04

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Habíamos llevado a Lydia de inmediato al hospital, estábamos en la espera de algún aviso de Melissa, quien fue la persona que nos recibió para poder meter de inmediato a la banshee a quirófano.

Estaba atenta al estado de la rubio fresa a pesar de que había mucho ruido haciendo interferencia, pero lograba escuchar que le pedía a su mamá que no le dijera nada a nadie sobre lo que acababa de ver, al mismo tiempo que las voces de Scott y Liam llegaban a mis oídos, aunque decidí ignorarlos al percatarme de que hablaban del hoyo en el que había estado Tracy, información que nos había dado Isaac con anterioridad.

Stiles, Kira, Allison, Isaac, Chris, el chico que ahora recordaba que se llamaba Theo y yo estábamos en la sala de espera. En el momento en el que los lobos llegaron, la señora McCall hizo acto de aparición.

-¿Allison?- llamó su atención.

-¿Qué tan malo es?- cuestionó ella, dejando de caminar de un lado al otro.

-Podría ser peor. Hiciste bien ese torniquete.- con esto último se dirigió a mi, solo asentí. -Probablemente le salvaste la vida.- se giró para poder verlos a todos. -Está a punto de entrar al quirófano, pasará un tiempo. Hay algún detalle sobrenatural del que necesite saber... ¿o solo la suturamos y esperamos?- cuestionó.

-Era la cola.- la kitsune comentó.

-Tracy la cortó con la cola, si eso importa.- el Alfa especificó.

-Está bien.- nos dijo y acto seguido se marchó.

-Pero no solo era Tracy. Estaban los otros...- mi prima no tardó en hablar sobre una especie de personas con atuendos extraños. -los de las máscaras...-

Sabía que los demás estaban reacios a creer sobre lo que la Tate decía, no me sorprendería que creyeran que ella había asesinado a Tracy o algo así. Ella me volteó a ver, esperando mi apoyo.

-Te creo.- afirmé, recibiendo miradas de todos, excepto de mi familia, quienes sabían que tenía una razón de fondo para hacerlo y no solo me dejaba llevar por el lazo que tenía con la coyote. -No me miren así. He vivido más tiempo en este mundo que ustedes y no saben la cantidad de cosas que desconocen.- di por zanjado el tema y procedí a sentarme en una silla, bajo la mirada atónita de los presentes.

Los chicos después de mi comentario se quedaron un rato más, pero al ver que no se les iba a dejar pasar y aún no había noticias de la chica, decidieron irse a casa, aunque claramente mi familia y yo nos quedamos en la espera y a pesar de que el Stilinski quería quedarse, lo convencimos de que le informaríamos lo que sucediera, pero aún así McCall y Dunbar tuvieron que sacarlo a la fuerza del lugar.

-¿Crees que pueda faltar mañana a la escuela?- la Argent me preguntó, ella sabía perfectamente que se tenía que dirigir a mi cuando quería algo, de lo contrario su padre se lo negaría, yo solía darles todo lo que pedían y no podía decirles que no.

Centré mis ojos en el cazador, ambos comprendimos que no íbamos a poder impedir que la menor se quedara en espera de la recuperación de su mejor amiga, ella era su persona y nosotros no íbamos a impedir que se alejara si eso la dejaba más tranquila.

Cuando estaba por decir algo, los dos hombres se nos acercaron. -¿Puedo faltar también? No quiero ir a clases.- miramos mal al rubio por su comentario. -Es broma, quiero ver que Lydia salga bien.- agregó.

-Pueden faltar, pero deben pedir las cosas que vieron y hacer su tarea.- Chris les dijo.

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-Hombre lobo con garras de águila.- dije al recordar lo que Deaton me había enseñado sobre los nuevos seres que habían aparecido en estos últimos días.

-Lobita, ¿de qué hablas?- me preguntó el hombre de ojos azules. Ya había amanecido y aún seguíamos esperando, aunque un rato atrás nos informaron que la Martin había salido bien de la operación y que descansaba en su habitación.

-Puede ser un transmutado llamado Garuda en la mitología oriental.- seguí sin hacer caso a la pregunta. -Las garras de Tracy eran las inconfundibles de un hombre lobo. Pero también tenía veneno y las escamas de un kanima.-

-¿Cómo le llamas a eso?- cuestionó Isaac.

Argent y yo nos volteamos a ver; unos días atrás estábamos revisando un viejo bestiario que mi mamá tenía escondido en nuestra bóveda, ahí encontramos muchísimas especies que desconocíamos, era sorprendente que un gran cazador y ya mujer lobo con años de experiencia desconocieran todo eso.

