01

———————————————————

Derek dijo que tenía que irse unos día antes porque tenía que ir a buscar las garras de nuestra madre. Las cuales las tenían los Calavera. No sé si es conmovedor o mórbido que quiera recuperarlas. Me enteré de que quería utilizarlas para hacer un ritual, en el que pudiera hablar con ella. El día de ayer las usó y no quiso contarme que quería saber. Entonces no quise insistir. Son sus asuntos.

Yo llegaría unos días después, mi hermano pasaría por mi al aeropuerto para poder llegar a nuestro loft.

-Es Halloween, ¿qué te parece si hacemos algo?- cuestioné. Ya estábamos en su camioneta de regreso a casa.

-¿Cómo qué?- preguntó él con una sonrisa divertida, mientras desviaba la mirada rápido de la carretera para verme.

-No lo sé, podríamos comprar dulces y podríamos asustar a algunos niños. Hace mucho que no lo hacemos.- murmuré divertida.

-De acuerdo, pero primero comeremos algo. Después podemos pasar al supermercado y comprar cosas que nos hacen falta.- respondió. -Ya no tenemos nada para comer.-

-Podemos ir por una hamburguesa o por comida mexicana.- sugerí.

-Lo que quieras comer. También podría ser comida italiana.- aportó.

-Lo que encontremos primero.- dije.

-¿Recuerdas cuando salíamos a pedir dulces? Tu eras la más emocionada por disfrazarte, a pesar de que fueras mayor que nosotros. Laura quería crecer rápido. Tú eras la que nos acompañaba.- comentó el hombre lobo.

-Una vez te obligué a disfrazarte en conjunto conmigo.- reí al recordarlo.

-Solo te dije que si porque me lo pediste tú. Yo no era muy fan de Halloween.- mencionó.

-Si, porque eras un amargado. Hasta la fecha lo sigues siendo.- comenté.

-No era por amargado. Dejó de gustarme cuando Cora comenzó a robarme mis dulces.- dijo.

-Recuerdo que hacía esa carita parecida al gato con botas para que le diéramos lo que quería.- añadí.

-Eras la única que no caía en ese truco.- murmuró divertido.

-Siempre hacia lo mismo.- me encogí de hombros.

-Solías decir que nos acompañabas por pasar tiempo con tus hermanos, pero todos sabíamos que era porque te emocionabas más que nadie.- comentó.

-Si bueno, nadie tenía que enterarse.- respondí con una sonrisa.

Derek rió al recordarlo. -A veces lo extraño.-

-¿De verdad?- indagué.

-Sé que no fue un gran momento para nosotros, después de todo lo que pasamos, pero me alegraba pasar tiempo contigo. - respondió. -No lo admitiré en voz alta, pero siempre has sido mi favorita.-

Sonreí enternecida. -De pequeños éramos los más apegados. ¿Sabes? Extraño ser adolescente.- murmuré.

-Suenas como si estuvieras a punto de morir. Tenemos veinticinco, me deprimes.- bromeó.

-Tu tienes 25, yo tengo 27.- dije.

-Tampoco es tanto.- insistió.

-Si bueno, a veces me siento de cuarenta.- contesté.

Después de que comiéramos comida Italiana. Partimos hacía el supermercado.

Hicimos las compras entre bromas, recuerdos de pequeños y uno que otro gruñido por parte de Derek cuando veía que un chico se me quedaba viendo.

———————————————————

Estábamos llegando al loft, nos bajamos de nuestros asientos y cuando íbamos a caminar hacia el maletero, escuché un ruido. Volteé a ver a Derek cuando unos pequeños nos dijeron el famoso "dulce o truco", con una mirada es más que suficiente que entienda que los dos tuvimos la misma idea. El hombre lobo movió su mano al interior de su camioneta de manera que, si no supieras qué es una persona "normal" te asustarías pensando que es un asesino, les da los dulces y nos volteamos a ver rápidamente antes de hacer brillar nuestros ojos y rugirles, logrando que los niños salgan corriendo del miedo.

-Extrañaba hacer esto contigo.- le dije.

