos ellos significan algo.-Él susurró. -Escogí específicamente todos y cada uno de ellos.
-¿Cuántos tienes?- Murmuré.
-99- Se rió un poco- irónico, ¿me equivoco?
Me reí,
-¿Qué quieres tener 100?
-Sí.- Confirmó - y sé exactamente lo que va a ser.
Decidí no empujarlo más lejos, él parecía estar soñando con el día que se haría su tatuaje número 100.
-¿A qué parque vamos hoy?-Le pregunté, saliendo de su agarre.
Rápidamente agarró mi muñeca, tirándome hacia atrás.
-No te vayas.- Él se quejó.
-Tenemos que estar listos. Ya son las 8:30 y queremos llegar temprano.-Argumenté. A regañadientes me soltó y yo corrí hacia el cuarto de baño antes de que pudiera decir que no.
Me adentré en la ducha, limpiando el sudor nervioso de la pesadilla de anoche. No pude evitar pensar que era una señal... pero decidí no preocuparme por eso en este momento.
Cerré el grifo del agua caliente y salí de la ducha. ¿Sabes de esa sensación cuando uno sale de una ducha caliente y es como que acabas de aterrizar en la Antártida? Sí, no me gusta eso.
Cogí mi maquillaje y salí del cuarto de baño para coger mi ropa, cuando Leo entró al baño.
Me puse la camiseta sobre mi cabeza pero me detuve. Me acerqué a la puerta del baño, escuchando a Leo, ¿Hablando? No, ¿Estaba cantando?
-There's a dream in my soul, a fire that's deep inside me.-Su voz era tranquila, así que apreté más la oreja contra la puerta.
-There's a me no one knows, waiting to be set free.- Las letras se hundieron en mi sistema, yo no me sabía esta canción, por lo que debe ser escrito por él.
-I'm gonna see that day, I can feel it I can taste it, change is coming my way.-¿Escribió esto recientemente? ¿Creía que algo estaba cambiando ahora?
-I was born to be somebody, ain't nothing that's ever gonna stop me.-Yo nací para ser alguien estaba escrito en su pecho. ¿Escribió sus propias letras en sus tatuajes? ¿Eran todas ellas canciones suyas?
-I light up the sky like lightning, I'm gonna rise above, show em what I'm made of. I was born to be somebody, I was born to be, and this world will belong to me.
El agua de la ducha se detuvo, así que me alejé de la puerta. Traté de actuar natural, así que me senté en el borde de la cama, jugueteando con mis manos.
"I was born to be somebody, ain't nothing that's ever gonna stop me." No paraba de sonar en mi cabeza una y otra vez. No pude evitar soltar algunas lágrimas caer por mis ojos. Jesús.
"I light up the sky like lightening, I'm gonna rise above, show em what I'm made of." ¿Se trata de su vida en las pandillas? ¿O es que tiene sueños reales, como un niño de verdad? Lloré de nuevo, estaba tan preocupado, y yo era sólo otra carga sobre sus hombros.
La puerta del baño se abrió y yo traté desesperadamente de limpiar mis lágrimas.
-¿Gatita? ¿Estás bien?- Me di la vuelta para que mi espalda estuviera frente a él, tratando de dejar de llorar.
-Nena, ¿qué pasa?-Él me dio la vuelta y se quedó sin aliento cuando vio que estaba llorando.
-Abby, ¿qué pasó?- Se quedó sin aliento. Me atrajo en un abrazo, frotando mi espalda.
-Yo - Yo uh ...- Traté de pensar en una excusa, y finalmente encontré una.
-Estoy con mi periodo.
El se alejó de nuestro abrazo, frunciendo el ceño.
-Oh, bueno, ¿Por qué lloras?- Me preguntó. Rodé mis ojos, no entendía lo que eso significaba.
-Las chicas se ponen muy emocionales en su período y yo acabo de recibir una ola , pero estoy bien, de verdad.- Le aseguré. Me limpié mis ojos enviándole una débil , probablemente bastante patética , sonrisa.
-¿Quieres quedarte hoy? Por tu...- Se calló, dejando escapar una tos. Ahora sé que es incómodo hablar acerca de estos temas.
-¡No, no! ¡Estoy bien!-Argumenté. Él asintió con la cabeza, besando mi frente.
-Vamos, vamos.
Caminamos fuera, entrando en el vestíbulo. Leo consiguió entradas para el mono-rail de Disney que nos llevaba a los parques. Me agarró de la mano y caminamos a través del hotel para subir al tren.
-Mira, eso es una gran cosa de este hotel. ¡El mono-rail es la razón por la que esta bien! Ni siquiera tenemos que salir.- Dijo Leo. Miré su cara, e incluso él no podía ocultar el hecho de que él estaba emocionado. Sus ojos brillaban con un nuevo matiz de felicidad, y su mano agarró la mía con fuerza.
