PLAYLIST

Out there— (The Hunchback of Notredame).

Go the distance— (Hercules).

Cohen's Masterpiece— (Bioshock).

Impatience— (Paranom, Kasper).

Colossus— (Avatar).

Da Ya Think I'm Sexy?— (Rod Steward).

—NOMBRE 

Príncipe Zagreus, aunque dentro del Inframundo la gente lo llama de diversas maneras. Su nombre significa "aquel que ha cazado un ser vivo". Fuera de su título formal y de su nombre, no tiene ningún apodo; o no uno oficial, porque siempre hay malas lenguas que se refieren a él como el bastardo o el Dionisio órfico.

Sin embargo, en el mundo mortal ha cambiado su nombre para no tener uno tan extraño, bajo la recomendación de Maxine; así que, en la universidad, lo conocen como Zack Andino.

—EDAD 

Es el hijo primogénito de Hades y Perséfone, en teoría; aunque las malas lenguas digan que su padre en realidad es Zeus. Su edad es extremadamente difícil de calcular incluso para sus padres, pero aparenta unos agradables 24 años.

—GÉNERO Y SEXUALIDAD

Hombre cisgénero, y en términos de su sexualidad, no tiene ni la más mínima idea. No es que le falten pretendientes, en lo absoluto, pero ya tiene suficientes crisis de identidad como para preocuparse de su sexualidad; simplemente se deja llevar, y no se preocupa demasiado de las etiquetas.

—DESCENDENCIA

Es un Dios, más específicamente el dios de la caza y el renacimiento, el heredero al trono de su padre en el Inframundo (cosa que en realidad no vale mucho considerando que son inmortales) y llamado en algunas escrituras el Dios órfico más poderoso.

—PODERES Y DEBILIDADES

Al igual que Hades, posee la habilidad de la Umbraquinésis y la capacidad de moverse a través de las sombras; en teoría, esto debería bastar como evidencia de que el Rey del Inframundo es realmente su padre biológico, pero muchos dioses y criaturas insisten con que esta habilidad podría simplemente ser consecuencia de su nacimiento en un lugar tan... oscuro. O porque su madre también heredó dichas habilidades al casarse con Hades.

De parte de ambos progenitores, Zagreus posee Geokinesis; la suficiente como para partir el suelo y crear agujeros en el mundo mortal lo suficientemente profundos como para llegar al Inframundo.

Necromancia, pero solo la utiliza para joder con el resto y para pedirle a los muertos que hagan cosas simples por él; traerle una soda de la máquina que tiene su padre en el Inframundo, o cosas por el estilo.

Al ser hijo de una diosa olímpica, Zagreus heredó la fuerza y agilidad superhumanas de su madre.

Su habilidad más... sospechosa, quizás, es su electrokinesis. Podría ser regalo de Perséfone al ser hija de Zeus, pero esta la poseía en una cantidad muy pequeña; mucho más pequeña que Zagreus.

La mayor debilidad de Zagreus es su odio por el Inframundo. Lo considera un lugar aburrido y lúgubre, y la oscuridad que lo ha rodeado desde que nació lo atosiga. Adicionalmente, aunque adora el Olimpo y es su lugar favorito para escapar de sus responsabilidades en el Inframundo, el brillo y los colores son cosas que a veces pueden abrumarlo. También su procedencia dudosa, puesto que las crisis de identidad vienen con frecuencia, al igual que el impulso de ocultar una parte de él. Sin embargo, ahora recorriendo la vida como un mortal, está disfrutando muchísimo.

—APARIENCIA

Es difícil decidir qué es lo que llama más la atención en la atractiva cara del joven Dios; si es su mandíbula definida, su nariz recta, su cabello negro y ondulado, sus labios apetecibles, o esos inhumanos ojos bicolor. En cualquier caso, Zagreus es un papucho y lo sabe muy bien, por más que no tenga interés en cortejar a nadie. Mide unos fantásticos 1.85m, altura que bien podría modificar a gusto: es un puto Dios, hace lo que quiere, pero se queda ahí porque se siente cómodo con ese cuerpo.

Es un hombre mortal igual de atractivo, lo único que cambió de su apariencia es su ojo rojo por uno café, y que ya no anda con la corona de laureles para todos lados. Y su vestimenta, evidentemente.

