03

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Estaba en mi habitación en el loft cuando a mi hermano le llegó una llamada de Scott, donde decía que fuera al hospital. Stiles había desaparecido y teníamos que buscarlo cuanto antes. Así que ambos salimos del piso rumbo a la camioneta para poder llegar a dicho lugar.

Una vez en el hospital, subimos hasta la azotea, nos quedamos viendo alrededor, Derek y yo estamos detectando el olor que había en el aire. Isaac y Scott llegaron, quedándose unos pasos detrás de nosotros.

-Ya no está aquí.- les dijo Der.

-Ya no.- añadí.

-¿En todo el edificio?- preguntó el Alfa.

-Se fue.- dije.

-Le diré a Stilinski.- el rubio anunció.

-Encuentra a Allison, no contesta su teléfono.- Scott dijo, luego de eso Isaac salió corriendo.

El adolescente se acercó a nosotros y se detuvo a mi lado. -¿Notas lo fuerte que es el olor aquí?- preguntó el azabache. -¿Has oído de las señales químicas?- volvió a preguntar. -Las señales químicas comunican emociones. El sudor puede transmitir enojo, miedo o asco.- informó.

-Respira profundo y di que detectes.- pedí.

Scott lo hizo y soltó: -Estrés.-

-Y ansiedad.- terminó Der.

-¿Qué hizo aquí arriba?- nos preguntó.

-No lo sabemos.- respondí por los dos.

-Pero aquí hubo una pelea.- añadió el azabache.

-¿Con quién?- volvió a preguntar el adolescente.

-Consigo mismo.- mi hermano y yo contestamos.

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Derek y yo bajamos hasta el estacionamiento, exactamente en la parte donde estaba el auto de Stiles, que al parecer se había quedado sin batería.

Le pasé los cables que traíamos y conectamos la batería del Jeep con la del auto del Hale para poder pasarle energía y volviera a encender.

De un momento a otro, uno de los gemelos se acercó hasta nosotros. -¿Creen que solo estaba sonámbulo o hay algo más?- indagó.

-En está ciudad, siempre hay algo más.- respondió el de ojos verdes.

-¿Y si te digo que sé algo más?- Derek y yo nos volteamos a ver confundidos, le di un asentimiento al chico para que continuara. -Oí por casualidad... Escuché a Stiles hablando con Scott. Piensa que él es quien escribió el mensaje en la clase de química. El mensaje que le decía a Barrow que matara a Kira.-

-¿Crees que el flaco e indefenso Stiles es el nogitsune?- cuestionó incrédulo, así que le di un golpe en su estómago por la descripción del chico. -¿Un poderoso espíritu obscuro?-

-No soy el único. Soy el único que lo dice.- soltó el adolescente.

-¿Esa cosa quiere poseer a alguien y elige a Stiles? ¿Por qué no elegir a alguien más grande y fuerte?- inquirió. -Alguien con un poco más de... poder.-

Juntó los cables que ya habían sido usados, tratando de entender el porqué de esta decisión del espíritu japonés.

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Le iban a hacer unos estudios a Stiles, así que decidimos ir para estar con el chico. Además mi hermano quería decirle algo al Alfa.

Una vez en el hospital, Derek y yo nos quedamos en una silla fuera de la habitación de las resonancias. El sheriff, la señora McCall y Scott entraron para acompañar al chico de lunares.

Unos minutos después, el primer beta salió y se sentó en las sillas frente a nosotros.

-Las cosas que me decías sobre señales químicas, me recordaron a la vez que me enseñaste a usar el enojo para controlar el cambio.- se dirigió a Derek.

-Creo que al final tu me enseñaste más sobre eso.- dijo dándole una mirada divertida, sus comisuras levantándose ligeramente.

-¿Me enseñas de nuevo?- le preguntó el chico.

-Considéralo un intercambio de secretos.- contestó. -Llevamos de vuelta a Cora a Sudamérica. Ahí es donde pasó la mayor parte del tiempo después del incendio, pero... no me fui solo por eso.- continuó. -Necesitaba hablar con mi madre.- me dió una rápida mirada.

-¿Su madre muerta?- preguntó Scott.

