19. Pianista

Puesto que ChanYeol no había podido cambiarse de escuela y las exigencias en su colegio privado eran mayores, el mayor se quedaba en casa haciendo deberes mientras sus amigos salían a pasear por ahí todas las tardes, KyungSoo no perdió la costumbre e iba todas las tardes a la residencia Park a estudiar con su novio.

—¿Pensaste ya en una canción? — preguntaba el menor mientras respondía los ejercicios de física.

—No...— habló un poco desolado el mayor de los dos, leyendo la lección de francés.

—¿No te decides por una?

—No sé si quiero hacerlo...— dijo por fin.

—¿No quieres hacerlo? — el chico dejó su libro sobre el sillón y volteó a ver al más alto sentado en la silla frente al escritorio.

—Si quiero hacerlo... pero... no me siento seguro— él también dejó sus deberes para poder ver directamente al chico frente suyo.

KyungSoo no dijo nada, sólo se limitó a hacer una mueca. —ChanYeol... hay muchas cosas que aún no sé de ti y hay otras muchas que no termino de entender... pero algo que sí sé es que lo harás muy bien si decides hacerlo, tampoco puedo obligarte a que lo hagas si no te sientes seguro, pero piensa las cosas...— el chico tenía un tono serio mientras sostenía la mirada del mayor —la carrera que eligió tu padre para ti, no te va a hacer feliz, sabemos que no te gusta. Pero si tienes...

—Tengo miedo— interrumpió el chico parándose de su asiento y poniéndose a un lado del menor —tengo miedo KyungSoo, de decepcionar a mi familia, Yoora está a punto de recibirse como periodista y mis padres están muy orgullosos de ella, seguramente terminara siendo una gran reportera y luego estoy yo que tengo este tonto sueño de dedicarme a la música y que las probabilidades de triunfar en ese ámbito son muy escasas...

—ChanYeol pero tú eres muy talentoso— KyungSoo sujetó la mano de su novio y entrelazó sus dedos firmemente.

—Pero el éxito no solo va a depender de si soy o no talentoso...— bajó la mirada y suspiró, sintiéndose mal por no poder hacer lo que quería, por no poder tener total libertad en sus decisiones —¿Y si a nadie le gustan mis interpretaciones? ¿Y si creen que soy muy ordinario? Hay muchas cosas que van a influir en mi camino para ser concertista... no quiero quedarme estancado y nunca avanzar porque es una de las cosas que más amo en esta vida... tocar.

—Oh ChanYeolie— murmuró el chico, llevó una de sus manos hasta el mentón del más alto y lo hizo voltear a verlo directamente, juntó sus narices y con la yema de sus dedos acarició suavemente la piel de su mejilla —Aun cuando no logres tener la aceptación de todos, al final del día estarías haciendo lo que te gusta y que más gratificante que no estar trabajando en un trabajo precisamente, si no en tu actividad favorita, sé que me vas a decir cosas como "de felicidad no se vive" o "¿Quién va a pagar mi manicure?"

—Ya no me hago manicure— objetó ChanYeol entrecerrando los ojos ligeramente.

—Es un ejemplo, tontito— siguió hablando KyungSoo —Pero en verdad, yo creo que es más importante que seas fiel a tus principios y no los que la demás gente trata de imponerte...

—Tú estás tratando de imponerme eso— ChanYeol levantó una ceja y soltó una risita, llevó sus manos a rodear la cintura del menor.

—¡NO! Haz lo que quieras— levantó un hombro —pero haz lo que te haga feliz.

ChanYeol asintió con la cabeza y depositó un ligero beso sobre los labios del menor, KyungSoo sin dudarlo dos veces, correspondió el tacto y antes de separarse, el menor de los dejó una ligera mordida sobre su labio inferior y rio por la expresión del mayor.

—¿Quieres venir a mis lecciones de piano?

—¿Hoy?

