Cassandra
Aún seguíamos volando a algún lugar cuyo destino no sé, pero no tengo muchas opciones así que me toca confiar en un completo desconocido vestido de negro, cuyo nombre no sé.
— ¡Estamos cerca White! — Me grita Black sacandome de mis pensamientos.
— ¡Esta bien! — Y seguimos volando alrededor de unos 10 minutos más — Si, bastante cerca — Le digo sarcástica.
— Shh — Me manda a callar — Bajemos, es aquí — Dice y desciende hasta tocar tierra.
Debo admitir que esto no es nada de lo que esperaba, esperaba una cabaña mágica a la mitad del bosque, pero lo que está al frente de mi, no se parece en nada,
— Bienvenida a mi humilde morada — Dice mientras toca el timbre que está al lado derecho de la puerta principal.
— ¿Humilde?, ¿me estás jodiendo cierto? — Digo anonadada observando la mansión que se encuentra al frente de mis narices y a la que muy pronto voy a entrar — ¡Esto es demasiado! — Digo sorprendida.
— Está bien, no tan humilde — Se ríe de mí, y seguidamente la puerta se abre dejándome ver el interior del lugar, que dejame decirte que es mil veces más grande que por fuera y hay decoraciones por todos lados, espera, ¿Eso es un diamante real?.
Entramos y sigo observando los alrededores, a la izquierda hay una escalera que da al segundo piso, igual esta a la derecha, en medio de estas se puede ver una enorme entrada a un lugar donde, desde lo que puedo ver, hay muebles de cuero, creo, y una gran mesa de cristal.
— ¿Te gusta tu futura casa? — Dice Sack haciendo que Black se sonroje al extremo.
— ¡Sack! — Dice tímido, los ignoro.
— Bienvenido hijo, ¿Quién es ella? — Dice apareciendo una mujer bajando las escaleras, me imagino según lo que escuche, es su madre.
— Mamá te presento a White — Dice presentandome.
— Bienvenida White, ¿Son novios? — Dice y Black junto conmigo nos sonrojamos.
— ¡No! — Decimos al unísono.
— Aún — Se mete Sack — Se ven muy lindo juntos, ¿cierto madame? — Dice y se para sobre el barandal de las escaleras al lado de la mamá de Black, que por cierto es una hermosa mujer rubia de ojos azules tan intensos que te pueden llegar a intimidar.
— ¡Sack! - Le regaña por segunda vez Black a Sack — Deja de decir esas cosas — Dice rojo a más no poder.
— Esta bien, pesimista — Dice y se va volando escaleras arriba desapareciendo nuestras vistas.
— Ok, hijo, ¿por qué está la chica White aquí? — Dice esperando una respuesta.
— Ella también tiene poderes y se están saliendo de control, igual que a mí — Dice, su madre abre sus ojos sorprendida y me voltean a mirar, baja corriendo las escaleras y se para al frente de mí tomando mis dos manos entre las de ella.
— ¿Es cierto lo que dice Black? — Me pregunta un tanto desesperada.
— Si — Respondo tímida ya que me está mirando directo a mis ojos color esmeralda — Esta mañana se salieron de control y no se qué hacer — Contesto esta vez firme — Black dijo algo sobre una reina, la reina Tatiana, si no me equivoco — Digo y ella me suelta alejándose unos pasos de mí observando a Black y luego a mí.
— La Reina Tatiana — Susurra pero la pude oír gracias a mis agudos sentidos — Sé dónde la pueden encontrar, pero no pueden ir solos, necesitan ayuda, al menos a una persona más — Su ex semblante angelical se pierde completamente por uno de seriedad.
— ¿Una persona más? — Pregunta Black — Mamá solo pueden ir personas con poderes a visitar a la reina Tatiana, y no conozco a nadie más con poderes — Dice, y es allí cuando se me ocurre algo.
— Tú no, pero yo sí — Digo y ambos me voltean a ver — Conozco a la persona indicada, y estoy segura que aceptará — Digo contenta dando saltitos.
— ¿Conoces a alguien que tiene poderes?, ¿Aparte de ti? — Dice anonadado Black, yo asiento feliz.
— Perfecto, White luego le avisan, mañana temprano partirán, yo mientras haré unos planos para que no se pierdan en el camino — Dijo la mamá de Black.
— Claro señora... — Dije esperando a que dijera su nombre.
— Cassandra Gales— Dijo — Me puedes llamar Cassandra — Asentí y sonreí.
— Cassandra — Dije — Bueno, lo mejor será que me vaya, ya está oscureciendo.
— No, no, no , como crees querida — Dijo y me asusté, sale mi lado paranoica y pienso lo peor — Es algo tarde para que estés por allí sola cariño, quédate a dormir — Me dice sacandome de mis pensamientos psicópatas.
— Oh, dormir, por supuesto, solo le aviso a mi hermanastro, debe de estar preocupado por mí — Dije y asintieron, Cassandra se fue por el pasillo que está en medio de las escaleras y quede sola con Black.
— ¿Hermanastro?, ¿Por qué no les avisas a tus padres? — Me dice Black.
— Está que... Vivo con mi hermanastro ya que mis padres están muertos — Dije, me entristece, pero no me voy a poner a llorar en frente de un desconocido que apenas conocí hoy, mis padre murió cuando tenía 5 años, mi madre sufrió mucho su perdida, pero salimos adelante entre las dos, cuando cumplí diez años la convencí de hacer su vida con un hombre que toda la vida la había amado, pero ella estaba tan enamorada de papá que nunca se dio cuenta de eso, hasta que lo descubrí y empecé a hacer que frecuentaran más con la excusa de que quería jugar con el hijo de aquel hombre, mi mamá y él empezaron a tener citas hasta quedar perdidamente enamorados el uno del otro, se casaron y desde entonces tengo un hermano mayor que tiene 3 años más que yo, que por ende como yo tengo 15 años el tiene 18, por lo tanto es mayor de edad y puedo vivir con él, fue completa suerte, ya que hace algunos meses mi madre y padrastro murieron en un accidente de tránsito que estaba ya planificado en contra de otras personas, pero desgraciadamente ellos pasaron justo por donde debían pasar las verdaderas víctimas y el resto es historia.
— ¿White?, ¿Estás? — Dijo Black chasqueando sus dedos enfrente de mis ojos — ¿Te han dicho que cuando piensas tus ojos se ponen de un verde más intenso?, lo que los hace más bellos — Dijo y volví a la realidad — Por cierto siento haber preguntado eso, no sabía nada — Dice con un claro tono de triztesa.
— No hay problema, es cierto, no lo sabías — Dije sonriendole.
— White, Black vengan a cenar — Dice Cassandra apareciendo frente a nosotros.
— No es necesario Cassandra, no quiero ser una molestia — Dije tímida.
— Cariño no eres una molestia, siempre eres bienvenida, bueno, a partir de hoy — Dijo, me guiñó un ojo y se fue.
— Lo mejor será ir, quiero presumir lo bien que cocina mi madre — Me da un beso en la mejilla derecha logrando así que mi rostro arda, lo cual significa que me acabo de sonrojar — ¡Una carrera hasta la cocina! — Grita y se va.
Llevo mi mano hasta donde me besó, de forma inconsciente.
— ¡Vas a perder! — Me grita y regreso a la realidad.
— ¡Nunca! — Le grito y corro detrás de el.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top