08

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Inmediatamente al escuchar que habían emergido del agua, Lydia, Alan, Isaac y yo nos levantamos de dónde estábamos sentados.

Allison fue la primera en salir, seguida por Stiles y, por último, Scott.

-Lo vi.- dijo el último mientras salía de la bañera.

-¿Qué?- preguntó Deaton.

-Lo vi. Sé dónde está.- respondió el chico.

-Sí, lo pasamos. Había un tocón. Un árbol enorme. Ya no es tan grande. Lo cortaron. Pero aún es muy grande.- comentó el chico de lunares.

-Fue cuando buscábamos el cuerpo.- añadió el chico McCall.

-La noche que Peter te mordió.- dijo Stilinski.

-Yo iba en el auto con mi madre. Casi le damos a alguien.- agregó Allison.

-Era yo. Casi me atropellan.- le dijo Scott sorprendido. -Podemos encontrarlo.- dijo en dirección al veterinario, pero los cuatro estábamos con el rostro serio. Alan y yo nos volteamos a ver.

-¿Qué?- inquirió la cazadora.

-Linda, ustedes pasaron mucho tiempo inconscientes.- respondí.

-¿Cuánto es mucho tiempo?- preguntó el humano.

-Dieciséis horas.- respondió Deaton.

-¿Estuvimos en el agua 16 horas?- repitió McCall con sorpresa.

-Y la luna llena sale en menos de cuatro.- añadió el moreno.

Le tendí una toalla a la chica Argent para que se envolviera en ella. Su cuerpo ya empezaba a recuperar su temperatura normal, pero aún así la noté temblando ligeramente por el frío. Pasé mi brazo sobre sus hombros para ayudarle a entrar en calor. Ella me sonrió en agradecimiento y se pegó más a mi cuerpo.

-No regresarás con ellos.- espetó Stiles mientras se sentaba en la orilla de la tina. Sostenía una toalla para poder secar su cabello. Él se negaba que su mejor amigo volviera con los Alfas.

-Hice un trato con Deucalion.- su mejor amigo dijo.

-¿No les suena como un trato con el diablo?- el chico pálido preguntó hacia nosotros.

-¿Por qué es importante?- quiso saber Isaac.

-Porque aún no podemos vencer a Jennifer sin ayuda de ellos.- murmuró Scott.

-Confía en ti más que en nadie.- Allison se dirigió a Deaton. -Dile que se equivoca.- pidió.

-No estoy seguro de que se equivoque.- comentó el veterinario. -Las circunstancias como esta a veces
exigen unirse con gente que normalmente consideras enemiga.-

-Así que vamos a confiar en él.- dijo Lahey. -El que se hace llamar "muerte, destructor de mundos". ¿Vamos a confiar en él?-

-Yo no confiaría en él.- opinó Deaton, dándome una rápida mirada. -Pero podrías usarlo en beneficio tuyo. Puede que Deucalion sea el enemigo, pero también puede ser la carnada.-

Algo llamó nuestra atención y la conversación fue interrumpida por el ruido de alguien entrando a la veterinaria. Deaton fue el primero en ir a ver y nosotros le seguimos. Uno de los gemelos había llegado.

-Estoy buscando a Lydia y a Alice.- dijo el chico.

-¿Qué quieres? -preguntó la rubio fresa.

-Necesito su ayuda.- murmuró.

-¿Para que?- Stiles asomó su cabeza.

-Para impedir que mi hermano y Kali maten a Derek.- soltó.

Lydia y yo accedimos inmediatamente a ir con
ellos. La chica y yo subimos a mi auto y partimos lo más rápido posible

-¿Qué tienen Argent y tu?- cuestionó la rubio fresa.

-No tenemos nada, ¿por qué la pregunta?- dije volteándola a ver, para luego regresar mi mirada al frente.

Técnicamente no estaba mintiendo, podrá ser mi mate y eso, pero no teníamos nada más.

-Esa conexión con Allison no es precisamente por ella. Inició por su papá. Si no tienen nada ahorita, no tardarán en tenerlo.- comentó. Ella sabe cosas.

Moví con nerviosismo mis manos sobre el volante, necesitaba saber como se encontraban Derek y Cora. Luego me uniría a los demás para ir por los padres de los chicos. No me permitiría quedarme viendo cómo salvan a Chris y yo no estoy presente. Tenía que ayudarlo.

