Epílogo

... hasta aquí llega mi confesión. He relatado todos los hechos de los que tuve conocimiento en mi segundo viaje en la Stella Maris, desde la partida hasta aquel funesto idus de marzo de 2758, días antes de ser rescatados.

Estoy segura de que será corroborado por los otros supervivientes: mis compañeros César Mas y Ben Conrad, así como la cabeza de Maraña, que espero que ya haya recibido un cuerpo nuevo.

Ruego que se haga justicia y, por tanto, solicito mi absolución sin condiciones y mi inmediata puesta en libertad.

Una vez en el Espacio, siempre en el Espacio.

Navegante Rebeca Vargas, para el Alto tribunal de Nuevo Brasil.

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