Treinta y tres
—Mira quién está aquí —me indicó señalando a la entrada del lugar.
Y si. Era Ash. Y con Lucas. Los dos lucían guapísimos, pero mi amigo y yo no íbamos a caer por ellos. Por muy bellos que estuvieran...
—Hoy es tu día, olvidemos a esos bastardos y vamos a bailar —propuse.
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