[00] Comienza la aventura

—¡Aquí comienza la aventura!. —Una melodía muy pegadiza suena de fondo—. En cinco días todos seréis testigo de la vida de doce jóvenes, que han sido elegidos entre millones de candidatos, para vivir aislados del mundo durante seis meses. —Marissa Prat, una de las más reconocidas y aclamadas presentadoras se dirige al público a través de la pantalla.

Aparto la mirada del televisor para dirigirla a Diego, mi novio, que atentamente y sin parpadear presta atención a cada una de las palabras de la flamante mujer. Cojo su mano y entrelazo nuestros dedos. Ante mi gesto, centra su atención en mí y me da una sonrisa melancólica y nerviosa a partes iguales.

Ambos sabemos lo que significa la presentación de este programa a nivel nacional, aún no nos habían dicho el día exacto en la que tomaríamos rumbo al que sería nuestro hogar por los próximos seis meses.

«Tan solo cinco días».

La organización del reallity quería que todo fuese lo más secreto posible, por eso no nos ofrecieron información acerca de nuestro destino ni de la fecha en la que comenzaríamos a concursar. Además, se nos hizo firmar varios contratos en los que nos comprometimos a no decirle a nadie acerca de nuestra participación.

Lo único que nos dejaron en claro fue el tema del programa.

Una isla desierta, una playa paradisíaca, una casa de ensueño, una cabaña del amor... Un reallity diferente a todo lo visto hasta el momento. Una aventura sin igual. Un viaje repleto de sorpresas —Se embarga Marissa en la descripción de lo que supondrá, tanto para nosotros como para los espectadores, el concurso.

Son jóvenes, son guapos, son inteligentes y son compatibles. ¡Sí, queridísimos míos, habéis oído bien! ¡Compatibles! Todos querréis saber que significa esto, pues bien, a cada uno de los candidatos que se presentaron al casting, se les sometió a un test de personalidad. Cada uno de estos exámenes fueron estudiados por nuestros compañeros expertos en psicología que, basándose en las respuestas, elaboraron un certero nivel de compatibilidad.

Dirijo de nuevo la vista hacia Diego, mientras Marissa se calla unos segundos para que los espectadores se sientan libres de especular sobre qué es eso de la compatibilidad y qué supondrá para el reallity. Diego también está con sus iris clavados en mí. El color chocolate que tanto me gusta se colma de brillo cuando compartimos una sonrisa de complicidad.

Tira de mi mano para que me acerque más a él, lo que hago gustosa, y me acurruco en sus delgados brazos.

—Te quiero, preciosa —susurra en mi pelo, creo que intentando calmar mis dudas, dudas que por cierto no tengo.

—Vamos a estar bien —le aseguro.

—Por supuesto que sí.

Marissa hace ademán de seguir explicando por lo que guardamos silencio y nos metemos de lleno en sus palabras.

Doce personas, seis parejas posibles con cien por cien de compatibilidad entre cada uno de los miembros de esas parejas. ¿Serán capaces de encontrar a la persona indicada en los próximos seis meses? Vosotros seréis testigo de todo lo que ocurre, podréis ver las veinticuatro horas de la vida de nuestros concursantes a través de la app. Y yo os esperaré aquí todos los Martes para contaros todas las primicias. ¡Hasta el Martes, queridos!

Se corta la emisión y dan comienzo las noticias. Con miles de pensamientos rondándome la mente, abrazo más estrechamente, si cabe, a Diego. Hasta hace un momento la incertidumbre no era algo a lo que dar lugar, pero ahora mismo en lo único que puedo pensar es en si realmente nos hace tanta falta el dinero.

Levanto la cabeza para poder observar a mi amor, que tiene la vista en el infinito e hincha y deshincha las aletas de su aguileña nariz con cada respiración. Estoy segura de que él está pensando exactamente lo mismo que yo y más segura estoy todavía de que llegará a la misma conclusión: sí, nos hace mucha falta. Con mi trabajo de tres horas en la limpieza, con él en paro y con un piso a punto de sernos embargado, no podemos permitir que las dudas nublen nuestra mente.

—Nene, estaremos bien —le repito nuevamente, convenciéndome también a mí misma.

—Y si... —intenta hablar todavía con los ojos puestos en la pared.

—No hay «y sis». —Le corto, cogiendo su cara para que sus ojos impacten con los míos—. Nene, somos nosotros. Nos conocemos desde que somos niños, somos amigos desde la primaria y novios desde hace tantos años que ni lo recuerdo. —Finjo echar cálculos con una sonrisa pilla.

Él sonríe en respuesta, enseñándome su hilera de dientes blancos, que se ve imperfectamente bonita debido a uno de sus incisivos superiores torcido, y me da un casto beso en los labios.

—Doce años, nena —refresca mi memoria como si de verdad me hiciese falta.

—¡Exacto! ¡Doce años! Compartimos todo. T-o-d-o. No hay nadie en este mundo que sea más compatible que nosotros.

Cierra los ojos, apoya la cabeza en el respaldo del sofá y suspira pesadamente.

—Eres tan perfecta para mí que me aterra la idea de que pueda haber otro hombre que sea mejor para ti —confiesa aún con los ojos cerrados.

—Pero no tienes de que temer, es imposible que exista alguien que me complemente más que tú —afirmo dándole besitos por el cuello, causándole otra sonrisa—. Ya lo verás. Volveremos a casa pronto, con mucho dinero en la cuenta bancaria y con todos los pagos al día.

Estoy segura de que saldremos intactos de esto.

N/a ¡Hola, hola! ¡Nuevo bebé! ¡Gracias por pasar por aquí! Espero haber llamado vuestra atención y que os quedéis por aquí un ratito más.

Contadme vuestras apreciaciones. Besos 💜

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