35 | amado y perdido

Ante las palabras de Mantis, todos se giraron para mirarla. Estaba apoyada en Apollo, pero incluso mientras estaba allí, comenzó a disolverse en cenizas. Apollo se apartó horrorizado cuando Mantis desapareció, con una mirada de terror cruzando su rostro.

—¿Qué diablos está pasando? —preguntó Lyanna—. ¿Adónde fue? 

—¿Quill?

La voz de Drax era suave, y eso fue lo que más asustó a Astrid. Girando la cabeza, vio a Drax desaparecer de la misma manera que lo había hecho Mantis, convirtiéndose en nada más que cenizas y siendo arrastrado por la brisa. Astrid agarró la mano de Peter, sosteniéndola con fuerza mientras lo miraba aterrorizada. 

—¿Qué esta pasando? —preguntó Lyanna—. ¿Adónde van?

Apollo fue el siguiente en irse, y cuando sus ojos se encontraron con los de Astrid y susurró—: Lo siento —ella dejó escapar un sollozo ahogado y vio cómo su hermano se convertía en cenizas justo en frente de sus ojos. Sentía como si le hubieran arrancado el corazón del pecho y el dolor estaba a punto de empeorar.

—Tranquilo, Quill —dijo Tony, cuando Peter se volvió hacia ellos. 

—Oh, hombre —dijo Quill en voz baja, mirando a Astrid—. Te amo.

—¡No! —gritó Astrid, mientras Peter se convertía en cenizas—. ¡No, no, no, no!

—Tony —dijo Strange—. No había otra manera.

Y luego se derrumbó en cenizas de la misma manera que todos los demás. Astrid se pasó una mano por el pelo antes de mirarse los dedos, esperando desaparecer de la misma forma que todos los demás. Pero cuando no pasó nada, dejó escapar un grito de furia y se arrodilló, poniendo su cabeza entre sus manos.

—¿Qué esta pasando? —preguntó Lyanna nuevamente.

—¿Sr. Stark? —dijo Peter, y tanto Lyanna como Tony se volvieron hacia él—. No me siento muy bien. 

Astrid levantó la vista cuando Tony le tendió la mano a Peter—. Estás bien. 

—No sé... no sé qué está pasando —tartamudeó Peter, tropezando hacia Tony—. No sé qué está pasando —se derrumbó contra el pecho de Tony—. No quiero morir. No quiero morir. No quiero morir, señor, por favor. No quiero morir.

—No —jadeó Lyanna—. Por favor, no.

Astrid vio como Tony bajaba a Peter al suelo mientras el chico se aferraba a él, convirtiéndose en ceniza lentamente; más lento que el resto. Ver a Peter aferrarse a Tony, esperando que de alguna manera lo salvara fue desgarrador, incluso para Astrid.

Peter miró a Lyanna—. Lo siento. Te... te lo prometí... 

Lyanna besó la frente de Peter antes de reclinarse y verlo desaparecer. Mientras lo hacía, la chica se miró los dedos y jadeó—. ¿Papá? 

Los ojos de Tony se abrieron cuando vio que Lyanna comenzaba a desaparecer ante sus ojos. La alcanzó, pero no pudo tocarla—. Lyanna, no. No.

Lyanna miró a su padre—. Está bien. Te amo, papá. 

Y luego Lyanna desapareció.

Tony dejó escapar un sollozo cuando miró el suelo en donde su hija y Peter Parker habían desaparecido. Nebula se puso de pie y observó cómo Astrid caminaba hacia Tony, colocando una mano sobre su hombro mientras se arrodillaba a su lado, secándose sus propias lágrimas.

—Se han ido —susurró Tony—. Se han ido. 

—Lo hizo —dijo Nebula—. Acabó con la mitad del universo. 

—Se llevó mi universo —susurró Tony, presionando la mano contra las cenizas en el suelo. 

Astrid parpadeó y sintió lágrimas correr por sus mejillas—. Todos los que conocíamos... mis amigos. 

—No puedo creer que se hayan ido —dijo Tony, todavía obsesionado con el suelo—. No puedo creer que perdimos.

Astrid sintió como si su corazón se hubiera hecho añicos, y cada fragmento perforaba el interior de su pecho con más fuerte. Respiraba brevemente por temor a que le doliera aún más. Había observado a Peter, el amor de su vida, desaparecer, y el hecho de que no hubiera desaparecido junto con él era uno de los castigos más crueles que el mundo podía ofrecer.

Pensó que perder su planeta era malo, y lo era, pero se había reconstruido y encontrado un nuevo hogar, solo para que también se lo arrebataran. Peter se había convertido en su hogar, y Astrid deseaba haberse convertido en cenizas con él, porque ahora tenía que prepararse para una vida sin Peter. Y no solo sin Peter, sino sin el resto de los guardianes.

Pensó en Rocket y Groot, preguntándose si habían sobrevivido, y luego sus pensamientos se desviaron hacia la Tierra, el planeta natal de Tony. Ella se prometió que lo llevaría a casa, porque tal vez su equipo todavía estaría allí y podrían hacer un plan para revertir lo que había hecho Thanos y traer de vuelta a las personas que habían perdido.

—Tony... tenemos que irnos —dijo Astrid. 

—¿A dónde? —preguntó Tony, con la voz quebrada mientras hablaba. 

—A la Tierra —respondió Astrid—. Si existe la posibilidad de que tu equipo haya sobrevivido, entonces tenemos que volver allí y encontrarlos. Tal vez podamos deshacer esto. 

—Mi hija está muerta —gimió Tony—. Se ha ido. La vi morir. 

—Mi esposo se ha ido —dijo Astrid en voz baja—. Mi hermano... mis amigos. Todos los que he conocido se han ido. ¿Tienes familia?

—Una esposa —respondió Tony, mirando a Astrid por primera vez desde que Lyanna y Peter desaparecieron—. Una esposa y otra hija. Tengo que averiguar si sobrevivieron. No puedo perderlo todo.

—Si sobrevivieron tienes suerte —dijo Astrid—. Yo lo perdí todo.

—Ven conmigo —dijo Tony—. Vuelve a la Tierra conmigo. Encontraremos una manera de detenerlo.

A pesar de que pronunció las palabras, Astrid se dio cuenta de que no las creía. Algo sobre Tony Stark se había roto, y él creía que había fallado. Perder a su hija fue una de las cosas más duras que había tenido que experimentar, y creía que no había luz al final del túnel. Por mucho que quisiera creer que podrían detener a Thanos, no se le ocurrió ninguna forma posible.

Tony Stark había perdido la esperanza, y eso era aterrador. 

—Vamos a llevarte a casa —dijo Astrid, ayudando a Tony a ponerse de pie.

Astrid ya no tenía hogar. Estaba sola, y mientras ella y Nebula ayudaban a Tony a llegar a la nave de los Guardianes, se propuso llevar a Tony Stark de regreso a la Tierra y ayudarlo a encontrar su familia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top