16 | empieza la función

—¡Empieza la función, idiotas!

En el tiempo transcurrido desde que Astrid y el resto de los Guardianes de la Galaxia salvaron a Xandar de ser destruido y derrotaron a Ronan, el equipo había estado viajando por la galaxia, respondiendo llamadas de ayuda y haciendo todo lo posible para defender a las personas que confiaban en ellos. Si bien no siempre era divertido, Astrid disfrutó explorar nuevos lugares y, en la mayoría de los casos, pelear contra algo.

Su relación con Peter se había convertido en algo hermoso, y los dos eran increíblemente felices juntos. Astrid también fue feliz al ver que su hermano también estaba encontrando la felicidad en la forma de Gamora, ya que los dos se habían vuelto cercanos en el tiempo que habían pasado juntos.

Astrid se despertó una noche con una llamada de la reina de los Soberanos, quien solicitó la ayuda de los Guardianes para derrotar a un monstruo que venía por sus preciosas baterías Anulax. Ella ofreció algo más que dinero por su tiempo y esfuerzo, algo que habían estado buscando desde que derrotaron a Ronan.

Esto los llevó a donde estaban en el momento actual, de pie alrededor de las baterías con su equipo de batalla. Astrid tenía dos cuchillos atados a su pierna izquierda y su bláster atado a su derecha. Había aprendido de Gamora el arte del combate con armas de corto alcance y era bastante experta en el combate cuerpo a cuerpo cuando tenía que serlo. Aunque, si luchar contra su enemigo no funcionaba, podría saltar a través de un portal y desaparecer.

El dispositivo en las manos de Peter emitió un pitido—. Estará aquí en cualquier momento. 

—Será su perdición —dijo Gamora, amartillando un arma grande. 

Astrid sonrió, lanzando un cuchillo antes de atraparlo—. No puedo esperar.

—Creí que lo tuyo eran las espadas —dijo Peter. 

—Nos contrataron para evitar que una bestia interdimensional se alimente de esas baterías, ¿y voy a detenerlo con una espada? —preguntó Gamora. 

—Es solo que las espadas son lo tuyo y las armas son lo mío —dijo Peter—. Pero supongo que ahora los dos usamos armas. Solo que no lo sabía.

Astrid se rió de la expresión de Peter—. Sabes que no eres dueño de las armas, ¿no? Otras personas pueden usarlas. 

Apollo puso los ojos en blanco detrás de Peter—. Sí, y si no estuviéramos a punto de enfrentarnos a una bestia interdimensional, como dijo Gamora, estoy seguro de que no dudaría en patearte el trasero sin armas. ¿O eso tampoco está permitido? 

Peter frunció el ceño—. Cállate.

—Drax, ¿por qué no te pusiste uno de los aero-trajes de Rocket? —preguntó Gamora, deteniendo efectivamente la discusión que se estaba gestando. 

—Duele —respondió Drax. 

—¿Duele? —repitió Gamora. 

—Tengo pezones sensibles —dijo Drax.

Al lado de Astrid, Rocket aulló de risa—. "¡Me duelen los pezones! Cielos". 

—¿Y él? ¿Qué hace? —preguntó Drax, señalando a Rocket. 

—Estoy terminando esto para que podamos escuchar música mientras trabajamos —dijo Rocket, señalando los altavoces. 

—¿Cómo es eso una prioridad? —preguntó Astrid. 

—¡Culpa a Quill! —gritó Rocket—. Le encanta la música. 

—No, en realidad estoy de acuerdo con Drax —dijo Peter—. Ahora no es importante.

—Está bien, seguro Quill —dijo Rocket, guiñando un ojo de una manera dolorosamente obvia. 

—No, en serio, estoy de acuerdo con Drax —respondió Peter. 

—No, lo entiendo. Ahora hablas muy en serio —respondió Rocket, todavía guiñando un ojo.

—Rocket, podemos verte claramente guiñando un ojo —comentó Astrid.

—Maldición, ¿estoy usando mi ojo izquierdo? —preguntó Rocket. 

—¿Qué diferencia hace? —preguntó Apollo.

Astrid sintió que algo chocaba contra su tobillo y miró hacia abajo para ver al bebé Groot luchando contra dos pequeños alienígenas. Se volvió hacia Rocket cuando los alienígenas se fueron corriendo, diciendo—: Yo soy Groot —en un tono enojado. 

—No te miraban raro —respondió Rocket.

El dispositivo en la mano de Peter comenzó a sonar, y luego el cielo explotó en luz verde y azul. En el centro de la luz apareció un monstruo que hizo que Astrid se quedara boquiabierta y que los ojos de Apollo se abrieran de par en par. 

