21. Aferrate
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Canciones para este capítulo:
Strong - One Direction
Never Let You Go - Justin Bieber
Feel Again - One Republic
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Leo se congeló, pero rápidamente recuperó su postura y continuó andando. Me
cogió de la mano fuertemente, intentando dejar el restaurante.
-¡Abby Brokk para ahí mismo o llamaré a la policía! - Gritó Kiera, corriendo hacia nosotros. Leo gruñó antes de girarse. Todos los ojos de la gente del restaurante estaban encima de nosotros, haciendo que Leo temblase de furia.
-¡Métanse en sus putas cosas! - Escupió Blake, haciendo que todas las cabezas se girasen hacia sus respectivos platos.
Mi mirada finalmente se encontraron con la de mi hermana,quien me miraba a través de
los ojos inundados de lágrimas.
-Abby - Susurró, corriendo hacia mía. Comencé a llorar también, abrí los brazos así podrías abrazarla entre ellos. Su cabeza se apoyaba en mi hombro, sus lágrimas caían silenciosamente en mi vestido. -Abby, tenía mucho miedo. - Lloró, agarrándose a mi vestido. Besé la coronilla de su cabeza, agarrándola fuerte.
-No tengas miedo. Estoy bien, Kiera. - La tranquilicé, acariciando su pelo.
-Abby- Una profunda voz me llamó por detrás. Me separé de Kiera, sus ojos hervían de furia mientras le miraba.
-Así que tu eres el psicópata que he secuestrado a Abby - Gruñó, señalándole con el dedo. Mis ojos se abrieron de par en par y fui a mandarla a callar pero Leo me ganó.
-No creo que me hablarías así si supiese de lo que soy capaz. - La voz de Leo era fuerte, llena de la autoridad que tenía. Era extremadamente intimidante,sus tatuajes le hacían parecer un millón de veces más malo.
-Bueno, si eres tan malo espero que no te importe que llame a la policía ahora mismo, ¿verdad? - Kiera sonrió. La chica se iba a meter en problemas.
-Kiera, para. - Le supliqué. Leo me acercó más a él, sus brazos formando un lazo por mi torso.
-No sé a qué estás esperando, mocosa. Abby es mía. - Gruñó. Tragué, mis ojos encontrándose con los de Kiera de nuevo.
-Escúchame, imb... -Kiera se iba a tirar hacia Leo pero por suerte su novio la cogió por la cintura.
-¡Jake déjame! - Gruñó, su mirada clavada en Leo.
-¡Kiera para! ¡Vas a hacer que te maten! - Lloré, intentando acercarme, pero Leo me mantuvo cerca.
-Deberías de poner un lazo más fuerte a tu novia, colega. - Leo gruñó, su labio superior sobresaliendo por encima del inferior notablemente.
-Abby, te quiero. - Kiera sollozó, aún luchando en los brazos de Jake.
-Yo también te quiero, Kiera. - Susurré. Le mostré una leve sonrisa. -Estoy bien, no te preocupes por mi.
-¡¿Que no me preocupe por ti?! ¡¿Estás loca, Abigail?! - Gritó. Hice una mueca, no, sólo había sido secuestrada por un loco.
-Kiera, por favor. - Dije tranquila, sacudiendo mi cabeza. Las lágrimas cayeron por mi mejilla, haciéndolas brillar.
-Te haré un trato. - Kiera ofreció, su determinada vista clavada en Abby. Él entrecerró sus ojos, pero asintió para que continuase.
-Me dejas ver a mi hermana - solo una vez no llamaré a la policía o le diré a mis padres dónde está. - Mis ojos se abrieron de par en par en su oferta y noté como Leo jadeaba detrás de mi.
-Ni siquiera sabes quién soy. - Leo sonrió.
-Pero sé como tú y tú- Apuntó a Blake. -son de aspecto.
-Tío, la policía tiene mi foto. - Blake murmuró. Leo maldijo bajo su aliento, sus ardientes ojos fijándose en Kiera.
-Vale. Si pasa, que sea en mi casa y te recogeremos aquí. - Dijo Leo. Dejé salir otro sollozo, pero esta vez eran lágrimas de felicidad. Leo me besó en la mejilla, sus pestañas acariciando mi piel.
-Te veo mañana. - Kiera sonrió, amando el hecho de que ganó.
Finalmente escapé de los brazos de Leo, corriendo y abrazándola.
-No se lo digas a mamá y papá. Por favor. - Susurré en su oído
Me miró.
- No sé por qué no quieres, pero lo respetaré ...por ahora. - Aceptó.
Le besé en la mejilla y le di un abrazo más.
-Te quiero. - Murmuré.
-Yo también te quiero, Abby.
Me alejé de ella para volver a Leo,quién me devolvió a sus brazos inmediatamente. Puso un duro beso en mis labios, asegurándose de que Kiera miraba. Cuando finalmente nos separamos, los ojos de Kiera estaban abiertos de par en par, el shock luciendo en su mirada. Leo se aseguró de mandarle un falsa sonrisa antes de salir del restaurante. Le murmuró un adiós a Blake y le di un rápido abrazo a Jessica.
Nos metimos dentro del caluroso coche, poniéndome el cinturón.
-No puedo creer lo que acaba de pasar - Murmuró Leo. Suspiré, sin querer enfadarlo.
-Ha prometido no decir nada. - Susurré. Le miré con unos ojos inocentes. Me miró, sus facciones suavizándose. Una mano dejó el volante y se posó en mi muslo, dibujando formas al azar.
-No puedo permitir que me dejes. - Murmuró, tomando una profunda respiración.
¿Cómo me sentía respecto a Leo?
¿Quería quedarme con él?
