Cincuenta

—¿Qué haces? No soy una de tus putas para que me domines con tus trucos —enuncio apartando su cuerpo del mío.

No lo he hecho con una chica desde hace mucho y yo ya no salgo de rumba. Ni me voy con la primera que se me cruce. Quiero cambiar —contestó dejándome atónita.

¿El todopoderoso Ash Pers cambiar? ¿No es este uno de los sueños dónde te caes de la cama? ¡Todavía no me he caído! ¡Dios ayúdame a levantarme! ¿Y si llego tarde al instituto?

Pero me equivoqué. Ash golpeó nuestras frentes y pude ver que no era un sueño, que todo lo que había pasado era de verdad. Entonces esto quiere decir que...

—No rizos. No es un sueño. Yo en verdad quiero cambiar y hasta que no lo haga no quiero que te apartes de mí. ¿Puedes? —me propuso mirándome a los ojos con sus manos en mi cintura.

Maldito. Estúpido. Tarado ¿Por qué crees que te dejaría? ¿Acaso a eso le llamas confesión?

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top