4. El Silencio

Aitana POV's

Todo el día mi casa había estado en silencio, de hecho en las últimas semanas todo era así, nosotros éramos silencio y es algo que nunca me ha gustado, siento que puedo escuchar el sonido del silencio.

-Que rica se mira la comida.- dije sentándome para empezar a comer mi comida favorita, pasta. Desde que recuerdo he amado la pasta.

-Lo está.- dijo Mamá.

El resto de la comida lo pasamos en silencio, hasta que estábamos por terminar y mi mamá rompió ese silencio.

-Hija, estuve pensando durante todo este tiempo, y lo mejor será que te vayas.- dijo seria.

-¿Cómo? ¿A dónde?- dije confundida.

-Como lo escuchas. Te inscribí en un internado.- dijo seria.

-Pero no me puedo ir. No me quiero ir.- dije al borde del llanto.

-Mamá, porque no lo piensas mejor, Aitana esta mejor acá, con nosotros.- dijo mi hermano abrazándome.

-Estará mejor en el internado. Dentro de dos semanas te vas. Y no cambiare de opinión, tú hiciste que las cosas fueran así.

-No lo estará.

-Sé que no he sido la mejor. Todos los días me arrepiento de las cosas que hice. Mamá, me quiero quedar aquí, puedo entrar al colegio en que estaba, ¿si?- dije suplicándole.

-Ya te dije, no cambiare de opinión. Esto te ayudara a no volver a hacer las mismas cosas. Por último, no vendrás a pasar vacaciones.- dijo yéndose.

-Tratare de convencerla.- dijo mi hermano para que me tranquilizara.

-Deja, ya está, me voy en dos semanas.- dije llorando.

-Te prometo que te hablare siempre y voy a ir a pasar las vacaciones contigo.- dijo abrazándome. 

-Las esperare con ansias. Voy a ir a caminar, ya regreso.

-¿Iras al lago?

-...- No conteste, lo único que quería era salir de mi casa.

Iba por todo el camino, pensando en todo y en nada. Mi mente era un total silencio.

Mi vida se estaba volviendo un silencio, nunca le he dicho a mi mamá lo mal que me hace su actitud, el que todos los días solo me recuerde mis errores.

Llegue al lago y no hice nada más que quedarme a ver el paisaje, mientras derramaba unas lágrimas.

-Aitana, Aitana, ¿estas bien?- decía Liam, mientras trataba de sacarme de mis pensamientos.

-Eh, ¿que paso?- dije reaccionando.

-Eso es lo que me pregunto, ¿estabas llorando?- pregunto preocupado.

-Últimamente este es mi estado.- dije llorando. -Todo lo he hecho mal.

-Todos nos equivocamos.- dijo sentándose junto a mi.

-Sí, lo sé. Y he aprendido.

-Entonces, no estés así.

-Como no estarlo, si me voy.

-¿Te vas? ¿A dónde? ¿Regresaras?- dijo con tristeza.

-Si, mi mamá decidió enviarme a un internado y al parecer hasta que termine mis estudios regresare.- dije aun llorando.

-¿Cuando te vas?- pregunto.

-Dentro de dos semanas. No me quiero ir.

-Y, ¿porque te vas?- pregunto dudoso.

-...- No dije nada, solo le di a entender que necesitaba un abrazo.

A los minutos, solo decidí ponerme de pie y emprender mi camino, sin decirle nada.

Muchas veces preferimos callar, en lugar de sacar todo lo que sentimos, vamos acumulando todo aquello que nos hace daño, que nos lastima, preferimos amar en silencio.

Nuestro dolor, nuestra angustia y cuando nos quedamos sin palabras lo transformamos en silencio.

Todo es silencio cuando nada nos queda.

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