CAPÍTULO 64

Dominic besó a Rosalie suavemente, sintiendo como si probara sus labios por primera vez. Acarició su cabello, antes de colocar una mano en su espalda. Todavía no podía asimilar que estaban juntos, y le costaba creer que ella fuera su novia. Él odiaba las etiquetas, y detestaba que lo relacionen de forma oficial con cualquier chica. Sin embargo, con Rosie era diferente. Le gustaba que las personas los vieran caminar tomados de la mano por la calle, y que supieran que estaban juntos. Ella era especial. 

Rosalie correspondió el beso con calidez, disfrutando la compañía de Dominic. Le costó darse cuenta lo que sentía por él, y descubrir que el cariño que le tenía era más que una simple amistad. Las dos semanas que llevaba siendo su novia fueron maravillosas, y cada día que pasaba, agradecía haber aceptado su invitación a la boda de Gael. Esa fue la noche en que todo empezó. 

Cheryl había llegado a su casa a las seis de la tarde, llevando un bolso lleno de maquillaje. Rosie le pidió que la ayudara a acicalarse, y a elegir un vestido apropiado. Esa sería la primera boda a la que iría en ese mundo, y debía causar una buena impresión. No podría quedar mal frente a Dominic, o su familia. Él insistió mucho para que ella accediera a ser su pareja en esa velada. 

─Sigo sin creer que te estás arreglando para ir al matrimonio de tu cuñado─. Cheryl soltó una leve risa, maquillándole los ojos─. Parece que las cosas entre ustedes van mejor de lo que pensé.

Rosalie frunció los labios, incómoda.
─Tristán y yo somos mejores amigos─. Le recordó, tratando de parpadear─. Iré como su acompañante, pero no ocurre nada más entre nosotros. 

Cheryl rio, incrédula. 
─Sabes que no tienes que fingir conmigo, Amy─. Le recordó, colocándole las pestañas postizas─. Mi papá te despidió porque te escapaste con él, y ni siquiera le dijiste el por qué─. Mencionó aburrida─. Ni siquiera a mí me has querido decir a dónde se fueron ese día. 

Rosie carraspeó, teniendo una sensación extraña en los ojos. Giró el rostro hacia un costado, abanicándose con la mano. Ella quería evitar el interrogatorio de Cheryl, y pensar en alguna excusa para darle. Nadie sabía que estaba postulando a la beca, y quería que las cosas se mantuvieran así. Rosalie no diría nada hasta que fuera oficial; temía perder a último momento. Cualquier cosa podría pasar. 

─Él y yo teníamos cosas que hacer─. Se limitó a responder─. Fue una emergencia, pero no es lo que tú crees.

Cheryl sacudió la cabeza, sacando su celular.
─Por favor, Amelie─. Bufó─. Posteas fotos con él casi a diario─. Señaló, mostrando las imágenes en la pantalla─. El día que te despidieron, subiste una foto con Tristán a las afueras del cine.

Rosalie se sonrojó debido a la vergüenza, y agachó la mirada. Ella disfrutaba de la compañía de Dominic, creyendo que era normal publicar sus salidas. No imaginó que su amiga lo juzgaría por eso. 

─También subo fotos cuando salgo contigo─. Se defendió.

─Cuando fuimos a comer pizza, publicaste una foto de la pizza─. Cheryl rodó los ojos─. Dime, ¿qué es lo que sientes por él?

Rosie suspiró, recostándose sobre el respaldar de la silla. Ella se había hecho la misma pregunta en más de una ocasión, pero no se atrevía a responder. Era más fácil evadir sus propios pensamientos, y enfocarse en cualquier otra cosa. Sin embargo, negar ese sentimiento solo lo hacía más fuerte. 

─Yo lo quiero mucho, y pienso en él casi todo el tiempo. Me preocupo por Dominic más que por mí misma─. Confesó, sin darse cuenta que usó su verdadero nombre─. Pero mi última relación no terminó bien, y lastimé a alguien a quien quise demasiado─. Susurró─. Es por eso que prefiero seguir siendo su amiga. No quiero hacerle daño, ni que salga herido por mi culpa. 

