08

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La manada nos informó que habían ideado un plan para rescatar a Lydia de Eichen; ofrecí mi ayuda pero los chicos insistieron en que ellos podrían solos y que en todo caso de necesitarme ayudaría más en la veterinaria. Afortunadamente su plan salió bien o por lo menos lograron sacar a la banshee de ahí, que era lo importante; el único problema que había era que veía con una trepanación y sus poderes de banshee se habían disparado, así que estaban de camino y afortunadamente Alan y yo habíamos preparado todo para su llegada.

Los chicos entraron corriendo, Stiles y Allison sostuvieron las puertas para dejar pasar a Isaac, quien cargaba a la rubio fresa. -Póngala en la plancha.- ordenó Deaton mientras se movía de allá para acá buscando cosas.

La colocaron sobre la superficie metálica. -Sujétenla.- pedí, Scott la tomó por uno de sus hombros mientras yo lo hacía del otro lado, el humano se colocó a su lado, tomando su mano.

En ese instante un grito suficientemente fuerte retumbó, moviendo todo a su paso. -Doctor, ¿podría hacer algo?- fue Stilinski el que habló.

-Lo haré, pero ahora necesito que la mantengan quieta.- la chica se quejaba por el dolor que sentía y el siguiente grito que se estaba formando.

Mis hijos se abrazaban entre sí, aunque era más que nada para tratar de tranquilizar a la cazadora, quien lloraba por ver a su amiga así, sintiéndose culpable por el estado en el que se encontraba.

-Quieta.- murmuró el veterinario.

Uno de mis manos se movió a su cabeza, girándola delicadamente pero deteniéndola para que pudieran curarla. El moreno se acercó con una jeringa en mano, listo para colocársela a la chica sobre la mesa. -¿Qué diablos es eso?- inquirió el chico Stilinski.

-Muérdago y si no te tranquilizas te sacaré yo misma.- le gruñí, porque lo que menos necesitábamos era a alguien alterando más al ambiente.

-¿Muérdago? Tiene un maldito hoyo en la cabeza.- contestó.

Un quejido de Lydia impidió que hiciera algo más que gruñirle y encender mis ojos. El chico se encogió en su lugar y nos ayudó a sujetar a la rubio fresa. El mayor me volteó a ver, indicándome con la mirada que iba a inyectarla, asentí y ejercí presión en su cabeza para que no se moviera y se dañara más; el contenido del objeto se liberó, intenté quitarle el dolor pero ella gritó, soltándose de nuestro agarre.

Las ventanas del lugar se rompieron y yo solo pude ver como Stiles cubría a la Martin, sin pensarlo y al ver que eran los más expuestos cubrí a ambos con mi cuerpo. Al incorporarnos nos percatamos de que la banshee estaba muy quieta. -Lydia. ¿Lydia?- el humano trataba de hacer que despertara. -Lydia.- me volteó a ver, pidiendo ayuda. -Lydia, vamos.- la tomó de las mejillas y la movió, tratando de que reaccionara. Escuché su corazón y todo estaba bien, así que solo me quedé esperando. -No, no, no, no, no. Vamos, Lydia. Despierta. Vamos. Despierta. ¿Puedes oírme? Lydia.-

-Stiles.- traté de llamar su atención. -Dale espacio.-

-Lydia, abre los ojos, vamos, vamos.- insistió. Lo jalé de su brazo para que me escuchara, pero solo se soltó y siguió enfocado en la adolescente. -Vamos. Escúchame, Lydia. Lydia, solo abre los ojos, ¿si?- pidió. -Lydia, tienes que abrir los ojos.- ahí parada, viendo lo que Stilinski se preocupaba por la menor, me di cuenta de que su parte sobrenatural había escogido a un buen chico para ser su pareja; tal vez ella aún no se daba cuenta, pero Stiles Stilinski era su alma gemela y sobretodo era una gran persona con un gran corazón.

-Stiles. Ella está bien.- murmuré al ver sus ojos llorosos. Me miró como si quisiera gritarme mil cosas, pero justo en ese momento ella tomó una bocanada de aire; los pulmones del humano se llenaron de aire al verla respirar.

-¿Estás bien?- cuestionó el de lunares. Ella asintió. -Estás bien.- afirmó ya más tranquilo. -¿Quieres tratar de sentarte?- él centró sus ojos en mi. -Alice, por favor ayúdame.- sin dudarlo lo hice y entre los dos logramos que se incorporara.

