10. Deja vú
El director Park se debatía en si poner o no un reporte al chico sentado frente a él.
—Es que secuestraste las instalaciones de la cabina de audio— hablaba el hombre desde su silla.
—Y deje mis mocos debajo de la consola.
El director hizo una mueca de desagrado al escuchar la confesión del menor.
—Pero disipaste el rencor hacia ChanYeol.
—Señor director...— llamó el pequeño al hombre y se recargó sobre el escritorio —Una persona es el director Park y otra el señor Park.
El hombre lo miró sin entender muy bien pero a los instantes comprendió el punto del menor. Asintió con la cabeza un par de veces y relleno un formulario de reporte nuevo y se lo extendió al ojoncito.
—Y... ¿puedo cambiar de tutor?
—¿Qué hay de malo con JunMyeon?
—Todo está mal con JunMyeon, no me sabe explicar nada— se quejó el pequeño moviendo las manos en el aire.
—De acuerdo, regresa después de clases y te abre asignado uno nuevo.
—Gracias— el chico se levantó de la silla y regresó a la clase que había abandonado. Cuando el joven llegó todos lo voltearon a ver, ya estaba más que acostumbrado a las miradas de todas esas personas, pero no estaba para nada acostumbrado a las miradas de sus amigos.
—¿En serio te disculpaste?— preguntó SeHun en voz baja detrás del bajito.
—¿Eres sordo? Eso fue lo que dije.
—Que bajo has caído Do ¿Papi Park también compró tu silencio?— esta vez fue LuHan el que hablaba.
—Dejen de decir tonterías, deberían madurar algún día— se molestó KyungSoo al escuchar a sus amigos hablar mal.
SeHun y LuHan se indignaron por las palabras de su bajito amigo. Ese fue el inicio de la enemistad KyungSoo vs HunHan.
Al terminar las clases y como si fuera una especie de ritual, KyungSoo caminó hasta la dirección. Otra vez esa imagen, alguien ya sentado frente al director, seguramente su nuevo tutor, rezo a todas las divinidades que esta vez fuera alguien agradable.
—KyungSoo— saludó el director al joven que jalaba su mochila al interior de la oficina.
—Señor director— respondió el saludo —Sabe... debería tener mi propia oficina aquí.
—Lo consideraré— KyungSoo se sentó al lado de aquel chico sin prestarle mucha atención y espero ser presentado a su nuevo tutor —Ahora, te presento a tu nuevo tutor.
—Hola KyungSoo— reconoció esa voz e inmediatamente volteó a ver quién lo saludaba, una enorme sonrisa apareció en sus labios, dándole esa bonita forma de corazón, se levantó de su asiento y llevó sus manos a la cabeza.
—¡Hola ChanYeol!— habló emocionado el chico sin dejar de sonreír de manera tan amplia —creí que habías renunciado.
—Renuncie— asintió con la cabeza —pero no terminé mi última tutoría, no me gusta empezar algo sin terminarlo— le dedicó una ligera sonrisa.
—¡Si!— gritó KyungSoo victorioso. Hizo una seña con las manos en el aire y dio un brinquito.
—¿Te veo a la hora de siempre?— preguntó ChanYeol viendo divertido la reacción del menor.
—¡Cuenta con ello!— KyungSoo levantó uno de sus pulgares y guiñó su ojo. Se despidió de ambos Park y regresó felizmente a su casa.
Ahora las cosas estaban bien de nuevo, o bueno... más o menos, porque se había echado encima al HunHan, pero pensándolo bien esos dos no trabajaban bien como cerebros del mal cuando estaban juntos. Así que no se preocupó mucho por tenerlos ahora como archienemigos.
Falsificó, como siempre, la firma de su madre sobre su reporte, lo guardó muy bien entre sus cosas y comenzó a alistarse para volver a la casa de ChanYeol después de tanto tiempo. Cantaba alegremente una canción mientras cambiaba su ropa, se encontró a si mismo sintiéndose inusualmente feliz por volver a ver a ChanYeol, no le pareció importante pues comparó el sentimiento con el que sintió cuando vio a LuHan de nuevo. No era muy diferente ¿O sí?