Es obvio que El es ligeramente inestable mentalmente, y está claro que no sabe como amar realmente. Es casi positivo que es bipolar. Una vez es un novio de verdad y al siguiente me está castigando por no seguir sus "reglas".
¿Puede cambiar realmente todo por mi?
"Siempre dicen que el tiempo cambia las cosas, pero realmente las tienes que cambiar tú." -Andy Warhol
Mi madre siempre compartía conmigo esta cita, diciendo que describía la vida perfectamente. Siempre me dijo que nunca esperase por nada a que cambiase, que lo cambiase yo misma.
Leo lo está intentando, por ambos. La pregunta es: ¿Puede realmente hacerlo?
-¿Cielo? - Leo me sacó del trance.
-¿Si?
-No has dicho al final en qué pensabas en el restaurante.
Fruncí las cejas, intentando recordar cuando me despisté.
-Oh, estaba pensando en cómo de dulce era Blake en la cárcel y ahora es un completo gilipollas. - Emití. Leo se quedó en silencio por un minuto, antes
de romper a reír en alto. Le miré raro, con una sonrisa en la cara.
-¿Por qué te ríes? - Pregunté riéndome.
-Ha sido la forma en la que lo has dicho. - Golpeó levemente sus puños en el volante, sin todavía dejar de reír.
-Me- me duele el estómago. - Respiró y me reí de él. Se empezaba a poner rojo y noté como se me fundía el corazón. Este es el Leo del que me estaba enamorando poco a poco.
Espera, ¿acabo de decir... ¿Del que me estaba enamorando?
No puedo. Podría ir al infierno si admito eso.
Sacudí mi cabeza levemente, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Me giré suavemente, frotándome los brazos con las manos.
-¿Tienes frío? - Preguntó consternado.
-No. - Grazné. Mi voz era ronca, el nudo en la garganta me dificultaba hablar.
-Suenas enferma, gatita. Vamos, métete dentro. - Sonrió, aparcando rápidamente el coche en el garaje y corriendo a mi lado. Me ofreció la mano pero negué con la cabeza, mi visión se volvió borrosa por las lágrimas.
-Cielo, ¿que te pasa? - Frunció el ceño, intentó alcanzarme con la mano pero me alejé de ella, saliéndo rápidamente del coche.
-¡Brokk, para! - Gritó a la vez que corrí el camino rápidamente, quedándome delante de la puerta. El se puso rápidamente a mi lado, todavía con el ceño fruncido.
-Gatita, dime que está mal. - Declaró, cogiendo con cuidado mi mano. Luché por liberrla pero El la cogió mas fuerte.
-Por favor. Solo quiero estar sola. - Le supliqué, las lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas por segunda vez en el día.
-No puedo ayudarte si no me dices que está mal. - Dijo molesto.
-¡No quiero ayuda! - Grité, quitándo mi mano de la suya y entrando por la puerta principal.
-¡Abby! - Gritó pero era demasiado tarde ya que estaba arriba, encerrándome en el baño. Me caí al suelo, hundiendo mi cara en mis manos. Dejé salir altos sollozos, me temblaba el cuerpo.
-Abby, por favor. - Susurró desde el otro lado de la puerta, tocando con los nudillos suavemente en la puerta. No respondí, haciéndome una bola contra el lavabo.
¿Qué estaba mal conmigo? ¿Estaba de verdad pensando en enamorar de un criminal?
-Abby, se que no me crees cuando te lo digo, pero te quiero. - Me dijo,sus manos presionaban contra la puerta. -Lo siento si lo digo a menudo, pero te quiero. Y te necesito jodidamente mucho, Abby. Te necesito demasiado. Me haces ser una mejor persona - me haces querer ser mejor persona. Haría lo que fuera por salvar lo que tenemos y se de hecho que tenemos algo. Sé que quieres tener sentimientos hacia mi, Abby. No tengo miedo de quererte ,demonios, sabía que estaba enamorado de ti desde el primer minuto en que te vi. Cuando no estás conmigo no soy el Leonardo McCann que quiero ser. Estoy jodido, por favor Abby, aférrate a mi. - Su voz se rompió y sabía que estaba llorando.-Porque yo siempre me voy a aferrar a ti. - Acabó, posando su frente en la puerta.
Me levanté despacio del suelo, andando hacia la puerta. Puse suavemente mi mano sobre el pomo, girándolo agonizantemente lento. La puerta se abrió de par en par y me encontré con los ojos de Leo inyectados en sangre y los caminos de las lágrimas marcadas en su cara.
Se sorbió los mocos cuando me vio, abriendo los ojos de par en par. Me atacó con un cálido abrazo, besándome mis mejillas, labios y cualquier lado repetidas veces.
-No voy a huir de ésto nunca más. Se que te necesito y la gente tiene que aceptarlo. - Murmuró, apretándome en sus fuertes brazos. Asentí, envolviendo mis brazos lentamente alrededor de él.
-¿Te quedarás conmigo? - Gimió y noté como el pecho se me contrajo.
-Me quedaré. - Susurré.
Sollozó de nuevo, escondiendo su cara en mi pelo.
-Te quiero mucho. - Susurró. - y espero que algún día me lo digas tu a mi.-
-Estoy sorprendida de que dejes a Kiera venir mañana. - Murmuré contra su pecho.
-Bueno, desde que voy a salir con Brandon, Jamie va a estar aquí así que será un día de chicas, supongo. - Se encogió de hombros.
-Estaba alucinando. - Admití. -Te estuviste tranquilo también.
-Por ti. - Susurró y sonreí. Posó su labios sobre los míos y esta vez lo besé en respuesta. Era apasionado,no como otros besos que hemos compartido.
Este beso, era real.
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