Posee un cuerpo tonificado y atlético, quedando más en el lado aerodinámico y ágil que de fuerza bruta. Pero madre mía, sabe blandir a Stygius como los dioses, gracias al entrenamiento de Aquiles previo a su misión en el mundo mortal.

—HISTORIA

La verdad ni él está muy seguro. Nació de Perséfone y Hades, en teoría, pero hay quienes dicen que su existencia fue producto de una aventura entre Perséfone y Zeus; pero de todas maneras nació en el Inframundo, y fue proclamado Príncipe. Desde pequeño se involucró con el Inframundo, más impulsado por su padre que por voluntad propia; nunca tuvo mucha disciplina ni mucho menos interés en obligaciones y responsabilidades.

Poco después de su llegada a la existencia, comenzaron los rumores, incluso antes de que manifestara su electrokinesis tras una discusión con Hades; quizás era porque no se parecía mucho al Dios del Inframundo, o por su clara aversión al Reino de los muertos y su preferencia por el Olimpo. O quizás por los generosos regalos que le hizo su tío desde que nació. O porque no se parecía mucho a las dos hermanas que lo siguieron. La Reina por supuesto siempre aseguró que Hades era su padre.

Desde entonces ha pasado sus años evadiendo sus responsabilidades, peleando con su padre, evitando a su madre y entreteniéndose con las demás criaturas de su Reino; su actividad favorita es visitar el acheron con Hermes y Thanatos, joderles un poco la vida, hacerse amigo de las sombras, y poder fingir que le interesa ser Príncipe. Aunque sea para su propia diversión.

Claro que, cuando su última gran pelea con Hades culminó con que lo enviaran al mundo mortal a ayudar a una semi-semidiosa, creyó que sería un castigo horrendo; y acabó descubriendo que vivir como los humanos es lo mejor que le ha pasado en la vida.

—PERSONALIDAD

La personalidad de Zagreus es lo que uno se esperaría de un joven que obtuvo todo lo que deseo desde pequeño, o así pareciera ser desde fuera; es arrogante, egoísta, despreocupado y hedonista. Hace lo que quiere y solo lo que quiere, no obedece a las figuras de autoridad en su vida y no pareciera tener mucho apego con nadie ni con nada. Ni siquiera con el dinero y el poder que le da el ser el príncipe del inframundo, el cual despilfarra a diestra y siniestra.

Es, sin embargo, bastante carismático. Posee un carácter aparentemente afable, fácil de llevar, es risueño y tiene un sentido del humor que le permite reírse de todo, incluso de sí mismo y de las desgracias. Extrovertido, no le cuesta establecer relaciones con los demás ni hacerse amigos; es más, Zagreus se lleva bien con casi cualquier persona que se cruce, a diferencia de su antipático padre y sus secuaces.

Aparenta ser un joven sin preocupaciones, vanal y liviano, pero no podría distar más de ello. Es en realidad alguien que no ha aprendido a querer aún, no realmente por más que sí le tenga cariño a muchas de las figuras en su vida; el resentimiento, la falta de identidad y las mentiras que lo rodean le han cerrado el corazón, y lo han confundido hasta el punto de qué ¿cómo puede amar, si no se ama ni a él mismo? Se siente un inútil, un bueno para nada, y no sabe bien cuál es su lugar en el mundo; no quiere ser el Dios del inframundo, pero tampoco tiene ideas sobre cómo aportar.

—EXTRAS

Stygius, conocida como la espada del inframundo y empuñada por Poseidón contra los titanes, está de adorno en la habitación de Zagreus en el Inframundo, junto a Varatha (el bidente que Hades utilizó en la misma guerra). Al mundo mortal solo ha traído consigo a Stygius, que pasa un poco más como una espada de decoración que un bidente que arde con las llamas del infierno.

Se lleva genial con las sombras del Inframundo, muchas veces charlando con ellas a pesar de la furia de su padre, que insiste con que las distrae de su trabajo e interfiere con el día laboral. Le encanta escuchar sus historias del mundo mortal y oír las disputas que a veces surgen entre los muertos.

Aunque Cerberus es de Hades, o bueno un empleado del Inframundo derechamente, Zagreus se ha tomado al perro de tres cabezas como su mascota. Lo adora. Es lo que más extraña de ese horrible lugar.

Aquiles es uno de sus mejores amigos en el Inframundo, y suelen salir a trotar o a hacer ejercicio casi todos los días.