-Que poco tacto.- murmuré divertida por su imprudencia. Me volteó a ver arrepentido por cómo lo dijo. -Pero si.-

-Ella me dijo algo que cambió mi perspectiva sobre muchas cosas.- Talia Hale era una de las personas más sabias que jamás conocerías en la vida. Siempre admiré a mi madre. -Dijo que mi familia no solo vivía en Beacon Hills, si no que la protegían, la ciudad necesita alguien que la proteja. Alguien como tu.- señaló el azabache.

-Y a alguien como tu que me enseñe algunos secretos.- dijo el menor.

Estoy tan orgullosa de que Derek dejara de ser tan cerrado y que ahora ayude a los chicos aún más y oriente en cosas sobrenaturales. Estaba volviendo a ser, en mínima parte, el pequeño hermano que conocía antes del incendio.

Scott se quedó quieto de repente, causando que lo volteara a ver intrigada.

Se levantó de donde estaba y dijo: -Él intentaba protegernos.- ahí es donde me di cuenta que hablaba de Stiles y mi cabeza rápidamente unió los puntos haciendo referencia a la azotea.

-De si mismo.- mi hermano y yo decimos al unísono.

Salimos corriendo a la azotea y cuando llegamos, el de ojos verdes preguntó: -¿Qué estamos buscando?-

-No estoy seguro.- seguiríamos caminado hasta que encontráramos algo.

-No creo que Stiles viniera a luchar consigo mismo.- dije por él, haciendo que Scott asintiera dándome la razón.

-Creo que estaba luchando para no hacer algo.- terminó el Alfa.

Llegamos a un enrejado donde el adolescente se subió a algo que había ahí para poder revisar arriba. Tiró al piso una bolsa con herramientas. Buscamos con la mirada para ver en que podría haber sido usado, hasta que nos encontramos con un cable cortado.

Acto seguido el enrejado explotó, causando que varias chispas brincaran y que Derek me pusiera atrás de él en caso de un accidente. A esto le siguió el cable cortado moviéndose con brusquedad.

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Bajamos por las escaleras para llegar más rápido en dirección a la entrada del hospital.

Era todo un caos, cables volaban por todas partes y los autos chocaban contra todo a su paso. El suelo se había cubierto de agua proveniente de un hidrante debido al cable que aterrizó en esa zona, cualquiera que pisara el suelo sería electrocutado.

Derek y yo frenamos a Scott antes que este pisara el agua por no prestar atención. Kira dió una voltereta sobre un auto y tomó el cable con la mano, con la otra tapó la punta del cable impidiendo que las chispas continuaran saliendo del mismo. Los tres miramos asombrados como los ojos normalmente marrones de la adolescente se tornaban naranja brillante, tal como nuestros ojos.

-Isaac.- susurré al ver al lobo en el suelo tirado sobre el agua. Me acerqué a él rápidamente y me apresuré a tomar su pulso. Los dos hombres venían detrás de mi.

-Derek, no respira, ¡Scott! ¡No respira!- grité.

-¡Necesitamos un médico!- ahora el grito provino del azabache.

Los médicos llegaron hasta nosotros e ingresaron a Isaac al hospital, directo a una sala privada donde le colocaron un respirador.

Al ser yo su tutora, tenía que esperar las indicaciones de los médicos y firmar los papeles que se me dieran para su atención.

-Los médicos dicen que estará en coma por unos
días... con suerte.- me explicó Derek, dado que no logré prestar atención al doctor, ambos esperábamos fuera de la habitación preocupados. Scott y Allison estaban con nosotros.

-Él estará bien.- dije más para convencerme a mi. Si bien hace a penas unos días entablé una relación con el menor, ya sentía que era alguien de la familia. Así que no pensaba dejarlo solo. Por esta razón pedí su adopción.

-Vamos a casa. Necesitas descansar.- dijo él.

-No puedo dejarlo.- musité.

-Duerme un rato y después vienes, de todas formas no te dejarán entrar.- trataba de convencerme. -Melissa nos avisará. Mañana en la mañana te traigo. Lo prometo.- dijo con mi rostro acunado entre sus manos.

-Yo me puedo quedar, si sucede algo te llamo de inmediato.- sugirió Allison.

-¿Alice?- me llamó Derek.

-Bien.- acepté finalmente.

