Capítulo 7

Los aullidos cada vez se oyen más cerca. Maldita sea, no quiero estar atada a un licántropo y a este ritmo me atraparán en nada, puta vida.

Sigo corriendo sin mirar atrás e intentando controlar mi respiración para poder huir de esos imbéciles. De repente me choco con algo y caigo al suelo, peor no podrían irme las cosas.

-¡Oye, mira por dónde vas! - oigo que alguien se queja, miro al frente y me doy cuenta que he chocado con alguien, no con algo.

-Mira, en otras circunstancias sería más amable y pediría hasta disculpas, pero ahora me encuentro perseguida por un grupo de lobos, cuyo alpha es un imbécil, por lo que te aconsejo que huyas como voy a hacer yo.

El chico se me queda mirando con el ceño fruncido hasta que se oyen más aullidos, genial, ¿podría ir ésto a peor?, vuelvo a mirar al chico con el que choqué y me encuentro que ahora tiene los ojos rojos y unos colmillos, genial, es un puto vampiro, para qué hablaré.

-¿Esos lobos te persiguen a ti? - me pregunta mirando fijamente detrás de mí.

“No, persiguen un palo que les he lanzado, no te jode” pienso instantáneamente.

-Mira, ya todo me da igual con tal de salir de esta. Eres un vampiro, ¿no?, hagamos un trato, yo te dejo beber de mi sangre si me sacas de aquí, a un lugar lejos de ellos, por favor - digo con mi mejor voz de niña buena.

Más aullidos, y cada vez más cerca, tengo los putos nervios más tensos que las cuerdas de un piano, y estoy por seguir corriendo sin esperar la respuesta de este chico, quien, en cierta forma, es el único que podría sacarme de aquí sin que me alcancen y que el imbécil me vuelva a encerrar.

-Si quieres huir de ellos, lo mejor es que nos vayamos ya -dice el vampiro.

¡Por fin se decide!

-¿Cómo se supone que me llevarás? - pregunto un poco inquieta.

-Sube - dice dándose la vuelta.

-¿En serio?, ¿a caballito?

-¿Acaso la niña prefiere estilo princesa o ser atrapada?

Niego frenéticamente y me subo en su espalda. Tengo que agarrarlo más fuerte una vez empieza a correr, menos mal que los vampiros ya están muertos, que si no, fijo que lo estaría estrangulando ahora mismo, y eso no me interesa, el que se muera digo, ya que él es el que me está llevando, y no quiero caerme con la velocidad a la que vamos.

Poco a poco los aullidos van quedando más lejos, hasta el punto en que no logro oír ni uno, lo cual es bueno, ya que significa que me he librado de esos lobos y su alpha.

-Hasta aquí puedo llegar con mi velocidad, no sería conveniente que los humanos me vieran correr, además, ya queda poco para llegar a la ciudad.

-Muchas gracias - le digo sincera - bueno, creo que ahora me toca cumplir mi parte del trato - digo muy nerviosa.

Y no es que me atraiga la idea de que alguien me muerda el cuello para chuparme sangre.

“Puto tipo rarito, por tu culpa me va a chupar la sangre un vampiro, pero esta me las vas a pagar, como que me llamo Paula”.

-No hace falta, la verdad es que yo no bebo sangre humana, o bueno, no directamente, prefiero los bancos de sangre.

Si no fuera porque soy estoica, ahora mismo estaría gritando y saltando de alegría.

-¿Quieres que te acompañe a algún sitio? - me pregunta.

-No gracias, ya bastante has hecho con salvarme de los lobos y no beber mi sangre.

-No ha sido nada, además, no es recomentable que una mujer ande sola por el bosque.

“Uy, le salió lo caballeroso”.

-Sí, bueno. Más que andar estaba siendo perseguida - puntualizo.

Por mucho que me haya salvado, no voy a estar todo el rato como princesita indefensa.

-Soy Mike McGregor.

-Paula Johnson.

-Pues encantado, Paula, pero déjame decirte que si estás huyendo de un hombre lobo porque eres su mate, estás jodida, más te vale cambiarte de país, o rechazarlo, por lo que sé, aunque él no acepte tu rechazo, si pasa un mes desde el rechazo y no te ha marcado para restaurar el vínculo, la conexión de mates se rompe.

-Genial - digo con sarcasmo - ya le he rechazado pero es un maldito alpha y solo puedo esperar a que sea él quién lo haga - bufo.

-Entonces yo veo potente lo de que te cambies de país, y cuanto más lejos mejor, los alphas son los peores.

-Oye, una cosa, ¿me vas a utilizar como rehén para chantajear al alpha?, según los libros, estáis en guerra o algo así.

-No, sí que estamos en guerra, y supongo que sería lo normal, pero precisamente por no ser normal me echaron de mi familia y del clan, así que - dice y se encoje de hombros.

“Oye, pues este vampirito me cae bien”.

-Pues vaya familia de mierda que tienes, en fin, me has salvado, así que te invito a un helado, ¿los vampiros podeís comer?

