25. Reina

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Canciones para este capítulo:

All You Ever - Hunter Hayes

"Tú me das oportunidades y yo las dejo ir, esperas por palabras que no puedo dejar salir."

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Fingí quedarme dormida en el pecho de Leo, así que cuando él se durmió, pude alejarme de él.

Ahora estaba en el borde de la cama, sacudiéndome ligeramente. Siempre que Leonardo se movía en la cama yo retrocedía, acurrucándome en una bola.

Él no estuvo ahí para mí cuando realmente lo necesitaba. Probablemente esta es la cosa más horripilante que me ha pasado en la vida, y la única persona que pensaba que podría salvarme , no estuvo ahí.

Estaba enfadada, asustada y deprimida. Sabía que Leonardo no debió haberme dejado sola con Kiera y Jamie. Frunzo mi ceño, ¿Dónde están Jamie y Kiera entonces?

Traté de sacarme esos pensamientos, seguramente Brandon las habría llevado a casa.

Leo gimió, y empezó a buscarme perezosamente en su sueño, cuando no encontró mi cuerpo, inmediatamente se despertó de golpe. Cerré mis ojos de nuevo y fingí estar dormida. Lo oì suspirar y senti como me agarro con sus fuertes brazos. Tomó toda mi fuerza de voluntad por no revolverme entre sus brazos.

-Gatita, sé que estás despierta.

Tragué saliva, ligeramente abriendo un párpado. Me estaba mirando con una expresión dura.

-Así que, ¿tu solución para nuestro problema es separarte de mí todo lo que puedas, donde no pueda protegerte? -Me miró con los ojos entrecerrados. Supongo que tiene un punto, llevo mis manos debajo de mi barbilla y me aprieto a la almohada de Leo.

-Te di oportunidades, pero me dejaste sola.- Susurré, casi tan bajito que él no podría oírme. -Esperé a que vinieras cuando vi al hombre abriendo el armario. Pensé que ibas a correr y salvarme.Sé cómo eres, tienes problemas de ira, posesividad y cargas mucho sobre los hombros. Pero, te necesitaba.- Murmuré.

-No tengo excusas por la forma en que soy.- Besó mi frente. -Pero, eso no significa que no voy a intentar hacerlo y seguir protegiéndote.

Honestamente no pienso que soy egoísta. Todo lo que quería era un novio normal, quien me tratase como me merecía. Quería ser felizmente casada, con niños felices y tener una vida feliz.

Quiero ser feliz.

Cerré mis ojos, ¿Eran Brandon y Jamie felices juntos? ¿Habrían planeado tener niños y ser una pareja normal?

-¿Dónde se fueron Jamie, Brandon y Kiera?- Le pregunté , cambiando de tema.

-Jamie y Brandon se fueron a casa.- Respiró en mi cuello.

-¿Y Kiera...?

Se sentó, frunciendo el ceño. Su boca se movió nerviosamente por el lado antes de abrirla.

-No lo sé.

Salte de la cama.

¿Qué quieres decir con que no lo sabes?!

Corrí hacia el armario, tirando de las muertas para abrirlas. El cuerpo de Kiera no estaba a la vista, pero sí había una nota pequeña.

- McCann

¿Quién es esta pequeña señorita tan guapa? ¡Se parece a Abby! Estoy seguro de que ella va a pasar un buen rato en mi casa.

Como probablemente sabrás ahora, no estoy trabajando contigo. Sé que la mataste, y voy a hacerte sufrir en el infierno cuando queme tu cuerpo con mis manos desnudas.

Bueno, estaré seguro de pasármelo bien con este pequeño bebé.

Sinceramente

Shaun.

Grité, mis manos temblaban como si las llevara el viendo. Leonardo vino a mi lado en segundos, quitándome la nota de las manos y acercándome a él con el movimiento de su brazo.

-Mierda. -Murmuró. Lágrimas calientes quemaban mis mejillas, y empecé a dar vueltas por la habitación.

-Cariño por favor, todo va a estar bien.-susurró.

Empecé a reír.

-¿Bien? - Mis risas nerviosas aumentaron provocando que mis hombros rebotaban de arriba abajo. -¿Llamas a esto bien?

-Gatita por favor, sólo calmat

No! ¡Mi puta hermana ha sido secuestrada por un psicópata que sabrá dios lo que podría hacerle!- Caí al suelo, acurrucándome en la alfombra.

