11: taehyung's best friend
+ Tzuyu mayor que Sana
──────────────────────── ♡︎
Sana POV
──No lo sé, Tae ──digo, aún en los brazos de mi novio──. No siento que sea lo mejor.
──Vamos, Sana. Ella es mi mejor amiga y quiero que se lleven bien. Ambas son muy importantes para mí, ¿me entiendes?
Separa nuestros cuerpos y toma mis manos entre las suyas. Sé que espera a que alce la cabeza y le mire a los ojos para volver a hablar.
Así lo hago.
──Tzuyu no es una mala persona, lo sabes. Solo debes conocerla un poco más, ¿si? ──un puchero se posa en sus labios, en un barato intento de convencerme.
En toda la relación que llevo con Taehyung ─tres meses─, cada vez que estoy en el mismo lugar que Chou Tzuyu, me siento incómoda y una desagradable sensación me recorre de pies a cabeza.
No es que sea una chica borde, de hecho, siento que a veces sobrepasa los límites de confianza, al menos con mi novio. Es solo que sé que no le agrado y que debe tener varias opiniones sobre mí.
Tzuyu no necesita gritarme en la cara que le doy asco para que me dé cuenta que no soy de su gusto.
Desde que inicié con Taehyung, es como si un sexto sentido hubiese aparecido en mí y ahora soy capaz de percibir este tipo de cosas. Por ejemplo, soy consiente de que la mitad de las chicas del pueblo me odian por andar con el muchacho más galán de aquí. Otra cosa que aprendí a diferenciar, fue cuando alguien realmente se alegra de ver a Taehyung con nueva novia, como lo es su hermana, su madre o Hoseok, el mejor amigo de Taehyung.
Pero Tzuyu... No, a ella no la incluiría en esa lista.
Sería muy estúpido de mi parte pensar que le caigo bien a Tzuyu, porque eso jamás fue así.
Recuerdo que la primera vez que nos conocimos me examinó como si fuera alguna sospechosa de un crimen. Dios, ni siquiera me mira cuando estamos los tres.
Aún no podría afirmar con seguridad que se comporta así porque le da celos que Taehyung esté más conmigo y menos tiempo con ella, o que en realidad está enamorada de él en secreto, o que...
Ugh, simplemente no lo sé.
──Vamos, amor, hazlo por mí.
Yo no dije nada, aún pensando si era buena idea acceder a lo que Taehyung quería hacer este fin de semana: una salida al parque de juegos, los tres.
¿Por qué no podíamos ser solo nosotros dos? ¿Debería preocuparme? ¿Debería actuar más celosa?
No. Yo no soy así. No me gustan los celos. Los detesto.
──Si quieres puedo hablar con Tzu para que ella también haga un esfuerzo y ambas se sientan cómodas ──propuso sonriendo en grande, su dentadura siendo tan perfecta como los mechones de su cabello cayendo sobre su frente.
Intento no mencionarle con tanta regularidad mis inseguridades respecto a su mejor amiga, porque no quiero hacerlo sentir mal o culpable, pero él ya sabe que no nos llevamos del todo bien.
──Mhh... ──aprieto mis labios, sabiendo que no tengo opción──, está bien ──acepto, rodando los ojos una vez siento sus largos brazos rodearme la cintura.
Me levanta del piso todavía en aquella posición y lo golpeo en el hombro como puedo.
──¡Bájame, Tae!
Mis reclamos se convierten en risas, que segundos luego, Taehyung calla besando mis labios.
──────────────────────── ♡︎
Tzuyu POV
──No, Taehyung, no iré ──me cruzo de brazos, viendo a mi mejor amigo desde el otro lado de la cocina.
Me llamó hace media hora diciendo que me tenía una propuesta y terminé invitándolo a mi casa para no estar sola. Esto de estar en primer año universitario es algo triste a veces. Extraño a mis padres y a mi perro.
──Por Dios, Tzu, ¿por qué no? Sana ya ha accedido.
