13. Progreso.

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Canciones para este capítulo:

Confident - Justin Bieber ft. Chance the Rapper

That Girl - Justin Timberlake

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-McCann, qué bien que apareces.

Rodé mis ojos a la vez que entré a la sala de juntas. Me senté en mi sitio en la cabeza de la mesa, al lado de Brandon - el co-lider de la banda.

-Bueno, ¿sobre qué la reunión? - Suspiré, echándome hacia atrás en la silla.

Crucé los brazos por encima del pecho. Si esta es una de esas reuniones sin sentido alguien en esta sala va a morir. Podría estar en casa ahora mismo, vigilando a Abby.

Abby.

Cerré los ojos, casi podía imaginármela a mi lado ahora mismo. Después de aquella llamada de teléfono en el coche dónde me dijo que esta realmente pensando en mi, no me lo puedo quitar de la cabeza.

Hizo que el corazón me fuese a mil al saber que le importo aunque sea solo un poco. Todavía le importo.

-¡McCann!-

Salí de mi trance, mirando a Brandon, que esta de pie delante de mi.

Alcé mis cejas. 

-¿Sí?

-¿Estás siquiera escuchando? - Berreó, golpeando con los puños en la mesa.

Entrecerré mis ojos, quién se cree que es. Soy el lider de esta banda y siempre lo seré. ¿Cómo se atreve a hablarme así?

-¿Perdona? - Gruñí y Brandon se veía un poco asustado, antes de recordar cómo "no estaba escuchando".

-Mira. - Empecé dando un paso más hacia él. - No quiero nunca, y digo nunca, oír nada como eso hacia a mi de nuevo. Así que saca mi nombre de tu puta boca y continua con la reunión.

Me senté de nuevo, poniendo los pies sobre la mesa.

Ah, las ventajas de ser el líder.

Brandon contunió silenciosamente con la reunión, mandándome miradas con miedo de vez en cuando.

-Hey. - Miré hacia la derecha para mirar a Daniel sonriéndome. -Bien hecho, tío.

Sonreí en respuesta y chocamos lo puños. Esta vez escuché de verdad a Brandon, apartando los pensamientos sobre Abby a un lado.

-Bueno, los traficos de drogas están muy altos y los estamos llevando bien. 

Concluyó Brandon, antes de asentir hacia mi.

 -Leo,¿Te gustaría hablar sobre las otras bandas.?

Le asentí rápidamente antes de ponerme de pie. Anduve por la sala, asegurándome de hacer contacto visual con todos.

-Bueno, como ya sabéis, la potencia más fuerte en el momento. - Dejé algunos aplausos y gritos antes de continuar. -De todos modos, el lado este ha intentado hacer movimientos. Y no sobre nosotros.

Algunos susurros confusos llenaron la sala antes de que los cortase. 

-Ellas son nuestros reclamos. Así que a partir de ahora, traerlas a las reuniones.

Normalmente no lo permitimos, pero es un precio que pagaremos en el futuro.

Una mano se levantó por mi derecha. 

-¿Señor?

-Sí. - Le asentí, para que  siguiese.

-¿Qué pasa con los tráficos de drogas? ¿Qué hacemos con ellas?-

-Diría que depende de quién sea. Yo se que mi chica se metería en problemas, asi que usa el sentido común.- Me encogí de hombros y la gente comenzó a susurrar.

-¿Tiene un reclamo?

-¿Desde cuando?

-Tiene que estar buena.

Me crují los nudillos. La furia estaba hirviendo dentro de mi, mejor que coloque a estas mierdas en su sitio.

-¡Todavía los puedo oír! - Grité y todo el mundo abrió los ojos. -¿Por qué no conseguís una puta vida en vez de meteros en mis problemas, eh? Reunión acabada. - Le di a todos una mirada antes de salir de la sala.

Me metí en el coche, metiéndo rápidamente la llave en el contacto y saliendo del aparcamiento. La reunión fue bien, apartando que la gente tiene que aprender más sobre respeto.

Finalmente dejé paso a los pensamientos sobre Brokk, pensando en ella. La preciosa voz de Abby, su confianza conmigo, sus precioso rizos grande cayendo por su espalda, y no empecemos con su cuerpo.

Suspiré felizmente y presioné con el pie más fuerte en el pedal de la velocidad, ansioso por llegar a casa.