Cheryl notó que la voz de su amiga empezaba a quebrarse, y se apresuró a abrazarla. No comprendió por qué llamó a Tristán con otro nombre, pero prefirió no preguntarle sobre ello. Hacía mucho no escuchaba a Amelie hablar de esa forma, y se conmovió por sus palabras. Sonaba sincera con todo lo que dijo. 

─¿Estás enamorada de Tristán? ─Consultó, en voz baja. 

Rosie se encogió de hombros, desviando la mirada. 
─No lo sé─. Musitó─. Pero él solo me ve como su mejor amiga, y eso está bien para mí. 

El teléfono de Rosalie empezó a sonar con fuerza, distrayéndolas de lo que estaban conversando. Ella se levantó con prisa, buscándolo entre sus sábanas para responder. Esbozó una sonrisa al ver que era Dominic, y contestó. 

─Rosie, ya es hora─. Él habló al otro lado de la línea─. Te estoy esperando junto al árbol. 

Rosalie rio con sus palabras, asomándose por la ventana. Él se encontraba de pie en el jardín, e hizo una seña a modo de saludo. Ella respondió, divertida. 

─Dame cinco minutos─. Pidió, recostándose en el marco─. Enseguida bajo. 

Bien─. Él rio─. Date prisa. Ya llamé el taxi. 

Rosalie asintió, colgando la llamada. Regresó al interior de la habitación, guardando el teléfono  y las llaves en su bolso. Cheryl insistió en que llevara también un lápiz labial, y polvo compacto para retocar el maquillaje en caso comience a sudar. Rosie aceptó pesadamente, avanzando hasta la puerta. Estaba lista.

─Ya es hora─. Ella comentó, nerviosa. 

─Disfruta esta noche, Amy─. Cheryl le sonrió, entregándole un preservativo─. Que nada los detenga. 

Rosie hizo una mueca al oírla, tomando el envoltorio metálico de sus manos. Ella no sabía qué era eso, ni para qué servía, pero resolvió meterlo a su cartera también. Se le hacía tarde, y no tenía tiempo para discutir con ella. 

Rosalie cerró su habitación con llave, y bajó las escaleras con rapidez. Cheryl la siguió, revisando que no hubiese olvidado nada. Rosie soltó un leve bufido al notar que Frances y Joseph estaban viendo televisión en la sala, y apresuró el paso. No tenía ganas de lidiar con su madre en ese momento. 

─¿A dónde vas tan arreglada? ─Ella le preguntó entre risas, apagando el televisor─. No me digas que te vestiste así para salir con el imbécil de Tristán─. Se burló─. Si vas a seguir viéndote con ese, más te vale hacerme caso─. Amenazó, levantándose. 

Rosie resopló, resolviendo ignorarla. No ganaría nada discutiendo con ella, y tampoco tenía ánimos para soportarla. Las cosas empeoraban cada día más entre ellas, y Joseph se creía el dueño de la casa. Rosalie no toleraba seguir viviendo en ese lugar. 

Cheryl cerró la puerta tras ella cuando salieron, notando que Tristán las observaba a la distancia. Lo saludó con un leve movimiento de mano, y él respondió el gesto de inmediato. Parecía más amable de lo que Amelie alguna vez comentó.

─Tristán se ve bastante guapo con ese traje─. Ella susurró, viéndolo de reojo─. Espero que les vaya muy bien. 

─Yo también─. Rosie la abrazó, despidiéndose─. Muchas gracias por haber venido a ayudarme. Te debo una. 

Cheryl sonrió, sacudiendo la cabeza. 
─No fue nada, Amy. Hablamos mañana. 

Rosalie asintió, caminando en dirección a Dominic. Los tacones eran incómodos, pero ya se había acostumbrado a usarlos. Cuando trabajaba como volantera, la obligaban a usarlos como parte del uniforme. Ella prefería las zapatillas, pero sabía que no eran apropiados para esa velada.

Dominic soltó un leve suspiro al verla de cerca, admirando lo bonita que estaba. Ella traía el mismo vestido rojo que en la foto que encontraron.
─Rosie, te ves hermosa. Ese vestido te queda bastante bien─. Comentó, besando su mejilla─. Déjame tomarte una foto.  

Rosalie esbozó una sonrisa, posando para que él pudiera fotografiarla. A ella no le gustaba el color; y le incomodaba el encaje que tenía en la parte superior. Sin embargo, era la única ropa de gala que Amelie tenía en su armario. Le alegró escuchar a Dominic, y se acercó más a él. Le quitó el celular, activando la cámara frontal. Ella quería una donde estuvieran los dos. 