KyungSoo fue en bicicleta una vez más hasta la casa de los Park donde fue recibido de buena manera una vez más. Volvió a esperar a ChanYeol en la cocina mientras tomaba el té con su madre, esta vez ya no lo corrió al cuarto de estudios cuando su esposo llegó.
—KyungSoo— saludó el hombre sin mostrar alguna expresión.
—No estoy muy seguro de cómo debo llamarlo— se confundió el menor —¿Señor director? ¿Señor Park? ¿Señor ChanYeol?
—Sólo dime...— él tampoco estaba muy seguro pero optó la segunda opción del menor.
—De acuerdo Señor Park.
Escucharon la puerta del salón abrirse y supieron que las clases de piano de ChanYeol habían terminado, KyungSoo se levantó de la silla y agradeciendo los alimentos fue a encontrarse con el más alto.
—Hola KyungSoo— saludó al bajito con una sonrisa, el menor correspondió la sonrisa y movió la mano en el aire. ChanYeol iba acompañado de una señora de edad avanzada de aspecto extranjero, la piel pálida, un cabello canoso y los ojos tan azules que parecían ser transparentes.
—Nos vemos mañana, Miss Kohut— ChanYeol se despidió de la mujer y le indicó a KyungSoo que subieran al lugar de siempre.
Las cosas se retomaron donde las habían dejado, para KyungSoo era muy fácil aprender cuando ChanYeol le explicaba, se le facilitaba todo y hasta parecía divertido.
—Gracias, ChanYeol, de verdad muchas gracias por ser mi tutor de nuevo, JunMyeon iba a hacer que reprobara el año— bromeó KyungSoo al respecto.
—Gracias a ti, aunque fuiste tú quien esparció todo, al final aceptaste tu error y lo supiste enmendar muy bien. Ahora todos han vuelto a tener respeto no sólo hacia mí, sino a mi padre también.
—Ah... eso, es que no creí que fuera a convertirse en un caos— admitió el menor de los dos.
—Está bien— ChanYeol mostró una sonrisa a su amigo y cerró el libro de ejercicios de física —¿Quieres hacer algo?
—¿Hacer algo?
—Si... ya sabes, nuestra amistad se basaba en estudiar y una fiesta en la que terminé intoxicado. ¿Quieres hacer algo?— volvió a preguntar el chico.
—Mmm...— KyungSoo meditó un momento lo que quería hacer —¿Me enseñas tiro con arco?
—No te voy a enseñar eso después de que hablaste sobre lanzarle flechas a la gente.
—Ash, aburrido— jugó KyungSoo soltando una risita —Podemos escuchar música mientras platicamos.
—De acuerdo— asintió con la cabeza el mayor de los dos y encendió la computadora para poner videos en YouTube. ChanYeol fue quien eligió la primera canción.
—Ayy ChanYeol~— comentó el chico negando con la cabeza al escuchar la canción que había puesto su amigo.
—¿Qué? Es Stravinski— comentó ChanYeol yendo a sentarse a un lado de KyungSoo sobre el largo sillón.
—¿No duran esas canciones como dos horas cada una?
—Si ¿Por qué?— preguntó el chico.
—Nunca me va a tocar poner una canción a mí— comentó triste el menor.
—Mañana pones las que quieras— le dedicó una sonrisa a su amigo y despeinó ligeramente sus cabellos. KyungSoo soltó una risa apenas audible y puso una expresión seria.
—LuHan y SeHun se enojaron conmigo.
—¿En serio? ¿Por qué?
—Por pedir disculpas— KyungSoo tenía la mirada baja.
—¿En verdad? ¿Quién se enoja por eso? Bueno... son LuHan y SeHun.
—¿En verdad a YiXing le gusta SeHun?
—No se lo dijiste ¿Cierto?
