Diecisiete
—¿Emi mí hermosa hermana, podrías prestarme unos cuantos billetes? —le rogué a la pequeña que estaba sentada con sus cotillas (supuestas amigas).
—Ash, no tienes la confianza para decirme que estás con Sila y ahora me vienes a pedir dinero —respondió resentida.
—Solo son unos billetes, te los pagaré en casa —insisto —Es más, te ayudaré en lo que quieras —le propuse.
—Bueno toma, pero tienes que presentarme a tu amigo Edmond. Está para comérselo —me susurró soltando el dinero.
¿Qué clase de hermana menor me gasto? Solo está en primer año y ya está peor que las putas regulares del instituto, bueno al menos conseguí lo que quería.
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