─Gracias, Nick─. Ella acarició su rostro, devolviéndole el móvil─. Tú también te ves bastante guapo. 

Dominic sonrió, abrazándola por el costado. Disfrutó el aroma de su perfume, y levantó un brazo cuando vio el taxi acercarse. La ceremonia comenzaría a las ocho y, por suerte, la iglesia no se encontraba tan lejos. Sus padres salieron hacía más de una hora, diciéndole que debían estar allá para ultimar detalles. Dominic asintió; tranquilo por irse después y ahorrarse el dar explicaciones. Ni Michael ni Rebecca sabían que iría con Rosalie. 

Rosie fue la primera en subir, acomodándose junto a la ventana. Dominic se sentó a su lado, indicándole la dirección al conductor. Él estaba feliz de haber convencido a Rosalie de acompañarlo, y no dejaba de mirarla. Ella se veía más bonita que en cualquier otra ocasión, y estuvo tentado a besarla. Deseaba probar sus labios. 

Nick había pasado los últimos tres días pensando en lo que ocurrió en el cuarto de Rosalie cuando le ayudó con el cierre, sintiéndose confundido. Le habían repetido tantas veces que estaba enamorado de ella, que comenzaba a sospechar que podría ser verdad. Él se sentía cómodo cuando estaban juntos, y la quería más que a cualquier otra chica con quien se hubiera relacionado. Rosie siempre fue diferente, y la única que lo ayudaba a ser una mejor persona. Ella era alguien a quien no querría perder jamás. 

─Estoy emocionada─. Rosalie comentó, tomando la mano de su amigo─. Nunca he ido a una boda en este lugar. Espero que sea como las películas que vi. 

Dominic sonrió, acercándose a ella. 
─Nos vamos a divertir mucho─. Aseguró, apretando su agarre─. Pero, hay algo más que debo decirte antes que lleguemos─. Habló de golpe, viéndola a los ojos─. Mis padres no saben que tú serás mi pareja esta noche. No se los dije. 

─¿Qué? ─Ella se soltó, retrocediendo en el asiento─. Creí que les dirías para evitar problemas─. Reclamó. 

Él negó, carraspeando. 
─Si Michael se enteraba, hubiera hecho lo posible por evitarlo─. Mencionó, serio─. Y yo no iba a venir con ninguna otra chica, Rosalie. Desde que Gael me dijo que debía ir con alguien, fuiste la única en quien pensé. 

─Dominic, me siento halagada con tus palabras, pero yo no quiero causar problemas─. Afirmó con sinceridad─. No quiero que se arruine la boda de tu hermano por mi culpa; ni que pelees con tu padre frente a los invitados─. Continuó, nerviosa─. Lo mejor será que vayas solo. 

Rosalie le pidió al taxista detenerse, y quitó el seguro de la puerta. No se sentía cómoda yendo a un lugar donde sabía que no sería bien recibida. Dominic maldijo al verla, y estiró un brazo para volver a asegurar la puerta. No la dejaría bajarse del auto. 

─Rosie, yo no iré a ningún lado sin ti─. Aseveró, tomándola por el mentón─. Entraremos a la iglesia tomados de la mano, y luego estaremos juntos durante la fiesta. Yo no te voy a dejar, ni permitiré que Michael haga un escándalo─. Prometió─. Sabes lo importante que eres para mí.

Rosalie enmudeció al oírlo, sosteniendo su mirada. Vio la determinación en sus ojos, y soltó un leve suspiro. Tuvo una sensación extraña en su estómago; como mariposas revoloteando en su interior. Ella esbozó una leve sonrisa, acariciando el rostro de Dominic. Le gustaba volver a sentirse así.

─Confío en ti, Nick─. Susurró, abrazándolo─. No me alejaré en toda la noche. 

Dominic sonrió, dándole la mano. Le pagó al taxista cuando llegaron, y bajaron con rapidez. La gran mayoría de invitados ya se encontraban afuera, y él se limitó a saludar a quienes estaban más cerca. No conocía ni a la mitad de las personas, y tampoco veía a su hermano entre ellos. Se sentía como un extraño rodeado por los familiares de Tristán. 