Allison se lanzó a los brazos de su mejor amiga; ambas se sujetaron con fuerza, lágrimas brotaban de los ojos de ambas; minutos pasaron hasta que la Argent se separó dándole su espacio, dejó un beso en su frente y se acomodó a mi lado.

La Martin fijó su vista en su madre, quien acababa de llegar. -¿Mamá?-

La matriarca se acercó a ella. -Cariño.- se fundieron en un abrazo. Al ver la escena frente a mi solo pude rodear los cuerpos de mis hijos con mis brazos, pegándolos a mi cuerpo, ellos se apegaron a mi.

-Me salvaron la vida, mamá.- Lydia comentó. Sabía que los ojos de ella estaban en Stiles; aunque no se daban cuenta eran como dos imanes, siempre encontrándose a pesar de todo y siendo los primeros en ver. -Stiles me salvó.-

El susodicho nos volteó a ver a los demás, le guiñé un ojo y sonrió ligeramente. -No voy a pagar las ventanas.- dijo.

-No te preocupes, Stiles. Yo pagare por la reparación.- avisé.

-Bien.- asintió varias veces. -Que pague la del trasero millonario.- alcé una ceja por lo que dijo. Balbuceó varias veces, provocando las risas de los demás. -Ya mejor cierro la boca.- asentí. Sabía que lo hacía para hacer reír a la rubio fresa y para que el ambiente se relajara o bueno, por lo menos su primer comentario, el balbuceo no fue intencional.

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Chris y yo estábamos haciendo guardia en el interior del departamento de Parrish, aunque seguía enojada con el hombre no podía permitir que eso interfiriera en nuestra caza a la Bestia; habíamos discutido o más bien yo le había dicho de todo y él solo me había escuchado sin interrumpir.

Aunque debíamos seguir con nuestra "pelea" había personas presentes que debían seguir pensando que era verdad.

NARRADOR OMNISCIENTE
Inicio flashback

-Sabías todo el daño que le ocasionó a mi familia y aún así lo hiciste.- él solo se quedó viendo a su mujer, sabía que sus acciones habían apuntado a que terminara en esto y sabía lo mucho que la había herido, pero en su momento lo vió como su mejor opción. -¿Acaso pensaste en mi cuando lo estabas haciendo, Christopher?- el hombre hizo una mueca al escuchar su nombre, sabía que ella no lo usaba si no estaba lo suficientemente molesta y también sabía que se merecía esa furia. -¿Sabes lo que más me duele?- su voz ya no se escuchaba enojada, solo decepcionada. -Ni si quiera confiaste en mí para decírmelo, no buscaste otras opciones que no nos afectaran, no recordabas o no le prestaste atención a nuestra hija cuando habló del libro que Kate le dió. Yo solo sé que había opciones y no las consideraste.-

-Sé que estás molesta conmigo y sé que no querrás escuchar nada de lo que yo tenga por decir, pero quiero que sepas que lamento lo que esto provocó.- no dijo más y se acercó con lentitud a la loba, tratando de ver si se alejaba o no y al ver que solo se quedó quieta terminó por acortar el espacio para poder dejar un beso en su frente, después de que el momento durara unos cuantos segundos el ex cazador tomó rumbo a la habitación que compartía con la Hale y así poder sacar su almohada y una cobija para dormir en el sillón, porque si bien ella no se lo había pedido él había decidido eso porque pensaba que tras lo ocurrido la loba no querría compartir la cama. Gerard solo fingía hacer otra cosa en la casa, pero estaba más que atento a todo.

Que equivocado estaba.

Fin flashback

ALICE

Ya estaba más tranquila pero aún así todos notaban que me encontraba lejos del Argent y muestra de ello era que en este momento estábamos en esquinas separadas, cuando normalmente estaríamos uno al lado del otro.

Había algo que mi mamá solía repetir y que hasta la fecha seguía grabado en mi memoria, decía que cuando tuviéramos una pareja lo peor que podíamos hacer era irnos a dormir peleados y que sobretodo uno se fuera a dormir en otro lugar, así que estaba segura de que por mucho que despreciaríamos a los cazadores mi mamá amaría a Christopher como mi pareja y me estaría regañando por esto.

