Primera cita (Reto#1: BIOTECNOLOGÍA).


—¡Hazme caso, Chitauri, deja de discutir! —grita mi hermana, furiosa.

  Como siempre que se enfada, las pupilas se le transforman en rayas verticales verdes y negras, que lanzan destellos y opacan la luz de la estancia. Respira hondo y agrega:

—Disculpa, entiendo tu inseguridad, es la primera vez que te citas con una evolucionada. Pero date cuenta de que he salido con muchísimos de ellos y conozco sus gustos.

—Esto es lo que no comprendo.

  Y le entrego la tarjeta que me ha hecho ella a mano y en la que, haciéndose pasar por mí, ha escrito:

Eres especial para mí, Galatea. Disfruta de la velada, Chitauri.



—Créeme, adorará estos corazoncitos horrendos y los colores que no combinan —dice, riéndose a carcajadas—. Los evolucionados aman la moda retro, de cientos de años atrás. Además, he comprobado que estas formas y estos tonos les despiertan el lado romántico y sensual. Será imposible que pase de ti, hermanito.

—No sé, Mubaba, ¿no se trata de una de tus bromas? —expreso, mirándola serio—. ¡¿Cómo en pleno tres mil cuarenta, con los cambios en nuestro ADN, a alguien le puede gustar?! Nos atraen las luces de brillantes, envueltas para regalo, es lo que se estila.

—¿Te parece, Chitauri, que sería capaz de bromear con algo tan importante para ti? —me pregunta, cogiéndome de la mano—. Estoy tan interesada como tú en que esta noche sea un éxito. Además, para que vayas más seguro de ti mismo, le compras lo que tú quieras.

  Y tenía toda la razón del mundo. Le he entregado a Galatea, primero, el vino de la Colonia Saurus, para completar la cena que ella ha preparado. También, la caja con forma de corazón. Al abrirla su sonrisa se amplía y parece jugar con las luces de diamantes que salen disparadas por la sala en todas las direcciones. Pero cuando le entrego, casi con vergüenza y como pidiendo disculpas, la tarjeta que le ha hecho Mubaba, da un gritito de alegría y se me lanza sobre los labios. Empieza a besarme como si durante toda su existencia hubiese esperado por mí.

—Perdona —me dice, soltándome.

—No me pidas perdón por algo que me ha encantado —Le solicito, acariciándole la cara, los ojos grises le brillan.— Eres hermosa, Galatea.

—¡Tus palabras merecen un brindis! —exclama, apartándose reacia para servir dos copas de la botella que he traído; se lleva la de ella a los labios y dice—: ¡Por nosotros dos, Chitauri! ¡Nunca he conocido a alguien como tú!

—Estoy seguro de ello —Y le recorro la boca con la lengua.— Te quiero para mí, te necesito. ¡No te dejaré escapar!

  Me cuesta contenerme, es mi primera cita con alguien como Galatea. El sabor del vino de la Colonia Saurus mezclado con el de ella, me vuelve loco por anticipación. Porque mi hermana cocina mejor que nadie a los evolucionados empáticos, que son el manjar más exquisito para nosotros, los evolsaurus: a fuego muy lento y rociados con carom, ajenuz y cúrcuma.



https://youtu.be/s4m63KeLN3o

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