-Yo diría que aterrorizante.- la adolescente murmuró.

-Estamos más interesados en saber cómo Tracy cruzó la ceniza de montaña.- mi hombre dijo.

-Pensé que nada sobrenatural podía hacer eso.- la voz de la chica se escuchó nuevamente.

-Y nosotros. Así que si Tracy pudo cruzar la línea de ceniza... y ningún sobrenatural puede...- dejé la idea al aire para que los menores comprendieran a dónde queríamos llegar.

-Tracy no es sobrenatural.- el ex Lahey concluyó.

-Exacto.- lo señalé.

-Si no nació así y no fue mordida...- el mayor continuó. -tuvo que haber sido hecha.-

-¿Hecha?- los adolescentes preguntaron al unísono.

-Alguien está haciendo criaturas sobrenaturales con otros métodos.- Argent les aclaró.

-Quienquiera que sea, está logrando borrar la división entre... la ciencia y lo sobrenatural.- añadí.

-Hay más. Encontramos otro hoyo en el bosque.- el rubio agregó.

Si antes nuestras dudas estaban presentes, ahora estaba más que claro de lo que hablaban. -Una forma de incubación.- especifiqué.

-¿Qué debemos hacer?- cuestionó la peli negra.

-Lo mismo que siempre han hecho. Proteger a sus amigos, protegerse unos a otros.- el mayor murmuró.

-¿Qué hay de alguien como Tracy? ¿Qué es?- la cazadora inquirió.

-Quimera. Es una quimera.- los adultos aclaramos.

-¿Qué tan asustados deberíamos estar?- el de rulos quiso saber.

-Ambos hemos vivido en el mundo sobrenatural por mucho tiempo. Sabemos que cuando algo como esto sucede... sacude la base de todo lo que crees.- murmuré.

-Algo como esto te sacude hasta lo más hondo.- continuó el ex cazador.

-¿Algo cómo qué?- nuestra hija siguió con su cuestionamiento.

-Las reglas. Las reglas han cambiado.- Argent mayor anunció.

Podía escuchar al oficial cambiando los canales en la televisión que había en el cuarto de la Martin y eso no evitaba que estuviera atenta a su respiración, la que me indicaba que seguía durmiendo, hasta que detecté que estaba despertando.

-Lydia...- dije.

-¿Qué? Lydia, ¿qué? Mamá, ¿qué sucede?- la adolescente se alteró y me di cuenta de que no mencioné nada más y solo logré asustarla.

Sonreí en su dirección para darle entender de que no había nada malo. -No te preocupes. Ella está bien. Acaba de despertar.- informé.

Ella liberó un suspiro de alivio y asintió; no hizo nada por intentar ir a verla ya que aún no lo tenía permitido y en todo caso Parrish entró para poder tomar su testimonio, pero sabía que estaba ahí más que nada por la atracción que sentía por la rubio fresa.

-Por cierto, mencionaron algo sobre qué eran quimeras.- la voz de la cazadora rompió el silencio. -¿Qué son?-

-¿La qué?- preguntó Isaac.

-Quimera. Es una criatura hecha de partes incogruentes. Y si ustedes encontraron otras dos tumbas, significa que Tracy no es la única.- especifiqué.

-¿Quien es la segunda quimera?- cuestionó la Argent.

-¿Y por qué las entierran?- le siguió el menor.

-Eso es en segundo plano. La pregunta aquí es, ¿quienes están haciendo esto?- Chris intervinió.

-Los de las máscaras.- dije en un susurro, que debido a la cercanía fue fácilmente escuchado. Pasé mis ojos por todos los presentes. -Tal vez ustedes no le crean a Malia o tal vez si, pero saben que ella nunca mentiría con algo como esto y ¿quién más podría estar causando esto?-

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Estábamos en el departamento de los Argent, con los adolescentes ya dormidos tras haber salido un rato para buscar a otra quimera y haber estado en el hospital con la banshee, quien sería dada de alta a la mañana siguiente.

El cazador y yo estábamos a nada de irnos a acostar cuando escuché el ruido del elevador indicando que estaba subiendo y luego de unos segundos se detenía en nuestro piso.

-Alan.- murmuré al adivinar quien era la persona tras la puerta de la entrada; no necesitaba captar su aroma para saber que era él. Deaton era la única persona que llegaría a esta hora sin hacer un escándalo.

-¿Deaton? ¿Qué hace aquí?- cuestionó el mayor, me encogí de hombros y procedimos a salir del cuarto tomando dirección a la entrada. Tras esta escuchaba dos corazones, con eso me hacía una idea de lo que hacía aquí.