Leo me puso en su regazo, y empezó a balancearse hacia delante y hacia detrás. Él me calló varias veces, besando mi oreja. Dejó escapar una leve risa y lo miré extrañada.

-¿Vamos a quedarnos sentados aquí o vamos a salvar a tu hermana?

(***)

El camino en coche fue silencioso, Leo intentó empezar una conversación pero lo rechacé cada vez que lo intentaba. Miraba por la ventana, viendo los árboles de hoja perenne ya que el coche volaba por ellos.

Mi corazón estaba bombardeando, quién sabe lo que le estarán haciendo a Kiera ahora.

Shaun estaba incluso más loco que Leonardo. El nudo en mi garganta me hacía sentir horrible, y las lágrimas pinchaban tras mis ojos. Mi hermana pequeña estaba en peligro, y eso todo mi culpa.

- Leo- Dije débilmente.

-¿Sí, gatita?

-¿Podrías - podrías cantar esa canción?- pregunté tímidamente. Su cabeza giró para encontrarse con mis ojos. Sus ojos buscaron los míos, y se suavizaron cuando vio las lágrimas.

-Across the ocean, across the sea, starting to forget the way you look me now. -su voz empezó bajito, y un poco ronca. - Over the mountains, across the sky, need to see you face I need to look in your eyes.-Su voz dejó de estar ronca, y ahora era tan suave como el algodón. Era increíble. -Trough the storm and, throug the clouds. Bumps in the road and, upside down. I know it's hard babe, to sleep at night. Don't you worry, everything's gonna be alright ai-ai-ai-aight. Trough the sorrow, and the fights, don't you worry, cause everything's gonna be alright ai-ai-ai-aight, be alright ai-ai-ai-aight.

Sus ojos se encontraron con los míos de nuevo, la preciosa luz color marrón moka brillando con felicidad. Su boca se abrió para cantar de nuevo, y sonreí, él terminó la canción.

-All alone, in my room, waiting for you phone call to come soon. And for you oh, I would walk a thousand miles to be in your arms holding my heart oh I, oh I, I love you. - Cantó esas palabras con tal confianza que hizo ablandar mi corazón.

-And everything's gonna be alright ai-ai-ai-aight. Trough the long nights, and the bright lights don't you worry, cause everything's gonna be alright ai-ai-ai-aight, be alright ai-ai-ai-aight.- Cerró brevemente sus ojos, precioso cantando las notas

-Trough the sorrow, and the fights, don't you worry, everything's gonna be alright.

Lanzo un suspiro, tratando de quitar su mano de la mía pero no lo dejo. Sabía que estaba avergonzado, pero no tenía porqué estarlo.

-Leo eso fue increíble.- Respiré. Rodó sus ojos y vi cómo empezaba a ruborizarse.

-Para.- gimió en súplica. Reí silenciosa y él colocó nuestras manos en mi muslo.

-¿Estás preparada?- Fijó su mirada en la mía. Desesperadamente quería gritar y volver a casa, donde estaría segura, mientras me acurruco en los brazos de Leo pero el rostro inocente de Kiera cruzó por mi mente.

-Vamos a hacerlo.

Leo aparcó el SUV a la vuelta de la esquina, y ambos salimos del coche con cuidado. Él agarró mi mano y nos agachamos, caminando lentamente a la gran mansión. Llegamos a lado de la casa y Leo soltó mi mano para abrir la ventana. Por suerte estaba abierta, con lo cual entramos.

Estábamos en el sótano, había algunos ordenadores, altavoces que cubrían el techo, un brillante entrenador de cuero rojo y una enorme televisión de plasma. Había un bonito bar en la esquina, con licores en la estantería.

Leo señaló con su pulgar hacia las escaleras y asentí, entendiendo su señal.

Lentamente subimos las escaleras, yo me mantenía lo más cerca posible de, incluso me agarré a su camiseta rápidamente. Corrimos hasta la habitación más cercana, mirando a nuestro alrededor. Sólo había una pequeña cama con un armario, básicamente era una habitación de invitados. Mi respiración era fuerte

y me acurruqué un poco a Leo. Estaba tan concentrado en los pasillos para notar mis intentos.

Él me hizo unas señas con el movimiento de sus muñecas y nos adentramos en el pasillo.

-Ve probando puertas hasta encontrar a Kiera. Golpea ligeramente las paredes cuando la encuentres. -Susurró antes de empezar a abrir puertas silenciosamente y cerrarlas.