Me acerqué a abrazar a la cazadora. -Cualquier cosa llámame, ¿de acuerdo?- dije sobre su oído. Me separé de ella y asintió tras mis palabras. Dejé un beso sobre su frente y me fui con mi hermano detrás de mi.

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Al llegar al hospital me topé con el chico McCall y con la Argent, me tendieron un café que acepté gustosa. Melissa venía llegando en ese momento debido a que ella era la que estaba al tanto del rubio, me acerqué hasta quedar enfrente de la mujer.

-¿Cómo se encuentra?- indagué.

-Igual que ayer, lo siento.- me respondió haciendo una mueca.

-Solo puede entrar alguien de la familia. No me permitieron la entrada, así que ¿crees que pudiéramos acompañarte?- me preguntó Allison.

Asentí y volteé a ver a Melissa, esperando que me diera paso al cuarto.

Los dos adolescentes venían detrás de mi, la señora McCall nos dejó pasar y me acerqué de inmediato hasta la camilla en donde se encontraba el chico. Isaac tenía parte de su cara y hombros quemados.

Los tres nos miramos en señal de confusión, creí que ya estaría bien a estas alturas. Debería estar bien.

-Pensé que ya estaría sanando.- Allison externó mis pensamientos.

-Yo también.- mencionamos al unísono el chico y yo.

El adolescente y yo tomamos cada uno un brazo del chico sobre la camilla, ambos comenzamos a quitar un poco del dolor que sentía, ya que era demasiado, aún para dos lobos ayudando.

Isaac se removió en la camilla y su pulso comenzó a alterarse, el chico y yo soltamos quejidos por lo que sentíamos. Luego de unos segundos soltamos sus manos.

-No lo curará, pero aliviará el dolor.- notifiqué al ver la cara de la cazadora.

-¿Stiles realmente hizo esto?- indagó la chica Argent.

-Lo que sea que lo controla, lo tiene por dentro.- respondió el Alfa.

-Entonces ¿cómo diablos lo sacamos?- cuestionó la adolescente.

-Estoy en eso.- avisó Scott. Los chicos se habían ido después de eso. Yo quise quedarme otra rato con el menor.

Mientras tanto, Derek me había enviado un mensaje preguntando si había dejado un emisor en el loft, a lo que respondí con un "¿por qué habría de dejarlo?".

"Hablaré con Argent" decía el mensaje.

"Por favor, intenta no meterte en problemas. No seas imprudente." escribí.

"Soy tu hermano, es imposible lo que me pides." recibí en respuesta, así que solo rodeé mis ojos y bloqueé el celular.

Habrán pasado unas horas cuando mi teléfono
sonaba nuevamente, esta vez, por una llamada de parte de Scott, por lo que atendí de inmediato.

-¿Scott? ¿Qué sucede?- cuestioné.

-Stiles apareció y... colocó una bomba, está en la comisaría, Derek y Argent están allá.-

-Iré lo más rápido posible.- avisé.

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Estaba llegando y en ese instante localicé al dúo de amigos, por lo que los tres nos abrimos paso hasta el interior de la estación.

Lo primero que capté fue al hombre lobo junto a Chris en el lugar. Derek tenía fragmentos de vidrios y otras cosas clavadas en su espalda y se notaba débil, por lo que corrí hacia ambos.

-¿Estás bien?- le pregunté al cazador. Por supuesto que estaba preocupada por mi hermano, pero mi lobo estaba más alterado por saber si el mayor estaba a salvo. Mis ojos escanearon su cuerpo en busca de alguna herida, solté el aire que no sabía que retenía cuando vi todo en orden.

-Sí, tranquila.- respondió él. -Estamos bien.- aseguró.

-Habla por ti.- dijo el Hale. -¿Por qué te preocupas por él? Él herido soy yo.- soltó en un gruñido. Pasé uno de los brazos del hombre lobo sobre mis hombros para que este recostara su peso contra de mi.

-Tú puedes sanar. Argent no.- dije.

-Vaya hermana.- soltó. Así que presioné mi mano sobre su espalda para que guardara silencio.

-Salvaste mi vida.- dijo el cazador, con esto confirmé que el azabache protegió con su cuerpo al hombre.

-Vamos, te sacaré todo lo de la espalda antes que alguien se de cuenta.- murmuré.

