47 | regresan a casa
Esperaron un rato hasta que Astrid captó movimiento fuera del templo. Le dio un codazo a Rhodey y Nebula, señalando la puerta por la que Peter y Astrid caminaban. Se sintió extraño verse a sí misma en persona, y Astrid observó cómo Peter se colocaba el walkman sobre las orejas y comenzaba a cantar.
Se llevó la mano a la boca cuando se vio a sí misma protestar contra la oferta de Peter de bailar con ella, pero él la agarró de todas formas.
—Entonces, ¿es un idiota? —preguntó Rhodey.
—Sí —dijeron Nebula y Astrid.
—¿Y te casaste con él? —le preguntó Rhodey a Astrid.
Ella sonrió—. Sí, no es del todo malo.
—Confío en tu palabra —respondió Rhodey.
—Bien, vamos a golpear a mi yo del pasado —dijo Astrid, antes de saltar a través de un portal y emerger detrás de la Astrid del 2014 . Luego jadeó—. ¿Así se ve mi pelo desde la parte de atrás?
Astrid del pasado se dio la vuelta y cuando se vio de pie frente a ella, jadeó—. ¿Qué...?
—Lo siento —dijo Astrid, mientras golpeaba a su yo del pasado en la cara y la dejaba inconsciente—. Eso se sentía extraño.
Rhodey golpeó a Peter, dejándolo inconsciente. Nebula rebuscó en la mochila de Peter y sacó algo. Rhodey miró el dispositivo con confusión—. ¿Qué es eso?
—La herramienta de un ladrón —respondió Nebula.
—Bien, consigamos este Orbe —dijo Astrid—. O Gema. Lo que sea.
Llevó a sus amigos a la puerta que ocultaba la gema y Nebula abrió la cerradura con facilidad. Una vez que se abrieron las puertas, Astrid quiso entrar, pero Rhodey la detuvo.
—Ahora es cuando salen púas con esqueletos en las puntas y eso —dijo Rhodey.
—¿De qué hablas? —preguntó Nebula.
—Cuando irrumpes en "El Templo de la Gema del Poder" habrá muchas trampas explosivas —dijo Rhodey.
—Dios mío —dijo Nebula.
—Tal vez tengas razón —dijo Astrid—. Tal vez Peter y yo deberíamos haber pensado en eso cuando llegamos aquí por primera vez en lugar de entrar directamente sin ningún problema.
—Está bien, continúa —dijo Rhodey.
Astrid y Nebula se acercaron a la Gema, la última de las cuales metió su mano de metal a través del campo de fuerza protector que la rodeaba y la agarró. La sacó, su mano brillando de color naranja cuando dejó caer el Orbe en la mano de Rhodey. Se sopló la mano para enfriarla y Astrid suspiró.
—Esto fue mucho más difícil la primera vez —admitió Astrid.
Nebula notó que Rhodey miraba su mano—. No siempre fui así.
—Yo tampoco —respondió Rhodey—. Pero trabajamos con lo que tenemos, ¿no?
—Sincronicemos los relojes —dijo Astrid, mientras activaban sus trajes de viaje en el tiempo. Astrid tomó la Gema y, a la cuenta de tres, dieron el salto de regreso a su tiempo, hacia el futuro.
Astrid aterrizó justo donde había estado parada cuando se fue, y el resto de su equipo también estaba allí. Miró el Orbe que tenía en la mano y finalmente se permitió creer por completo que su plan iba a funcionar. Había dudado cuando hizo el salto en el tiempo, pero al ver las sonrisas en los rostros de sus compañeros de equipo se dio cuenta de que esto podría funcionar.
Podía volver a ver a Peter, abrazarlo y decirle que lo amaba. No quería nada más que sentir su abrazo o escuchar uno de sus comentarios sarcásticos, y la Gema que actualmente estaba en su palma y en la de los demás le permitieron tener esa oportunidad nuevamente.
—¿Las conseguimos? —preguntó Tony, mirando alrededor.
—¿Me estás diciendo que esto funcionó? —preguntó Rhodey.
Astrid saltó un poco cuando Freya y Clint cayeron de rodillas, y su cabeza se giró hacia ellos, viendo a Clint envolver un brazo alrededor de los hombros de Freya mientras ambos parecían destrozados. Se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de quién no había hecho el viaje de regreso, y que Natasha Romanoff había sido la que había muerto a cambio de la Gema del Alma.
—Clint, Freya, ¿dónde está Nat? —preguntó Bruce.