Mi loba estaba molesta conmigo y me lo hacía saber cada vez que el dolor por el distanciamiento con Chris se hacía más intenso; una parte de mi me decía que seguramente lo vió como la única opción y lo hizo para poder acabar con esto lo más rápido posible y que nadie más saliera lastimado, pero otra parte seguía insistiendo en que había otras maneras.

Por primera vez en mi vida no sabía que hacer.

Nos encontrábamos en el departamento de Jordan, velando su sueño en la espera de que se levantara y nos dirigiera a algún lugar, ya que nos había contado lo que le había estado sucediendo.

"Pasa todas las noches. No sé cuándo y no sé qué lo detona, pero en algún momento, cada noche, me voy. Cuando regreso, encuentro ropa quemada y sangre. Si no supiera ciertas cosas, lo llamaría sonambulismo. Pero no solo deambulo afuera. Salgo con un propósito. Estoy buscando algo. Por eso necesito que me sigan. Necesito saber a dónde voy y qué hago. Si estoy lastimando gente. Si estoy aumentando el número de muertos. Tengo que saber. Cuando despierte en la noche, cuando tome el control... quiero que me sigan. Y si es necesario... quiero que me detengan." Esas fueron sus palabras y por más que pensara que el sabueso del infierno no producía muertes, solo era el encargado de protegernos como sobrenaturales y que la bestia era lo que provocaba esto, no haría cambiar de opinión al hombre; por esa razón mi pareja aceptó sin dudar y yo más que nada por curiosidad.

El de ojos azules estaba sentado en una silla con los ojos en el oficial y de vez en cuando podía sentir su mirada sobre mi, esperando que lo volteara a ver ya que no había estado haciéndolo. Yo me encontraba recargada contra la pequeña isla que tenía el apartamento y de vez en cuando tomaba del botella de agua; me alerté cuando Parrish se empezó a remover incómodo en el sillón en el que se encontraba, hasta que de repente se detuvo y se incorporó hasta quedar sentado, todo bajo nuestra atenta mirada; no nos movimos o hicimos movimiento alguno hasta que se levantó, dejando a la vista su muy trabajo abdomen al descubierto y por más que disfrutara de ver hombres sin ropa no era Chris, así que sin poder evitarlo busqué sus ojos, dándome cuenta de que pareció percatarse de que no le presté atención al oficial y en su lugar lo miré a él, sus latidos eran híper conocidos por mi y no omití que su corazón latió desbocado cuando mis ojos chocaron con los suyos después de tiempo de no hacerlo. Dejamos nuestro intercambio de lado cuando noté movimiento, el menor salió por la puerta con sus ojos brillando en naranja.

Nosotros no lo dudamos y salimos detrás de él, pero antes de hacerlo el ex cazador mandó un mensaje avisando que nos movíamos. Al bajar y llegar hasta donde dejamos la camioneta de mi mate inmediatamente nos subimos y procedimos a seguirlo. De un momento a otro comenzó a correr, denotando que iba rumbo a la escuela.

-¿Por qué Parrish iría a la escuela?- escuché la voz del hombre.

-Ambos sabemos que no es Parrish, si no el Hellhound.- murmuré.

-Entonces, ¿por qué el Hellhound iría a la escuela?- corrigió su pregunta.

-Seguramente porque anhela una educación superior.- musité con sarcasmo. -Sabes perfectamente que está buscando a la bestia.- lo volteé a ver momentáneamente y su tonta sonrisa en la cara me confirmó lo que estaba pensando y eso era que lo único que quería era que hablara con él. -Idiota.- susurré, su sonrisa creció aún más al escucharme, pero decidí voltearme y seguir viendo el camino. -Insisto en que el verdadero Nemeton es la escuela. Deberíamos sacar a nuestros hijos y a mi prima de ahí. Convencer a la señora Martín que también saque a Lydia de ahí.- solté entre dientes, pero al escuchar la risa del ojiazul me percaté de que había escuchado mi parloteo.

Agradecí que no volviera a intentar una conversación, ahora no quería hablar más de lo que ya lo había hecho. Al cabo de unos minutos llegamos a la entrada de la escuela, aparcamos el auto y nos bajamos dispuestos a buscar a Parrish. Por más que siguiera molesta con Argent no había manera en la que dejara de preocuparme por él, así que sin pensarlo mucho me adelanté para poder protegerlo aún si no lo necesitaba; pero claro que no se podía quedar ahí y tenía que caminar más rápido para alcanzarme colocándose a mi lado, bufé frustrada. Este hombre era todo un caso.