Fui de puntillas a la siguiente puerta, girando el pomo. La habitación tenía un armario, y las puertas estaban temblando ligeramente. Fruncí el ceño, chasqueando los dedos para captar la atención de Leo. Él me siguió dentro de la habitación, y ambos tiramos de las puertas, abriendo el armario.

Ahí estaba Kiera, sólo en ropa interior, dejando caer lágrimas por sus preciosos ojos marrones. Cuando la puerta se abrió se encogió, y cuando sus ojos coincidieron con los míos, cambió de estar llorando de miedo, a estar llorando de alegría.

-Abby- Respiró a través de su hipo. Me tiré al suelo junto a ella, abrazándola.

-Bueno, bueno, bueno.

Todos nos giramos hacia la puerta, donde se encontraba Shaun aplaudiendo lentamente.

-Parece que el "dream team" vino a salvarte, ¿eh Kiera? -Shaun sonrió. Kiera sólo sollozó, así que intenté calmarla.

-Déjanos en paz de una puta vez, Shaun.- Lo amenazó Leo. Shaun rió inclinándose dramáticamente.

-Lo siento, pero estan tratando de robarme lo que es mío. -Shaun sonrió ampliamente. ¿Tratando de robar lo que es mío?

-¿A qué te refieres Shaun? - dijo Leo cansado.

-Bueno, desde que mataste a Emiy...

-¡No la maté, joder! - Leo grito.

¿Entonces quién?!- Shaun alzó la voz, haciendo que Kiera se hunda más en mis brazos.

Un miembro de tu propia banda, Shaun! ¡¿Por qué te ciegas tanto para no verlo?!

-¡¿Quién?! -Shaun preguntó de nuevo.

Chris! ¡Chris la mató! ¡¿Vale?!

El silencio abrumó la habitación, Leonardo y Shaun respiraban fuertemente. Se miraron intensamente el uno al otro, prácticamente quemando agujeros en sus caras.

-Y ese es el porqué de su suicidio justo después. -Shaun susurró, sobretodo a sí mismo. Leo se mantuvo en silencio, sabiendo que era lo mejor. -¡Ese puto bastardo! -gruñó. Sus puños se clavaron a sus lados.

-Lo siento.- murmuró Leo.

Shaun suspiró, sacudiendo sus dedos por su pelo.

-Ella fue asesinada por alguien que pensaba que era mi mejor amigo. ¡¿Sabes cuándo tiempo lloré después de que Em murió y justo después Chris se suicidó?! ¡Tres putos meses, McCann! ¡Ni siquiera me fui de mi maldita casa!- Shaun se rompió, sus lágrimas ahora estaban justo debajo de sus ojos.

-Shaun, sabes que aún puedes encontrar otro reclamo.- Leo le recordó.

Shaun se secó las lágrimas, de repente sonrió.

-Ya tengo.-Susurró.

-¿Quién?-Pregunté silenciosamente.

-Tu hermana pequeña - sonrio malicioso.

Me congelé, mi respiración se quedó en mi garganta. De repente, sabía cómo se sentía Leo. Todo lo que podía ver era rojo y me abalancé a por Shaun. Leonardo me agarró la muñeca, empujándome hacia atrás.+

-¡No! ¡Eres un puto enfermo, hiciste esto a propósito!- Grité, intentando desesperadamente soltarme del agarre.

-No puedes elegir quién es tu reclamo.- Se encogió de hombros, descuidado.

Rechiné mis dientes, ebistiendo mi cuerpo hacia delante en los brazos de Leonardo.

-¡Ella no se va a quedar contigo!- Grité.

- Abby, para. - murmuró. Me desplomé en sus brazos, él me apretó en un abrazo, colocando su cabeza en mi hombro.

-Sólo si podemos visitarla.- Propuso Leo. Shaun reflexionó por un momento, antes de asentir en acuerdo.

Me arrodillé junto a Kiera y la abracé.

-Te veré pronto, ¿vale? -sonreí tristemente. Sabiendo que era inútil protestar.

-Te quiero.- Me dijo.

-Yo también te quiero.- Le dije para que no lo olvidase.

Cuando me levanté, inmediatamente Leo me abrazó. Besó mi mejilla antes de soltarme. Caminé hacia Shaun, parándome frente a él. Él me miró confuso.

-Trátala como a una reina.- Susurré.    

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