-I can't drink you away. I've tried Jack, I've tried Jim, I've tried all of their friends. But I can't drink you away. All these rocks-I can't swim out of this skin I'm living in. - Di golpes con el pie en el suelo al ritmo de la canción, cantando suavemente la letra de la canción. Llevo sin sentirme tan relaja desde hace mucho tiempo.

Justin Timberlake era uno de mis artistas favoritos, todas sus canciones eran simplemente increíbles.

Mi teléfono vibró y salió un mensaje de Leo en la pantalla.

-En casa en 5 minutos. Si estás haciendo algo mal ,para de hacerlo. Te quierooooooooooooo ;)-

Rodé mis ojos y no respondí, estará en casa pronto de todos modos. Pero... ¿por qué no jugar un poco con él?

-Oh, maldición, será mejor que esconda el destornillador con el que estoy abriendo esta ventana... No escribas mientras conduces. Te odioooooooooooo ;)-

Sonreí por mi respuesta, deseando estar ahí para ver su reacción.

-Eres muy divertida, gatita. Y no digas que me odias, se que me quieres. :* no puedo esperar para llegar a casa y besarte. -L

Me burlé, si cree que van a conseguir un beso, está loco. Oh espera... Está loco.

-Nah, no hay besos para ti. Nunca.

-Awwe ;( deberías de verme ahora mismo, gatita, ¡estoy llorando! Oh, espera, no, no estoy llorando porque puedo besarte cuando quiera y dónde quiera. - L

Fruncí el ceño, es un coqueta cabrón.

-Puedes que me beses, pero yo a ti no.-

Respondió al momento y me pregunté si estaba conduciendo.

-Ya lo veremos, cielo.-

Dos fuertes brazos me envolvieron por al cintura y grité, a la vez que me giré.

Unos suaves y carnosos labios conectaron con los míos y mis manos volaron a su pecho.

Su lengua hizo mi camino a mi boca y luché por alejarla a la vez que él disfrutaba del beso más y más. Finalmente se apartó y me sonrió. Le golpeé fuerte en el pecho y jadeó.

-¡Me has acojonado! - Grité y me cogió por las muñecas.

-Bueno, bueno, no hace falta pegarme. - Rió entre dientes, rozando su nariz con la mía.

El aire se me atragantó en la garganta. Siempre amé esos besos de esquimal.

Sonreí levemente, cuando era más joven mi madre y yo solíamos rozar las narices juntas todas las noches antes de irme a dormir.

Miré a Leo a los ojos , ligeramente alineados. Frunció las cejas en confusión, pero me puse de puntilla y volví a rozar mi nariz con la suya, sonriendo.

Me quedé de nuevo sobre mis pies completamente y se quedó mirándome. Sonrió en grande y me besó en la mejilla.

-Te quiero. - Susurró.

Asentí y me cogió la mano, besando mis nudillos.

-Mírame. - Rió. - Me he vuelto un nenaza.

Me reí con él y me abrazó.

-No te creas que esto hace que me gustes. - Murmuré y posó su barbilla encima de mi cabeza.

-Progresaremos, cariño mío. - Susurró, besando mi cabeza.

El teléfono  comenzó a sonar y maldijo bajo su aliento, saliendo del abrazo al momento.

-¿Hola? - gruñó por el teléfono, dejando un brazo por mi cintura.

-Eh, soy Blake, voy a llevar mi reclamo a tu casa, ¿te parece bien?-

Los dedos de Leo se hundieron en mis caderas y salté levemente, escapándose una risita de mi boca.

Leo me sonrió.

 -Bien, tío. Hasta ahora.

-¿Quién era? - Pregunté, sentándome en el sofá.

-Blake, ha conseguido a su chica al fin así que va a venir. - Asentí antes de que continuase. -Por cierto, actúa como que me quieres.

Me ahogué.

 -¿Perdón?

-La chica de Blake lo odia de todo corazón así que necesita saber como debe comportarse. - Explicó, posando su cabeza en mi hombro. -Además, será un buen trato para mi.

-Soy una mala actriz. - Murmuré.

Sonrió. 

-Sólo hazlo.

(***)

El timbre sonó y Leo se levantó. Me acurruqué en el sofá, queriendo acabar la película.