Entre pasos cautelosos seguimos caminado, Chris con su arma lista por si fuera necesario y yo con mis sentidos a todo lo que daban, el único problema era que ya no lograba detectar el aroma del oficial, solo lograba oler algo quemado, sangre y a los chicos que se iban acercando en el Jeep de Stiles. El mayor me volteó a ver, esperando alguna indicación a donde ir, pero solo negué, indicando que ya no sabía.

Llegamos al túnel que conectaba los campos con la escuela, enfrente de un muro donde decía "hogar de los ciclones" estaba lo que parecía ser un pedazo de lona prendida en llamas, subimos las pocas escaleras que había y una puerta siendo azotada llegó a mis oídos.

-Mierda.- susurré.

-¿Qué sucede?- inquirió el ex cazador.

-Trajeron a Liam, ¿por qué trajeron a Liam?- fruncí el ceño confundida, ¿dónde estaba Isaac y por qué no había venido?

-¿Dónde está Parrish?- la voz de Scott llamó nuestra atención.

-Lo perdimos. Se mueve demasiado rápido.- mi mate explicó.

-Alice, ¿no logras detectar su olor?- solo negué. -¿Ni en tu forma completa de loba?- el Alfa insistió.

-Hay muchos olores que me distraen. Huelo demasiada sangre y lo peor es que no sé de dónde viene.- murmuré afligida, era la primera vez en años que no podía enfocar un solo aroma y me sentía inservible, se suponía que era conocía alrededor del mundo sobrenatural por mis súper desarrollados sentidos y ahora no podía usarlos, me aterraba que hubiera algo en mi que fuera malo. Mi pareja tomó mi mano y dejó pequeñas caricias en el dorso con su pulgar, solo que esta vez en lugar de apartarme apreté su mano y volteé a verlo, agradeciéndole su contacto.

-Scott.- el susurro del cachorro hizo que volteáramos a verlo o bueno, a donde él veía. -Ese tipo no se mueve nada.- a mitad de pasillo había un cuerpo, así que sin más que decir caminamos en esa dirección; el hombre estaba casi destrozado.

Hice una mueca de asco al verlo, cosa rara en mi porque nunca me había dado asco estas situaciones; dejando eso de lado pasamos el cuerpo y seguimos nuestro camino hasta dar con otro cuerpo.

-Miren.- Dunbar nos indicó.

El camión escolar estaba lleno de cuerpos sin vida, destrozados y con sangre por todos lados. -Ayúdenme.- rogó un hombre que parecía que tenía muy poco tiempo.

Cuando McCall estaba por acercarse a ayudarlo, la voz distorsionada de Jordan se abrió paso, denotando que seguía siendo el Hellhound. -Es una trampa.-

-Por favor.- insistió el chico que estaba dentro del autobús. Scott intentó volver a avanzar, pero el hecho de que el sabueso nos volteó a ver lo detuvo.

-No pueden ayudarlo.- comentó el oficial.

Nos pusimos alerta cuando vimos que del interior la bestia se movía, era enorme y sus ojos brillaban demasiado. -Es grande. Nadie dijo que fuera tan grande.- Stiles murmuró.

-Yo si.- Liam respondió entre dientes.

La bestia rugió y como consecuencia el Hellhound se prendió en fuego y liberó sus garras al mismo tiempo que respondía su rugido. Ambos salieron corriendo.

-¿Qué diablos está pasando?- McCall inquirió.

-Aumenta su inteligencia.- Argent respondió.

Estaba por tomar camino hacia el autobús para intentar encontrar algún sobreviviente, volteé a ver mi muñeca en el momento en el que sentí que alguien me tomaba de ella para detenerme. -No queda nadie vivo. No hay manera.- el Alfa me dijo, quería decirle que teníamos que comprobarlo, asegurarnos de que fuera así y sobretodo soltarme e ir a ver por mi cuenta ya que no solía seguir ordenes, porque si, lo había dicho con su voz de Alfa y eso no iba a funcionar conmigo; pero tampoco llegaban ruidos de corazones a mis oídos, así que solo me solté y no dije nada más, descartando la idea de buscar entre los cuerpos.

Solo esperaba no arrepentirme más adelante.

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