-¿Qué, asustar niños?- me contestó con un atisbo de sonrisa.

-No tonto.- le di un golpe en la parte posterior de su cabeza. -Pasar tiempo contigo.- y es la verdad, desde que sucedió lo del incendio y lo de Paige, ya no solíamos hacer cosas juntos como cuando más pequeños.

Terminando esta pequeña conversación. Íbamos a subir al loft cuando unos enmascarados vestidos de negro se nos acercaron, por lo que tratamos de atacarlos, pero no sirvió de nada ya que fuimos retenidos por uno cada quien, dejando algo en la parte trasera de nuestra oreja. Después de eso solo sentí demasiado frío.

———————————————————

No sé cuanto tiempo pasó, pero después de un rato intentando mover mi mano, logré enterrar mis garras en mi pierna para acelerar el proceso de curación. Derek imitó mi acción.

Mi hermano me ayudó a incorporarme. Él se dió la vuelta listo para sacar más cosas de la camioneta cuando noté algo en él. -¿Qué es esto?- pregunté, girando su cabeza a un costado para poder ver mejor.

-¿Qué? ¿A qué te refieres?- indagó.

-Lo que sea que fuera eso, te marcó con una especie de cinco invertido.- expliqué, mientras observaba la figura.

Giró mi cabeza. -Tú igual la tienes.- señaló. -Regresemos al loft, quizás haya algo en el bestiario.- murmuró.

-¿Estás bien?- cuestioné.

-Estoy bien, no te preocupes.- respondió. Él depositó un beso en mi frente antes de emprender nuestro camino.

Al suceder todo esto, decidimos que más tarde subiríamos las compras y nos dirigimos hasta el ascensor para poder llegar.

-¿Y esa música?- preguntó Derek una vez que llegamos al piso donde vivimos.

-No tengo idea.- contesté. Música electrónica se escuchaba, proveniente de nuestro piso. Fruncí el ceño ante esto.

-Voy a matarlos.- el hombre lobo se acercó a la puerta rápidamente, conmigo detrás de él.

-¡Derek, espera!- grité esperando llamar su atención, pero falllando en el proceso.

Cuando el Hale abrió la puerta se encontró con una fiesta, supongo que los de la manada la hicieron. Yo solo pude reírme por la cara que puso.

-¡¿Qué hacen aquí?!- preguntó gritando para que lo pudiera oír y alterado por esto. A pesar de nuestra audición sobrenatural, teníamos que elevar la voz para escuchar.

-Tal vez pensaron que estaba vacío al no vernos.- me encogí de hombros. -No seas aburrido, merecen un poco de diversión después de todo lo que ha sucedido en este pueblo.-

-Pero, ¿por qué en nuestro loft?- indagó.

-Estoy segura de que no se les ocurrió otra cosa, aparte hay un apagón, no creo que tuvieran opciones.- respondí.

-¿Y lo tenían que hacer aquí?- cuestionó.

Antes de que pudiera decir algo o tan siquiera detenerlo, me di cuenta de que Derek ya no se encontraba a mi lado, pero noté que empujaba a todas las personas del lugar para abrirse paso, resoplé y me dispuse a seguirlo.

-Hermano, lo siento, pero Bloody Beetroots no toma pedidos.- dijo un guardaespaldas, mientras detenía a mi hermano posando una mano sobre su pecho, el Hale lo ignoró y dió un paso hacia delante, solo para ser detenido una vez más.

-Yo que tu no hubiera hecho eso.- mencioné divertida, sabiendo lo que se aproximaba.

El hombre solo decidió ignorarme. - Te dije que el disc jockey no toma...-

-Tomará el mío.- el azabache tomó al hombre por el cuello, para después arrojarlo al suelo y acto seguido, tirar la mesa del DJ de un empujón.

Las personas que estaban en la fiesta dejaron de bailar en cuanto se detuvo la música y voltearon en nuestra dirección, para ubicar al responsable.

-¡Fuera de aquí!- gritó Derek, el rugido ahuyentó a todos y en pocos segundos el lugar había quedado vacío, con excepción de los chicos de la manada.