—Mierda —dijo Apollo. 

—Bueno, eso es intenso —murmuró Rocket. 

—Esa cosa es tan fea —dijo Astrid—. Matarlo sería misericordia.

—Sí, ¿qué tal si dejamos de hablar de matarlo y lo matamos de verdad? —preguntó Peter—. Porque, ya saben... el dinero.

Astrid puso los ojos en blanco, activando el aero-traje de Rocket antes de despegar hacia el cielo, dejando atrás al bebé Groot con la música. Mientras volaba hacia el monstruo, sacó sus blásters y comenzó a dispararle, esquivando las ráfagas de arcoíris que el monstruo arrojaba desde su boca.

Cayendo hacia atrás para evitar un tentáculo particularmente grande que vino volando hacia ella, Astrid vio a Peter ser golpeado en el aire y aterrizar, de cara, en el suelo. Ella se rió y se agachó cuando un tentáculo voló sobre su cabeza, antes de abrir un portal frente a Rocket para protegerlo del monstruo. Una vez que Rocket se había agachado a través del portal y estaba flotando junto a Astrid, ella señaló a Peter.

—Por favor, dime que viste eso —dijo Astrid, disparándole al monstruo mientras hablaba. 

—Por supuesto —respondió Rocket.

—Oye, ¿no debería haber alguien vigilando a Groot? —preguntó Astrid, cuando un tentáculo la golpeó y la envió cayendo al suelo. 

Se las arregló para abrir un portal antes de tocar el suelo, saliendo volando a seis metros del suelo antes de caer y aterrizar agachada. Vio a Groot a unos metros de ella y negó con la cabeza. 

—¡Groot, sal del medio! ¡Vas a resultar herido! 

Con otro movimiento de cabeza, Astrid voló de regreso al cielo y se acercó a Peter. Él la miró—. No podemos derrotar a esta cosa.

—No me digas —respondió Astrid, antes de conjurar un portal justo en frente de ella y Peter para evitar una explosión de la boca del monstruo. 

Abrió otro portal debajo de ellos y vio que la explosión regresaba al monstruo, golpeándolo en el cuello y enviándolo tambaleándose hacia atrás. Cuando se recuperó y abrió su boca para rugirles, Drax corrió hacia adelante y saltó a la boca abierta del monstruo. Los ojos de Astrid se abrieron cuando Peter se quitó el casco. 

—¿Qué está haciendo? 

—Dice que la piel es demasiado gruesa para perforarla desde afuera —dijo Gamora—. Entonces el...

—¡Eso no tiene sentido! —la interrumpió Peter, mientras él y Astrid aterrizaban junto a Gamora y Apollo. 

—¡Intentamos decírselo! —gritó Gamora.

—La piel es tan grusa por dentro como por fuera —dijo Peter. 

—Nos dimos cuenta—murmuró Apollo.

—Hay un corte en su cuello —dijo Peter—. ¡Rocket, hazlo mirar hacia arriba!

Apollo y Astrid intercambiaron una mirada antes de mirar a Gamora. Apollo sonrió—. Es tu turno.

Gamora puso los ojos en blanco antes de levantar su arma, apretar el gatillo y darse cuenta de que el arma estaba muerta. Suspirando, sacó su espada cuando Apollo se elevó hacia el cielo y Astrid abrió un portal en el camino de Groot, atrapándolo dentro y dejándolo caer en su palma justo cuando un tentáculo aplastó el suelo donde estaba parado.

Groot la miró antes de trepar por su brazo y sobre su hombro, observando desde su posición cómo Gamora corría hacia el monstruo, saltando sobre su tentáculo antes de perforar el corte en su cuello con su espada. Abrió al monstruo de arriba a abajo, lo que provocó que liberara a Peter y Apollo antes de que se estrellara contra el suelo.

Astrid cubrió los ojos de Groot mientras se unía al resto de los Guardianes junto al cadáver del monstruo. La cabeza de Drax apareció desde la herida, cubierta de sangre amarilla, y salió rodando de las entrañas del monstruo con una risa victoriosa.

—¡Sí! ¡Vencí a la bestia sin ayuda! —dijo Drax. Groot le lanzó una roca—. ¿Qué? 

—Gamora mató al monstruo —dijo Apollo. 

Astrid asintió—. Sí, literalmente te comió, así que no sé cómo eso clasifica como "vencer a la bestia". 

—Ayudé a vencer a la bestia —dijo Drax—. Sin mi sugerencia nunca habríamos salido victoriosos. 

—De nuevo, tu sugerencia fue estúpida —dijo Apollo.

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