─Tu novia es muy bonita─. Comentó una señora mayor después de saludarlos, pellizcando las mejillas de Rosalie─. Elegiste bien, Tristán. 

Nick asintió con incomodidad, llevando a Rosie hasta la entrada de la iglesia. Se empezaba a cansar de fingir sonreírle a los demás, y resolvió tomar asiento antes que comience la ceremonia. Faltaba poco para que inicie, y los demás ya estaban ingresando. 

─¿Quién era esa señora? ─Preguntó Rosie, frotando su rostro. 

Dominic se encogió de hombros, despreocupado. 
─Creo que es mi tía; no estoy seguro.

─Y, ¿por qué todos piensan que soy tu novia? ─Curioseó, cruzándose de brazos.

─Porque Gael dijo que yo vendría con mi novia─. Nick rio, pasando una mano por su cabello─. Espero que no te moleste; tampoco fue mi idea. 

Rosalie negó con suavidad, dándole la mano. Ella se sentía tan cómoda con Dominic, que ya no le molestaba que pensaran que fueran pareja. Había pasado tanto tiempo repitiendo lo mismo, que comenzaba a darle igual la opinión de las personas. Le costó comprenderlo, pero se dio cuenta que de ella no dependía lo que pensaran los demás. Cada uno veía la realidad que quería ver. 

Rosie tuvo una sensación extraña cuando ingresaron a la iglesia, elevando la mirada. Escaneó el rostro de Dominic con rapidez, antes de volver la vista al frente. Un escalofrío la recorrió, haciéndole recordar que ellos estuvieron comprometidos en el reino. Tuvo un extraño déjà vu, pensando en cómo habría sido su boda en el Valle. Por un instante, sintió como si fuera ella quien se iba a casar. 

─Nick─. Lo llamó, captando su atención─. ¿Cómo habría sido nuestra boda? ─Le preguntó de pronto.

Dominic se encogió de hombros, sorprendido por el cuestionamiento. 
─Habría durado tres días─. Respondió, riendo─. Y habrían invitado a todos los nobles del reino.

Él la guio hasta la parte delantera de la iglesia, señalando sus asientos antes que pudiera hacerle más interrogantes. Se acomodó junto a Rosie, notando que su madre se sentó a su lado poco después. La misa duró más de lo que imaginó, y se aburrió a la mitad de la homilía. Si no fuera porque Rebecca lo golpeó con el codo en tres ocasiones, se habría quedado dormido. 

El joven se levantó cuando terminó la ceremonia, aplaudiendo mientras su hermano y su esposa caminaban hasta la salida. Giró al escuchar un leve gimoteo, y frunció el ceño al ver a Rosie secándose las lágrimas.

─¿Por qué lloras? ─Le preguntó en un susurro.

─La ceremonia fue muy bonita─. Suspiró─. Se nota que ellos realmente se aman. 

Nick rio con su comentario, indicándole que siguieran a Rebecca. Irían en el auto de Michael a la recepción, y él quería ser el primero en llegar. Rosalie se escudó tras el cuerpo de Dominic, temiendo que el hombre pudiera gritarla. A pesar que Michael mantuvo una expresión dura todo el camino, no dijo nada malo. 

El local que alquilaron para la recepción era enorme, y muy bien iluminado. Las decoraciones eran de color blanco, y las mesas tenían floreros bastante tupidos. Dominic avanzó hasta la mesa principal, señalándole a Rosalie sus asientos. Ella corrió la silla para acercarse más a él, sintiéndose intimidada por la mirada del resto de invitados. Respiró profundo, tratando de calmarse, y escuchó atenta el discurso que dieron antes de empezar con el banquete. 

Rosie cenó en silencio, apenas intercambiando un par de palabras con Dominic. La música era suave, y todos conversaban entre ellos. A pesar que ella imaginó divertirse esa noche, la expresión de Michael seguía asustándola. Esperaba que nada malo fuera a pasar en lo que quedaba de celebración.

Rosalie pidió permiso para levantarse, y caminó hasta el baño. Mojó su rostro, teniendo cuidado de no correr el maquillaje, y suspiró. Sabía que debía relajarse, y tratar de pasarla bien. Dominic le prometió que no ocurriría ningún escándalo, y ella confiaba en su palabra.  