Vino aquí rogándome por que lo acompañe este sábado a un parque de diversiones, él, Sana y yo.
Ni de coña.
──Sabes que Sana no me agrada ──niego, revolviendo mi café.
──¿Pero por qué? Es dulce, Tzuyu, al igual que tú. No entiendo por qué no se llevan bien.
No es que la odie, o que la encuentre mala persona, pero... no siento que le haga bien a Taehyung.
Motivo uno: él va en primer año de universidad, al igual que yo, y por más que Sana ya tiene dieciocho años, recién está partiendo su último año en la escuela.
Aparte de eso, no están en la misma parada. Sana, por supuesto, tiende a ser más inmadura y está bien, pero Taehyung ha llegado a un nuevo mundo, al mundo de la universidad, que aunque queramos o no, no es nada parecido a la escuela.
Motivo dos: Sana se ve aburrida. Es tímida y casi no habla. Todas las novias que ha tenido mi amigo son lo opuesto a ello. Recuerdo que siempre dijo que su tipo eran las medias locas, las que le sacaran su lado salvaje, que no quería a alguien tranquilo porque él ya era así.
Los polos opuestos se atraen, estoy de acuerdo.
Y vamos, Taehyung es una versión masculina de Sana.
Motivo tres: simplemente no me da buena espina. No me ha gustado jamás para él y no es que sea una de estas chicas que no dejan en paz a sus amigos cuando están en una relación y lo quiera únicamente para mí ─o que sienta algo por él... eww, ni en otra galaxia─, pero Taehyung es mi mejor amigo hace años y yo solo quiero lo mejor para él.
Y no creo que Sana sea lo mejor.
──Ya te he dicho lo que opino de ella, Tae.
──Sí, lo sé, pero tampoco debes ser tan mala... Ve esto como una posibilidad de conocerla más, quizás te sorprenda, Tzuyu ──pasó por un lado del mesón que nos separaba y se posicionó a mi lado──. Si luego de esto sigue sin convencerte, dejaré de insistir para que se lleven bien, ¿te parece?
Lo miro dudosa. No me convence para nada y no creo cambiar mi opinión acerca de Sana, pero vamos, es mi amigo y quiero verlo feliz.
──Está bien. Sábado a las cuatro... ¡pero me debes una, niñito! ──grito lo último, corriendo de él entre risas y un par de insultos que le digo cuando me alcanza y me empuja.
──────────────────────── ♡︎
Sana POV
Mis manos juegan nerviosas entre sí.
Es sábado y son las cuatro quince de la tarde. Sé que no ha pasado mucho tiempo desde la hora que propusimos para vernos, pero tengo miedo de que Taehyung me plante como ya lo ha hecho muchas veces.
No le reclamo, pues sé que ahora tiene mucho más trabajo y no quiero ser un estorbo, pero no puedo evitar sentirme mal.
¿Será que no valgo la pena realmente? Él ya va a la universidad, ¿por qué mierda estaría con una chiquilla de preparatoria? Ahora debería estar pasándola bien, sin novias que lo limiten, que lo...
El timbre me obliga a dejar los pensamientos pesimistas de lado y una corriente me recorre el cuerpo.
Miro la hora. 16:18. ¿En serio estaba cuestionándome toda mi relación por 18 minutos de retraso? Me río de mí misma, levantándome del sillón para ir a abrir la puerta.
──Hola, amor.
Los brazos que anteriormente había elevado para abrazar a mi novio se van bajando de a poco.
No es Taehyung quien está frente a mis ojos.
──Hola... ──Tzuyu saluda, tan incómoda como yo.
──Oh, pensé que serías Taehyung ──frunzo los labios──. ¿Sabes dónde está? No me contesta y-
──No, no lo sé. Asumí que ya había llegado, porque me había dicho que antes de ir al parque nos juntáramos en tu casa.