—No...— negó con la cabeza cerrando los ojos —Nunca te he visto tocar el piano.
—¿Quieres verme tocar el piano?— preguntó el chico señalando la puerta con su pulgar.
—Otro día— contestó KyungSoo sin abrir los ojos aún —¿A qué Universidad irás?
—A la Universidad Nacional— contestó ChanYeol con cierto tono de tristeza en su voz.
—¿Qué vas a estudiar?— finalmente el menor abrió los ojos y volteó a ver a su amigo, curioso.
—No lo sé... lo que sea está bien— comentó ChanYeol alzándose de hombros.
—¿Lo que sea? ¿Y tú que quieres?— levantó una ceja el menor de los dos.
—Me gustaría ser...— ChanYeol se quedó callado un momento y dio un suspiro —¿Tú que vas a estudiar?
—Intentaré entrar a la escuela de gastronomía— sonrió KyungSoo —y si no... pues lo volveré a intentar.
—¿A la escuela de gastronomía?— se extrañó el más alto —¿Tus padres te dejaran estudiar eso?
—¿Por qué no?— se alzó de hombros el más joven.
—Porque... no es una carrera muy seria.
—Claro que lo es, todas las carreras lo son— KyungSoo frunció el entrecejo y volvió a cerrar los ojos —Entonces que quieres estudiar tú— volvió a hacer su pregunta.
—Quiero ser... abogado— dijo no muy convencido.
—Pero odias las clases de bases legales— recordó KyungSoo.
—¿Cómo sabes eso?— se alarmó el orejón.
—Tú me lo dijiste el día que fuimos de fiesta— KyungSoo comenzó a reír cuando recordó a su amigo en aquel estado.
—¿Qué más te dije ese día?— ChanYeol abrió los ojos de manera alarmante.
—Que amas a Rilakkuma.
—¿Y qué más?
—Que...— KyungSoo no estaba muy seguro de querer decirle el resto pues recordaba que aquellos asuntos eran muy significativos para su amigo, pero decidió ser honesto con él si quería volver a recuperar su confianza —que nunca te habías enamorado y que nunca has dado tu primer beso.
—¿Y... ya?— preguntó el más alto, no parecía tan sorprendido como aquella noche en que confeso aquello.
—Ssssiii...— al menor se le hizo sospecho todo aquello así que volvió a retomar aquella charla —Entonces nunca has dado un beso a nadie...
—No— negó con la cabeza repetidas veces —quiero que sea con una persona que me guste mucho y yo gustarle mucho a esa persona— insistió con esa idea.
—Ya...— KyungSoo movió su cabeza ligeramente —¿Y... alguien te gusta?
—No— negó con la cabeza muy seguro —quizás algún día conozca a alguien.
—Deja vú— dijo KyungSoo al sentir que volvía a vivir esa conversación.
—¿A ti te gusta alguien?— preguntó ChanYeol curioso.
—No— imitó la acción de su amigo.
—Oh... — ChanYeol se recargó sobre la pared y movió los dedos al ritmo de la canción que sonaba desde el ordenador.
—Tu música me da sueño, ChanYeol, ya me voy a mi casa— KyungSoo se levantó de su lugar y tomó sus cosas listo para irse.
—Nos vemos mañana— ChanYeol se despidió de su amigo.
—Hasta mañana.
—KyungSoo...— lo llamó el mayor de los dos, el aludido volteó a verlo y espero más de la frase —si quieres mañana puedes almorzar con nosotros.
—¿Nosotros?
—Como te peleaste con LuHan y SeHun puedes sentarte con YiXing, JongDae y yo.
KyungSoo abrió los ojos sorprendido y rio por lo bajo, asintiendo con la cabeza —De acuerdo ChanYeol, nos vemos mañana.
El par se despidió, ChanYeol se quedó en el cuarto a terminar de escuchar la pieza musical y KyungSoo volvió a casa en su bicicleta con un montón de ideas revoloteando en su mente. Se sentía extraño. Era una sensación desconocida.
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