─Amelie─, la llamó Rebecca, deteniéndose atrás de ella─. ¿Podemos hablar un momento?

La joven giró, pasando saliva con dificultad. 
─Claro, señora─. Respondió, inquieta─. Dígame.

─Amelie, quería disculparme contigo por el incidente de la otra noche─. Rebecca habló con sinceridad─. Tris me explicó qué fue lo que sucedió, y yo reaccioné mal. Lo lamento mucho.

Rosalie sintió su respiración detenerse unos segundos, sin creer lo que escuchaba. Sintió la honestidad en las palabras de la mujer, y le sonrió. Ella no estaba mintiendo. 

─No se preocupe, señora─. Respondió tranquila, abrazándola─. Todo está olvidado. 

Rebecca se alivió con sus palabras, pero la tomó de las manos antes que pudiera irse. Todavía no había terminado de hablar. 
─Amy, escucha─. Susurró─. Si en algún momento alguien vuelve a golpearte, o a tratar de hacerte algo, también puedes contar conmigo; no solo con Tristán─. Aseguró, viéndola a los ojos─. No estás sola en esto. 

Rosie la abrazó, deseando que Frances hubiera reaccionado de la misma manera cuando Joseph la atacó. Dominic tenía suerte de tener una madre como Rebecca en ese mundo. Ella le agradeció, y regresaron juntas a la mesa. Tal vez, los Powell comenzaban a aceptarla. 

─¿Qué te dijo Rebecca? ─Preguntó Nick en su oído, preocupado─. ¿Acaso te gritó?

Ella negó, feliz. 
─Todo está bien─. Afirmó, acercándose a él─. Creo que ya no se opondrán a nuestra amistad. 

Dominic no supo por qué dijo eso, pero le tranquilizó verla sonriendo. Le dio un beso en la mejilla, antes de volver a tomar el vaso de cerveza que estaba bebiendo. Lo mejor de la boda, era la gran cantidad de licor que había. 

─Amelie, Gabriela está por lanzar el ramo─. Gael anunció, captando su atención─. Deberías ir con las demás chicas─. Señaló el centro de la pista de baile. 

Rosie levantó una ceja, extrañada.
─No entiendo─. Ella se acomodó en el asiento─. ¿Por qué se están formando atrás de tu novia?

Gael rio, intrigado por la pregunta. 
─Es una tradición─. Le recordó─. Todas las chicas solteras se paran detrás de la novia, y tratan de atrapar el ramo. Es como un juego.

Rosalie sonrió, poniéndose de pie. Hacía mucho no jugaba con nadie. 
─De acuerdo─. Anunció, dejando su bolso sobre el regazo de Dominic─. Cuídamelo, por favor─. Pidió─. Ya vuelvo.

Dominic sacudió la cabeza, dejando su cartera sobre la silla. 
─¿Qué pasa si lo atrapa? ─Preguntó, dando un último sorbo. 

─Te casas con ella. 

Dominic casi se ahogó al escucharlo, y tosió con fuerza. 
─¿Qué? ─Alcanzó a preguntar. 

─Es solo un juego─. Gael rio, golpeándolo en la espalda─. No puedo creer que no recuerdes eso. 

Dominic fingió reír, recostándose sobre la silla. A pesar que quería mucho a Rosalie, no se sentía listo para el matrimonio. Era demasiada responsabilidad para él. 

Gabriela hizo un ademán para que todas las chicas se acomoden en un solo grupo, y pidió una silla. Se quitó los zapatos antes de subir, preparándose para arrojar el ramo. Ella esperaba que su mejor amiga fuera quien lo atrape. Esa era la quinta boda a la que asistía, y nunca lograba conseguirlo. 

Rosalie se colocó en la parte de atrás, sin conocer las reglas de ese juego. Veía que todas las demás chicas saltaban, y se acercaban a Gabriela, pero ella prefirió quedarse en su lugar. Elevó los brazos cuando escuchó la cuenta regresiva, y cerró los ojos al sentir algo áspero en sus manos. Dio un pequeño salto hacia atrás, sin poder creer su suerte. Ella acababa de ganar, sin siquiera intentarlo. 