-Brokk, apaga eso. -  me ordenó pero negué con la cabeza.

-Quiero acabar la película. - Gemí.

-La veremos luego, ¿vale? - Resopló y estuve de acuerdo, apagando el televisor.

-¡Hey, tío! - Blake le saludó y chocaron puños, acabando es un pequeño abrazo.

-Esta es Jessica.

Una pequeña y preciosa chica salió de detrás de Blake. Su oscuro pelo caía alrededor de su cara y sus ojos azules estaban cubiertos de miedo. Sentí una inmensa empatía por ella. Tenía las manos detrás de su espalda, Blake la agarraba por el brazo fuertemente. Estaba muy orgulloso, como si estuviese enseñando un trozo de material.

Leo asintió en aprobación.

 -Justo como la describiste.

Blake movió su vista hacia mi, una gran sonrisa en su cara. 

-Ah, ¡Abby! Qué bien verte de nuevo.

Sonreí levemente.

 -También me alegro de verte.

-Tengo algunas bromas más para ti. - Me guiñó un ojo y me reí.

-Lo siento, pero las  bromas de Leo  hacen parecer las tuyas una mierda.

Blake jadeó.

 -No.

-Sí.

Leo rodó sus ojos pero sonrió por nuestra pequeña batalla. 

-Abby, este es el reclamo de Blake, Jessica.

Sonreí cálidamente a Jessica, esperando que desapareciese algo de miedo en ella.

-Encantada de conocerte.

Tragó saliva y no respondió. No me importaba de todos modos, sabía como de asustada estaba.

Tiré de la manga de la chaqueta de Leo y se inclinó.

-¿Puedo hablar con ella a solas? Está realmente asustada, me siento fatal. - Susurré en su oído y asintió.

-Sí, tengo que hablarle a Blake de algunas cosas de todos modos.

Blake soltó a Jessica y cogí suavemente su mano. Sus ojos se abrieron pero sonreí, apretando su mano tranquilizadoramente.

La llevé al dormitorio y me senté en la cama.

-Bueno, ¿qué piensas de Blake hasta ahora? - Bromeé, posando mi barbilla en la plama de mi mano.

-¿M-me vas a hacer daño? - Gimió y negué rápidamente. Blake ha debido de ser muy duro con ella.

-No, no, no te preocupes, estás a salvo conmigo. Soy el reclamo de Leonardo, se exactamente como te sientes, Jessica. - Le dije, acariciando su espalda.

-É-el es cruel conmigo y- y me hace daño. - Lloró, relajándose bajo mi tacto.

-Solo tienes que seguir las reglas, ¿sí? No hagas nada que le haga molestarse.

-Intenté escapar- y- y- me dio una paliza. - Lloró y directamente le di un abrazo.

-Shhh, está bien. Una vez intenté escapar y Leo también me pegó. - Le susurré.

.¿Te gusta? - Preguntó y mi cuerpo se congeló.

"Actúa como que me quieres." - recorde sus palabras.

-No es tan malo como al principio. - me limite a decir

Asintió y se sonó la nariz con un pañuelo que le ofrecí. Me sentía fatal por esta joven chica, aunque yo también estaba en esta situación hace menos de un mes.

-Será mejor, lo prometo.-

-¿Gatita? - tocaron a la puerta y me levanté de la cama, abriendo la puerta para ver a Leo.

-¿Cómo está? - Preguntó, envolviéndome en sus brazos.

-Mejor. Blake ha sido muy duro con ella. - Suspiré.

-Mmm, te he echado de menos. -murmuró, mordisqueando bajo mi oreja.

Rodé los ojos. 

-Han sido cinco minutos.

Gruñó y apretó sus brazos alrededor de mi. Quité sus brazos de encima mía y crucé mis brazos sobre mi pecho.

-¿No tenías "cosas que discutir"?- Dije usando las comillas con los dedos.

El entrecerró los ojos.

 -Bien jugado, gatita. - Gruñó.

-Lo que sea.

Me dio un juguetón golpe en el moño que llevaba antes de abandonar la habitación.

-Gilipollas. - Murmuré.

-¡Lo he oído! - Gritó y no pude evitar sonreír.

-Ojalá Blake fuese tan bueno como Leo. - Jessica murmuró y no pude evitar encogerme.

Oh, si sólo Jessica supiese.

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