Treinta y siete
—¡Obligame caníbal! —recitó el otro (Mark) agarrándome contra mi voluntad, intentando besarme.
—¡Alejate! ¡No, basta! ¡Suéltame!
—¡Quita tus manos de Sila engendro! —gritó Ash agarrando a Mark por el cuello —Si la tocas, te mato. Si la miras, te mato —amenazó furioso.
Yo me quedé detrás de él refugiada, sin embargo luego de la disputa; hicimos la investigación, y no sé cómo pero ellos no discutieron más, parece que se calmaron, aunque no lo pareció, ya que sus miradas los delataban.
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