El tren se detuvo en la parada, y rápidamente nos subimos, encontrando un asiento vacío. El tren estaba lleno, y todos ellos se encontraban enriquecidos en alguna conversación. Imagínense si todos los de nuestro alrededor supieran que estaban en un tren con un asesino y una secuestrada.
El tren llegó a su parada en posición inestable, y la voz de un megáfono anunció que estábamos en Hollywood Studios Park & Resort.
Grité de emoción, Leo se rió entre dientes y pasó un brazo alrededor de mí saliéndonos del tren. Caminamos fuera, el aire caliente soplaba en mi hermoso cabello arrastrándolo hacia mi rostro.
-¿Cuál es la mejor atracción de aquí?- Preguntó Leo. Rápidamente me saqué un pedazo de papel del mi bolsillo de mis pantalones cortos.
-Tower of terror- Levanté la vista hacia él, y él se estaba riendo.
-¿Por qué te ríes?- Fruncí el ceño.
-Realmente trajiste una lista.-Él soltó otra carcajada, arrancando el papel fuera de mis manos para luego
-¡¿Por qué hiciste eso?!- Me quejé. Él se rió entre dientes, lanzando sus brazos alrededor de mí y me levantó en el aire.
-Yo no tengo citas con nerds.-Él susurró en tono de broma. Rodé mis ojos y envolví mis brazos alrededor de su cuello.
-Entonces creo que vamos a tener que romper.- Bromeé.
-Nah, eres demasiado débil por tu cuenta. Me necesitas como protector.-Presionó sus labios contra mi mejilla. Su cabello castaño rozó mi nariz haciéndole cosquillas en mi sensible piel.
Él me sostuvo de nuevo envolviendo su brazo alrededor de mí. Empezamos a caminar hacia la Tower of Terror, hasta que un niño tiró de mis pantalones.
-Yo - Yo no puedo encontrar a mi mamá.- El niño gritó, agarrando firmemente mi pierna.
-¡Hey, chico retrocede!- Leo ladró. Di un grito ahogado, golpeándole el brazo. Me agaché, recogiendo al niño en mis brazos.
-¿Vamos a ayudarte a encontrar tu mamá, bien? Sólo ignóralo, no ha tenido ningún dulce esta mañana.- Bromeé, y el niño rió.
-Abby, ¿cómo diablos vamos a encontrar a su madre?- gimió. Le di una mirada y volví mi atención hacia el niño.
-Vamos a caminar alrededor, y avísame cuando veas a tu mamá, ¿de acuerdo?-Me arrulló. El muchacho asintió con la cabeza, y empecé mi caminata con Leo andando lentamente tras de mí.
-Así que ¿cuál es tu nombre?- Pregunté.
-Connor-Dijo manteniendo sus ojos en las personas que nos rodeaban.
-Soy Abby.- Él me miró y sonrió.
-Es un nombre bonito.
Me reí un poco antes de girarlo a mí alrededor, diciéndole que mantuviera la mirada en la gente.
Me agarró la mano y miró hacia atrás para ver a Leo. Caminó a mi lado, manteniéndose cerca de mí y de Connor.
-¡Ahí está!-Connor gritó. La señora levantó la vista, sus ojos frenéticos se reunieron con la mirada de Connor y luego con la mía. Lo puse en el suelo y corrió hacia su madre. Ella lo envolvió en un abrazo, acariciando la parte posterior de la cabeza. Leo y yo caminamos lentamente, y la madre nos miró.
-¡Muchas gracias!- Ella respiró. Le sonreí, sacudiendo la cabeza.
-No hay problema.
¡Adiós Abby!- Gritó Connor. Me reí, antes de devolverle la despedida.
Leo agarró mi mano y me alejó, la madre de Connor gritó un gracias.
-Serías una buena madre.- - Leo elogió.
-Y tú vas a ser un padre de mierda.-Le dije. Se quedó sin aliento, colocando una mano sobre su pecho.
-No es mi culpa que no me gusten los niños.-Él soltó un bufido.
-Por lo tanto, ¿nunca vas a querer tener hijos?- Pregunté. Él negó con la cabeza, lo que confirmaba un no. Mi corazón cayó, ¿cómo que no quería tener hijos? ¿Significa eso que nunca voy a llegar a tener hijos?
-¡Mira, ahí está la torre!- gritó, sacándome de mis pensamientos.
Nos encontramos con la cola, empujando a algunos grupos que contemplaban la torre y no querían montarse.
De repente, sentí un golpecito en mi hombro, y una voz.
-¡Leo, qué casualidad que te vea aquí!
-Tienes que estar bromeando.- Leo gimió, y en ese momento yo estaba muy asustada para darme la vuelta.
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