Iba a comenzar a caminar para sacarlo. -Espera.- me interrumpió.- No me podré ir de aquí... nos han detenido.- hizo una mueca.

-Derek Hale, cuando digo que no te metas en problemas significa exactamente lo contrario a esto.- tomé el puente de mi nariz en señal de frustración.

-Yo te dije que eso era imposible para mi.- comentó burlón tratando de distraerme, a lo que le di un golpe en el pecho y una mala mirada.

-¿Qué demonios hacen aquí?- cuestioné.

-El Nogitsune hizo creer a la policía que asesinamos a Katashi y puso el maletín con el dinero en mi casa. Tienen la prótesis de plata.- me explicó Chris.

-Genial.- murmuré con sarcasmo. -De todas formas tengo que quitarte esto antes que alguien más lo intente y vea como sanas. Vamos al baño.- llevé a Derek a uno de los baños, fue fácil hacerlo considerando que los oficiales corrían de un lado para otro.

Él se recostó contra el lavamanos dándome la espalda, me acerqué para quitarle la chaqueta y la playera con cuidado, procurando no causarle más dolor.

-Esto te va a doler.- solté un suspiro e inicié con mi tarea.

Conforme le quitaba las cosas de la espalda, iba quitando su dolor para que me fuera más fácil ayudarlo.

-Lo hice por ti.- dijo de la nada.

-¿A qué te refieres?- cuestioné.

-Puede que Argent no me agrade, pero es tu mate y sé cómo te ibas a poner si lo veías herido.- comentó.

-Gracias, Der.- sonreí y envolví los cristales en papel para que cuando los tirara nadie sufriera un accidente.

-Todo por verte bien.- dijo. Me acerqué para darle un abrazo, tratando de no lastimarlo, a pesar de que ya estaba sanando.

-¿Cómo te sientes?- indagué.

-Estoy bien, tranquila.- dejó un pequeño beso sobre mi frente. -Regresemos antes que noten mi ausencia.-

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Scott me llamó para avisarme que había pasado con los oni y Stiles en la veterinaria. También mencionó que Deaton envenenó al zorro en lo que encontraban una cura.

Quería ir a la comisaría para visitar a Derek y a Chris para saber cómo demonios ayudarlos.

-Buenas tardes oficial Parrish.- saludé a uno de los oficiales, quien esperaba y me pudiera ayudar.

-Buenos tardes señorita.- respondió, se notaba confuso al escuchar que supe su apellido. -Disculpe que pregunte, pero ¿cómo me conoce?- inquirió.

-De hecho no lo hago. Solo leí su placa.- dije con una pequeña sonrisa.

-Cierto, la placa.- soltó una risa nerviosa. ¿Se le ofrece algo?- preguntó finalmente.

-¿Cree qué pudiera ver a Derek Hale?- pregunté. -Soy su hermana, Alice Hale.-

-No puede ver a su hermano, no tiene derecho a visitas.- anunció.

-Ya veo. Realmente necesito verlo. Debo aclarar con él lo que hizo para llegar a este lugar.- respondí, esperando que me permitiera entrar.

-No puedo dejarla pasar. Lo lamento.- respondió.

-Sólo serán 5 minutos. Lo prometo. Nadie se enterará de que estuve aquí, puede contarlos y estar ahí.- trataba de convencerlo.

Suspiró antes de contestar: -5 minutos, los estaré contando.- advirtió.

Solté una sonrisa aliviada. -Gracias.- él sonrío en respuesta.

Me acompañó hasta el área de celdas y me dirigió hasta donde se encontraba Derek. -La esperaré por aquí.- dijo dando una sonrisa de lado, mientras se ponía en la entrada de las celdas. Asentí y cuando escuché un gruñido, me agaché hasta ponerme a la altura del hombre.

-Christopher.- dije con una sonrisa, ignorando al Hale.

-Alice.- regresó el saludo con una sonrisa de lado. El azabache soltó otro gruñido y regresé a verlo enojada.

-¿No piensas saludarme?- cuestionó.

-No.- respondí. -Eres un idiota Derek Hale, te dejo solo un rato y ya estás en la cárcel.- murmuré.

-¿Qué haces aquí?- me dijo el hombre lobo.