—Si

—De acuerdo— KyungSoo dejó un último beso sobre sus labios y volvió a sus deberes, al igual que ChanYeol.

Las clases de piano de ChanYeol se llevaban a cabo en el salón de la casa, donde tenían además de un piano, estanterías con enciclopedias de diversos temas, sillones elegantes y una gran ventana que iluminaba el salón.

KyungSoo bajó con su novio hasta el salón para esperar por la profesora, así que se sentaron sobre el pequeño banquito del piano antes de que la mujer llegara alegando que nadie podía estar disturbando las lecciones del chico, pero tras una larga insistencia de ambos jóvenes, la señora accedió a dejar quedarse a KyungSoo.

Fue entonces cuando el menor de los dos, encontró una razón más para estar prendado del mayor, la hábil manera en que sus dedos acariciaban las teclas, la pasión que se podía ver en cada nota, el entusiasmo que el chico le ponía a la pieza musical, ya ni siquiera tenía la necesidad de ver el teclado, tocaba con los ojos cerrados, sintiendo en cada célula de su cuerpo la música que sus manos producían. KyungSoo observaba todo desde un sillón del salón, maravillado, los ojos le brillaban como nunca antes lo habían hecho, la piel se le hizo chinita cuando vio como ChanYeol movía los dedos de manera veloz sobre el teclado sin falla alguna.

La lección terminó y la mujer felicitó al pianista como siempre solía hacerlo y antes de que se fuera, KyungSoo intervino.

—Seño...rita maestra de ChanYeol ¿Qué canción cree que él deba tocar para su audición?

—¿Si vas a audicionar, ChanYeol? — se volvió a sorprender la mujer, una tarde antes de que KyungSoo fuera a pedirle perdón, le había dicho que renunció a toda idea de una escuela de música.

—Esta vez sí, Miss Kohut— el joven asintió decidido —¿Qué canción debería tocar?

—Con la que quieres, ChanYeol, debes demostrar que además de talento tienes pasión y la habilidad de transmitir un sentimiento con una melodía por muy simple que sea. Ellos se basaran en eso.

La profesora salió de casa dejando muy pensativos al par en el salón.

—No sé de esta clase de música, ChanYeol, así que tú dime.

—Mi favorito es Schubert, pero... — se quedó un rato pensando —hay una canción, me gusta mucho, de un pianista que le dedicó una canción a su hermana, me recuerda a Yoora... desde que se fue a vivir a la capital por la escuela la he extrañado demasiado, ella siempre está ahí para mí y siempre trata de entenderme, ella me dijo que debía decirte en cuanto antes que me gustabas— el chico soltó una risita y sus mejillas se sonrojaron un poco —ella incluso sabía que yo te gustaba a ti y ni siquiera te conoce personalmente... Por eso, me gustaría tocar esa canción, para poder agradecerle todo lo que ha hecho por mí, aunque no pueda verme, sé que le gustara.

—¿Y qué canción es? — preguntó el chico con una enorme sonrisa.

ChanYeol se acercó al menor y habló en su oído, KyungSoo puso una cara de no saber ni que, así que le pidió que le mostrara la canción y fue así, el más alto volvió a sentarse sobre el banco del piano y comenzó a tocar una melodía simple y suave, tranquila y aun así llena de sentimientos.

—Wow... ya me deprimiste ChanYeol— bromeó el chico cuando terminó de tocar, KyungSoo se paró detrás del mayor y colocando sus manos sobre sus hombros, se inclinó un poco y depositó un beso sobre una de sus orejas para poder susurrarle —Lo harás increíble, amor.

ChanYeol sonrió enormemente y giró la cabeza un poco para poder corresponder las muestras de cariño de su novio. Aun cuando no se sentía tan seguro al ir en contra de lo que su padre quería para él, se sentía seguro respecto a su música. Y teniendo el apoyo de aquel enano y ojón chico, sabía que lo iba a poder lograr todo y contra cualquier adversidad. 

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