19 | soy tu padre

—¡Mira esto! ¿Dónde está la otra mitad de nuestra nave? —gritó Gamora, una vez que todos se recuperaron del aterrizaje forzoso.

—Mi nave —la corrigió Peter, a lo que Astrid se acercó a través de un portal y le dio un puñetazo en el brazo.

—¡Cualquiera de ustedes podría habernos llevado por ese campo! —gritó Gamora—. ¡Si hubieran volado con su cerebro y no con lo que hay entre sus piernas!

—Si lo que hay entre mis piernas tuviera una mano podría haber aterrizado esta nave con ella —respondió Peter en voz baja.

—Peter —dijo Astrid, mirándolo desde donde estaba junto a la nave—. Casi morimos por tu arrogancia.

—¡Más bien porque él robó las baterías Anulax! —exclamó Peter, señalando con un dedo acusador a Rocket.

—Se llaman baterías Harbulary —dijo Drax.

—No, ¡no se llaman así! —gritó Peter.

—¿Sabes por qué lo hice, Star-Manducante? —preguntó Rocket.

—No responderé a "Star-Manducante" —murmuró Peter.

—¡Lo hice porque quería! —dijo Rocket.

—Idiota —murmuró Peter.

—¿Por qué estamos hablando de esto? ¡Un hombre pequeño nos acaba de salvar destruyendo 50 naves! —gritó Rocket.

—¿Qué tan pequeño? —preguntó Drax.

—Bueno, no lo sé, ¿así? —respondió Rocket, levantando los dedos a unos centímetros de distancia.

—¿Un hombrecito de 3 centímetros nos salvó? —preguntó Apollo con escepticismo.

—Si se acercara más, seguramente sería más grande —dijo Rocket.

—Así es como funciona la vista, estúpido mapache —respondió Peter.

—¡No me digas mapache! —gritó Rocket.

—Lo siento —dijo Peter—. Me excedí. Quise decir oso panda basurero.

—¿Eso es mejor? —preguntó Rocket.

—No lo sé —respondió Drax.

—Es peor —dijo Peter—. Es muchísimo peor.

—¡Tú! —gritó Rocket, saltando hacia Peter—. ¡Ya me hartaste!

—¡No! ¡Atrás! —dijo Peter.

Nebula miró hacia el cielo—. ¡Alguien los siguió por el punto de salto!

—Como si este día no pudiera empeorar —dijo Astrid.

—Libérame, necesitarán mi ayuda —dijo Nebula.

—No soy tonta, Nebula —respondió Gamora, mientras los Guardianes formaban un círculo.

—Eres tonta si niegas que te ayuden en una pelea —replicó Nebula.

—Me atacarás ni bien te libere —respondió Gamora.

—No, no lo haré —dijo Nebula.

—Uno pensaría que un supervillano aprendería a mentir bien —dijo Peter.

—Apuesto que es el hombre de 3 centímetros —dijo Drax, cuando una nave comenzó a descender.

La nave aterrizó en la tierra, y una vez que se detuvo, se reveló una puerta y un hombre y una mujer bajaron de la misma. Astrid tenía una mano en su bláster, mientras que la otra sostenía un cuchillo, preparada para atacar.

—Después de todos estos años, te encontré —dijo el hombre, mirando a Peter.

—¿Quién diablos eres? —preguntó Peter.

—Imaginaba que mi magnífico aspecto lo haría obvio —respondió el hombre—. Me llamo Ego, y soy tu padre, Peter.

Astrid suspiró—. Bueno, mi día empeoró.

Y con eso, giró sobre sus talones y se adentró en el bosque, necesitando algo de tiempo para aclarar su mente. Lo que no se dio cuenta fue que Groot la había seguido, sin que el resto de los Guardianes lo supieran, y Astrid solo se dio cuenta de que la estaban siguiendo cuando Groot gritó después de caer en un agujero.

Ella lo ayudó a salir y se sentó en el suelo con él de pie sobre sus rodillas. Ella negó con la cabeza y se secó una lágrima del ojo—. Odio las emociones.

—Soy Groot.

—Sí, Peter apesta en este momento —dijo Astrid—. No sé, Groot. Todo se siente raro. Primero coquetea con la Alta Sacerdotisa, ¿y luego esto?

—Soy Groot.