Mi novio siempre me dijo que Tzuyu era una persona dulce, de personalidad muy amable y que jamás le haría daño a alguien. De hecho, no solo lo he oído de él, pues varias personas la han descrito como un ángel, un amor de persona... hasta la han comparado con el color amarillo y las margaritas.
Entonces, ¿por qué a mí parece odiarme?
Su tono fue seco, me interrumpió y no se veía para nada como un ángel.
──¿Puedo pasar o me quedaré aquí hasta que llegue? ──su pregunta me pareció brusca, y su rostro serio no estaba ayudando.
Me puse nerviosa y me corrí rápidamente de la puerta, dejándola pasar.
──Sí, sí, lo lamento.
──¿Ya lo llamaste?
Sigo en la puerta, pensando en qué mierda hacer.
──Sana ──me habló más fuerte, esta vez captando mi atención.
──Sí, sí, lo llamé antes de que llegaras, pero me mandó a buzón.
──Déjame lo intento yo.
¿Cree que no me contestaría a mí, pero a ella sí?
Joder, no. No debo sentir celos, es una idiotez.
──Está bien ──digo, sentándome en el sofá luego de cerrar la puerta. Le hago una seña para que haga lo mismo y no se quede ahí, parada en la mitad de mi piso.
Vivo con mi madre, pero se la pasa viajando para visitar a su novio, así que dudo que llegue hasta el lunes.
Cree que es joven y está bien. No la juzgo. Crisis de los cuarenta supongo.
Toma asiento a un lado mío, con cierta distancia. Se lleva el celular al oído y la veo arrugar las cejas.
──Tampoco me contesta ──niega, acomodándose en su lugar.
Escribe algo en la pantalla, sus dedos se mueven con rapidez y parece desesperada.
──────────────────────── ♡︎
Han pasado diez minutos.
No sé nada de Taehyung y el ambiente aquí es tenso.
Odio a mi novio por ponerme en esta situación. Me ha dejado plantada otras veces, ¿pero con su mejor amiga? Vaya, eso es bajo hasta para él.
Tzuyu sigue sin soltar su celular, probablemente evitando hablar conmigo.
──¿Quieres algo para beber? Lo lamento, se me olvidó ofrecerte antes.
Aunque no seamos amigas, la educación se mantiene ante todo, ¿no?
──No, no, estoy bien, gracias.
Es un milagro que me haya mirado a los ojos. Apaga su celular y gira su cuerpo hacia mí. Muy levemente, pero lo hace.
──¿Te parece ponerle una hora a esto? Digo, si Taehyung no aparece en veinte minutos más, dudo que siga en pie lo de ir al parque.
Asiento en acuerdo y me invaden las ganas de llorar al recordar que mi novio me ha hecho esto, de nuevo.
──¿Hasta las cuatro cuarenta y ocho? ──cuestiono. Tzuyu se ríe──. ¿Qué?
──Nada, nada, solo me parece curioso que seas tan específica ──ladeo la cabeza, confundida──. Me refiero a que la mayoría simplemente hubiese dicho "a las cuatro cincuenta".
Me avergüenzo porque, aunque sea una estupidez, siempre me ha gustado detallar las horas. Siempre es "mamá, llegaré a las ocho treinta y dos a la casa", "Taehyung, te veo a las seis cincuenta y cinco", etcétera. Es una manía que tengo desde pequeña.
Nos quedamos en silencio nuevamente, pero esta vez Tzuyu tiene una pequeña sonrisa en los labios.
Iba a pararme para servirme jugo, pero ella habló antes.
──¿Y cómo vas con Taehyung?
──Bien...
──¿Si?
──Sí. Es agradable pasar tiempo con él.
──Sí, lo es.
Eso me molestó un poco.
──¿Y tú? ¿No tienes novio?
──Oh, no. No soy fan de las relaciones, no me gusta limitarme.
──¿Limitarte?
──Digo, si tuviese pareja no podría estar con más gente, y no sé si eso es lo mío.
