Después de los eventos que ocurrieron con Ego, los Guardianes se tomaron unas vacaciones bien merecidas, y, considerando que no hubo eventos que potencialmente destruyeran la galaxia, se divirtieron, especialmente Peter y Astrid. Después de su boda, a pesar de querer pasar un tiempo a solas, se quedaron con el resto de los Guardianes y simplemente viajaron por la galaxia, aventurándose solos por primera vez en mucho tiempo.

Sin embargo, cuando recibieron una señal de auxilio que parecía urgente, no tardaron en aceptarla y viajaron al lugar de la llamada. Peter estaba en su asiento, cantando junto a su música—. ¡Cántala, Drax!

Drax estaba profundamente dormido, y Astrid se rió cuando lo vio durmiendo. Por encima de ella, Rocket sostenía una bolsa de dulces, tratando de evitar quedarse dormido y arrojándoles dulces para que Astrid los atrapara en la boca.

—¿Por qué aceptaste esto? —preguntó Rocket, mientras Astrid era golpeada en el ojo con un caramelo.

—Es una señal de auxilio, Rocket —respondió Gamora—. Alguien podría estar muriendo.

—Entiendo, pero ¿por qué lo hacemos? —preguntó Rocket.

—Porque somos amigables —respondió Peter—. Y quizá, el que sea nos pagará por el esfuerzo.

—Esa no es la cuestión —dijo Astrid.

—No lo es —dijo Peter—. Quiero decir, si no paga...

—Tomamos su nave —finalizó Drax, habiéndose despertado unos segundos antes.

—¡Exacto! —exclamó Rocket.

—¡Bingo! —dijo Peter.

—¡De acuerdo! —dijo Rocket emocionado.

Astrid miró a Peter—. ¿En serio?

Peter sonrió—. Relájate, estaba bromeando.

—Estamos llegando —dijo Mantis.

—Muy bien, Guardianes, no olviden que esto podría ser peligroso, así que pongamos caras de malos —dijo Peter, antes de volver a mirar a Groot, que estaba jugando videojuegos—. Groot, deja eso, ahora. No te lo voy a repetir. Groot.

—Soy Groot —dijo Groot con amargura.

—¡Oye! —exclamó Peter.

—¡Lenguaje! —dijo Rocket.

—¡Groot! —jadeó Apollo.

—Vaya —dijo Drax en voz baja.

—Tienes bellotas, chico —dijo Peter.

—Desde que tienes savia, eres insufrible —espetó Rocket—. Sigue así y voy a hacer trizas esa cosa.

Cuando emergieron en su ubicación, todos se quedaron en silencio al ver los restos de una nave flotando en el aire, rodeada por los cuerpos de decenas de personas. Astrid jadeó mientras miraba a su alrededor confundida.

—¿Qué pasó? —preguntó Mantis.

—Dios mío —murmuró Peter.

—Parece que no nos pagarán —dijo Rocket, y luego un cuerpo se estrelló contra su nave—. ¡Limpiaparabrisas! ¡Quítenlo!

El ojo del hombre se abrió y Astrid jadeó—. Está vivo. Tenemos que ayudarlo.

Fue la primera en levantarse de su asiento, dirigiéndose a la sala de almacenamiento, agarrando un traje espacial y una plataforma aérea antes de saltar a través de un portal que la llevó fuera de la nave. El traje espacial le permitió sobrevivir fuera de la nave, y la plataforma aerodinámica la impulsó hacia el hombre en la parte delantera de la nave. El resto de los Guardianes observaron cómo Astrid se acercaba al hombre, colocando suavemente una mano sobre su brazo.

El hombre se volvió lentamente y agarró a Astrid por el cuello, cortándole el suministro de aire. Jadeó, abriendo un portal de vuelta al interior de la nave y cayeron a través de él, aún asfixiada por el hombre que había intentado salvar. Diablos, pensó Astrid, esto es lo que obtengo por ayudar a la gente.

Rocket saltó al rescate, pateando al hombre en la cabeza y dejándolo inconsciente, lo que provocó que soltara a Astrid y ella cayó sobre el pecho del hombre, alejándose de él mientras se quitaba el traje espacial y la plataforma aerodinámica, sin aliento.

—Dios mío, ¿estás bien? —preguntó Peter—. ¿Astrid?

—Estoy bien —respondió Astrid, mirando al hombre mientras Apollo y Drax lo subían a una mesa—. ¿Cómo sobrevivió a eso?

—Esa es una buena pregunta —dijo Peter—. ¿Cómo diablos está vivo este tipo?

—No es un tipo. Tú eres un tipo —dijo Drax—. Él... es un hombre. Un hombre apuesto y musculoso.

—Yo soy musculoso —dijo Peter.

—¿Bromeas, Quill?— preguntó Rocket—. Estás a un sándwich de ser rellenito.

—Sí, claro —respondió Peter.

—Es verdad, Quill. Subiste de peso —dijo Drax.

—¿Qué? —preguntó Peter, mientras Drax se llevaba la mano a la barbilla. Peter miró a Astrid—. ¿Astrid?

Astrid se encogió de hombros—. Lo siento, Peter, tienen razón. Pero no estás gordo.

Mantis colocó su mano en la frente del hombre—. Está ansioso, furioso... siente una gran pérdida y culpa.

—Es como si un pirata tuviera un bebé con un ángel —dijo Drax.

—Vaya, es un llamado de atención para mí —dijo Peter—. Bueno, conseguiré un aparato de gimnasia. Me comprometeré. Y mancuerdas.

—Sabes que no puedes comer mancuernas, ¿verdad? —preguntó Rocket.

Astrid se echó a reír cuando Gamora sintió el brazo del hombre—. Es como si sus músculos fueran fibras metálicas de Cotati.

—Deja de masajear sus músculos —dijo Apollo.

Gamora dejó caer su brazo y Peter le hizo un gesto a Mantis—. Despiértalo.

Mantis se inclinó y dijo en voz baja—: Despierta.

El hombre se levantó de la mesa, una vez más agarrando a Astrid por el cuello mientras se alejaba a trompicones de la mesa. Negándose a permitir que este hombre la considerara débil, le dio una patada en la rodilla y le torció la muñeca, liberándose de su agarre mientras retrocedía.

—Oye, oye. Somos amigables —dijo Astrid, levantando las manos en señal de rendición mientras se movía hacia los Guardianes, quienes tenían sus armas desenvainadas.

El hombre los miró confundido—. ¿Quién diablos son ustedes?

—Somos los Guardianes de la Galaxia —dijo Astrid, con una mano en el cuchillo en su cadera—. Y ya que estás en nuestra nave, creo que deberías presentarte.

—Thor, hijo de Odín —dijo el hombre, Thor—. Rey de Asg... Asgard.

—¿Como la mitología nórdica? —preguntó Astrid.

—¿Escuchaste hablar de eso? —preguntó Thor.

—Aprendimos sobre ti cuando éramos niños —dijo Apollo—. ¿Pero por qué estás flotando en el espacio?

Los ojos de Thor se oscurecieron—. Mi planeta fue destruido en una batalla entre mi hermana y yo, y la gente de Asgard que logró escapar estaba en una nave que fue invadida. Los masacró a todos... solo para obtener lo que quería.

—¿Quién? —preguntó Astrid, dando un paso tentativo hacia el hombre—. ¿Quién mató a tu gente?

Thor miró alrededor de los Guardianes antes de que sus ojos se posaran en Astrid—. Thanos.