Gabriela se colocó los zapatos, antes de empezar a buscar quién fue la afortunada. Ella soltó un pequeño grito de alegría, acercándose a la pelirroja. A pesar que su amiga no lo atrapó, le alegró que la chica sí. La había conocido hacía una hora, pero se veía amable. 

─¡La novia de Tristán atrapó el ramo! ─Exclamó, tomándola del brazo─. Parece que todo queda en familia.

Rosalie hizo un gesto con la mano, saludando a los invitados cuando comenzaron a aplaudirle. Empezaba a divertirse.
─¿Por qué dijiste que todo quedaba en familia? ─Consultó, viendo a Gabriela. 

La joven empezó a caminar de vuelta a la mesa, jalándola con ella. 
─Se supone que quien atrapa el ramo es la próxima en casarse─. Respondió, sentándose en su lugar─. Parece que pronto ganará otra nuera, Michael─. Sonrió, viendo a su suegro.

Michael fingió una sonrisa, asintiendo.
─Parece que hoy es mi día de suerte─. Habló, incómodo. 

Dominic notó la expresión del hombre, y besó la frente de Rosalie para enojarlo más. Gael le había mencionado que había una barra libre, y se levantó para ver qué tragos tenían. Tenía sed. 

─Voy a ir por algo de beber─. Susurró en el oído de Rosalie─. ¿Quieres que te traiga algo?

Ella asintió, girando el rostro en su dirección. 
─Una gaseosa estaría bien, por favor. 

Dominic pasó saliva con dificultad, apreciando su belleza. Estaban a escasos milímetros el uno del otro, y se sintió tentado a besarla. No podía apartar la vista de sus labios, y acarició su mejilla. Notó que ella se inclinó levemente hacia adelante; sin embargo, él retrocedió por completo. No supo por qué, pero se sintió como un idiota por haberlo hecho. 

Nick se sentó en una de las sillas de la barra, viendo a Rosalie a lo lejos. Ella permanecía sentada, y estaba jugando con su celular. Él suspiró, tratando de entender qué era lo que le pasaba. Nunca antes había dudado sobre si besar o no a una chica; solo lo hacía. Pero había algo en la dulzura de Rosie que le impedía hacerlo. A diferencia de cualquier otra chica, a ella no la quería lastimar. 

─Invítala a bailar─. Gael llegó a su lado, sacándolo de sus pensamientos─. Miras a Amelie como si quisieras comértela. 

Él rio, ordenando la gaseosa y un mojito.
─Es extraño, sabes─. Comentó, viendo a su hermano─. Ni siquiera la he besado, pero no puedo sacármela de la cabeza. 

─Y tampoco la besarás si te quedas toda la noche aquí─. Él se burló, tomando dos tragos─. Apresúrate, antes que alguien te la gane─. Señaló a uno de los amigos de Gabriela. 

Dominic giró en su lugar, viendo a un chico acercarse a Rosalie. Él apretó los puños, levantándose con rapidez. Dejó los tragos sobre la barra, sin poder pensar en nada más. No quería que ella baile con ningún otro chico. 

Muchas gracias por la invitación, pero vine con alguien más─. Escuchó la voz de Rosie a lo lejos─. Puedes bailar con otra persona. 

Rosalie se levantó de la silla con incomodidad, viendo a Dominic a un par de metros suyo. Corrió en su dirección, abrazándolo con fuerza. 
─Nick, no me vuelvas a dejar─. Pidió en su oído─. El chico era muy insistente. 

Dominic se separó de ella, sosteniendo su rostro entre sus manos. 
─¿Estás bien? ─Consultó, viéndola a los ojos─. ¿Te hizo algo?

Ella negó, abrazándolo una vez más. 
─Baila conmigo─. Pidió, sin soltarlo─. Por suerte, no pasó nada. Pero quiero olvidarme de todo por cinco minutos. Prometiste que nos íbamos a divertir─. Susurró. 

Nick sonrió, entrelazando sus dedos con los de ella. Caminaron hasta la el centro del lugar, y él la tomó por la cintura. La vio fijamente a los ojos, perdiéndose en ellos por varios minutos. Acarició su rostro, inclinándose hacia adelante. No podía dejar de pensar en ella. 

─Rosie, ¿te puedo besar? ─Preguntó en voz baja, juntando su frente con la de ella. 