──Mmh, así que no eres estable.
Abro los ojos porque he dicho eso en voz alta y no lo he guardado para mis pensamientos. Tzuyu alza una ceja.
──¡Digo...! En las relaciones... no-no eres estable en las relaciones.
No sé si eso lo arregla. Mierda.
──Puedo serlo si quiero ──responde algo a la defensiva y lo comprendo──. Pero es aburrido.
──No lo es... ──intento debatir. Mas, no estoy segura, porque cuando estaba soltera mi vida nunca fue de fiestas ni caos. Puedo decir que Taehyung ha sacado aunque sea una nueva parte de mí, por más que él también sea serio.
──¿Ah, no? ──me mira con burla y ahora me siento en alerta. ¿Está molestándome?
──No ──trato de lucir firme y junto las piernas, poniéndome recta.
Tzuyu ríe, parándose del sofá y caminando hacia mi cocina. Wow, ella tiene confianza.
──Ahora sí te aceptaré algo para beber.
Corro tras ella y, evitando rodar los ojos, abro el refrigerador para ofrecerle de mi jugo de manzana de pulpa. Mío. Mamá me lo compra porque solo bebo ese sabor.
De todas formas, ella se ha detenido en la estantería de vino. Me mira con una sonrisa.
¿Qué demonios cree que está haciendo?
──¿Puedo sacar? ──no necesito responder porque ya tiene la botella del vino de mi madre en sus manos, leyendo la etiqueta──. Vaya... tienes clase.
Frunzo el ceño. Mal educada y molesta. ¿Puede ser peor?
──Tzuyu ──intento detenerla, pero pasa por mi lado y abre el mueble de las copas. Saca dos. No me sorprende que sepa dónde están porque tiene puertas de cristal y sé que las vio.
Se gira brusco hacia mí, callándome.
──Seré directa, Sana. Ambas sabemos que Taehyung no llegará ──paso saliva, evitando su mirada──. Así que, ¿por qué no aprovechar de tener una charla novia-mejor amiga? Sé que no te agrado y tú tampoco a mí.
Estoy mirándola otra vez y mi corazón da un salto por su tono tan ¿engreído?, o simplemente sincero. No sé lidiar con este tipo de gente pero, a la mierda. ¿Tzuyu quiere jugar? Jugaré, ganaré y haré que comience a respetarme un poco. Soy la novia de su amigo le guste o no.
Asiento, fingiendo estar bien. Le quito las copas y camino hacia el sofá nuevamente, esperando a que me siga. Me siento orgullosa de ir adelante.
Que recuerde que esta es mi casa, maldita engreída.
──Cuéntame, ¿qué harás cuando Taehyung te deje? ¿Llorarás e insistirás como una niña? ──dice, sirviéndonos el vino.
Me trago las ganas de darle un golpe en la cara.
Me pasa mi copa y me mira seria.
──¿Por qué crees que mi novio me dejaría?
──Porque eres una niña. Lo he dicho ya.
Rio incrédula. ¿Qué se cree ella? Nos llevamos, literalmente, un año.
──Sana, estás en el colegio. Taehyung inició la universidad y debe estar libre para explorar este nuevo mundo. Por favor, sé realista.
──¿Realista? ¿Quieres que lo sea? ──mantengo mi expresión neutra, bebiendo un largo trago para calmarme. Me siento muy lejana a lo que suelo ser. Esto es raro e incómodo y maldigo a mi novio por no haber llegado a la hora──. Te quieres follar a mi novio y es por eso que no te agrado.
Tzuyu abre los ojos, parece sorprendida de mi sinceridad. Antes de defenderse, hablo otra vez.
──Eres la única de su círculo que no me acepta, Tzuyu. Hoseok, su mejor amigo, mucho más amigo que tú, ¿adivina qué? Me adora porque sabe que le hago bien a Taehyung ──Tzuyu me mira con odio y es mutuo──. Así que deja las hipocresías y admite que estás dolida de que yo sí tengo futuro con él y tú no, a pesar de conocerlo hace años.