-¿Sabes? Debes dejar de ser tan amargado y dejar que la gente se divierta, pero agradezco que lo hayas hecho. Tengo demasiado sueño.- dije.

Mientras me acercaba al hombre lobo que tengo por hermano, las cosas vestidas de negro que habíamos visto antes, se materializaron enfrente de nosotros.

-Chicos, todos están mirándome.- mencionó Ethan, al notar que las figuras se voltearon en su dirección. -¿Por qué me miran?- indagó cuando todos ellos dieron un paso al frente, para comenzar a acercarse. -¿Chicos?- repitió al ver que no se detenían.

Scott y Derek se lanzaron contra ellos. El mayor logró romper el cuello de una figura, pero se regeneró al instante y aprovechó la distracción del Hale para arrojarlo contra una pared. El chico McCall, después de varias maniobras de evasión, también terminó estampado contra otra pared.

Los ninjas se volvieron hacia Ethan, por lo que Isaac se preparó para pelear, esta sombra se volteó y sacó una especie de katana de su cuerpo, blandiéndola en señal de advertencia, así que el rubio retrocedió.

-Alguien haga algo.- se escuchó la voz de Allison. Las figuras tomaron al gemelo y le hicieron lo mismo que a Derek y a mi momentos antes, por lo que el chico terminó en el piso.

Logré ver que Scott hizo brillar sus ojos y se giró hacia una chica, quien lo observaba con sorpresa.

Antes que alguien pudiera hacer algo, la luz del sol hizo acto de presencia, entrando por el ventanal del
loft y las figuras se esfumaron mediante una nube de humo negro. Aiden se acercó a su hermano, para asegurarse de que se encontrara bien, mientras los demás nos mirábamos entre todos.

Me acerqué corriendo a la cazadora y al chico Lahey, escaneé a los dos con la mirada, al ver que estaban bien, los jale a ambos en un abrazo, ellos se escondieron en mi cuello y rodearon mi cintura.

Vi a mi hermano incorporarse y gruñir en mi dirección al ver a los menores pegados a mi.

-¿Qué diablos eran esas cosas?- preguntó Scott.

Los adolescentes se separan de mi y se voltearon a ver. -Las 24 horas de tu padre terminaron.- mencionó el beta en dirección a la chica Argent. Volteé a verlos confundida. Ambos evitaban mi mirada.

Recorrí con mi vista el lugar para asegurarme de que todos estuvieran bien y al hacerlo me di cuenta de que alguien faltaba.

-Chicos, ¿dónde está Stiles?-

————————————————————

Estaba dando vueltas en mi cama. Cada vez que cerraba mis ojos, tenía la imagen de las sombras. No es que me causaran miedo, solo sentía que ya las había visto.

Me levanté y me dirigí hacia la cocina. En todo momento tuve la imagen de los ninja, tratando de entender el por qué los conocía.

Estaba preparándome un café, cuando un flashback llegó a mi.

Flashback

Chris Argent fue enviado por su padre a una negociación con la Yakuza, en ese entonces era su novia, así que decidí acompañarlo, ya que no quería dejarlo solo.

Ambos teníamos 18 años y vimos por primera vez a los Guerreros Demoníacos.

En el lugar aparecieron estos guerreros buscando al líder del grupo, el kumicho.

-No siempre los más rápidos son los mejores.- comentó Chris al ver atacar a las sombras.

-Lo importante es ser el último en permanecer de pie.- respondí, antes de seguir a mi novio al enfrentamiento.

A medida que su ejército protegía al kumicho, los guerreros iban cortando con sus espadas a quien se atravesara.

Así que Argent y yo nos volteamos a ver antes de asentir. Chris logró esconderse. La cara de kumicho tomó características de un animal.

No pude evitar ser atravesada por una de las sombras al intentar correr a esconderme. Escuché el sonido de un arma y luego nada.

Fin flashback

Dejé caer la taza al suelo por ese recuerdo. No era mío, no había manera de que fuera mío. Yo iba naciendo cuando eso sucedió.