Cuando llegamos al loft y vi a Derek de brazos
cruzados cerca del ventanal, suspiré aliviada y me
apresuré a acercarme. Me tiré sobre él para abrazarlo, me apretó contra su cuerpo. -Estás bien.- dije. Nos separamos y vi a Cora. -Dios, pequeña. Me alegro mucho que estés bien.- la atraje en un abrazo. Ella solo se pegó más a mi. Dándome un fuerte abrazo. Dejé un beso sobre su frente.

-Sabemos lo del eclipse lunar. Kali no se cruzará de brazos para quedar en igualdad de condiciones.- comentó el gemelo una vez me alejé de mi hermana. -Ella vendrá. Mi hermano viene con ella.-

-Eso me basta. ¿Derek?- Peter dijo.

-¿Quieren que huya?- inquirió el nombrado.

-No. Quiero que te quedes, y que te mate un Alfa con fetichismo de pies.- soltó mi tío con sarcasmo. -¡Claro que quiero que huyas! Corre, galopa, salta, huye de esta ciudad.-

-Si quieres pelear y morir por algo, está bien.- comentó Cora. -Pero hazlo por algo que valga la pena.-

-¿Cómo saben que voy a perder?- cuestionó el azabache.

-No lo sabemos. Pero apostaría a que ella tiene una idea.- el mayo volteó a ver a la banshee. -¿No, Lydia?- comenzó a caminar hacia ella.

-No sé nada.- dijo la chica.

-Pero sientes algo, ¿no?- cuestioné.

-¿Qué sientes?- preguntó Derek.

-Siento que estoy parada en un cementerio.- soltó.

Mi hermano fijó su vista en mi. Sabía lo que estaba haciendo, pedía mi opinión de manera silenciosa. -Creo que Peter y Cora tienen razón.- apunté. -Tienes que esconderte. Llévala contigo.- señalé a la menor de los Hale.

-Bien, vámonos. Vienes con nosotros.- el de ojos verdes sentenció.

Hice una mueca. -Sabes que no puedo.- dije. Él soltó un gruñido.

-Estará bien. Van a ir por él.- respondió el azabache.

-Tengo que asegurarme por mi cuenta.- murmuré. Los adolescentes nos veían confundidos. después de dudarlo bastante y de soltar otro gruñido, mi hermano asintió.

Cora y él se dirigieron a tomar unas cuantas prendas y guardarlas en una mochila. Mi celular vibró por un mensaje. Lo saqué y era proveniente del rubio, "FBI. Argent."

Supongo que quiso decir que el FBI busca a los tres adultos secuestrados y que llegaron hasta el departamento de los Argent. Si no dice eso, entonces no entendí nada.

Luego de ver cómo mis hermanos bajaban del edificio, yo partí rumbo al hogar de los cazadores. Lydia e Ethan se quedarían para esperar a Kali y a Aiden.

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Entré al departamento correspondiente y desde afuera escuché una voces, así que seguí el sonido hasta una especie de oficina.

-No voy a mentir. Estoy más que alterado no solo por los padres desaparecidos, sino porque son el padre de Stiles, tu padre y tu madre.- decidí quedarme ocultar escuchando hasta que crea conveniente intervenir.

-Mis padres fallecieron.- dijo Isaac.

-Deja la apatía juvenil para sus maestros de secundaria.- pidió el agente. -Los tres saben más de lo que dicen, y los tendré toda la noche si es preciso.-

-Y yo estoy más que alterada porque todo interrogatorio que se realice a un menor de edad, víctima o testigo como parte del proceso de justicia deberá tener lugar en presencia de una persona de apoyo. Ya sea sus padres o su tutor o si lo desea, debe ser grabado. No veo ninguna de las dos.- dije llamando la atención de los oficiales.

-Esto no es un interrogatorio. Solo busco información.- dijo el señor.

-Bueno. Entonces como no es un interrogatorio, puedo llevármelos porque usted no los puede retener sin pruebas de que ellos estén involucrados.- solté mientras me posicionaba detrás de Allison.

-Soy Rafael McCall, padre de Scott. Solo quiero encontrar a su madre.- dijo el agente.

-Usted no ve a su hijo desde hace tiempo, así que no tiene derecho a tenerlos aquí, esperando que respondan algo que no saben. Creo que ellos más que nadie quieren encontrar a sus padres, así que les dirían de saber algo.- murmuré.

-¿Usted quién es?- cuestionó el señor McCall. -En todo caso, como usted dice, solo los padres o tutores pueden estar presentes. Dado que dos chicos tienen a sus padres desaparecidos y el del otro chico están muertos, no sé qué hace aquí.-

-Alice Hale, un gusto.- dije con una sonrisa. -Soy la tutora de Isaac Lahey. Así que si piensa preguntarles algo, yo me quedaré a escuchar.- sentencié.