Freya y Clint se quedaron en silencio por unos segundos, antes de que Freya pronunciara las palabras que nadie quería escuchar pero que todos necesitaban escuchar para procesar lo que había sucedido.
—Nat está muerta.
El silencio cayó sobre el grupo cuando Steve ayudó a Clint y Freya a ponerse de pie. Astrid se cubrió la boca con la mano, observando cómo Freya se aferraba a Steve como si fuera su salvavidas y, de repente, a pesar del dolor de perder a Natasha, Astrid sintió que el dolor de perder a Peter la invadía por completo nuevamente. Ver a Freya y Steve juntos la hizo anhelar a Peter más que nunca, porque estaban muy cerca de recuperarlo a él y a todos los demás.
—¿Qué sucedió? —preguntó Tony tentativamente.
Freya finalmente miró al grupo antes de que sus ojos se posaran en Tony—. Fuimos a Vormir y vimos esta... figura. Mis poderes dejaron de funcionar, y cuando llegamos a la cima de la montaña, esta figura nos dijo que teníamos que "perder lo que amábamos".
—Un alma por un alma —dijo Clint finalmente—. Y Nat dio su vida para salvarnos a mí y a Freya.
—Pero tienes la Gema, ¿verdad? —preguntó Rocket.
Freya asintió.
Después de eso, todo el mundo siguió su propio camino, con Tony y Bruce recogiendo las Gemas antes de llevarlas al laboratorio. Rocket fue con ellos y Nebula desapareció. Astrid se encontró sola con Rhodey, quien se sentó en la mesa frente a ella y le ofreció una bebida.
—No debería —dijo Astrid, mirando la bebida—. Pero lo haré.
—No puedo creer que fuera Natasha —dijo Rhodey—. Pensé que ella siempre estaría cerca, ¿sabes?
—Sí —dijo Astrid—. No la conocía tan bien como tú, pero parecía una gran mujer. Nos mantuvo juntos incluso después de cinco años de este infierno.
—Sí, lo hizo —dijo Rhodey, levantando su vaso—. Por Natasha.
—Por Natasha —repitió Astrid, antes de beber el whisky—. ¿Perdiste a alguien en el chasquido?
—Sólo a este equipo —respondió Rhodey—. Y haría cualquier cosa para recuperarlos. ¿Y tú? ¿Emocionada de ver a tu equipo de nuevo?
—Definitivamente —dijo Astrid con una sonrisa.
—¿Quieres hablarme de ellos? —preguntó Rhodey—. Vi la forma en que mirabas a Peter en Morag, y puedo decir que realmente lo amas.
—Sí —dijo Astrid—. Es muy dulce. Quiero decir, sí, es el idiota más grande que he conocido y pensó que bailar para distraer a un loco de destruir la galaxia era una buena idea, pero...
—Espera, ¿qué? —preguntó Rhodey—. Tienes que contarme esa historia.
Astrid estaba feliz de contar la historia de la primer batalla de los Guardianes, y le contó a Rhodey que habían salvado la galaxia. A petición suya, ella le contó sobre su propio equipo, hablando de Drax y su completo desconocimiento de las metáforas y las figuras del habla. Ella le habló de Mantis, la mujer que aún no entendía muy bien a los humanos, pero que todavía estaba aprendiendo. Habló de Gamora y Apollo, y de cómo encontraron el amor de la misma manera que ella y Peter.
Y luego habló de Peter, derramándole su corazón a Rhodey sin realmente pensar en ello. Le habló de las pequeñas cosas, como cómo doblaba los calcetines si estaba realmente estresado en lugar de tirarlos al azar en el cajón, o cómo sabría cómo consolar a Astrid si había tenido un mal día.
Le contó a Rhoddey cómo los últimos cinco años casi la llevaron a la locura y cómo había recurrido a la bebida como una forma de escapar del pasado y ahogarse en el presente en el fondo de una botella. No se dio cuenta de que estaba divagando hasta que se detuvo para respirar y sus ojos se abrieron con sorpresa.
—Lo siento, estoy divagando —dijo Astrid—. Es solo que... ha pasado tanto tiempo desde que tuve alguna esperanza de volver a verlos, y los extraño mucho a todos, y ahora tenemos la oportunidad de traerlos a todos de vuelta y parece muy surrealista.
—Bueno, será mejor que lo creas, porque no hicimos todo ese trabajo por nada —dijo Rhodey—. Todos los que perdimos regresan a casa.
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