Empecé a hiperventilar. Ese recuerdo es de la ex novia de Christopher Argent, por eso conocía a las sombras que esta noche aparecieron en el loft. Lo que no tenía sentido, es como demonios tengo ese recuerdo.

Mi hermano estaba frente a mi, su rostro demostraba la preocupación que sentía al verme así. Podía ver que movía sus labios, pero mi cerebro no lograba procesar nada de lo que decía.

Me cargó y me dirigió hasta el sillón. -Alice, por favor, respira...- por fin pude escuchar su voz, pero sonaba como si estuviera lejos y no frente a mi.

Mis manos subieron a sus brazos, necesitaba sentir que estaba aquí conmigo. Sentía que iba a colapsar. Era la segunda vez que me sucedía esto. La primera fue al ver la antigua mansión Hale destruida por las llamas.

-Alice, Pequeña, por favor. Necesito que respires.- sus pulgares acariciaron mis mejillas, limpiando las pocas lágrimas que derramaba. -Respira.- rogó.

Seguido de eso procedió a hacer ejercicios de respiración para que lo imitara, así que lo hice. -Otra vez, Alice.-

Inhale con desesperación, mis pulmones ardían exigiendo aire, pero simplemente no podía.

-Der... no... puedo.- traté de hablar. Mis garras salieron y se enterraron en sus brazos, podía ver y oler la sangre que emanaban las heridas. Visualicé su mueca por el dolor, pero en ningún momento se alejó de mi.

-Puedes y tienes que respirar. Tienes que controlarte, confío en ti. Vas muy bien, hazlo. Solo sígueme.- pidió. -Piensa en tu ancla. Hazlo o te haré decir el mantra de la manada Hale.- advirtió.

Negué con frenesí. Amo a mi familia, pero el mantra que teníamos se me hacía demasiado simple, sin significado. No me gustaba para nada. Por eso siempre preferí el de la manada de Satomi.

Comencé a pensar en mi hermano, en Cora, en lo que pasé con mamá y recité una y otra vez en mi mente: "El sol, la luna, la verdad."

Poco a poco el ritmo desbocado de mi corazón se fue desacelerando. Mis manos dejaron de temblar, al igual que las garras regresaron a su lugar. Mi respiración también se normalizó. Todo esto sucedió bajo la mirada atenta de Derek.

Él sabía que solo me sucedió la vez que estaba demasiado aterrada. En este momento lo estaba, ¿cómo era posible que tuviera ese recuerdo?

-¿Lo ves?- susurró nuevamente. -Lo hiciste muy bien.- dijo con una sonrisa.

Revisé sus brazos y no tenía marcas, así que suspiré aliviada. No me perdonaría dañar a mi hermanito. Aunque en este momento ya no fuera el pequeño niño que me seguía a todos lados. Él siempre sería mi pequeño.

Me lancé a sus brazos y escondí mi cara en su pecho, él pasó su mano por mi espalda, tratando de reconfortarme. Nos quedamos un rato en silencio. Solo cerré mis ojos y me permití disfrutar de la compañía del azabache.

-¿Qué sucedió?- preguntó el hombre lobo, una vez vió que estaba bien.

Solté un suspiro y me separé para poder contarle lo sucedido. Tal vez piensen que es una exageración tener un ataque de pánico por ese recuerdo, pero me sentí asustada, abrumada y confundida. Simplemente colapsé.

El Hale menor me escuchó en todo momento, de principio a fin. -Deberías hablar con Deaton.- murmuró una vez terminé. -Sabes que me gustaría poder ayudarte y poder responderte todo. Ambos sabemos que solo él puede darte las respuestas que necesitas.-

-Lo haré.- aseguré.

-De momento solo puedo escucharte. A cualquier hora. Si lo necesitas, no dudes en hablarme.- dejó un beso en mi frente y volví a abrazarlo.

-Podrías quedarte a dormir conmigo.- dije.

-Lo que necesites.- respondió y me cargó hasta mi cama. Nos tumbó y se mantuvo abrazado a mi.

———————————————————

En caso de que decida dejar viva a Allison, ¿les gustaría que Isaac se quedara? De ser así, ¿quieren que sigan en una relación o que estén separados?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top