Ella asintió, relamiendo sus labios. 
─Sí─. Musitó─. Hazlo, por favor. 

Dominic acortó la breve distancia, besándola finalmente. Sus labios eran dulces, y disfrutó el momento. Cálido y suave. Rosie lo tomó por el cuello, acercándose más a él. Jamás imaginó enamorarse de su mejor amigo, pero le gustaba ese sentimiento. Era el mejor beso que le habían dado en toda su vida. 

Nick se separó un par de segundos después, sonriendo al verla sonrojada. 
─Vamos afuera─. Pidió, rozando su nariz con la de ella─. Me gustaría conversar contigo. 

Rosalie asintió, siguiéndolo hacia el jardín trasero del local. Se sentaron en las gradas que conectaban con el interior del recinto, uno al lado del otro. 

─Dominic, ¿yo te gusto? ─Ella preguntó de golpe, viéndolo a los ojos─. Porque sentí bonito cuando nos besamos. Sonará extraño, pero sentí que me querías. 

El joven apretó los labios, asintiendo con timidez. No era bueno expresando sus sentimientos.
─Creo que sí. Eres la chica más hermosa de este mundo. Lamento no haberlo notado antes─. Musitó, tomándola por el mentón─. Además, me gusta estar contigo, y hablar por horas a diario. 

Rosie sonrió, dándole un beso corto. 
─Yo me siento igual─. Susurró, emocionada─. Entonces, ¿esto significa que ahora estamos juntos?

Dominic rio, entrelazando sus dedos con los de ella. 
─Creo que hace semanas que estamos juntos, pero no nos habíamos dado cuenta─. Bromeó.

Rosalie lo abrazó, y permaneció más de dos horas en el jardín, conversando con él. Se sentía extraña ahora que eran pareja oficialmente, pero esa sensación desapareció con los días. Ella se enamoraba cada vez más de él, y se sentía orgullosa de presentarlo como su novio frente a los demás. Nunca esperó iniciar una relación en ese lugar, pero le encantaba que hubiera sido con Nick. 

Dominic gozaba la relación con Rosie, dándose cuenta que era algo nuevo para él. Nunca fue tan lento con una chica; sin embargo, tampoco tuvo la necesidad de apresurar las cosas. A pesar que solo habían besos y abrazos entre ellos, se sentía feliz. Disfrutaba más escuchándola hablar de su día en el restaurante, que tocándola. No le molestaba esperar por ella. 

Nick se sentó en la cama de Rosalie, intrigado por la forma en que ella lo llamó. Rosalie le pidió que fuera urgentemente a su casa, y él apenas si acababa de salir de la ducha. Se vistió lo más rápido que pudo, y entró usando la copia de la llave que Rosie le dio. Frances había salido de la ciudad. 

─¿Qué pasó Rosie? ─Curioseó, jalándola junto a él─. Sonabas bastante emocionada en el teléfono. 

─Es sobre la beca─. Ella sonrió, viéndolo a los ojos─. Me acaba de llegar un correo, pero no he querido abrirlo sin ti. Estaba esperándote para que la abriéramos juntos. 

Él asintió, besando su mejilla.
─Entonces, vamos a hacerlo─. Anunció, viéndola sacar su teléfono─. Revisemos juntos el correo. 

Rosalie leyó en voz alta el correo, nerviosa. Se trabó con las primeras palabras, y soltó el teléfono de la emoción cuando llegó a la tercera línea. Había ganado en segundo lugar. Le dieron la beca. 

Dominic saltó de alegría junto con ella, abrazándola. La hizo girar en el aire, y la besó con emoción. Estaba orgulloso de ella, y no dejaba de felicitarla. Rosie lograría cumplir sus sueños. 

Rosalie recogió el teléfono, terminando de leer el mensaje. Lloraba de felicidad, y sintió a Dominic abrazarla por la espalda. En ese momento, su vida no podía estar mejor. 

─Ya tengo la fecha─. Anunció, aferrándose más al cuerpo del chico─. ¡Me iré a Francia en un mes!


¡Hola! 

¿Qué les parece la pareja de Nick y Rosie?  Leo sus comentarios

Les dejo esta imagen del cap 

Nos leemos pronto. No olviden votar, comentar y recomendar la historia a sus amigos para llegar a más personas. 

Les mando un abrazote. 

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