3.

Las mejillas de Jin están comenzando a colorearse de un rojo intenso. ¿El motivo? La pregunta de TaeHyung sobre si es gay.

Todo a su alrededor se ha vuelto un tanto más caluroso. Por su columna vertebral un escalofrío se encuentra corriendo a una velocidad inquietante. Los nervios en sus piernas se hacen inevitablemente presentes cuando observa los ojos del chico a su lado quién mantiene su vista sobre su persona.

Sintiendo la humedad de sus manos abordar las mismas, Jin mira a TaeHyung en un intento por descifrar cómo es que se ha dado cuenta tan rápido, ni siquiera él se había dado cuenta tan rápido de aquello que sentía dentro de si.

Mirándose con detenimiento, TaeHyung le dio una dulce sonrisa a Jin que enseguida le hizo sentir una sensación de completa tranquilidad abordar su cuerpo al menor de los dos.

Por alguna razón, Jin tomó de la muñeca nuevamente a TaeHyung y sin pensarlo dos veces se encamino con él por la parte final del pasillo con nada más que la esperanza de encontrar un lugar donde pudieran hablar sin que nadie les oyera.

Encontrando lo que parecía ser el almacén de escobas, Jin diviso todo a su alrededor y sin notar nada extraño, Jin abrió la puerta del mismo almacén y se encamino con TaeHyung adentro. Cerrando la puerta con nervios, Jin sacó su celular del bolso trasero de su pantalón y la linterna del mismo encendió.

—¿Te-tendría algo de malo? —preguntó de pronto el menor sin mirar a los ojos a TaeHyung.

Aceptar ante si mismo el hecho de ser homosexual había sido un tanto difícil para Jin, porque varias razones.

El estar gran parte del tiempo encerrado en casa y ante todo con la supervisión de sus padres, era algo totalmente agotador para Jin, puesto que no le permitían pensar para si. Aunque el hecho de que le permitieran tener un teléfono celular le había podido darse cuenta de que en realidad le gustaba.

—No, no tendría absolutamente nada de malo —respondió el pelinegro de TaeHyung. —, pero ¿por qué lo dices como si por eso te dejará yo de hablar?

—No lo sé. 

Los miedos en SeokJin eran más que evidentes y para nada exagerados, él nunca había tenido un amigo y ahora el hecho de tenerlo y que este se diera cuenta de que era homosexual le hacía dudar con respecto a todo. Sus padres día con día se aseguraban de infundirle miedo en cuanto a como eran algunas personas y pese a lo ocurrido en la mañana le comprobaba lo dicho por ellos, se había fijado que personas distintas y buenas existían también. 

Con algo de vacilación, TaeHyung observó como Jin jugueteaba con sus dedos y sin esperar un poco más volvió a preguntar. 

—¿Eres homosexual? 

Recibiendo tan solo un ligero asentimiento, TaeHyung se enterneció por la manera tan linda en que Jin se sonrojaba aún en la oscuridad. 

—No tienes porque sentirte avergonzado —comentó el mayor al ver los ojos de Jin empezar a llenarse de lagrimas. —, porque el ser homosexual no es malo, eso es lo que te hace ser tú en tu mejor esencia y quien te diga lo contrario es un tonto. 

Intentando consolar a Jin, TaeHyung tomó las suaves mejillas del menor entre sus manos y casi como si de una película de romance se tratara, lo acercó hasta sí y lo abrazó al notar como la primera lagrima salía de sus hermosos ojos color miel y corría por sus mejillas de un tono rojito. 

—Eres la primera persona conozco y que lo sabe. —añadió Jin al sentirse seguro y confiado con TaeHyung. 

—¿Te refieres a que soy la única persona que conoces por ahora o en general? —cuestionó el mayor sin dejar de abrazar a Jin pero si sintiendo como la intranquilidad volvía a gobernar el cuerpo de Jin. 

—Me refiero a que eres la única persona que he conocido fuera de mi casa. 

El tono de voz de Jin suena para demasiado sincero para TaeHyung que casi puede sentirse un poco mal por él menor frente a él. Su mente no puede entender como un chico como Jin ha estado encerrado en casa por tanto tiempo, sin ver y disfrutar de la vida realmente.

—Entonces, quisiera ser quien te muestre el mundo de verdad. Acepta salir conmigo está tarde. Déjame ser tu guía por este increíble mundo.

Sonriendo levemente, el castaño siente sus nervios instalarse en la parte posterior de su nuca, pues sabe bien que sus padres van a regañarlo si se enteran a dónde va y con quien, puesto que aunque no conozcan a TaeHyung, los tatuajes en uno de sus brazos, las perforaciones en su rostro y su estatus económico para nada les encantará pero... el mayor tenía razón, vida sólo había una y había que vivirla ahora que podía, quería y ahnelaba.

Que importa si más tarde, sus padres se molestan.

—De acuerdo, pero tendremos que pensar una excusa que decirles a mis padres o donde me descubran volverán a encerrarme en casa.

Separándose de Jin, TaeHyung asiente y agradece a su madre por haberle enseñado a que debía darle algo de color a la vida de los que más lo necesitarán, por mucho que él no tuviera tanto que ofrecer.

—Nos vemos al terminar las clases en el Edificio B. Para entonces habré pensado una mentira para decirle a tus papás.

—No tiene ni una hora que te conozco y ya estás cambiando mi forma de actuar.

—Iremos a vivir la vida. —susurró TaeHyung mientras tomó entre sus dedos uno de los mechones castaños del cabello de Jin quien sin poder evitarlo se estremeció de arriba abajo.

—Me estoy alegrando mucho de haberte conocido.

—Hoy harás tu primer acto de rebeldía, Lee SeokJin.

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