INGREDIENTES:

2 tazas de harina de quinoa

2 tazas de leche

½ tazas de azúcar

6 huevos

3 cuchara pequeñas de royal

100g de mantequilla

1 cuchara de vainilla

Preparación:

Batir las yemas con azúcar. El dulce aroma se esparcirá por la cocina y puede traernos recuerdos placenteros, no sé si les suele pasar, pero a mí sí. Como aquella tarde donde conocí a un pintor excéntrico. Aún recuerdo esa tarde cuando había llegado completamente exhausto a la clínica veterinaria, traía a su pez mascota, Fizz. Ni siquiera era necesario hacer un diagnóstico pues la hidropesía tiene una forma muy característica para afectar a los peces, el pobre de Fizz estaba panza arriba y Jhin, su dueño, estaba completamente desastroso. Su rostro, manos y su delantal estaban manchados de pintura óleo. Nunca sacaría esa imagen de aquel esbelto hombre. Fue entonces que improvisando con los utensilios que teníamos en la clínica preparamos un flotador inverso, el cual ayudó a Fizz en poder estar sumergido en el agua, ya que aquella enfermedad no tiene cura ni remedio, cuando le informamos a Jhin, que traía a todo el personal nervioso al verlo dar vueltas y vueltas, y escucharlo contar de cuatro en cuatro.

Lo divertido siempre ocurre después, más cuando hay un hombre obsesionado con la perfección, con el número cuatro y las palabras ingeniosas; imagínense todo eso incluido en la receta.

Tengo que admitir que siempre se me fue difícil derretir la mantequilla y dejar entibiar, porque se me suele pasar la temperatura y termina aún muy caliente o fría... pero, por una vez en mi vida mientras me encontraba en la cocina y miraba al salón del Living donde se encuentra mi marido pintando un bello cuadro, porque no bastaba con ser bueno... debe ser perfecto.

Mientras agregas los huevos, azúcar y mezclar todo. Añadí la harina de quinoa y mezclaba las dos tazas de harina. Cuando Jhin entra a la cocina atraído por el dulce aroma que esta emanaba, me rio con diversión al verlo con aquel delantal sucio y roñoso, pero para él es la perfección misma. Me veía con su típica sonrisa cuando batía la masa poco a poco. Él me acercó la taza de leche que había dejado en la otra mesa que debía añadir.

Le agregamos la canela, vainilla y volvemos a mezclar. Tuve que regañarlo cuando quería volver a ensuciar el mostrador con pintura, con un puchero se dirigió al living, simplemente me reí por su infantil actuar.

Colocamos la masa del queque de Quinoa en una bandeja ya preparada con mantequilla y lo colocamos en el horno en fuego medio para luego esperar aproximadamente 45 minutos. Puedes esperarlo encendiendo la radio y sintonizando una buena canción, puede que tu marido se anime trayendo consigo una pequeña pecera con su pez-amiguin, tomas a tu marido de la mano y te pones a bailar.

Fin.