Tzuyu se acerca a mí en un movimiento rápido y brusco. Parece que es ella quien me golpeará. Me aferro a la tela del sofá porque siento su torso pegado a mis rodillas, pues se ha inclinado hacia a mí y estoy sentada de frente hacia ella.
Estoy nerviosa y más cuando su perfume me rodea. Es fuerte.
──Estás muy equivocada, Sana ──su aliento choca con mis labios y sé que está furiosa, aunque no entiendo por qué tanto──. Si me hubiese querido follar a Taehyung hubiese pasado hace mucho. ¿Sabías que fue él quien se me declaró? ──vuelve a su posición original, bebiendo de la copa y riendo al verme congelada.
¿Qué? ¿Taehyung gustaba de Tzuyu? ¿Hace cuánto?
No puede ser cierto. Solo está molestándome.
──No te creo ──digo con tono serio, mirándola enojada──. Eres tú quien gusta de él y-
──No estoy con hombres, Sana ──me interrumpe, sirviéndose más vino.
Me quedo quieta, entre sorprendida y asustada. ¿Está diciendo que...?
──Soy lesbiana, me tiro a mujeres. ¿Qué más explícita debo ser para que lo entiendas? No me interesa Taehyung de esa manera.
Mi corazón se acelera y es inevitable que piense cuando a mí me gustó Jihyo, una chica que estuvo en mi escuela poco tiempo antes de irse de intercambio. A los seis meses se fue a Canadá y jamás le dije algo, porque estaba aterrada.
Nunca pensé sentir algo por una mujer. Estaba tan curiosa en esa época que fue un alivio cuando no volví a verla y llegó Taehyung a mi vida.
Ahora me siento curiosa por escuchar más de ese tipo de cosas de la vida de Tzuyu, pero lo disimulo, llenando mi copa de vino y no mirándola a los ojos. Estoy avergonzada.
──¿Qué? ¿Eres de las idiotas que creen que eso está mal? ──escucho su voz tosca y molesta y levanto los ojos, negando rápidamente.
──N-no, no, de qué vas. Me da igual ──muerdo mi labio, inquieta. Aunque encuentro el tema perfecto para desviar esta incomodidad──. Entonces, si no quieres con mi novio, ¿por qué me detestas?
──Porque eres aburrida y porque todavía estás en la escuela, lo que es una gran diferencia. Ya te lo dije, no quiero que lo retengas.
──No soy aburrida ──arrugo los labios, herida.
──Lo eres.
──Oye, no me conoces.
──Debo escuchar a Taehyung hablarme de ti, así que sí, creo que te conozco lo suficiente.
Mis párpados se sienten pesados y es por el vino. Debería detenerme de beber, pero ella no lo hace y siento que me vería infantil y solo probaría su punto si demuestro que no tengo mucha tolerancia al alcohol.
──No lo soy ──insisto, jugando con mis dedos. Estoy nerviosa. He estado nerviosa desde que pisó mi casa.
──Demuéstralo.
──¿Q-qué?
──Demuestra que eres lo suficientemente entretenida y así no temo por el aburrimiento que se puede tragar Taehyung y prometo ser menos densa contigo.
Mi boca se abre. Siento que, de alguna forma u otra, soy más madura que Tzuyu. Pero es cierto que mi diversión no es nada del otro mundo.
Es una buena oferta. Siempre va a ser bueno tener a la mejor amiga de tu novio de tu lado que en tu contra.
──¿Qué... qué quieres que haga?
──No lo sé. Cualquier cosa.
Lo pienso pero no llego a nada.
Tzuyu lo nota y ríe. Sabe que tiene razón. Ambas estamos acabando nuestra segunda copa del vino de mi madre.
──Anda a pedirle algo al vecino ──propone y es mi turno de reír. ¿Ese es su concepto de locura? Vaya, entonces yo ya estoy licenciada──, pero en ropa interior, Sana.