-Nada, ya sabes. Venía a visitar al guapo cazador que está en la celda contigua, pero tú estabas primero y se me hizo una falta de respeto no saludarte.- comenté.

-Alice.- soltó otro gruñido. -¿Qué haces aquí?- repitió.

-Venía a ayudar.- contesté. -Por cierto.- giré mi cabeza hacia el mayor. -Sr. Argent, déjeme decirle que hasta encerrado se ve increíblemente guapo.- le guiñé un ojo y lo dije por dos razones, uno, por ver la cara de fastidio del Hale y dos, por pura sinceridad.

El menor rodó los ojos y un gruñido se escuchó. ¿Qué le sucede hoy? Me gruñe cada 3 segundos. -¿Quieres dejar de coquetear con todo lo que ves?- dijo.

-¿Y tu quieres dejar de gruñirme?- contra ataqué. -¿Con quién? A demás de Argent, no lo hecho con nadie.- añadí.

-Con el oficial.- respondió. El mayor soltó un bufido, llamando nuestra atención.

Él rodó sus ojos. -Si vas a estar coqueteando en lugar de ayudar, deberías irte.- murmuró el cazador. Mi hermano y yo nos volteamos a ver divertidos. Apestaba a celos.

-Volviendo al tema. Son unos idiotas.- dije.

-¿Somos unos idiotas por caer en una trampa de un demonio japonés de cientos de años?- inquirió Chris.

Debido a que los dos hombres estaban recostados contra los barrotes, prácticamente dándose la espalda, solo me moví ligeramente para tener mi cara frente a la del hombre de ojos azules. -Si, idiotas.- ambos nos quedamos en silencio, con los ojos fijos en el otro. Él bajó levemente su mirada.

El Hale silbó por lo bajo. -Hay mucha tensión sexual entre ustedes.- comentó. -Lo cual es asqueroso porque no me quiero enterar de sus cosas.-

-Oficial.- llamé la atención del hombre. -¿Cree que tenga alguna repercusión si golpeo a mi hermano por ser un imprudente y estúpido?- cuestioné volteándolo a ver.

-La tendría, pero como no estoy viendo, no sé lo que hizo.- dijo volteando su cabeza hacia una de las paredes. Acto seguido agarré la camisa del Hale y le di un golpe en su nuca.

-Nos están acusando del asesinato de Katashi.- dijo el cazador, interrumpiendo la guerra de miradas que sostenía con el de ojos verdes.

-Eso ya lo sabía, anoche lo mencionaron.- avisé. -Okey, ¿qué saben? Para sacarlos de aquí.-

-Están cambiando las pruebas a otro lugar. Y que pondrán las cosas de Katashi bajo custodia federal.- dijo Derek. -Hay personas muertas por Stiles, si es cierto todo esto.- terminó.

-Stiles no lo hizo, lo que está dentro de él si.- le contesté.

Chris habló. -¿Han oído hablar de los berserkers?- preguntó, asentí con la cabeza y Derek dió una breve explicación sobre estas cosas.

-Una familia vino a vernos para que le ayudáramos a su hijo. Con los berserkers el lado humano no dura mucho, no son controlados por la luna. Despedazó personas. Al final tuve que decirles que su hijo ya no existía. No sentí remordimiento al terminar, nada.- el cazador contó su historia.

-¿Sentirías remordimiento al matar a Stiles?- preguntó el hombre lobo.

-A Stiles si, pero al nogitsune no.- dijo el de ojos azules.

En el momento que terminó de hablar el oficial Parrish se acercó. -Ya terminaron tus 5 minutos.- mencionó

-Me tengo que ir.- murmuré en dirección al Hale.

-Cuídate.- pidió.

-Fue un placer verte Christopher.- dije conectando mis ojos con los del hombre. No dejé que respondiera, me levanté y dejé que Jordan me acompañara hasta la entrada. -Gracias por dejarme entrar.- empecé a caminar para poder salir. -Hasta luego oficial.- volteé antes de irme.

-Hasta luego señorita Hale.- respondió con una sonrisa.

Terminé de salir y procedí a llamar a Allison para avisarle de lo que me informaron, porque según me contaron, tenían la idea de rescatar el dedo de plata perteneciente a Katashi para averiguar cómo salvar a Stiles.

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