El de ojos azules abrió la puerta topándose con el veterinario y un hermoso perro entre sus manos con un moño color azul enredado en su cuello sin llegar a asfixiarlo.

-No solo vine a dejarles a su nuevo integrante. Necesitaba hablar con ustedes.- este hombre y su dramatismo para decir las cosas, pareciera que le gustaba hablar siempre con esa aura como misteriosa siempre.

-Tengo sueño, Alan.- comenté para que se apurara. Estiró sus manos y me tendió al pequeño, quien movió su colita emocionado una vez llegó a mis brazos, lamió mi mejilla y como si supiera que teníamos que hablar de algo importante se quedó quieto con su cabecita recargada en mi hombro.

Él liberó una pequeña risa al ver que mi paciencia se estaba colmando, había dos cosas que más odiaba en este mundo, uno de ellos era que no me dejaran comer y la otra era que me interrumpieran mi sueño. -Me iré por unos días. Espero tener más respuestas de las que seguramente ya descifraste.- me volteó a ver.

-¿Te irás?- la voz de Chris y su mano en mi cintura para que no le gruñera al moreno se hicieron notar, aunque tener al nuevo integrante de esta familia conmigo provocaba que no estuviera tan alterada.

-Unos cuantos días.- informó.

-¿A qué quieres llegar? Hay algo que no nos estás diciendo.- murmuré.

-Estoy empezando a preguntarme si las reglas de nuestro mundo sobrenatural no son tan rígidas como una vez pensé. O tal vez alguien está tratando de cambiar las reglas. Todo esto que está pasando con estos chicos no es normal y no sabemos qué más se pueda desencadenar con su llegada. Necesitamos estar preparados y es por eso que saldré a investigar quien, qué y por qué están haciendo esto.- explicó.

-Sabes tan bien como yo que no es la primera vez que algo así pasa.- comenté.

-Si, pero en ese tiempo nadie la dió importancia y nadie supo de qué se trataba.- argumentó.

-Valak sabe lo que está sucediendo. Su libro es una prueba de ello y por más que desconfíe del loco que se hizo la trepanación obteniendo así percepción extrasensorial y la capacidad de crear poderosas ilusiones en las mentes de aquellos que miraron a su tercer ojo, no podemos dejar de lado que esto le ayudó a saber más de los doctores.- el de ojos azules no entendía de lo que hablábamos y lo sabía porque cuando estaba confundido se quedaba viéndome y pasando su mano por mi espalda, esperando una explicación.

-No sabemos nada y hasta no estar seguros no me arriesgaré a comentarle algo a la manada. Solo les aconsejé cuidarse entre ellos.- asentí ante eso y dejé al cachorro en el suelo, esperando que encontrara camino a la habitación de Allison, donde ella había instalado la cama para él.

Los tres adultos vimos cómo caminaba a pasos torpes por el pasillo y empujaba con su cabecita la puerta, para después entrar por un pequeño espacio. Me incorporé y dejé que Argent volviera a acomodar su mano en mi cintura.

-Quería dejarles al cachorro y explicarles sobre él antes de marcharme.- cambió de tema. -Es lo que se conoce como Goldador, básicamente es un cruce entre un Labrador Retriever y un Golden Retriever.- mi cerebro procesó lo que había dicho.

-Espera, para tu carro, dijiste ¿él?- cuestioné.

No esperé respuesta alguna y me giré a ver a mi hombre para ver la cara que ponía al escuchar que había ganado la apuesta. -Apostaron, ¿no es así?- Deaton interrogó, divertido por la situación. -Si, dije él. Es un macho.- reafirmó y solo pude gritar de emoción y restregarle en la cara del ex cazador que había ganado.

-Te dije que ibas a perder.- dije. Negó divertido y dejó un beso en mis labios.

-Continuando con el cachorro solo quería decirles que es fácil de entrenar, muy inteligente y amigable; se lleva muy bien con los niños.- comentó cómo si supiera algo que nosotros no o por lo meno yo no. ¿Qué insinuaba con niños? Mis hijos ya estaban grandes.

-No se dé que estás hablando, pero gracias por todo esto.- comenté.

-Espero estar de vuelta pronto, pero en todo caso Scott ya sabe cómo atender bien al pequeño. Está todo en orden con él.- dijo.

Los dos adultos restantes asentimos. -Gracias, Deaton.- el moreno nos sonrió y dió media vuelta, regresando al elevador; cerramos la puerta de la entrada y procedimos a regresar al cuarto.

