11.Canta
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Canciones para este capítulo:
Breathing Underwater - Metric
Stay - Florida Georgia Line
Space Bound - Eminem
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Aparcamos fuera del centro comercial, me quedé de pie delante de las puertas de la entrada, disfrutando de la gloria.
Hace milenios que no he estado en el centro comercial y Leo ha dicho que puedo cogerme todo lo que quiera. No debió decir eso.
-Oh, Dios. - Murmuró a la vez que ahogué una respiración, el Forever 21 se había cruzado en mi vista. -Esa tienda tiene la mierda más fea que jamás he visto.
Mis ojos se abrieron.
-Sabes esa camiseta realmente apretada que tengo, la rosa. - Decidí jugar con él un poco.
Tragó duramente saliva.
-¿La-la que llevabas cuando te cogí?
-Sí. - Dije a la ligera. -¿Sabes de dónde es?
Sus ojos se volvieron algo más oscuros.
-¿De dónde es, gatita?
-Forever 21
Ni siquiera me dio tiempo de terminar antes de que me estuviese arrastrando a la tienda.
-Vamos a coger unas pocas mas, ¿no? - Sonrió, agachándose para besarme en la mejilla.
Rodé mis ojos hacia él, comenzando a dar vueltas por al tienda, sumergiéndome entre los bastidores. Tengo que admitir, que algunas cosas en esta tienda son bastante feas, pero cuando tienes suerte, algunas cosas de aquí son mis favoritas de mi armario.
El bastidor de camisetas con rayas horizontales se interpuso en mi vista e inmediatamente fui hacia él, cogiendo una camiseta blanca con algo de encaje detrás.
-Eh, cielo, estas son mis favoritas.
Me giré para ver a con una sudadera que ponía 'Atrás, estoy reclamada.'
Me burlé.
-¿Qué tal no?-
Se encogió de hombros a la ligera y me echó una mirada que decía 'te la voy a comprar de todos modos.'
Cogí unas cuantas camisetas más antes de poner en la cola para los probadores. Leo estuvo a mi lado en segundos, viendo la ropa que tenía en los brazos.
Asintió en aprobación, envolviendo sus brazos por mi cintura.
-Siguiente. - La señora me dijo y le dije cuantas cosas llevaba, asintió y comencé a andar hacia el probador, Leo siguiéndome detrás.
-Oh, perdóneme señor, no está permitido que entre con ella. - Dijo, levantándole las cejas a él.
-Vete a la mierda.- Leonardo rodó sus ojos, sin importarle la chica.
Se burló de él, murmurando bajo su aliento antes de irse.
-No vas a entrar al probador conmigo. Te quedas fuera. - Negué con mi cabeza a la vez que andaba al pasillo.
Gruñó, guardándose las manos en los pantalones.
-Vale, pero sales y enséñame cada camiseta.-
-Vale. - Refunfuñé, yendo al vestidor y cerrando. Me quité la camiseta, quedándome en mi sostén rojo de encaje, antes de meterme en la camiseta blanca.
Abrazaba mi torso fuertemente, mostrando mi estómago plano. Sonreí al reflejo de mi misma en el espejo.
-Gatita, ven y enséñame. - Cantó Leo, tocando en la puerta suavemente. Rodé mis ojos por undécima vez en el día y abrí la puerta, saliendo.
Los ojos de Leonardo se abrieron de par en par y se lamió los labios, su mirada persistiendo en mis pechos.
Me abrazó por la cadera, acercándome más a su pecho. Gruñó en mi oreja, disfrutando el roce entre pecho y pecho.
-Esta camiseta es tremendamente sexy. - Susurró, besando bajo mi oreja. -Pero creo que se vería mejor en el suelo. - Gruñó, chupando mi delicada piel.
-P-Para. - Supliqué débilmente.
Pasó su lengua alrededor de la piel roja, dejándome un bocado bajo mi cuello.
Empujé su pecho, haciéndole tambalear hacia atrás un poco antes de que recuperase el equilibrio.
Rápidamente entré , cerrando de nuevo.
