Era una pasada...

Adrien se sentía extraño, la gente se acercaba a él y lo halagaban por su forma de vestir, por mostrar más seguridad ahora en sí mismo. El blondo notaba estos cambios bastante claros en la actitud de los demás, la gente se acercaba a este y tenían muchísima más confianza en este, podía Adrien dar más conversación, una conversación normal, sin sentirse como alguien pequeño, que esperasen de él que fuese la persona más perfecta del mundo.

Antes se sentía como solamente una cara bonita, alguien que decía "Sí" a prácticamente todo y no podía sacar una conversación que no fuese de su trabajo de modelo, y eso que ahora esto no pasaba, le hacía sentir bien.

—Te has convertido en solo un día de instituto en el "Bad boy" que cualquier chica... o chico, querría tener— Comento Nino.

Ambos se encontraban en el comedor, Adrien le dijo a su padre de que se quedaría a almorzar en el instituto y le costó convencerlo, Gabriel acepto de mala gana lo que le pidió su hijo. Siempre iba a su casa a almorzar, pero ahora que había conseguido convencer a su padre de esta simple cosa, ahora podría tener un poco más de tiempo para socializar.

—Sí, la verdad es que me alegro de esto, no lo niego... me encanta que la gente se esté fijando en mí ahora— respondió Adrien.

En eso vio a Marinette acercándose a la mesa de Adrien y Nino, cosa que confundió a ambos chicos.

— ¿Necesitas algo? — pregunto Adrien.

— ¿Por qué has cambiado a esto Adrien? — pregunto Marinette afligida, Adrien simplemente no entendía él porque estaba así Marinette por él.

— ¿Pasa algo malo porque me haya salido de los cojones hacer un cambio de personalidad? Digo, no siempre vas a ser el niño santurrón e impoluto que lo amaban unas babosas con falta de afecto ajeno— respondió en tono burlón Adrien ante esto.

Las palabras de Adrien a Marinette le hizo sentir mal, estuvo a punto de desmayarse por esto, pero intento "hacerle recapacitar".

—Pero Adrien, tú eres una maravillosa persona ¿Por qué te has convertido en esto? Te estas convirtiendo en un rebelde—

—Pareces la típica abuela cristiana que como lleves minifalda se escandaliza— contesto Adrien intentando ignorar las formas de la franco-china.

Marinette pestañeo un poco incrédula por las palabras de Adrien para en eso intentar refutar su explicación.

—Tú antes te comportabas como un angelito, eras increíble siendo el Adrien de antes, ¿Por qué este cambio? No eres tú—

Esas palabras molestaron mucho a Adrien, se levantó de la silla y dio un palmazo a la mesa, su flequillo un momento oscureció sus ojos. En eso giro su cabeza a dirección a donde estaba Marinette y le hablo sin pelos en la lengua.

—Ese Adrien que a ti tal vez te guste, no es el Adrien que yo deseo ser, era infeliz siendo ese niñato perfecto, no sabes las putadas y la vida de mierda que tengo siendo modelo porque no miras más allá de tus narices. El Adrien que ves, es el que siempre he ocultado porque pensaba que tanto mi familia como por donde me muevo no está para nada bien visto. Así que déjame en paz, que no eres nadie para decirme como soy yo—

Se sintió aliviado, era lo que necesitaba soltar, antes se callaba las cosas pero... ahora se sentía bien diciendo las cosas como eran.

Marinette se quedó callada ante esto, dio unos pasos para atrás para seguido irse, Adrien por su lado suspiro y se sentó de nuevo ahora un poco más calmado por esto.

—Vaya... No me esperaba eso— le dijo el chico moreno con gafas al blondo.

—La verdad es que... ese tipo de cosas me enfada, realmente me ha enfadado eso que ha dicho Marinette— fue la contestación de Adrien a su amigo.

Nino en eso vio donde estaba Marinette y se quedó pensativo.

—<<¿Y si le cuento a Adrien eso de Marinette? Creo que es lo que debo de hacer>>— fue el pensamiento del moreno.

Nino en eso vio a su amigo y le hablo.

—Oye, ¿te puedo contar una cosa? —

Adrien al escuchar esto, vio a Nino, que le hablo.

—Es sobre Marinette, creo que no te va a gustar ni un pelo lo que se de ella—

— ¿Y quién te ha contado eso sobre Marinette? — pregunto Adrien.

—Me lo conto Alya, si se dé esto por ella, fíate—

Adrien solo se apoyó de un codo en la mesa y se acercó un momento para seguido Nino mirar a los dos lados y susurrarle.

Nino le conto lo que sabía que hacia Marinette y con lo que estaba diciendo sobre Marinette, la cara de Adrien empezó a volverse una mezcla de tres cosas. Asco, sorpresa y seriedad, sobre todo sorpresa y asco.

Nino le termino de contar y Adrien se llevó una mano a la barbilla mientras que esa cara que le había puesto al blondo no se le iba.

—Joder... ¿Tan fatal esta Marinette? Dios, que asco la obsesión que tiene conmigo— fue lo que salió de la boca Adrien.

Nino asintió con la cabeza y dejo su mano en la barbilla, que paso a poner esa misma mano en la cabeza.

—Fua... Esta loca Marinette, necesito alejarme de ella. —

Hablo Adrien aun sin salir de su sorpresa, estaba con esa mezcla de emociones que le daba una muy mala sensación.

— ¿Y ahora qué hago para que se aleje de mí? — pregunto Adrien.

—Creo que ya lo estás haciendo— dijo Nino mientras veía a su amigo. Adrien vio en eso a Marinette de nuevo y recordó lo que había pasado, a cuanto más libre, más alocado era, Marinette se iba a alejar más de él.

Tenía ahora un motivo más para su nuevo él. Una sonrisa se le dibujo en el rostro del de ojos verdes esmeralda.

Nino se percató de esto, y vio a su amigo.

— ¿Qué es lo que estás pensando, Adrien Agreste? — pregunto el moreno.

—Je... digamos de que, a más libre era, más Marinette se aleja de mí, más quiere que vuelva a ser ese niño santito... hare eso ¿Qué digo? No tengo nada que hacer, ahora yo soy así. — fue la conclusión que saco Adrien ante esto.

Nino dio una sonrisa ante esto y Adrien solo le dio una sonrisa a su amigo y los dos siguieron hablando, ahora de cosas más banales.

Marinette por su lado se giró a ver a Adrien, para en eso poner un gesto triste.

—Adrien... ¿Por qué lo hiciste?—

—Marinette, por el amor de dios, deja de quejarte porque Adrien se haya vuelto semejante a Luka— fue lo único que dijo Alya, ya un poco harta de la actitud de su amiga.

Marinette se giró a ver a su amiga y siguió poniéndose más apenada.