CHRIS

-Alice.- dije, tratando de sonar muy seguro de lo que iba a decir, ya que sabía que ella podría comenzar a reírse pensando que era una broma mía, por eso decidí usar su nombre y no su apodo, evitando así que ella pensara que no iba en serio. -Tengo que hacerte una proposición.-

Unos días atrás había estado hablando con Deaton, Derek y con Deucalion, aunque este último solo me gruñía cada vez que mencionaba algo al respecto, pero necesitaba hablar con ellos y aclarar algunas cosas, principalmente con su padre y su hermano para saber cómo decirlo e informarles de mi decisión y con el veterinario para pedirle ayuda en este proceso.

-¿Una proposición?- repitió ella, levantando una de sus cejas. Quería dejar de lado la duda que me surgió cuando ella mencionó a los doctores, ya habría tiempo por la mañana de preguntarle a qué se refería, pero por el momento disfrutaría de esto.

-Una petición.- corregí. -Tengo una petición.- cruzamos la puerta de nuestra habitación. -En realidad, es una petición en dos partes.- con mi pie cerré la puerta tras nosotros y con una de mis manos libres le coloqué el seguro.

-Estoy realmente intrigada.- murmuró.

-La primera parte nos implica a ti, a mí y...- la levanté y la deposité encima de la cama. -esta resistente cama.-

-¿Resistente?- cuestionó burlona. Esta era la tercera cama que comprábamos; habíamos dejado llevarnos por nuestros impulsos y bueno, rompimos algunas cosas.

-Será mejor que lo sea.- comenté mientras me subía encima de ella, sin aplastarla con mi cuerpo.

Ella se rió mientras se giraba y se sentaba sobre mi. -Creo que es muy resistente. ¿Cuál es la segunda parte?- de inmediato mis manos se posaron en sus muslos.

-La segunda parte conlleva un compromiso temporal de tu parte.- dije. La Hale entrecerró los ojos, pero sin dejar de sonreír.

-¿Qué tipo de compromiso temporal?- cuestionó. Era como si supiera lo que iba a decir y solo esperaba que se lo explicara, seguramente su cabeza conectó los puntos con respecto a esto y lo que el moreno le dijo antes de irse.

Con un gesto rápido, la tendí, de nueva cuenta, de espaldas contra el colchón. -De unos nueve meses.-

Ella abrió la boca, sorprendida. -¿Estás seguro?-

-¿Que son nueve meses?- sonreí. -Y sé que no voy a cargar yo con esto, pero si estaré contigo en todo momento.-

La loba ya no sonreía. -Sabes que no me refiero a eso.- dijo.

-Ya lo sé.- dije, muy serio también. -Y sí, estoy seguro. Y estoy muerto de miedo. Y terriblemente emocionado. Y un millón de cosas más que nunca me había permitido sentir hasta que tú llegaste. Ya lo habíamos hablado antes, pero creo que necesitaba procesar todo, porque bueno, no quería atarte aún más a mi, no cuando eres joven y yo no soy lo que podría considerarse uno. Pero me di cuenta de que estábamos atados el uno al otro y no hago esto por el lazo que nos une, realmente quiero hacer esto, contigo y solo contigo.-

A mi mujer se le llenaron los ojos de lágrimas. -Es lo más bonito que me has dicho.- sabía que quería decir algo más, pero el nudo, que seguramente tenía, no la dejaba hablar.

-Es la verdad.- murmuré. -Antes de conocerte solo estaba vivo a medias. Solo vivía por y para Allison.-

-¿Y ahora?- habló en un susurro.

-¿Y ahora?- repetí, tratando de ordenar mis ideas. -"Ahora" significa felicidad, alegría y una mujer a la que amo. Pero ¿sabes una cosa?- Alice negó con su cabeza, demasiado emocionada para hablar, lo sabía por verla morderse el labio y ver sus ojos brillando. Me incliné y capturé sus labios en un beso, de esos que eran lentos y solo estábamos los dos en nuestra burbuja. Me alejé lentamente. -Cada día voy a amarte aún más, te lo prometo. Cada día...- besé sus labios con anhelo.

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Díganme la parte que más les gustó del capítulo. Debería estar estudiando para mi examen, pero empecé a escribir y quería que lo leyeran ya, así que no se olviden de comentar y votar.

Tengo una pregunta, ¿les gustaría que los capítulos fueran más largos, que se queden así o que sean más cortos? Para ser sincera a mi me abruma tener que leer un capítulo larguísimo, por mas entretenido que esté el libro no me llama la atención, pero si ustedes prefieren eso yo no tengo problemas.

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