-Puedes huir, pero no te puedes esconder, cariño. - Rió entre dientes, apoyándose contra la puerta.
-¿A caso parece que estoy huyendo?
-Vale, sal, todas las camisetas se van a ver bien de todos modos. - Suspiró yacepté, recogiendo las camisetas de las perchas.
Fuimos a la caja registradora y Leo agraciadamente pagó, llevando las bolsas por mi también.
-U-uhm, gracias. - Murmuré, cogiendo las bolsas de su agarre.
Sonrió triunfalmente.
-No hay problema.-
Fuimos como a 4 tiendas mas, ambos muertos de un largo día de tiendas.
-Vale. - Comenzó a hablar, quedándose en un lado de la valla. -Hay otra tienda más a la que queria ir.
Aclaré mi garganta.
-¿Dónde?
-Victoria Secret.
***
Nos quedamos de pie fuera de Victoria Secret, negándo yo con la cabeza.
-Leo, no, ¡esto es muy raro!
Sus brazos se envolvieron alrededor de mi, acercándome a él.
-Aww, ¿está mi pequeña gatita avergonzada? - Bromeó.
Posé mis manos en mi cara, intentando ocultar mis mofletes calientes.
-¡Para! - Me quejé.
Se rió entre dientes, agarrándome por de la muñeca para entrar a la tienda. Coge dos sujetadores y yo cojeré dos. Estaba apunto de quejarme pero corrió dentro de la tienda, casi tirando al suelo a una pobre mujer.
Cojí un sostén rojo con un poco de encaje, y uno blanco normal que se cerraba por delante. Fui y conseguí como 10 pares de ropa interior, antes de que unos brazos me envolviesen.
-Me gustan los tangas. - Gruñó, arrebatándolos de mi agarre.
Los dos sujetadores que Leo había cogido eran... calientes. Uno era negro de encaje y el otro era rojo con estampado de leopardo.
-Ya hemos acabado aquí. - El sonrió, pagando por la lencería.
***
El camino fue normal. No hablamos mucho, Leo poniendo sus manos donde no deberían de estar y yo golpeándolas para que las quitase.
Se rió tranquilo.
-Enciende la radio, gatita.-
Accedí, inclinándome y poniendo la radio del satélite; el género rock.+
-¿Música rock? - preguntó y yo asentí.
-Me gusta el rock y el pop.
Teenage Dirtbag comenzó a sonar por los altavoces y golpeé mis dedos contra la ventana, cantando en bajo.
-Her boyfriend is a dick, and he brings a gun to school. And he'd simple kick, my ass if he knew the truth. He live on my block. And he drives an Iroc, but he doesn't give a damn about me.
Leo me miró, entrecerrando sus ojos un poco.
-Tienes un voz bonita. - Me alagó, entrando en el garaje.
-Gracias. - Murmuré. -¿Por qué no cantas?
Se burló
. -No puedo cantar.
-Todo el mundo puede cantar, es solo que o lo haces bien o mal.
Se rió.
-Bueno, soy una mierda en ello.
-No podría jamás saberlo si nunca te he oído. - Me encogí de hombros, subiendo los escalones principales.
Entramos en casa y me quité la chaqueta , dejando todas las bolsas en el suelo.
-Quizás algún día. - murmuró pero le pude oír perfectamente.
Me caí haciendo 'paf' en el sofá de cuero, acurrucándome en las mantas de terciopelo.
-¿Gatita? - me llamó desde la cocina y fui hacia él, apoyando mi cabeza en el marco.
-¿Sí?
-¿Me tienes miedo? - Preguntó y me encontré frunciendo el ceño. ¿Por qué me estaba preguntando esto ahora?
-U-uhm, sí. - Murmuré, alejándome de él.
Una salvaje sonrisa se curvó en sus labios y anduvo hasta mi, presionándome contra su pecho.
-Bien. - Su caliente aliento me hizo cosquillas en la oreja. -Porque deberías
Jadeé, sus duras palabras sonando en mi oído. ¿Por qué estaba siendo así?
-A no ser que me quieras, debes temerme.
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