El rubio había tenido problemas con la ley porque quedó huérfano. La corte le negó la emancipación al ver que no tiene un empleo, ni una casa, por lo que no puede vivir por su cuenta. Había estado evitando ir a un orfanato por vivir con Derek, pero cuando el idiota de mi hermano lo corrió, existía el riesgo de que se lo llevaran. Ante eso, pedí su adopción. Este proceso a veces es bastante largo, pero pagué algo de dinero para el proceso fuera lo más rápido posible para que el chico estuviera a mi cargo y no tuviera que alejarse de sus amigos. Tengo un departamento para que podamos vivir los dos, aunque Isaac decidió permanecer con los McCall, ese piso siempre estará para él.

-Desconocía que Isaac tenía a alguien a su cargo.- el agente dijo sorprendido.

-Y como le dije. No puede mantenerlos aquí sin pruebas.- dije cruzándome de brazos. -Tampoco sin una orden del juez.- añadí.

-Señorita Hale, tengo un escritorio lleno de causas probables.- informó el señor McCall.

Allison volteó a verme, parecía que pedía mi permiso para decir algo. Asentí y ella se levantó. -Mi padre es un asesor de seguridad privada sumamente respetado y vendedor de armas de fuego con licencia federal. Significa que debe tener sus propias armas. Cómo esta ballesta táctica de 79 kilos.- dijo mientras señalaba el artefacto. -O este cuchillo de acero al carbono de combate de Marina. Desert Eagle .50 AE.- tomó una granada y me volteó a ver, asentí al ver sus intenciones. -Granada de jumó con anillo de encendido.- ella imitó mi gesto y quitó el anillo para arrojar el aparato a los pies del agente. Ella y yo salimos corriendo. Alcancé a notar los rostros confundidos de los chicos.

-¡Corran!- gritó la cazadora.

Los cuatro nos encaminamos a la parte baja del edificio. Scott subió a su moto y los dos adolescentes restantes subieron conmigo a mi auto.

Escuché una carcajada. -Dios mío. Eso fue increíble.- soltó la chica Argent.

Conduje hasta la reserva de Beacon Hills. Al ver el letrero de la entrada, estacioné el coche y nos bajamos.

-¿Estás bien?- inquirió la cazadora, en dirección al primer beta.

-No sabía que decirle. No sé me ocurrió nada. Pero la entrada de Alice y lo que hicieron fue increíble.- comentó el chico de la moto.

-Aún no he recibido nada de Stiles. ¿Y ustedes?- cuestionó el Lahey.

-No lo entiendo.- murmuró Scott.

-No podemos esperarlo. Vamos.- dijo Isaac. Él corrió y la cazadora y yo lo seguimos. Nos detuvimos en el mirador.

-Llegamos algo tarde, ¿no, Scott?- se escuchó la voz de Deucalion a nuestras espaldas.

-Nos retrasamos un poco. ¿Dónde están los demás?- cuestionó el futuro Alfa.

-Ocupados en otras actividades.- anunció el mayor.

-¿Solo somos tú y yo contra ella?- preguntó McCall.

-A menos de que Alice no se nos una, solo los dos. Te sorprenderá ver que buen equipo hacemos.- mi padre comentó.

-Me gustaría ver la pelea, pero tengo algo más importante que hacer.- informé.

-Cierto. Él es más importante.- dijo. -Me parece entretenido como el humano lo ignora, pero el lobo lo busca.- rodé los ojos ante eso.

-Busca a Stiles y luego ve al silo. Alejaremos a Jennifer mientras lo sacas de allá.- Scott habló dirigiéndose al rubio, llamando mi atención.

-¿Cómo lo harán?- inquirió el Lahey.

-Tengo un plan.- avisó el adolescente.

El primer lobo convertido partió junto a Deaucalion. -Bien, guíanos.- le pedí a la cazadora.

Ella comenzó a caminar. La tormenta cada vez iba en aumento. Tenias que gritar para poder ser escuchado por la humana. Truenos se oían, nubes negras se asomaban.

-¿Vamos en la dirección correcta?- quiso saber el lobo adolescente.

-Sé que estamos cerca.- nos informó. -¿Pueden detectar algún olor?-

-Intento, pero no...- habló el menor.

El dolor en mi pecho iba disminuyendo por cada paso que daba hacia el sótano en el que estaba Chris. El problema es que no sabía en qué dirección deberíamos seguir.