-Sí, pero no nos aporta nada.

-Pues te invito a un helado - ahora que lo pienso, ayer no cogí la cartera porque iba a la biblioteca y después a la discoteca (cada vez odio más a ese intento fallido de lobo) - pero primero vamos a mi casa a por la cartera.

Mike se ríe y asiente, juntos caminamos el corto trozo de bosque que nos separaba de la civilización. Mientras caminamos me pongo a buscar entre mi ropa las llaves de mi casa, espero que ese tipo solo me haya quitado el móvil y no las llaves, si no, estoy jodida a menos que por un milagro Brick esté en casa.

Maldito tipo rarito, ¿por qué tuvo que aparecer en mi vida?, yo estaba la mar de feliz viviendo mi mayormente aburrida vida, yendo a esa cárcel que llaman universidad, y aguantando al asqueroso de mi profesor y la barbie teñida de Chloe; y va él y estropea mi ya de por sí asquerosa vida.

Tardamos un rato en llegar a mi casa, ya que la parte de la ciudad que da al bosque, justo está en la otra punta de la ciudad, sí, ya lo sé, pinche vida. Por suerte en el camino consigo encontrar las llaves de casa, por lo que no será necesario que Brick esté en casa para abrirme, pues imagino que a esta hora un sábado, debe estar con los chiquillos a los que da clase de baloncesto, lo cual me viene bien para coger mi cartera e irme con Mike a por un helado sin el interrogatorio que, seguro, me hará Brick sobre lo que pasó ayer, lo cual no sé muy bien cómo se lo voy a contar, y cómo va a reaccionar él.

-Quédate aquí, cojo mi cartera y nos vamos - le digo mientras me encamino a mi habitación.

-Este lugar, tiene un aroma a... - no le da tiempo a terminar cuando un muy enfadado y preocupado Brick sale de la cocina.

Oigan, ¡no se supone que Brick debería de estar entrenando a esos mocoso!

-¿Dónde demonios te habías metido? - me pregunta muy alterado Brick.

¿Le digo la verdad o me invento una historia?

-No me lo vas a creer, pero... - antes de que pueda terminar la nefasta excusa que me estaba inventando, Mike estampa a Brick contra la puerta de la cocina.

¿Pero qué cojones?

-Mío.

-¡Y mis cojones también!, ¿qué le haces a Brick, desgraciado?

Inmediatamente le separo de él y le estampo mi puño contra su cara. Una cosa es que me haya salvado, pero de ahí que agreda a Brick...

-¿Qué? - es lo único que puede Brick articular.

-Es mi alma - me dice como si eso lo explicara todo mientras se lleva su mano a la cara, creo que le he partido el labio.

-¿Y...?

-Es como los mates para los licántropos, y las almas gemelas para los humanos.

"A la verga todo".

-Gracias por la explicación, pero uno: Brick no es gay. Dos, eso de almas gemelas en los humanos no estoy muy segura de que exista. Tres, por encima de mi cadáver que te llevas a mi Brick contigo.

-Esto...yo... - empieza a balbucear Brick mientras intercambia miradas conmigo y el suelo.

Frunzo el ceño extrañada por su comportamiento. Cualquiera diría que en realidad...

-Brick - le llamo - no me jodas, no me digas que todos estos años haciéndome pasar por tu novia, aguantando a tu madre y a tu tío sobre lo bien que quedaríamos como pareja, y a todas las perra estúpidas como Chloe, para ahora descubrir que era porque no querías salir del armario.

-Paula, yo...

-Paula nada. Me mentiste Brick. ¿Acaso creías que te iba a juzgar por tu orientación sexual?, me duele que no confiaras en mí.

Estoy decepcionada, no con él, sino por no ser lo suficientemente confiable como para que él pudiese compartir ese peso sobre sus hombros. Somos amigos desde la infancia y siempre nos lo hemos contado todo. Podía haber intentado llevar la situación de manera más suave, pero son demasiadas emociones encontradas las del día de hoy.

No me importa que Brick sea gay, él seguirá siendo quién es. Mi amigo. No entiendo el afán de la sociedad por presionar sobre la orientación sexual de cada uno. ¿Acaso por no ser como ellos, dejamos de ser seres humanos? Pues al parecer sí, o al menos, el cristianismo lo dice. Por culpa de la puta sociedad, lo que es algo natural, lo toman como, como... ¡Como un delito!, ¡¿vamos a ver, acaso el amor tiene normas o qué?!, y que lo diga alguien como yo, tiene cojones el asunto. En estos casos, no me molestaría abogar por Afrodita inclusive.

-Vámonos, Mike. Necesito un poco de aire, son muchas cosas las que he descubierto hoy. Necesito un poco de aire para liberar mi mente - murmuro cogiendo la cartera mientras salgo por la puerta.

Además, así podré enfrentar a Brick más tranquila y decirle que en realidad no estoy enfadada con él.

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