Ahora es ella la quien ríe porque me pongo pálida. Mi vecino es un pobre hombre mayor que solo recibe el diario y come donas que venden en la esquina.
──Ves. Aburrida.
──¡No lo soy!
Tzuyu me mira sorprendida cuando me saco la sudadera. Ni siquiera me doy el tiempo de pensar por qué mierda Tzuyu escogió esta misión en donde me desvisto para demostrarle un punto y solo sigo sacando mi sudadera.
Desabrocho mi pantalón. Bebo más vino. Los bajo. Quito mi remera y tomo otro sorbo.
Me siento ebria y con adrenalina. Qué mejor ─o peor─ combinación. Río pensando en la cara del pobre señor Cho y alzo la mirada.
Ahora me sonrojo, recordando que Tzuyu está viendo la mayor parte de mi piel desnuda. Ella también está seria, observándome las piernas desde el sofá.
──Está bien, voy.
Ignoro sus ojos y camino hacia la entrada. Tzuyu va detrás mío, apoyándose en la pared cuando abro la puerta y visualizo la del señor Cho frente a mí.
──No tienes los ovarios ──insiste Tzuyu, sonriendo.
La miro y le robo de su vino, frunciendo las cejas. Claro que puedo.
Abro más la puerta, saliendo de mi escondite y poniendo un pie en el pasillo. Son departamentos de ocho pisos, y aunque la gente suele usar el elevador, las caleras están abiertas al público y es fácil que alguien las suba y me vea en cuero.
Doy un suspiro, volteo hacia Tzuyu insegura y ella se burla. Que se joda.
Avanzo y alcanzo la puerta de mi vecino y la toco. Cuándo es abierta, a él casi se le cae la mandíbula. Me hago la desentendida e ignoro mis mejillas rojas, hablando.
──Hola, señor Cho. Disculpe, ¿tiene algo de azúcar? Se me ha acabado la mía.
──E-eh... eh ──luce tan incómodo evitando mirarme los pechos y debo admitir que sí me da gracia──. S-sí, sí, ya vuelvo ──desaparece por el pasillo y Tzuyu carcajea incrédula a mis espaldas.
La miro con una sonrisa, orgullosa de mí, aunque esté haciendo una estupidez solo para demostrarle un punto estúpido e innecesario a la estúpida mejor amiga del estúpido novio que tengo, que me deja botada cuando se le da la estúpida gana.
──Aquí tiene ──Cho me pasa un pote blanco y agradezco, fingiendo inocencia.
Vuelvo donde Tzuyu y veo el momento exacto donde le guiña un ojo al señor Cho antes de cerrar la puerta. Me apoyo en esta, sintiendo mi corazón acelerado y mis mejillas rojas.
──Vaya, así que tienes los ovarios.
Tzuyu carcajea y le sigo, echando la cabeza hacia atrás una vez dejo el azúcar en la mesa de entrada.
Espero que el señor Cho nunca le comente algo de esto a mi madre.
──Pobrecito, estoy segura que se hizo pipí. Mamá me dijo que tenía problemas a la vejiga.
Tzuyu ríe con más fuerza y se ve preciosa haciéndolo. Entiendo mis celos hacia su persona. Entiendo y le creo que Taehyung estuvo enamorada de ella.
Nos quedamos en silencio y nos miramos.
──Está bien. Te dejaré en paz con Taehyung y...
La interrumpo, sacándole la copa de las manos y bebiéndome el concho que le queda, sin despegarme de la pared. No quiero que hable de Taehyung, no quiero porque me parece una falta de respeto, pues es en lo último en que estoy pensando. Mierda. Cierro los ojos con fuerza. Los abro cuando habla.
──Sana ──murmura, mirándome los pechos. Sé que también está algo ebria──. Debes vestirte, ahora.