Me quedé quieta. Escuchaba un ruido y fruncí mi ceño. -Alice, ¿qué sucede?- me preguntó la Argent, deteniéndose frente a mi, tomándome de los hombros.

-Oigo algo.- anuncié. -Isaac, ¿lo escuchas también?-

-Si. Lo escucho.- el chico se quedó igual que yo.

-¿Qué? ¿Qué escuchan?- preguntó la adolescente. Sus ojos fijos en los míos, esperando encontrar alguna señal en ellos.

-Es un emisor. De los de tu papá.- comenté.

-¿Estás segura?- inquirió.

-Súper segura.- dije. -Vamos.- comenzamos a correr. Con mi audición seguí el ruido hasta dar con el tocón de lo que solía ser el Nemeton. Los tres nos detuvimos y escaneamos el lugar con la mirada.

-Chicas.- nos llamó el rubio. A unos cuantos pasos más se podía ver unas puertas de madera.

Nos encaminamos hacia allá. Isaac y yo abrimos las puertas. La primera en entrar fue la cazadora, seguida por mi y al final el chico.

Bajamos por la escalera y puede notar a los tres padres. Mi mirada recayó sobre el sr. Argent. Vi su sonrisa aliviada al ver a su hija. Aspiré el aroma del cazador para que pudiera tranquilizarme. Mi lobo saltó feliz al verlo, quería saltar sobre él para poder aspirar su aroma más de cerca, pero hice uso de todo mi autocontrol para no hacerlo.

-¡Gracias a Dios!- murmuró Allison al ver a su padre. Despegué mi vista de ellos y me acerqué a desamarrar al señor Stilinski, ya que Isaac se encargaba de ayudar a Melissa.

-Nos encontraste.- escuché que le dijo Chris.

-¿Se encuentra bien?- le pregunté al sheriff.

-Todo bien.- terminé de quitar las ataduras de su cuerpo. -Gracias. ¿Dónde está Stiles? ¿Dónde está mi hijo?- Noah inquirió.

-¿Y Scott?- cuestionó la señora McCall.

-Ya vienen. Están en camino para ayudar.- anunció Isaac.

-De acuerdo.- murmuró Melissa.

Se escuchó un estruendo. Tierra comenzó a caer sobre nosotros.

-Deprisa.- gritó el rubio. Las paredes a nuestro alrededor comenzaron a colapsar. Los tres adultos se reincorporaron, listos para avanzar.

-Vamos, salgamos de aquí.- dijo el señor Stilinski.

Justo cuando comenzamos a caminar hacia la escalera, esta se derrumbo, impidiéndonos salir del lugar.

Cuando dejaron de caer escombros, me acerqué a revisar la salida. Sentí a alguien a mi lado. -Está bloqueado.- anunció Chris. -¿Pueden ver algo?- nos preguntó a los dos lobos. Ambos negamos.

Se escuchó un pequeño ruido que fue en aumento. -¡Cuidado!- aventé al hombre a mi lado. Jalé a Isaac conmigo, evitando que algún escombro terminara sobre ellos.

-¡Melissa! ¡Andando!- escuché la voz del sheriff. Fijé mi vista en ellos. Al ver que un pedazo enorme del lugar iba a caer sobre ellos, me coloqué abajo de este para poder sostenerlo, facilitándoles el paso para alejarse.

Sentí más peso sobre mis brazos. Hice brillar mis ojos, el Lahey llegó a mi lado y sostuvo conmigo el techo que colapsaba.

-¿Me parece, o este lugar está encogiéndose?- cuestionó el rubio.

La estructura cada vez se derrumbaba más, comenzaba a sentirse demasiado pesado. El eclipse empezó y toda nuestra fuerza sobrenatural dejó de funcionar.

-No puede ser.- murmuré. Todos se nos acercaron para ayudarnos.

-¡No puedo hacerlo! ¡No puedo sostenerlo!- informó el adolescente.

-¡Es demasiado! ¡Es muy pesado!- gritó Allison.

Seguíamos aguantando el peso, pero en cualquier momento nos ganaría. El techo dejó de pesar y volteé a ver que sucedía. Un bate de metal y un Stiles nos habían salvado. Al verlo solté un suspiro de alivio.

-Siempre dije que el aluminio era mejor que la madera.- comentó el señor Stilinski. Su hijo se lanzó a abrazarlo. Una sonrisa apareció en mi rostro al verlos.

La tormenta seguía, la tierra seguía cayendo, pero no la suficiente para correr peligro. De un momento todo se detuvo.

