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En el ático de la casa, el señor Kim tenía guardadas en cajas muchas de las cosas de su difunda esposa. A la madre de Febe le gustaba pintar así que muchos de sus cuadros también se encontraban guardados ahí. Hacía mucho tiempo que no registraba en esas cajas, no desde que era pequeña, debido a que a padre le encantaba mostrarle cada una de sus cosas.

El día del baile de graduación se acercaba, era el acontecimiento social más cliché que podía existir en su institución pero JungKook se graduaba, no oficialmente, pero ya no le quedaban casi días para hacerlo. El baile celebraba eso, a los estudiantes de último año que habían cursado los años de preparatoria y ya era hora de partir. Los de primeros años se emocionaban mucho por asistir a tal baile, Febe en cambio era la primera vez que iría, no recordaba que había hecho el año pasado, seguramente atragantarse con palomitas en el sofá de su sala.

Eso la hizo detenerse y pensar que el tiempo realmente volaba, si hace un año le hubieran dicho que estaría buscando un vestido entre las cosas de su madre para ir al baile de graduación con un chico que resultaba ser su novio, tal vez no lo hubiera creído. Es que toda la situación era tan malditamente cliché que lograba ponerle los pelos de puntas. Aunque no había que mentir, se encontraba muy emocionada del solo hecho de poder compartir un baile que JungKook y estar grande parte de la noche con él, desde que los exámenes habían acabado tampoco había tenido el tiempo suficiente para verlo, Jungkook gran parte de sus días se la pasaba en entrevistas de ingreso a diferentes universidades.

¡Aquí estás!

Lo había encontrado. Era un vestido hermoso, papá alguna vez le había mostrado fotos donde mamá lo llevaba. Era rosa, un rosa pastel para ser exactos. Febe normalmente no se vestía con colores pasteles, siempre ocupa pantalones y ropas anchas de colores más neutros, a excepción de sus vestidos que iban de blancos a negros. Pero esto era diferente, por lo tanto necesitaba un vestido distinto a los que acostumbraba a llevar. Extrajo el largo vestido de entre el resto de las prendas y corrió contenta a mostrárselo a su padre.  Ese día solo eran ellos dos en casa y era bueno poder pasar un tiempo a solas luego de algún tiempo.

—No iré —Repitió por decimoquinta vez Jimin desde la cama de JungKook— solo he venido a hacerte compañía antes de que te vayas.

—Ya claro, ¿y no viniste porque tenías una pizca de esperanzas de que Febe y yo te insistiéramos de ir al baile?

—P-por supuesto que n-no.

—Ve, ¿como vas a faltar? Siempre haz querido ir, yo nunca he querido ir, no puede ser que se hayan invertido los papeles. Además no tenemos por qué quedarnos hasta el final, no pretendo hacerlo, estoy seguro que a Febe tampoco, a ninguno de los dos nos interesa quienes serán los reyes del baile —Afirmó JungKook buscando en el fondo de  su armario ese traje que ya no le servía pero sabía que a Jimin le quedaría.

—No tengo pareja para ir —dijo bajito en un intento de proteger su orgullo.

—No la necesitas, vas con nosotros.

—No tendrán su tiempo a solas. —Devolvió Jimin.

—Estoy casi un 90% seguro de que alguien querrá estar contigo. —Se detuvo un momento al ver el saco negro y los pantalones a juegos— Oh, aquí está.

Se lo lanzó a Jimin y este lo tomo casi sin ganas.

—Pero no será YoonGi.

—No será Yoongi pero si alguien que te haga olvidarlo, ¿mm? ¿No suena tentador? —sugirió JungKook levantando ambas cejas y es que él no servía para esas cosas. Ya estaba lo suficientemente nervioso respecto al baile a pesar de estar aparentando tenerlo todo bajo control, ni siquiera sabía como dejar su cabello ahora que después de un tiempo de solo estudios había crecido descuidadamente.

—No mucho.

— Aun es temprano. Tienes el tiempo suficiente para no pensarlo y arreglarte para alguien esta noche.

—Que no es...

—¡Ya sé que no es YoonGi! —repitió ya conociendo la línea.

—¡Ok! ¡Iré!

—Waaa, inesperado. —JungKook de por sí no era sarcástico, tal vez se debía a la influencia de Febe. Jimin no pudo evitar reír y le dio un golpe en el hombro antes de pasar por su lado y salir por la puerta con el traje en manos. JungKook escuchó como se despedía de su madre para luego marcharse.

—Bien. —se dijo a si mismo una vez que estuvo solo, no quería estar solo, tal vez por eso quiso enfrentar los problemas de Jimin, para centrarse en otros pensamientos que no eran los suyos, tal vez era un poco egoísta de su parte.

Se sentó en su escritorio y buscó su teléfono que había dejado cerca del librero y ahí se percató de algo que le hizo detenerse. Uno nunca pasa desapercibido su propio nombre. Sus libros habían cambiado de posición, antes los tenía ordenado por tamaños de mayor a menor pero ahora estaban disparejos, solo que había un detalle, las primera sílabas de cada palabra escrita en los lomos deletreaban en una perfecta oración, "te amo Jeon JungKook"

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