Chapter 3

Ya habían partido de la estación espacial en la que se encontraban. Ya habían pasado 1 semana en el espacio, buscando la anomalía, sin suerte. Los equipos se dividían en Licht y Kibo en una nave, mientras que Viscocho y una comandante iban en otra.

Luego de estar vagando por el espacio durante más de 2 horas, sin éxito, decidieron volver a la estación espacial con las manos nuevamente vacías.

Licht, suspirando, mientras tachaba la zona en la que estuvieron recién en el mapa: Estoy comenzando a cansarme de esto. Llevamos 1 semana y no encontramos nada aun, comienzo a pensar que esto fue una pérdida de tiempo. – Se quejo Licht, perdiendo la confianza en sus habilidades como líder. Porque, ¿qué otra cosa podría estar fallando?

Kibo, poniéndole una mano en el hombro: No es tu culpa Licht, es solo que tenemos mala suerte. De todos modos tengo fe en que lo encontraremos pronto. – Y la galleta le sonrió cariñosamente a su superior, el cual le devolvió la sonrisa.

Licht, con las mejillas levemente teñidas de un suave carmesí, el cual no era notorio debido a la falta de luz que había en el espacio: ¿Espera, que es eso de allá al fondo? – Preguntó señalando hacia un brillo en la distancia. Activo rápidamente el piloto manual de la nave al mismo tiempo que Kibo activaba su radio.

Kibo: Viscocho, Comandante, vemos actividad sospechosa a la distancia, parece ser una de las estaciones atacadas. Les mandaré las coordenadas de nuestra posición para que puedan seguirnos el rastro.

Comandante: Entendido, estaremos detrás. Cambio y fuera.

A medida que se iban acercando, más se notaba lo que era realmente. Una estación completamente destruida y en llamas. El ataque había sido reciente, pero definitivamente fue destructivo, ya que no quedaba nada ni nadie.

Licht: Maldición, llegamos demasiado tarde. Esto es obra de esa anomalía, estoy seguro.

Kibo, mirando fijamente hacia su pantalla: No creo que hayamos llegado tarde fundador...

Viscocho, desde la radio: ¡Kibo, Licht, salgan de ahí ahora! El radar detectó algo enorme del otro lado de la estación. ¡No es seguro!

Pero ya era demasiado tarde. En el momento en que iban a darse media vuelta unos rayos aparecieron, inmovilizándolos y apagando casi todas las funciones de la nave, excepto la reserva de oxígeno.

Licht, sin levantarse de su asiento, giró la cabeza rápidamente en dirección a su compañera: ¡Kibo! ¿Estás bien? – Preguntó preocupado. El frenado había sido brusco y temía que la morena se haya lastimado.

Kibo: Estoy bien, solo un poco agitada... Pero me temo que esto se pondrá mucho más complicado. Mira al frente. – Y un destello incluso más potente que el rayo anterior los hizo caer.

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