-¿Ya se terminó?- cuestionó la cazadora.

-Si linda. Ya terminó.- dije. Ella se lanzó a abrazar a su padre. Stiles al suyo, Isaac rodeó mi cintura con su brazo y el otro lo colocó sobre los hombros de Melissa. Debido a que quedé a un lado de la cazadora, ella tomó mi mano y le dió un apretón, volteé a verla y tenía una enorme sonrisa en su rostro, yo la imité.

Sentía una mirada pesada sobre mi, moví mis ojos hasta el hombre que me observaba. Chris Argent estaba sonriendo en mi dirección. Si seguía haciendo eso mi lobo se iba a lanzar sobre él. Me iba a ser imposible estar lejos, así que no trataría de ir contra el lazo que nos unía. Le guiñé un ojo y él solo sonrió aún más y bajó su mirada.

El celular del chico de lunares vibró. -¿Scott?-

-Hola. ¿Estás bien?- preguntó el Alfa.

-Si, todos estamos bien.- respondió. -¿Y tú? ¿Estás bien?-

-Más o menos.-

-¿Crees que puedes venir a buscarnos?- cuestionó el humano.

-Si, claro.- dijo Scott.

-Genial. De acuerdo, trae una escalera.- todos reímos ante el comentario del chico.

Mi hermano y el menor llegaron aproximadamente quince minutos después. El chico le hizo caso a Stiles, ya que efectivamente trajo una escalera consigo. Fui la última en salir y Derek me recibió con una sonrisa. Creó que todos quedaron pasmados al verlo sonreír de esa manera. Me lancé a abrazarlo, mis brazos rodearon su cintura y los de él mis hombros.

-¿Estás bien?- murmuró sobre mi cabello.

-Lo estoy.- aseguré. -¿Lo estás tú?- respondió con una afirmativa y dejó un beso en mi coronilla.

-Sé que Kali no te agradaba, pero quería avisarte que Jennifer la mató.- comentó. Conociendo a Kali, estoy segura de que murió con toda la dignidad posible. -Deucalion se fue. Dejamos que se fuera para que intentara volver a ser el hombre que amabas.- dijo.

Me separé de él para poder verlo a la cara. -Espero poder verlo pronto.-

-Jennifer le devolvió la vista.- informó. Me alegraba por el Alfa. Solo espero poder pasar tiempo con él. -No quiso despedirse de ti porque no quería verte después de lo que hizo. Dijo que ibas a estar aún más decepcionada de él.- yo solo asentí ante esto.

Escaneé los alrededores con mi mirada, todos estaban hablando entre ellos, con unos abrazos de por medio.

Mi mirada se detuvo en el mayor de los Argent, quien ya estaba observándome. Sentía que éramos como imanes, a pesar de estar entre varias personas, nuestras mirabas siempre chocaban.

-Ve con él.- dijo mi hermano sobre mi oído.

-¿Dónde quedó el Derek hermano celoso Hale.- murmuré divertida.

Él rodó sus ojos. -Ve antes de que me arrepienta.-

Solté una pequeña risa y me encaminé hasta el cazador. -Christopher.- dije una vez estuve frente a él.

-Alice.- dijo con una sonrisa de lado.

-Me alegro que estes bien.- dije. Antes de que él pudiera responder algo, ya tenía a Allison pegada a mi en un abrazo.

-Gracias por ayudarnos.- dijo con su cara enterrada en mi pecho, podía sentir su sonrisa. Pasé mi mano por su cabello.

-No tienes que agradecer.- comenté. Su padre nos veía a las dos con un brillo en sus ojos.

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Derek y yo acompañaríamos a Cora hasta su próximo destino. Nos había pedido alejarse de este lugar y continuar con su vida que construyó en América del Sur. No quería alejarme de mi pequeñita, pero si ella era feliz con eso, yo no podía negarle nada.

Estábamos guardando nuestras cosas para poder ir con ella. Nos quedaríamos unos días y luego regresaríamos.

Una vez teníamos todo listo. Comenzamos a caminar hasta la salida. Le dimos una última mirada al loft antes de irnos. No sé por cuánto tiempo estaríamos fuera. Mi hermana pasó su brazo por mi cintura en un medio abrazo, yo lo coloqué en sus hombros y nos retiramos.

El azabache cerró la puerta y segundos después nos alcanzó.

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Cabe aclarar que no sé nada sobre derecho, por lo que algo podría estar mal con lo que escribí. Si alguien sabe y si estoy mal, me gustaría que me avisaran para corregirlo.

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