Recuerdo que estoy en ropa interior solo cuando siento sus manos colocarse en mis costillas. Su tono de voz hace que tiemble. Me está tocando como una mejor amiga no debe tocar a la novia de su mejor amigo.
Más mierda.
Me alejo de su tacto, asintiendo. Paso por su lado e intento ir hacia mi ropa, pero Tzuyu me ha alcanzado. Me da la vuelta sobre mis pies y me sujeta la cintura mientras me besa la boca.
Gimo porque en mi vida había probado unos labios tan suaves y con sabor dulce. Sabe a vino, pero más a ella. La tomo de las mejillas y le correspondo, desesperada porque, Dios mío, nunca un beso me había hecho sentir tanto.
Y no sé si es por Tzuyu o porque es una mujer.
Chou es ágil y me recorre la piel con sus manos. Toca mi trasero y sus palmas parecían encajar perfecto allí.
──Tzuyu ──suspiro sin mucho aire.
Ella me besa el cuello repentinamente, una mano sigue manoseándome el culo mientras la otra me sujeta la mandíbula, moviéndola hacia un lado. La escucho gemir a la vez le da un apretón rudo a mi trasero y gimo con ella.
──Hueles exquisito ──me dice, volviendo a besarme el cuello. Me dejo complacer, acariciándole el cabello. Ella también huele bien, femenino.
Es inexplicable lo que siento al saber que estoy con una mujer. No sabía que entre chicas se lograba sentir tanto y eso que solo me ha besado.
Tantea mis muslos y sé que quiere que me suba a ella, así que así lo hago y me sujeta suave, volviendo a mi boca.
Nos dirige al sofá y nos sienta. Quedo en su regazo y le quito la playera. Trae un brasier de encaje que me dedico a detallar. Es genial lo suave que se ve su piel, tan contraria a Taehyung. Mis dedos trazan el borde de la prenda, suspirando porque la curva de sus pechos es muy linda. Las mujeres son muy lindas.
Y estoy demasiado borracha para pensar y asustarme por todo lo que he dicho. Estoy demasiado borracha como para pensar en él.
Tzuyu sonríe, es como el cielo. O las nubes mejor dicho. Tiene sus dientes blancos, el poco gloss que le queda luce pegajoso y me inclino para deshacerme de él. Ahora lo llevo yo en mis labios y me siento increíble.
Nunca había sentido esto con los chicos.
Chou acaricia mis pómulos, luego pasa una mano por mi espalda y, sin quitarme los ojos de encima, desabrocha mi sostén. Cae por mis hombros. Me avergüenza que Tzuyu vea mis pechos, pero ella parece estar encantada porque estira sus manos y los toma. Gimo, cerrando los párpados. Los alcanza con su boca y me acaricia la espalda mientras lame mi areola, repasando sus bordes. Quiero más. Quiero a Tzuyu en cada parte de mi cuerpo.
Desesperada por la idea, empujo su cabeza hacia mi pecho y ataca mi pezón, moviendo su lengua rápidamente hacia los lados, sujetándome de la cintura.
──Mier-da, Chou.
Había usado sus dientes, tomándolo y jalándolo. Duele de lo bien que se siente. Le revuelvo el cabello, sintiendo mi piel ardiendo en calor.
Me sienta en un lado, se quita los pantalones cargo y me burbujea el estómago al ver que sus bragas hacen juego con su sostén.
Me vuelve a sentar en su regazo, pero me alza las caderas y me quita las bragas, dejándome expuesta hacia ella. Sonríe mirando mi coño y estoy que me desmayo de vergüenza.
──Lindo ──ríe y yo me sonrojo, haciendo una mueca.
──¡N-no...!, no digas eso. Es...
Me interrumpo yo misma con un grito que sale desprevenido. Ha hecho que mi coño calce con su muslo y me mueve las caderas, logrando que toda mi humedad se arrastre por su piel.
──¡Tzuyu! ──lloriqueo, no entiendo cómo es que mi cuerpo reacciona así sin tener nada... ya saben, adentro.