—Tal vez es un mal presentimiento —dijo Astrid—. No lo sabré hasta que pase algo.

—¿Soy Groot?

—¿Si voy a hablar con Peter? —repitió Astrid, antes de suspirar—. No lo sé. No quiero hacerlo. Mucho menos después de que él y Rocket casi nos matan.

—Soy Groot.

—Sí, derramaron tus dulces —dijo Astrid, mientras miraba a Groot y sonreía—. Pero no te preocupes, te traeré más.

—Soy Groot.

—Bueno, me alegra ser tu favorita —dijo Astrid sonriendo—. Al menos soy la favorita de alguien.

—¿Astrid? —dijo una voz familiar, y cuando Peter emergió de los árboles y vio a Astrid sentada con Groot, suspiró aliviado—. Gracias a Dios, pensé que saltaste a un portal y desapareciste para siempre.

Astrid miró a Groot—. Maldita sea, ¿por qué no pensamos en eso?

—Soy Groot.

—Fuimos demasiado lentos.

—Astrid —dijo Peter nuevamente—. ¿Podemos hablar?

—¿Soy Groot?

—Sí, puedes quedarte —dijo Astrid, antes de mirar a Peter—. ¿De qué hay que hablar?

—De nosotros —respondió Peter—. Mira, lo siento si parecía que estaba coqueteando con la Alta Sacerdotisa.

—No me molesta lo que haces —respondió Astrid, mientras Groot se subía a su pelo y se sentaba en su hombro.

—Bueno, parece que sí, así que lo siento —dijo Peter, sentándose frente a Astrid—. Por favor, vuelve a la nave conmigo.

—¿Me vas a presentar a tu papá?—preguntó Astrid, levantando una ceja.

Peter dejó escapar un suspiro—. Ni siquiera sé qué hacer con toda esa situación. Solo sé que lo primero que tengo en mente es arreglar las cosas contigo.

—Peter, está bien —dijo Astrid—. No me importa si coqueteaste con ella o no.

—Soy Groot.

—No, no me importa —dijo Astrid.

—Mira, incluso Groot sabe que te importa —dijo Peter—. Lo siento. No quise lastimar tus sentimientos.

Astrid lo miró—. Pero lo hiciste.

—Y haré lo que sea necesario para que me perdones —respondió Peter, alcanzando la mano de Astrid—. Lo siento mucho. Si ayuda, ella no parecía tan buena.

Astrid puso los ojos en blanco—. Eso hace que esto sea mucho mejor.

—¿En serio?

—Estaba siendo sarcástica, Peter, —dijo Astrid—. Siente el tono, tonto.

—Soy Groot.

—Sí, tienes razón —dijo Astrid.

—Oye, ¿desde cuándo hablas Groot? —preguntó Peter.

—Desde que tomé una clase de Rocket —respondió Astrid—. Tuve mucho tiempo libre después de que salvamos la galaxia.

—¿Qué dijo? —preguntó Peter.

—Dijo que eres un imbécil.

—Es solo un bebé, no debería estar usando ese lenguaje —dijo Peter, mirando a Groot—. Eso no es agradable, Groot.

—Soy Groot.

Astrid jadeó antes de reírse—. Groot, no puedes decir eso.

—¿Qué dijo?

—Algo que te haría querer lavarle la boca con jabón —respondió Astrid.

Peter se rió—. Entonces, ¿estamos bien? Además, lamento haber sido arrogante y casi, ya sabes, matarnos.

—Está bien —dijo Astrid—. Aunque no creo que Gamora esté muy feliz.

—¿Cuándo lo está? —preguntó Peter.

—Bueno, parece bastante feliz cuando está con Apollo —dijo Astrid.

—Nunca respondiste a mi pregunta —dijo Peter—. ¿Estamos bien?

Astrid vaciló por un momento antes de asentir—. Sí, estamos bien. Eres la única persona con la que no puedo seguir enojada.

—Bien —respondió Peter, sonriendo.

Los dos se pusieron de pie y Astrid sonrió—. Sólo una cosa más antes de que te perdone.

—¿Qué? —preguntó Peter.

—Diviértete caminando de regreso a la nave —dijo Astrid riendo, mientras abría un portal y saltaba, cerrándolo detrás de ella inmediatamente y dejando a Peter en el bosque.

Groot la miró—. Soy Groot.

—Eso fue satisfactorio.

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