-19-
Ace podía sentirlo, el barco se movía, no eran los reyes del mar, se encerró en su cuarto y comenzó a usar herramientas como el cuadrante náutico para medir, él lo sabía perfectamente, era una puñetera ola gigante que se iba a comer al Moby, ¿Cómo es que nadie se dio cuenta? ¿acaso no tienen navegantes en este barco?, no, ahora que lo recordaba solo navegaban con lo que sabían, no había navegantes porque la división de los navegantes se quedó sin comandante hace años, desde Oden, fue lo que le conto Thatch.
Suspiro, eran las 12 de la noche, tenía 3 horas para encerrar a 1.600 hombres y su capitán en sus habitaciones y asegurar el barco, pasarlo hacia la zona de impacto más baja en una tormenta, la presión caía sobre sus hombros, si se acercaba a los comandantes y les advertía seria tomado por loco, lo sabía, ¿Por qué llevar a toda la tripulación a una tormenta por una intuición, todos dormían, se levantó y primero aseguro puerta por puerta la de los comandantes, que no se despertaran.
Comenzó a correr por el barco, tuvo que noquear a algunos y empujar a otros, no podrían salir, más cuando el movimiento del mar era tan fuerte como Ace pensó que seria, fue muy difícil para el llegar a la puerta de Barba Blanca, pero lo consiguió, y cuando todo comenzó les pidió ayuda a unos reyes del mar que estaban manteniendo el Moby a flote, aunque se cayó muchas veces y escucho a Barba Blanca tratando de abrir la puerta, no podía, había puesto piedra marina para pillar las puertas de los más fuertes, la piedra tranca la puerta y la piedra marina debilitaría a los portadores de fruta, pudo ver como los comandantes ya no trataban de abrir las puertas después de ver por la ventana a Ace poniendo al Moby a salvo, cuando acabo decidió que abriría la puerta de uno y cerraría la de el mismo, se acababa de enfermar, no se esperaba olas tan fuertes y lluvia de agua marina, lo debilito y se enfermó, tenía fiebre.
Abrió la puerta de Izo y se encerró antes de que el otro reaccionara, cuando todo el barco era paz después de la tormenta, pops estaba fuera de su cuarto con todos los comandantes tratando de sacarlo, pero él no atendía a los llamados, estaba muy concentrado en el frio, tenía mucho frio, estornudo.
- ¿Acaba de estornudar humo? - Haruta estaba mirando por debajo de la puerta donde salió un poco de humo.
- ¿Ace yoi?-
-Solo quiero descansar- Escucharon el quejido de Ace escondido en la cama.
-Ace... ¿te enfermaste?, eso pasa por salir casi desnudo a la lluvia, abre. - Ace miro la puerta y suspiro, no iba a abrir.
Pasados los minutos se rindieron, y Ace salió una vez más en la noche a robar un poco de comida, dio un saltito cuando unos brazos lo sostuvieron antes de caer.
-Con cuidado yoi.- Ace trato de soltarse y encendió su fuego, pero estaba enfermo. - Esta bien, no estoy enfadado yoi.- Las manos de Marco estaban en su vientre, se sentía caliente.
- Yo...ah. - Sus ojos estaba llenos de lagrimas y su temperatura era brutal, Marco tomo un plato de sopa, Ace se dio cuenta, parecía que lo estuvo esperando, ahora tenía otras cosas por las que preocuparse, por ejemplo, Marco lo tenía en sus brazos ,alzándolo solo con un brazo mientras el otro llevaba la sopa y él estaba aferrado a su cuello, mierda, no quería unirse a su alma gemela, pero estaba agarrado a su cuello y su tacto como si se le fuera la vida en ello.
Gimoteo cuando fue lanzado a la cama y cubierto con una manta, Marco puso la sopa en la mesita de noche y apretó a Ace en su pecho mientras trataba de darle en la boca, Ace no quería, eso era vergonzoso.
-Por favor yoi. - Mierda, abrió la boca, cuando terminaron Marco paso sus dedos por la boca de Ace. -Oyaji no está enojado contigo. - Ace arqueo una ceja cuando Marco comenzó a desnudarse, pero se calmó cuando se puso su pijama, y cuando le entrego el suyo.
-D-date la vuelta. - Ace apretó el pijama contra su pecho y Marco bufo con una sonrisa dándose la vuelta. -Listo. - Ace pensó que pararse eh irse a su propio cuarto seria lo mejor.
Pero el brazo de Marco lo regreso a la cama, bajo las mantas en su pecho, mierda era muy grande, estaba en la cama con Marco, el brazo del hombre mayor rodeaba su cintura sin intención de liberarlo.
-Tú te quedas conmigo bebé yoi.-Ace se rindió, los latidos de Marco lo calmaron, tal vez no era tan malo...¿un alma gemela?... solo tal vez.
-Marco... no deberías acercarte tanto a mí, soy una maldición. -Ace se escondió en las sábanas.
-Eres mi alma gemela no digas esas cosas yoi. - El agarre de Marco era más fuerte que nunca.
-Soy...soy hijo de Gol D. Roger. - Las lágrimas de Ace brotaban como el mar.- Soy el hijo del enemigo de tu padre.
-No se llevaban tan mal como crees yoi, el estará encantado, además eres un hijo del mar y también su hijo yoi.- Ace se aferró a su alma gemela, se sintió amado.
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