Me frota más, me toma de la mandíbula y me calla, adueñándose de mi boca. Está desesperada, mucho más que antes. Ahora ha introducido su lengua, muerde mis belfos de vez en cuando y me entierra sus dedos en mi cintura. Siento que puedo venirme con solo esto.
Comienzo a temblar, ¿cuánto ha pasado? No lo sé, y mierda, juro que me voy a correr.
Parece notarlo porque se detiene y hago un puchero.
──Quiero probarte, Sana.
Abro la boca para balbucear, pero me callo. Me acuesta a lo largo del sofá, se sienta sobre sus pantorrillas y baja la cabeza a la altura de mi estómago.
Gimo cuando me besa el abdomen y sus manos agarran mis piernas, poniéndolas sobre sus hombros. Estoy tan sensible. Ella me hace tan sensible.
Sigue hasta llegar a mi monte de venus. Adentra la punta de su nariz a mis labios menores, insistiendo con esta en mi clítoris, dando toques suaves. Cuando creo que voy a morir, reemplaza su nariz por su lengua, bajando de mi clítoris hasta quedar al final de mi coño. Está tomándose su tiempo para explorarme y eso es peor.
Con una mano abre mis paredes vaginales, introduce su lengua y con la parte plana de esta se apropia de todos mis fluidos. La empujo hacia mi coño, desesperada. La siento sonreír y no tarda en ser más ruda, adentrándose a mi vagina. Siento que me cierro en su lengua, blanqueando los ojos de lo bien que me siento. Mientras me hace el oral, su pulgar aparece para rodear la capucha de mi clítoris hasta dar con él, estimulándolo hacia los lados con velocidad.
Es inevitable lo rápido que me alcanza el orgasmo. Curvo la espalda y dejo de gritar un segundo. Luego, expulso todo sobre la boca de Tzuyu, que sigue comiéndome con dedicación.
Ahora grito como no lo he hecho en mi vida debido a esta sobre estimulación de la que alguna vez oí hablar, pero nunca descubrí personalmente.
Hasta ahora.
Tzuyu ha intercambiado, dejando que su lengua se apropie de mi clítoris y que dos de sus dedos se entierren en mi vagina.
Ha llegado mi segundo orgasmo y creo que he fallecido mientras mi cuerpo parece ascender a otro universo. Le rodeo la cabeza con las piernas y sigo gimiendo su nombre, aferrándome al borde del sillón.
Tzuyu sale de mí, haciéndome sentir vacía. Se trepa por mi cuerpo y me besa. Sus labios saben a mí y eso es excitante de alguna manera.
──Sabes muy rico, Sana ──susurra, apoyándose en mi pecho. Se recuesta allí y la dejo porque se siente correcto.
Es de todo menos lo correcto, pero he bebido, creo que siempre me gustaron las mujeres y no estoy en mis sentidos, así que sí. Se siente correcto.
Me abraza por la cintura y su respiración se siente baja.
──Eres cómoda ──habla de repente, saliendo de su escondite──, demasiado. Sí me quedo allí me dormiré, así que vamos, muéstrame tu habitación.
Me toma en brazos, caminando por el pasillo. Nota mi mirada confundida.
──¿Qué? Si la hemos cagado, debemos hacerlo bien, ¿no? ──dice.
Me sonrojo y río aunque esto esté muuuuuuuuuuuy mal.
──¿Sabes por qué las lesbianas siempre hablan de tijeras? ──niego, indicándole cuál es mi habitación──. Bueno, te lo demostraré, aburrida Minatozaki ──se burla y antes de poder reclamar, me lanza a la cama y se sube arriba mío, sacándose sus propias bragas.
Voy entendiendo qué son las tijeras cuando nuestros coño se acercan.
Maldito vino.
Maldito Taehyung que me deja plantada.
Maldita Tzuyu.
Malditas mujeres que tan diferentes se sienten.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top